domingo, 13 de marzo de 2016

Para atrapar un cocodrilo Capitulo Final !!



Una mirada a la expresión de Kyu y Jun sabía que algo no estaba bien.

—¿Qué pasó? —Le preguntó en voz baja. Kyu parecía que podría romperse si tuviera que hacer frente a alguna cosa más.

—La banda dijo que Suk fue y recogió su moto, pero que luego desapareció. Nadie ha sabido nada de él desde entonces. Me dijeron que eso fue hace cuatro horas. Debería haber vuelto ya.


Jun quería decir algo agradable y tranquilizador, pero no se le ocurrió nada. Kyu debería estar bien, y Suk debería haber vuelto. —Tal vez encontró algo interesante y está esperando que vayamos. Sabía que más tarde estaríamos allí.

Kyu y Min, ambos, le dieron una mirada que decía que sabían que era un idiota, pero de todos modos se estaba esforzando por él. Se preguntó si ya estaban ejerciendo en sincronía.

—Algo ha sucedido, puedo sentirlo. —Insistió Kyu.

—¿Puedes pensar en cualquier otro lugar al que podría haber ido? —Preguntó Jun. No sabía si Kyu y Suk tenían una conexión o no. ¿Era posible que Kyu supiera realmente que algo le había ocurrido o estaba simplemente proyectándolo?

—Min y yo vamos a ir tras sus pasos y ver si podemos encontrarlo, ¿de acuerdo? —Dijo Jun.

—No puedo llegar hasta papa tampoco. No responde. — Dijo Kyu, agitando su teléfono para ellos.

—No puedo encontrar a nadie.

—No intentaste llamar a Saeng, ¿verdad? —Jun miró a su amigo, intentando que confesara.

Kyu negó con la cabeza. —No haría eso. A Saeng no le gusta Suk y yo no quiero arruinar su luna de miel. Hyun nunca me lo perdonaría.

Jun pensó que Kyu probablemente tenía razón. Cuando se trataba de alterar a Saeng, Hyun no perdonaba mucho.

—Está bien, ten tu teléfono cerca e iremos a investigar. — Dijo Jun.

—Pero quiero ir también. —Lloriqueó Kyu. —Puedo volar por encima y ver si puedo localizar la moto de Suk.

—¿Y qué vas a hacer entonces? —Preguntó Jun.

Kyu bajó la cabeza en señal de derrota. —Podría ir en forma humana y vigilar tu espalda.

—Si necesitáramos un francotirador, pero no estamos más allá de la etapa de vigilancia. Sólo vamos a explorar por si los porosos están en el puerto. Si no es así, vamos a volver a casa y tratar de encontrarlos en otros lugares. Si están, entonces descubrimos cuántos se esconden y en consecuencia podremos planificar qué hacer.

—Si ellos tienen a Suk, le voy a traer de vuelta. —La cara bonita de Kyu se volvió a un rasgo duro. Jun sabía por experiencia que Kyu podría ser un genio de suaves modales, pero si tenía que proteger a su familia, lo hacía con una fuerza letal.

Por el camino, Kyu había elegido a Suk como suyo. Si alguien era responsable de tomar al cambia-formas halcón, Jun esperaba que hubiesen dejado su voluntad y sus papeles en orden.

—Llamaré. —Le aseguró Jun a su amigo.

Kyu asintió. —Estaré esperando.

Ahora que sabía lo mucho que Kyu se preocupaba por Suk, Jun sabía que su amigo estaba poniendo mucha confianza en él.

Siguió a Min fuera de la casa. Un SUV negro estaba en la entrada. —Vamos a coger tu coche. Pasa desapercibido un poco mejor. —Dijo Jun.

—Sólo me quieres por mis asientos con calefacción. — Min bromeó.

—Si. —La primera vez que había montado en el SUV, Jun había descubierto la belleza de los asientos calefactables. Pensó en añadirlos a su Jeep, pero por ahora era un coste prohibitivo.

Jun se subió al asiento del acompañante y jugueteó con los ajustes rápidamente hasta que su culo se volvió tostado. Con un suspiro, inclinó hacia atrás la cabeza y se sumergió en la comodidad.

—Te ves como un reptil feliz. —Señaló Min.

—Es como una roca caliente. —Sonrió Jun.

—Los cocodrilos no toman el sol en las rocas. —Dijo Min.

—¿Cómo lo sabes? Yo soy el cocodrilo.

—Porque investigué. Eres un cocodrilo de agua dulce. Te gusta el agua turbia y estar acostado en la arena, en el calor.

—Podría mentir sobre la roca. —Jun se cruzó de brazos y miró por la ventana. Ahora no era el momento de decirle a Min acerca de su roca al sol. Se preguntó si podría deslizarla desde la mansión para llevarla con él a la casa de Min sin que el curioso gatito lo notara.

—Puedes mentir en lo que quieras, siempre y cuando lo hagas cerca de mí. —Dijo Min.

—Gracias. —Jun se sintió mejor.

El viaje hasta el bar pasó relativamente rápido, aunque Jun se apresuró a señalar que Min perdía cada pedacito de su cordura después de que él se pusiera detrás de un volante. Cuando llegaron al bar, respiró, lo único que podía hacer para no saltar y besar la tierra por el entusiasmo. El mundo ya no estaba girando fuera de su control.

—Eres un poco melodramático, ¿no es así? —Min preguntó secamente.

—No. No deberías tener carnet de conducir un carrito de golf, y mucho menos un vehículo de tamaño normal. —Kyu le regañó. —Será mejor que lo lleve yo el resto del camino.

—Sobre mi cadáver. —Espetó Min.

—No será necesario. —Respondió Jun. Min le arrojó las llaves. Jun sabía que su compañero volvería a esa misma discusión en otro momento. En este momento, Suk estaba en el punto de mira.  ¿Quién sabía lo que estaban haciendo los porosos con él mientras intercambiaban bromas ligeras?

Entraron en el bar hombro con hombro.

Jun se aseguró de encontrarse con la mirada de cada cambia-formas antes de continuar. Ninguno de ellos parecía culpable.

Mierda.

—¿Todavía están buscando a Suk? —Uno de los halcones se adelantó. Jun no tenía ni idea de su nombre. Los emplumados estaban todos mezclados con su cuero negro y el pelo corto, como pequeños clones que en un grupo se habían unido al lado oscuro.

—Sí. Todavía estamos buscando. —Acordó Jun. No dio detalles, no era asunto suyo. Ya no más.

—Me gustaría ayudar. —Respondió el extraño halcón.
Todos los halcones clon asintieron con la cabeza.

—En este momento, estamos tratando de determinar si él fue a la Terminal Dieciocho o no.

—Puedo volar hasta allí y volver rápidamente. —El valiente cambia-formas halcón se ofreció. Varios otros se añadieron al acuerdo.

—Creo que toda una bandada de halcones atraerían demasiado la atención. Un par de ustedes debería ir hasta allí, si estáis dispuestos.

Otra vez un montón de cabezas asintiendo fue su respuesta.

—¿Cómo te llamas? —Jun preguntó al halcón deseoso.

—Benji. Este es Tim. —Señaló al cambia-formas de su derecha. —A ambos nos gustaría ir.

—Está bien. Vuela allí e informa. Busca la moto de Suk los porosos.

—Lo haré. —Los dos hombres salieron con entusiasmo del bar para hacer su trabajo.

—¿Quién te crees que eres para ordenar a mis hombres ir allí? —Preguntó una voz gruñona.

Jun se volvió hacia esta nueva voz. Un hombre de pelo negro con cuero de motorista habitual atravesó la multitud. Por el aspecto despreciable que recibió del resto de la manada, Jun sabía que este debía ser Lance, el tío que Suk dijo que iba por su posición de alfa.

—Te he hecho una pregunta. —Replicó Lance.

Jun abrió la boca para hablar cuando una bocanada de olor se cruzó por su nariz. —¿Cuándo fue la última vez que viste a Suk?

Lance se cruzó de brazos y miró a Jun. —¿Es que es asunto tuyo?

—Hace cuatro horas. —Otro halcón servicial ofreció.

—¿Cómo es que el olor de Suk es más fresco en tu piel, entonces? —Jun entrecerró los ojos con recelo.

—No sé de qué estás hablando. —Lance frunció el ceño.

—¿Por qué vienes aquí y tratas de causar problemas?

—No debes saber esto, pero los cocodrilos tienen un agudo sentido del olfato y puedo oler a Suk sobre ti. —Jun dio un paso adelante. Lance se dio la vuelta y Jun sabía que iba a tratar de volar. —Que alguien le detenga.

Antes de que cualquiera de los cambia-formas halcones pudieran hacer nada, un gran puma pasó junto a Jun y se abalanzó sobre Lance. El gato color beige dejó escapar un gruñido fuerte cuando Lance trató de zafarse de su agarre.

—Yo no haría eso si fuera tú. —Dijo Jun . El gato se quedó como a tres metros de altura desde el suelo hasta los hombros. Cuando Jun se acercó al puma, frotó su mejilla contra la cadera de Jun. —Buen gatito, sí, lo eres. Cuando cambies de nuevo, te daré después un banquete. Rascó debajo de la barbilla de Min, complacido cuando los grandes ojos amarillos se medio cerraron en éxtasis.

—Lo maté. Él merecía morir. —Gritó Lance. Inmediatamente la atención de Jun volvió a su cautivo.

Se agachó hasta que Lance le miró a los ojos. Sintió que sus ojos se convirtieron mientras miraba al halcón atrapado. —Más te vale que no esté muerto, porque su pareja es buena con una pistola y lo tomará muy mal si le mataste.

El miedo arañó a Jun. Su amigo no podría ser el compañero de nadie más durante el resto de su vida si Lance realmente había matado a Suk.

—¿Dónde está? —Exigió Jun.

—¡Nunca voy a decírtelo! —Juró Lance.

Jun se puso de pie. —¿Quieres comértelo o lo hago yo? Min—puma inclinó la peluda cabeza.

—Pienso que podemos empezar por sus pies, y vamos a dejarlo sangrar hasta la muerte antes de que él confiese. Creo que mi cocodrilo disfrutará de los dedos de los pies.

A decir verdad, tenía que concentrarse y tener mucho cuidado para no vomitar en el suelo del bar.
Jun se centró y dejó que su boca se extendiera de una manera digna del mejor maestro de películas de terror.

Gritos sordos se escucharon en su oído antes de que tuviera la oportunidad de hacer algo más.

—Voy a hablar. ¡Voy a hablar! Está debajo. ¡Debajo del bar! P...por favor, por favor, no me comas.

El olor de orina llenó la habitación. Jun se transformó de nuevo plenamente a humano. Se pasó la lengua por los dientes para verificar que estaban de vuelta a su forma normal. — ¡Muéstranos!

Min se quedó en su forma de puma mientras seguían a Lance detrás de la barra. Con las manos temblorosas, Lance retiró la alfombra de goma exponiendo una escotilla. Él la abrió. Suk estaba inmóvil y pálido en la parte de abajo del suelo. Por el ángulo de los brazos, Jun se preguntó si alguna vez sería capaz de volar nuevamente.

—Joder, le quebró. —Susurró Jun. El sonido de cristales rotos fue la única advertencia que tuvo. La sangre brotó de un agujero en la frente de Lance.

—¿Dónde está? —Kyu estaba en el centro del bar. El resto de los halcones estaban alineados lo más lejos posible de él. Jun no podía culparles. Kyu tenía suficientes armas y munición atadas a su cuerpo para hacer que Rambo se pusiera verde de envidia.

—Él está ahí abajo. —Señaló Jun.

—Yo lo cojo. —Dijo una voz suave.

¿Cuándo había llegado Hongki?
Jun levantó una ceja a su amigo.

—No podía dejar a Kyu venir solo. —Dijo Hongki en voz baja.

Jun sabiamente se abstuvo de hacer comentarios.
Arrastró a Lance fuera del camino para que Hongki pudiera entrar allí. No había mucho espacio detrás de la barra del bar. Hongki se metió en el agujero de acceso pequeño y cogió a Suk en sus brazos. —Está respirando. —Le dijo a Kyu.

—Bien. —Las manos de Kyu temblaban un poco cuando vio a Suk. —Vamos a llevarle a casa.

Jun empujó a Lance en el agujero, cerró la escotilla, y a continuación, puso la alfombra de goma hacia atrás sobre la abertura.

—Hey, ¿qué se supone que vamos a hacer con Lance? — Uno de los más valientes halcones preguntó.
Jun se encogió de hombros. —¿Cómo voy a saberlo? No es mi bar.

La puerta del bar se abrió y Benji y su amigo se apresuraron a entrar. —Ellos están allí. No hay señales de Suk, pero vi a los porosos por todo el puerto, por lo menos dos docenas.

Las palabras de Benji iban todas corriendo juntas, pero Jun las descifró fácilmente.

—Gracias, ustedes dos lo hicieron muy bien. —Se resistió a la tentación de acariciarlos ya que parecían unos cachorros deseosos de que él hiciera eso. Se dirigió a la puerta con el puma siguiéndolo de cerca.

—¿Qué hacemos ahora? —Preguntó Benji.

—¿Encontrar un nuevo líder y hacer lo que suelen hacer?

—Contestó Jun.

—Pero tu amigo águila es nuestro nuevo líder, ya que mató a Lance. —Dijo Benji.

Kyu casi se echó a reír, pero dudaba que los halcones de la habitación agradecerían esa acción.

—Está bien, este es el trato. Kyu se va a hacer cargo de Suk. Mientras Suk se cura, ustedes pueden ayudarme con mi proyecto.





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