domingo, 13 de marzo de 2016

Evasor de ataúdes Capitulo Final !!


Cuando Min entró en el centro de entrenamiento el día siguiente, no podía evitar la grande y tonta sonrisa de su cara. No sólo había pasado la noche anterior haciéndole el amor a Jun, sino que el hombre estaba ahora a su lado y no se veía como si fuera a irse a ningún lado pronto.

Lo mejor de todo, Jun había admitido que amaba a Min. Jung Min nunca había esperado tener todo lo que le estaba sucediendo y solo en cuestión de días.


Incluso había conseguido hablar con su padre esa mañana, y Kyu había estado en lo cierto, su padre nunca se había oído mejor. Incluso estaba pensando en tomar unas largas vacaciones a un centro de rehabilitación para obtener ayuda con su manera de beber.

El lugar ya estaba zumbando y Min estaba confundido al ver a Saeng hablando con un hombre alto. Con la piel un poco mas oscura que la de el, ojos color chocolate y un corte de cabello corto, el chico gritaba soldado. Los uniformes negros y pistolas atadas a sus lados sólo se agregan a la apariencia de agresivo.

Entonces, el hombre sonrió, mostrando un destello de colmillos, haciendo que Min se congelara. ¿En qué demonios estaba pensando Saeng, trayendo un vampiro alrededor de Jun? Min se giró, preocupado acerca de cómo su amante reaccionaria sobre el visitante.

Los ojos de Jun estaban enormes, su boca abierta por la sorpresa. Min se giró, listo para desgarrar a Saeng y al nuevo, cuando Jun gritó: —¡Sukkie! ¿Qué estás haciendo aquí?

Jun soltó la mano de Min y corrió hacia el vampiro, lanzándose a los brazos del hombre. La confusión de Min se volvió una furia celosa al ver que el vampiro correspondía el abrazo, incluso yendo tan lejos como para hacer girar Jun en un círculo.

Acercándose a ellos, Min llegó ahí cuando Suk dejaba a Jun de pie de nuevo. Girándose hacia Min, el vampiro le dedicó una gran sonrisa. —Entonces, tú debes ser el hombre del que Jun me hablaba.

—¿Que está sucediendo? —Min preguntó.

Jun sonrió mientras regresaba a un lado de Min. —Suk estuvo cautivo conmigo. Nos acercamos durante los meses que compartimos una celda.

—¿Qué tan cerca? —Min preguntó.

Suk se echó a reír. —Veo que finalmente lograste sacar la cabeza de tu culo y reclamar a Jun. De lo contrario, no estarías tan celoso.

Min iba a empezar a negar que estuviera celoso, pero apretó los labios cerrándolos ya que sabía que todo el mundo vería que era una mentira.

Dándole una palmada en el hombro, GeunSuk dijo: —No te preocupes, hombre. Juny yo somos solamente amigos. Eres el único que siempre quiso tener. Deberías haber oído al niño hablar de ti.

Jun se sonrojó mientras veía fijamente al vampiro. —¿Tienes que decir todo?

Suk se carcajeó, el sonido llenó la habitación. —Me comprometo a mantener algunos de tus secretos.

—¿Cómo lograste ser libre? La última vez que te vi fue cuando te transfirieron a una nueva prisión —preguntó Jun.

—Mi clan Drone me liberó. Oímos que ustedes tuvieron problemas con los salvajes, así que me enviaron a ayudarlos dado que solíamos ser amistosos.

Por mucho que Min odiara admitirlo, ellos realmente podrían utilizar la ayuda de ese tipo. Entonces, gruñó: —Gracias, apreciamos eso.

Los gemelos se acercaron corriendo, ambos gritando al unísono: —Ha habido otro ataque de los salvajes.

Llegaron patinando para detenerse cuando vieron a Suk, sus ojos muy abiertos en estado de shock. Fue muy cómico, Min no sabía si reír o gruñir avergonzado. En lugar de eso movió la mano para que continuaran.

Uno de los gemelos se sobresaltó. —Ellos están en la misma fábrica en la que mataron a los otros humanos. Sólo que esta vez tienen algunos cautivos que aún siguen vivos.

—¿Cómo te enteraste de eso? —Min preguntó.

—Unos apestosos were chacales llegaron a la puerta a decirnos —dijo, su mirada seguía fija en Suk.

Min sacudió la cabeza. No le gustaba la situación en absoluto. Simplemente gritaba trampa. Sin embargo, al mismo tiempo, no podían quedarse en casa y no hacer nada. No si había vidas en cautiverio que estaban en juego. Se giró hacia Jun. —Es necesario que te quedes fuera de esto.

Jun bufó. —No hay manera en el infierno.

—Vamos, Junnie. Sabemos que es Seul y él está haciendo esto para llevarte ahí. Siempre ha sido quien te ha estado persiguiendo.

Jun hizo una mueca salvaje, una mirada de furia que brillaba en sus ojos. —Entonces él me tendrá. Vamos a matar al jodido.

Min iba a discutir.

Jun lo interrumpió: —Mira, sé que estás preocupado por mí, pero necesito esto. Fui yo quien fue torturado y mantenido en cautiverio, y Benson era el que estaba detrás de eso, así que merezco ser yo quien lo termine.

Min quería negar la solicitud, tan fuertemente que el pecho le dolía. A pesar de que sabía que amaba a Jun, también sabía que Jun era un Protector —un Protector que había sido tratado injustamente y que necesitaba justicia.

—Está bien, pero nos mantenemos unidos.

Min sólo esperaba no estar firmando una sentencia de muerte.




El corazón de Jun golpeaba su pecho, mientras llegaban al edificio en ruinas. A medida que se salían, un sudor frío corría por su cuerpo, a pesar de las bajas temperaturas. Aunque había pasado tiempo desde que había visto a Benson, Jun podía sentir que el vampiro estaba ahí. Lo que es peor, que estaba al acecho para matarlos a todos.

«Oh, genial. ¡Que empiece la diversión!»

Saeng se acercó y le entregó una bolsa a Jun. Al abrirla, su pecho se hinchó cuando vio sus sai en el interior. —¿Pensé que habías dicho que robaron todas mis armas?

Saeng sonrió. —Bueno, ellos no conocían todos tus secretos escondites como yo. Fui de nuevo a tu antiguo departamento y las encontré esta mañana.

Sacándolas, Jun les dio un giro de prueba, una oleada de energía lo recorrió cuando la empuñadura de sus espadas gemelas se deslizaron perfectamente en su lugar, en las palmas de sus manos.

Sonriente, se giró hacia los demás. —Vamos a hacer esto.

Ni siquiera se molestaron con ser sigilosos dado que Benson ya sabía que venían, Jun irrumpió por la puerta abierta. Él estaba consternado, pero no demasiado sorprendido de encontrar a varios de los vampiros-ghoul tambaleándose por la habitación.

Benson estaba sentado en una silla en el centro de la habitación. El vampiro se veía tan guapo y bien arreglado como siempre, su pelo rubio peinado a la perfección y su traje limpio y planchado.
A sus pies había dos hombres civiles que vestían uniformes de policía.

Kyu hizo un ruido de chasquido. —Sacando a los policías de la carretera. No es cool, hombre, con todas las renuncias, la fuerza ya está demasiado reducida como está.

Benson sonrió. —Oh, tenemos un listillo. ¿Por qué tiene que haber uno en cada grupo? —Girándose hacia las criaturas, Benson dijo—: Mátenlo a él primero, luego encárguense de los demás. Aunque asegúrense de dejar con vida, a Jun. Él me pertenece.

—Creo que no, imbécil. Pudiste tenerme en cautiverio, pero nunca fui y nunca seré tuyo —respondió Jun.

Una cínica mirada apareció en el rostro de Benson mientras se ponía de pie. —¿En serio? Actúas todo duro ahora que tienes a tus amigos contigo, pero me pregunto qué dirían si supieran cómo solías llorar por misericordia. Cómo solías rogar por restos de comida. La forma en que lloraste cuando te azotaba. ¿Crees que te apoyarían si supieran todas las veces que me rogaste que te matara, sólo para que tu sufrimiento terminara? Ahora, ¿qué tan valiente es eso? No eres un Protector, no eres más que una débil bolsa de sangre que lleva su capa.

Kyu dejó escapar un gemido burlón. —Oh, ¿puedes matar a este imbécil? Estoy harto de escuchar sus tonterías.

Jun sonrió y giró su sai. —Con mucho gusto. Y no va a ser difícil en absoluto, porque te has perdido de algo muy importante, Benson. Ya no soy un débil, golpeado y encadenado. Soy libre, con plena potencia y, sobre todo, soy un Protector. Y lo que realmente apesta para ti, es que soy uno muy enojado.

Dejando escapar un grito de guerra, Jun atacó. Benson enseñó los colmillos y se reunió con él a la mitad del camino. Se encontraron con un choque terrible, el sonido de las sai de Jun contra las garras de Benson llenaban la habitación.

Esa pareció ser la señal para los demás porque pronto, toda la sala estaba en la batalla mientras los Protectores y Suk se encargaban de las criaturas.

Tomándolo cómodamente porque Min aun seguía cerca, Jun se permitió enfocarse en su propia lucha. No era fácil. Benson era un antiguo vampiro nacido de sangre pura, lo que significaba que tenía un montón de experiencia. También era muy rápido y jodidamente fuerte.

Pero Jun tenía algo que Benson no tenía, la necesidad de venganza que ardía dentro de él. No sólo estaba luchando por sí mismo, también para todos los demás esclavos que habían perdido la vida en las manos del vampiro.

Ambos golpeaban y esquivaban golpes, cada uno de ellos anotando pequeños puntos aquí y allá. Las garras de Benson raspando la mejilla de Jun, causando que sangrara. Jun estaba tan excitado a causa de la adrenalina de la lucha, que apenas lo sintió. Ni siquiera se molestó en limpiarse mientras seguía arremetiendo con su sai.

Blandió la hoja a un lado y sonrió satisfecho cuando vio un agujero en el lindo traje de Benson. Luego, Jun se aseguró de cortar algunos mechones del perfecto cabello del hombre.

Benson dejó escapar un gemido cuando vio el daño a su ropa. —Es un Armani, pedazo de mierda.

Jun siguió atacando haciendo cortes en su carne en cada ocasión. —Y esto es por mi madre.
Corte.

—Esto es por mis hermanos.
Corte.

—Esto es por mi padre.
Corte.

—Esto por las inocentes personas y seres sobrenaturales que esclavizaste y asesinaste.
Corte.

—Esto por mi orgullo y dignidad.
Corte.

—Y esto por enviar a esos feos monstruos a destruir mi departamento y orinar mi camiseta favorita de los Leones.

En ese momento, Benson sangraba lleno de cortes. Jun sabía que tenía que acabar con el vampiro, pero él tenía que decir una última cosa. —Y esto es por apartarme del hombre que amo y hacer que perdiéramos dos años.

Jun hundió su sai en el corazón del vampiro. Benson lanzó un grito antes de que un destello de luz llenara la habitación y el vampiro se disolviera en un montón de cenizas. Pateando los restos a un lado, Jun escupió sobre ellos antes de ir a ayudar a los demás.

Estaba un poco decepcionado de encontrar que la batalla había terminado. Los demás Protectores lo veían, todos ellos con idénticas miradas de asombro. Con excepción de Min , que estaba radiante de orgullo.

Kyu dejó escapar un silbido. —Maldición, recuérdame nunca hacerte enojar. Eres un jodido.

Min se apresuró y envolvió a Jun en un fuerte abrazo. —Vamos, bebé, Vamos a casa.

Casa. Eso se oía lindo. Dejando escapar un suspiro de pura felicidad, Jun asintió y correspondió el abrazo.



Un par de noches más tarde, Jun y Min estaban en el borde del río.

—Yo sigo diciendo que me estás engañando —dijo Jun mientras veía la turbia agua.

—Sí, veremos qué dices cuando veas a Snuggles —respondió Min.

Jun señaló con la cabeza hacia Suk. —¿Qué esta haciendo aquí?

—Snuggles sólo llega a la costa cuando es convocado por la sangre de un vampiro.
Jun arrugó la nariz. —Ewww... —No es que le importara que Suk estuviera aquí. De hecho, Jun estaba encantado de que el vampiro hubiera decidido quedarse por tiempo indefinido para ayudar a los Protectores. Incluso estaba ocupando el viejo departamento de Jun.

Jun vio a Kyu. —¿Por qué está aquí?

Por una vez, Kyu estaba siendo tranquilo, quedándose atrás del resto del grupo. Si Jun no lo conociera bien habría jurado que Kyu estaba actuando tímidamente, pero eso no podría ser posible, ya que ese tipo de comportamiento era totalmente contrario a la arrogante normal actitud del Protector.

—Kyu dijo que también quería ver a Snuggles. —Min se inclinó y le murmuró la siguiente parte—: Aunque creo que realmente vino a ver a Suk.

Jun dejó escapar un pequeño grito ahogado de sorpresa al ver a Kyu. Efectivamente, la mirada del Protector estaba centrada en GeunSuk. Kyu incluso hizo un gesto de compasión cuando Suk se hizo un corte en la mano y regó un poco de sangre en el agua.

Todos esperaron con gran expectación por unos momentos, pero no pasó nada. Justo cuando Jun estaba a punto de decir que eso eran tonterías, el agua empezó a moverse y una cabeza de color marrón se asomó a la superficie.

—Mierda, existe —jadeó Jun, dando varios pasos atrás mientras la criatura nadaba acercándose a la costa.

—¡Te lo dije! —Min se regodeaba.

Jun trató de darle una sucia mirada, pero falló porque no podía soportar estar enojado con Min. No cuando le mostraba a Jun algo tan maravilloso.

Snuggles bajó la cabeza y Jun dio algunos vacilantes pasos hacia adelante antes de llegar a acariciar el hocico. Se sentía húmedo y pegajoso, y se dio cuenta de las numerosas cicatrices que marcaban su largo cuello.

—Hey, estamos un poco igual. O por lo menos la forma en que solía ser —dijo Jun, todavía acariciándolo.

Snuggles dejó escapar un sonido bufando, algo que Jun tomó como para saber que estaba de acuerdo.

Jun se giró hacia Min, y le dijo: —Muchas gracias.

Min se encogió de hombros. —Es sólo Snuggles.

—No, me diste mucho más que eso y lo sabes.

—Sí, bueno, eso va en ambos sentidos, bebé —dijo Min mientras jalaba a Jun a sus brazos.

—Deja de usar nombres de mascotas en mí — se quejó Jun.

—Deja de quejarte y dame un beso.

Así que Jun hizo exactamente eso y, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Min, Jun sabía que nunca lo dejaría ir.





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