domingo, 20 de diciembre de 2015

Una Navidad Tri-Omega



Parte 1 


—Jun, Min no va a llegar más rápido aquí aunque estés mirando por la ventana.

Hyung Jun se volvió y miró a Hyun  antes de mirar por la ventana. —Estoy menos preocupado por la rapidez con que él llegará y más preocupado por los nubarrones de arriba. —Hizo un gesto con su mano a las oscuras nubes grises que se cernían sobre las montañas que rodeaban su pequeño rancho—.Yo simplemente no quiero que quede atrapado en esta cosa.


Jun sintió fuertes brazos rodeándolo por detrás. —Bebe, somos hombres-lobo. Podemos manejar un poco de clima frío.

Jun se echó hacia atrás en los brazos de Hyun, apoyando su cabeza contra el ancho y musculoso pecho que estaba presionado contra su espalda. —Hyun, te quiero, realmente lo hago, pero a veces puedes ser un verdadero dolor en el culo.

Hyun se rió, su aliento cálido soplo a través del cuello de Jun. —Admítelo, te encanta cuando soy un dolor en tu culo.

—Tal vez.

—¿Tal vez? —Exclamó Hyun

—Hyun! —Gritó Jun echándose a reír incontrolablemente cuando Hyun lo levantó. Se encontró a si mismo tirado por encima del hombro de Hyun, con el culo en el aire y la cabeza colgando hacia abajo junto al magnífico trasero de Jun, fue llevado a través de la sala de estar hasta su dormitorio.

Jun soltó otro grito cuando de pronto voló por la habitación y cayó sobre la cama, rebotando varias veces. En el momento en que logro parar, Hyun ya tenía la camisa afuera y estaba trabajando en sacarse sus jeans fuera de sus piernas.

Toda la risa desapareció de Jun cuando su nivel de deseo pasó de semi interesado a piloto automático. Su pareja era condenadamente sexy, más aún sabiendo que pertenecía a Jun. —¡Dios, eres caliente!

Hyun  sonrió. —¿Sí?

Jun rodó sobre sus manos y rodillas y se arrastró hasta el borde de la cama. Él miró la enorme polla saltando frente a su cara, lamiéndose los labios. —Oh sí—susurró justo antes de lamer la punta de la polla de Hyun.

El gemido, necesitado que oyó encima de él hizo sentir a Jun mareado. Le gustaba hacer sentir bien a su pareja. Era casi tan bueno como un orgasmo, casi. Nada en la tierra le ganaba a tener un orgasmo creado por una de sus parejas.

Parejas... ese pensamiento hizo a Jun recordar que Hyun no era su única pareja. Quería preguntarle a Hyun donde estaba Min pero tenía su boca llena con la polla de Hyun y él no estaba dispuesto a renunciar a su juguete ahora que lo tenía.

En su lugar, utilizó el vínculo mental que tenían todas las parejas. —¿Adónde dijiste que Min fue? ¿No debería estar aquí con nosotros?

—Tuvo que ir corriendo a la ciudad por algunos recados de última hora —dijo Hyun—. Ahora presta atención a lo que estás haciendo, cariño.

Jun se rió. Hyun podría ser algunas veces audaz, no como Jun. Un Min lujurioso era una cosa muy buena. Unos lujuriosos Hyun y Min era aún mejor, pero Jun suponía que podía esperar hasta que Min llegara a su casa para eso.

—Mierda, bebé, eres tan bueno en eso —se quejó de Hyun—. Tu boca es mágica.

Jun sonrió alrededor de la polla en su boca antes de tragar más del gran eje de Hyun.

Hyun era enorme, algo que Jun encontró muy excitante, pero el hombre no era fácil de tomar, ya fuera en su boca o en su culo.

La piel suave sobre el duro acero, el dulce sabor del pre-semen, todo ello combinado para llevar a Jun a la locura. Su polla estaba tan dura en sus jeans que pensó que sus pantalones podrían explotar. Jun dejo salir la polla de su boca y se echó hacia atrás para sacarse su camisa sobre su cabeza. Él la tiró por la habitación y buscó los botones de sus jeans.

Antes de que pudiera conseguir llegar a ellos sus piernas fueron empujadas, Hyun gruñó. Eso envió un temblor de alegría por su espina dorsal. Hyun empujó a Jun sobre la cama y agarró sus jeans, arrancándolos de sus piernas tan rápido que apenas Jun supo lo que sucedía antes de que él estuviera desnudo.

Jun sonrió y mantuvo sus brazos abiertos a su pareja. El nivel de calor que se estaba formando entre ellos podría haber iniciado un incendio forestal. Jun envolvió con sus brazos a Hyun cuando el hombre se posó sobre su cuerpo. Le encantaba la sensación de estar aprisionado por uno de sus parejas. Eso le hizo saber que estaba siendo amado.

—Ahora, yo te voy a mostrar que dolor en tu culo puedo ser, —dijo Hyun mientras empujaba dos dedos lubricados en el culo de Jun.

Jun siseó, la repentina intrusión ardió y dolió. Sus caderas se movieron, llevando los dedos de Hyun más profundo dentro de su apretado agarre. El ardor lentamente menguó cuando Hyun empujó dentro y fuera, para ser reemplazado por un dolor profundo.

—¿Te gusta eso, bebé?

Jun jadeó. —Eso-eso sería mejor si fueras tú.

—Pronto, Junnie—dijo Hyun. Su voz sonaba baja y profunda, necesitada—. Yo sólo tengo que estirarte un poco más antes de que puedas tomarme.

No importaba lo mucho que quisiera sentir que Hyun se metiera dentro de él en este instante, sabía que Hyun tenía razón. El hombre es tan grande como un caballo. Jun podría resultar gravemente herido si Hyun no lo preparara adecuadamente primero. Pero una vez que lo hizo...

—Más, Hyun, —suplicó Jun. Sus dedos arañaban las sábanas. Apretó los muslos justo por encima de las rodillas y tiró de ellos hasta el pecho, separando las piernas lo más lejos que pudo. Sabía que parecía un lujurioso. No le importaba.

Un tercer dedo fue empujado dentro de Jun. Se unió rápidamente un cuarto dedo. La mente de Jun se deslizó en una bruma de lujuria. Cuando los dedos de Hyun comenzaron suavemente a tirar de sus pezones, los labios de Hyun lo devoraron, Jun comenzó a temblar.

Su orgasmo no estaba muy lejos. —Hyun, si tu no llevas esa hermosa polla dentro mi culo en los próximos dos segundos, me corro sin ti.

Hyun se rió entre dientes. Los ojos de Jun se estrecharon. Eso era un sonido diabólico. Él gimió en señal de protesta cuando Hyun sacó los dedos hasta que sintió un pequeño toque en la cadera.
Jun levantó una ceja a Hyun.

—Gírate, bebé —ordenó Hyun—. Joderte no es la única cosa que quiero hacerte.

Jun no pudo rodar lo suficientemente rápido. Hyun, Min y Jun disfrutaban de la variedad en el juego sexual. Parte de ello era amoroso, lento y suave. Algunos eran calientes, desesperados y necesitados. Y algunos de ellos eran francamente pervertidos.

Jun podría decir por las palabras de Hyun que esto sería de la clase pervertida. Sus dos parejas sabían que le gustaba ser azotado, y aprovechaban cualquier oportunidad para hacer precisamente eso. Jun estaba bastante seguro de poder correrse sólo con la sensación de la mano de Hyun o de Min azotando su culo. No había nada igual en el mundo.

Jun se colocó en sus manos y rodillas y se presentó a su pareja. Él movió su culo, anticipando la sensación de la mano de Hyun cayendo sobre sus mejillas redondeadas. La espera era la mitad de la diversión. La otra mitad hizo a Jun gemir cuando Hyun golpeó su culo.

—Me encanta lo mucho que disfrutas de esto, Junnie.

Jun se rió—. Y disfruto lo mucho que te gusta. Funciona bien para nosotros, entonces, ¿eh?  —Funcionaría mejor si pones esa gran polla en mi culo mientras me azotas.

—No sé, Jun—dijo Hyun mientras golpeaba el culo de Jun de nuevo—. ¿Te mereces mi polla? ¿Ha sido un buen chico?

—¡Dios, sí! —Gimió Jun mientras empujaba de nuevo hacia la próxima palmada. Había sido bueno. Había sido muy bueno. Él no había usado sus poderes de Tri-Omega en nadie últimamente. Trató muy duro para no volver locos a Hyun y Min cuando descubrió que todos sus amigos irían en Navidad. Él Había sido muy bueno.

Jun sintió presionar la cabeza de la polla de Hyun contra su estrecha entrada. Hyun parecía querer burlarse de él, empujando un poco, pero nunca llenándolo completamente. Jun se quejó. Agarró las sábanas en sus manos y apretó los dientes.

—¡Hyun! —Se lamentó—. Por favor.

La gran cabeza en forma de champiñón se empujó dentro. Hyun se movía tan despacio que Jun pensó que podría morir de viejo antes de que él fuera empalado por completo con el pene del hombre. Decidiendo tomar el asunto en sus propias manos, por así decirlo, Jun se preparó y después empujó hacia atrás con todas sus fuerzas.

La intrusión fue rápida y dura, y Jun amo cada segundo de ella, especialmente cuando Hyun gritó detrás de él cuando el hombre se hundió todo el camino. Jun podía sentir las caderas de Hyun presionado contra las suyas, las manos de Hyun lo agarraron con fuerza sobrenatural.

—Joder, Jun, ¿por qué hiciste eso? —Hyun gimió cuando él comenzó a empujar dentro de Jun con empujes profundos y poderosos—. Ahora no puedo ir despacio.

—No quería lento —gruñó Jun—. Quiero que me jodas con tanta fuerza que no pueda caminar por una semana.

—Min y yo tendremos que cargarte a todas partes. —Hyun se rió.

—Ese es el punto.

—Tus deseos son órdenes, bebé. —Hyun se inclinó sobre Jun hasta que su cuerpo cubrió al hombre más pequeño—. Por supuesto, entenderás que voy a tener que castigarte primero, ¿verdad?

—Oh, Dios mío, eso espero —le susurró Jun. Se agarró de la cabecera frente a él, sus nudillos eran casi blancos. La sensación de Hyun empujando en él con toda la fuerza detrás de su cuerpo musculoso casi deshizo a Jun.

Hyun era un hombre fuerte, el Alfa de la manada. Él les gobernaba con fuerza, inteligencia y corazón tierno, aunque no le gustaba admitir que tenía uno. Jun sabía que él lo tenía. Él lo sentía cada vez que el hombre lo tocaba, en cada caricia, cada beso dulce.

Min, la otra pareja de Jun, era muy similar, aunque tenía momentos donde era más fácil que mostrara su lado más suave. Min era el Beta de su manada, el segundo al mando. Él no tenía que estar en control todo el tiempo como Hyun tenia que hacerlo.

Como el Omega de la manada, Jun sintió que era su trabajo malcriar tanto a Hyun como a Min y recordarles por qué trabajaron tan duro para mantener a su manada segura y feliz. Ser una puta total era parte de su trabajo en lo concerniente a sus parejas y uno que Jun disfrutaba inmensamente.

—¿Te gusta eso, bebe? —Preguntó Hyun—. ¿Te gusta mi polla en tu culo?

—Sí —jadeó Jun. Trabajó en contraer los músculos internos para agarrar la polla de Hyun, sonriendo al oír el gemido del hombre, el ritmo de sus embestidas se volvieron erráticas—. Mas duro, Hyun.

—Mi culo —gruñó Hyun—. Mi ritmo.

Jun gritó cuando la gruesa mano de Hyun cayó sobre su culo en varias ocasiones. Eso hizo que su polla se endureciera más. Pensó que podría explotar en cualquier momento. Estiró la mano debajo de su cuerpo y agarró con fuerza su propia polla con su mano.

La fricción de su polla deslizándose a través de su mano con cada poderoso golpe del cuerpo de Hyun rápidamente tenía a Hyun en el borde de un magnífico orgasmo. Podía sentirlo venir, sentir sus bolas apretarse a punto de explotar.

—¡Hyun! —Jun se lamentó.

—Estoy ahí contigo, cariño —dijo Hyun—. Córrete para mí, Junnie, córrete encima de mi polla.

Jun gritó, las simples palabras de Hyun fueron suficientes como para mandarlo por encima del borde. Su cuerpo se estremeció cuando su orgasmo lo agarró, su blanca semilla perlada fue tirada sobre las sábanas que estaban debajo de él. Jun oyó el distante bramar de Hyun detrás de él. Hundiendo los dedos en sus caderas cuando Hyun empujó fuertemente en él, chorros de la liberación del hombre lo llenaron antes de que Hyun se desplomara encima de él.

Hyun los giro hacia un lado, acurrucando a Jun en sus brazos. Jun sentía cada caricia de las manos del hombre tan amorosas como deberían ser. Se movió hacia atrás contra el cuerpo más grande detrás de él, contento de estar solo en brazos de Hyun por ahora.

—¿No crees que deberíamos levantarnos y limpiar un poco? —Preguntó Hyun después de un momento, moviendo sus caderas un poco, recordando a Jun que su pareja estaba aun enterrado dentro de él.

—Nop. —Se rió Jun—. Estoy muy feliz donde estoy. —Volvió la cabeza para mirar hacia atrás por encima del hombro a Hyun—. Además, si nos quedamos aquí hasta que Min llegue a casa omitiremos un paso.

—¿Omitir un paso? —Preguntó Hyun, con confusión en su voz. —Si ya estamos desnudos y en la cama...




Continuara............

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