martes, 22 de diciembre de 2015

Una Navidad Tri-Omega Parte 2




Hyun abrazó el cuerpo dormido de Jun más cerca mientras miraba las nubes oscuras que se cernían sobre la cordillera detrás de su casa. Podía oler la tormenta que se avecinaba en el aire y sabía que iba a ser grande.

Era la víspera de Navidad. Con la tormenta que se avecinaba no podrían ser capaces de salir del rancho hasta el Nuevo Año. Hyun no necesariamente consideraba eso como malo, siendo bloqueados por la nieve con sus dos parejas. Les daría un montón de tiempo para abrazarse juntos delante de la chimenea encendida. ¿Qué otra cosa se suponía que debían hacer? ¿Tejer?

Aún así, estaba empezando a anochecer y la preocupación de Jun comenzó a extenderse a Hyun. Min fue al pueblo para recoger el regalo de navidad sorpresa de Jun hacia horas. Ya tendría que haber estado en casa.


Como no quería alertar a Jun de su preocupación, Hyun utilizó el vínculo que tenia con su pareja Min para tratar de ponerse en contacto con él. Llamó varias veces, pero no recibió respuesta, lo que le preocupo aún más. Sin importar lo que estuviera sucediendo, Min siempre respondía cuando él lo llamaba.

Su preocupación crecía por segundos, Hyun cuidadosamente sacó el brazo por debajo de la cabeza de Jun y lo reemplazó con una almohada. Se dio la vuelta hacia el lado de la cama, y luego alcanzó las mantas para colocarlas alrededor de su pareja.

Jun gimió por un momento. Hyun retiró el cabello de color arena castaño de su cara hasta que el hombre se calmó, entonces rápidamente se levantó y se colocó su ropa. Sin molestarse en tomar los zapatos, Hyun salió de la habitación en busca de Kyu, el miembro restante de su pequeña manada de lobos.

Nunca había tenido una gran manada, para empezar, la mayoría de ellos habían sido exiliados de sus manadas de nacimiento por ser gay. Ellos se habían unido como una manada, Hyun como su Alfa. Sin embargo, durante los últimos meses, algunos de sus miembros se habían emparejado y trasladado a otras manadas, dejándolos a ellos cuatro como los únicos miembros

Hyun sospechaba que Kyu se mudaría con su pareja también, si alguna vez la encontraba.

Poco a poco, su manada se volvió más pequeña. Hyun no necesariamente veía esto como algo malo. Todos los ex miembros de la manada estaban contentos y emparejados y eso era todo lo que él pudo desear para ellos, pero él echaba de menos a todos.

Sin embargo, Hyun no se preocupaba por el tamaño de su manada. Con sólo cuatro miembros restantes, se habían vuelto vulnerables a los ataques de otras manadas, manadas más grandes que querían su territorio. Hyun sólo podía esperar que pudieran mantenerse a salvo hasta que encontraran nuevos miembros.

—¿Kyu? —Hyun llamó al llegar a la gran sala de su rancho.

—En la cocina, —respondió Kyu.

Hyun se apresuró a la cocina. Él acababa de ver los primeros signos de la nieve que caía fuera en los grandes ventanales del comedor, mientras caminaba a través del camino a la cocina. Encontró a Kyu haciendo café.

—Oye, ¿has sabido algo de Jung Min?

—Uh, no. —Kyu arrugó la frente mostrando confusión—. ¿Tu tampoco?.

Hyun negó con la cabeza. —No, y no puedo llegar a él a través de nuestro lazo tampoco. Estoy empezando a preocuparme. Tendría que haber estado en casa ya...

—¡Yo sabía que algo andaba mal!

Hyun se dio la vuelta para encontrar a Jun de pie detrás de él, con una manta envuelta alrededor de sus hombros. Hyun cerró los ojos un momento deseando que su pareja se hubiera quedado dormido.

Jun no se iba a tomar muy bien que Min estaba perdido.

—Yo no dije que algo andaba mal, Jun—dijo Hyun abriendo sus ojos mirando hacia arriba—. Pero tienes razón, el clima es cada vez peor y me preguntaba si Kyu sabia de él.

La mirada que Jun le envió Hyun le hizo hacer una mueca de dolor. Detestaba que Jun lo mirara de esa manera. Por lo general, significaba que una pataleta a gran escala se avecinaba y que no era una buena cosa que su pareja estuviera preocupada.

Jun era un Tri-Omega. Él tenía habilidades que ni siquiera tenía Hyun. Jun era bueno en no usar sus habilidades a menos que fuera necesario, pero de vez en cuando sus emociones se apoderaban de él y entonces sus habilidades sacaban lo mejor de todos los demás.

Hyun sonrió al recordar a Jun congelarse así mismo poco después de que se emparejaran. No había sido capaz de mover un músculo, nada, excepto sus ojos. Jun sólo estaba tratando de detener una pelea que Hyun estaba teniendo con los padres de Jun, pero aún así, Hyun era el Alfa, el hombre a cargo. Jun no debería haber interferido.

—No puedo llegar a él a través de nuestro vínculo, Hyun, —susurró Jun, todo el color se le drenó de su rostro—. ¿No crees que algo le sucedió a él, ¿verdad?

Hyun inmediatamente cruzó la habitación y abrazó a Jun hacia él. —Bebé, estoy seguro que Min está bien.

—Pero...

—No sé por qué no nos ha contestado, pero Min es un chico grande —continuó Hyun—. Él puede cuidar de sí mismo. —Hyun se inclinó para mirar hacia abajo a la cara preocupada de Jun—. Pero si eso te hace sentir mejor, voy a hacer algunas llamadas telefónicas y ver si alguien lo ha visto, ¿de acuerdo?

Jun asintió con la cabeza. Su cara era casi blanca, sus ojos  muy abiertos. Hyun lo abrazó de nuevo. Miró por encima de la cabeza de Jun hacia Kyu y vio la misma preocupación en su rostro. A esta hora Min debería haberse puesto en contacto con ellos.

—Voy a coger la camioneta e ir a la ciudad en busca de Min—dijo Kyu, para gran alivio de Hyun—. Tengo mi teléfono celular, así me llaman, si se enteran de algo.

Hyun asintió con la cabeza y miró hacia abajo a Jun cuando Kyu salió de la habitación. —Bebé, quiero que vayas a encender la chimenea, mientras que comienzo a hacer llamadas telefónicas. Si Min está afuera con este clima vamos a necesitar que la casa este agradable y cálida para él cuando llegue a casa.

Jun asintió con la cabeza y se apresuró. Hyun sabía que el hombre necesitaba algo para mantenerse ocupado, algo que los hiciera sentir como que estaba ayudando. Si Min no regresaba a casa pronto, Hyun tenía mucho miedo que Jun enloqueciera.

Él Amaba a Min más que el aire que respiraba, al igual que Hyun. Min era su otra mitad, su pareja. Lo necesitaban. Si algo le sucedía a Min, Hyun y Jun estarían devastados.

Hyun se acercó a su estudio y cogió el teléfono. Él ya estaba marcado al teléfono celular de Min antes de que siquiera se sentara. No se sorprendió cuando él no recibió ninguna respuesta. Si Min no pudo responderle mediante su vínculo de pareja, él no contestaría el teléfono celular.

Hyun ojeo su Rolodex y comenzó a llamar a una serie de números de teléfono. Intentó primero en la estación de tren local, la razón por la que Min fue a la ciudad en primer lugar. El regalo sorpresa de Jun iba a llegar en tren.

—Hola, Estación de tren Valley. ¿En qué puedo ayudarle?

—¿Siwon?

—¿Sí?

Soy Hyun Joong, Min iba a ir a la ciudad a recoger a algunas personas que llegaban en el tren de la tarde. ¿Lo has visto? Él no ha llegado aún a la casa y estoy empezando a estar un poco preocupado por él.

—Hola, Sr. Kim—respondió el hombre—. Min no ha llegado todavía, pero sus invitados lo hicieron hace una hora. Esperaron por un rato y luego se fueron en auto con Heechul desde el restaurante. El se desviaría y dijo que les daría un aventón. Deberían de llegar allí muy pronto.

—Gracias, Siwon—dijo Hyun, sintiendo que su corazón se desplomaba aún más—. ¿Si ves a Min podrías decirle que me llame? Hay una tormenta y me gustaría saber que esta a salvo antes de que llegue.

—No hay problema, Sr. Kim. ¿Quiere que haga correr la voz que él está perdido?

—No, todavía no. —Hyun pasó su mano por su cabello—. No estoy realmente seguro de que este perdido todavía. Él sólo puede estar retrasado. Sólo mantente alerta por él.

—Está bien. Feliz Navidad, Sr. Kim.

—Feliz Navidad a ti también, Siwon.

Hyun colgó el teléfono y lo miró. Bueno, eso había sido un fiasco. Hyun cogió el teléfono y comenzó a llamar a todos los lugares que se le ocurrió, el mercado local, la cafetería, la tienda de electrónica, el almacén de grano y forraje. Su pequeña ciudad estaba bien, bastante pequeña. No había muchos sitios donde llamar.

Al recibir negativas a todas las averiguaciones sobre Min, Hyun realmente comenzó a preocuparse. Parecía que Min ni siquiera había llegado a la ciudad. Nadie lo había visto. Hyun llamó a Kyu, con la esperanza de que hubiese encontrado a Min. Su siguiente llamada telefónica sería al sheriff.

—¿Hola?

—¿Kyu? Es Hyun, ¿alguna señal de él?

—No, y estoy casi en la ciudad ahora.

—¡Mierda!

Hyun giró su silla para mirar por las ventanas de su estudio. Los copos de nieve que comenzaron a caer antes de que Kyu se fuera caían mucho más fuertes ahora. Si Min estuviera atrapado en esta tormenta podría estar en grave peligro.

Es cierto, que como hombres-lobo tenían una mayor inmunidad al frío, pero no eran impermeables a el. Podían morir de hipotermia al igual que cualquier otro. Solo les tomaría un poco mas de tiempo.

—¿Hyun?

—Sí, estoy aquí —dijo Hyun—. Mira, sólo sigue buscando. He llamado a casi todas partes y no lo he encontrado, pero él tiene que estar en alguna parte. El regalo de navidad de Jun debe llegar en cualquier momento. Una vez que lleguen aquí, eso lo mantendrá ocupado un rato mientras nosotros lo buscamos.

—Te entiendo.

—Gracias, Kyu, y mantente a salvo, ¿de acuerdo? Esta tormenta que se avecina será implacable. No te quedes afuera por mucho tiempo.

—Voy a estar bien, Hyun.

Hyun se rió mientras colgaba el teléfono. Kyu era muy independiente, incluso si él era un miembro de la manada de Hyun. Hyun sospechaba que había una historia detrás de la actitud solitaria de Kyu, pero Kyu nunca habló de ello.

Hyun y Min había hablado con Kyu cuando se unió a su manada. Ellos sabían por qué se había ido de su manada de nacimiento, la cual era la misma razón que ellos tenían. Kyu fue desterrado porque era gay. Pero Kyu no había hablado más allá de eso.

Esperaba que Kyu encontrara su pareja y fuera tan feliz como Hyun estaba con Jun y Min. El hombre se lo merecía. Era un buen hombre que merecía toda la felicidad que pudiera encontrar. Hyun estaba algo preocupado de que él no estuviese buscándola. Parecía evitar buscar a su pareja como a la peste.

—¿Jun? —Hyun sonrió cuando oyó los pies de Jun atravesar con rapidez el piso.

—¿Lo has encontrado? —Jun le preguntó mientras se acercaba corriendo a la habitación. La mirada ansiosa en su rostro le hizo doler el corazón a Hyun, sobre todo, porque tenía que decirle que no había localizado a su pareja.

Hyun negó con la cabeza. —No, cariño, no lo he hecho. Pero todavía estamos buscando. Mientras tanto, yo necesito que hagas algo por mí.

Jun asintió con la cabeza, su rostro decayendo un poco. Jun parpadeó varias veces, con sus manos cerrándose y abriéndose a sus costados. Hyun sabía que él estaba tratando de no llorar. Él abrió los brazos e hizo un gesto para el hombre se acercara a él.

Jun se desplazó por la habitación. Hyun cogió el pequeño hombre y lo rodeó con sus brazos, abrazándolo contra su pecho. Hundió su cara en el dulce olor del cabello de Jun. Hyun sintió que las lágrimas le picaban la esquina de sus ojos cuando oyó un pequeño sollozo viniendo de Jun. Se permitió un momento para dejar que sus emociones fluyeran.

Tomando una profunda respiración, Hyun levantó la cabeza. Se limpió una lágrima perdida y agarró la barbilla de Jun para inclinar la cabeza hacia atrás. Era hora de ser el fuerte de nuevo. —Vamos a encontrarlo, cariño, te lo juro.

—¿Lo haremos? —Preguntó Jun—. ¿Qué pasa si está herido, por ahí solo? ¿Qué pasa si no puede contactar con nosotros porque él está lastimado?




Continuara...............

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