domingo, 20 de septiembre de 2015

La evolución del amor Capitulo 23



Jun salió de cuidados intensivos dos días después. El tubo de respiración fue removido sin incidentes, y las drogas que mantenían dormido a Jun fueron suspendidas. Min estaba fuera de si por la impaciencia cuando le dijeron que Jun iba a ser trasladado a un cuarto regular.

―Dios, ¿Cuánto se toma moverlo de cuarto? ―El dejo de pasear en el cuarto de espera y señalo hacia cuidados intensivos―. ¡Ya paso al menos una hora!

Hyun se rio. ―Min, solo han pasado veinte minutos. Siéntate, ¿puedes hacerlo?


―Lo siento ―dijo Min―. Estoy muy ansioso por verlo.

―Lo has estado viendo cada cuatro horas desde que está aquí.

―Si, pero él no podía hablar conmigo. Él ni siquiera sabía que estaba ahí. Solo…solo quiero hablar con él. No sabré que el realmente está bien hasta hablar con él.

Empezó a pasear de nuevo. Hyun tomo su muñeca y lo jalo a la silla. ―Min, solo detente. Él debe de estar muy bien o ellos no lo sacarían de cuidados intensivos.

Min sonrió y presiono la mano de Hyun entre las suyas. ―Tienes razón, claro. Lo siento.

―Oye, no te preocupes por eso.

Pasaron otros quince minutos. Min estaba al borde de volver a pasear cuando una enfermera salió del pasillo de cuidados intensivos. ― ¿Park Jung Min?

Min se puso de pie. ―Sí, soy yo.

La joven mujer sonrió. ―Mi nombre es Sandra. Soy la enfermera de Jun hoy. O lo era. Estoy emocionada de conocerlo. Jun ha estado hablando de usted toda la mañana.

― ¿Él lo hizo? ―Min sintió un mareo de alivio.

―Sí. No se detiene. ―Ella se rio―. El realmente está ansioso por verlo.

―Yo también estoy ansioso por verlo. ―Min jugaba con la bastilla de su camisa incapaz de tener sus manos quietas―. ¿Ya está en su nuevo cuarto?

―Sí. Cuarto piso a la derecha del elevador, presione el botón intercomunicador afuera de las puertas dobles eso timbra en la estación de enfermeras y ellas lo dejaran entrar. Le prometí venir aquí y decirle donde está, él dijo que le dijera que fuera directamente a verlo.

Min dejo salir el aire y una pequeña risa. ―Seguro que lo hare. Gracias, Sandra.

―De nada. Dígale a Jun que yo digo que se comporte. ―Ella se giró y regreso a cuidados intensivos.

―Está bien ―dijo Min, viendo a Hyun―. Vamos.

Hyun se levantó y coloco su mano en el hombro de Min confortándolo. Se dirigieron a los elevadores. En el cuarto piso una enfermera los guio al cuarto de Jun. Min estaba fuera de la puerta con sus rodillas temblorosas.

― ¿Estas bien? ―Hyun preguntó.

Min asintió. ―Sí. Solo un poco asustado. Sé que es ridículo, pero no puedo dejar la sensación de que el no será…bueno, el mismo. Me asusta que ya no vuelva a ser Jun nunca más. ―Se giró a ver a Hyun―. ¿Tiene sentido eso?

―Extrañamente lo tiene. Mi padre tuvo una cirugía cerebral el año pasado debido a un tumor, recuerdo que estaba asustado de que el muriera o de que no fuera el mismo cuando despertara de la cirugía. Creo que todo el mundo se siente de la misma manera.

―Oh mi Dios, Hyun. No tenía idea. ¿Cómo está tu padre ahora?

―Oh, él está bien. No fue cáncer, era un tumor benigno. Lo sacaron todo y él ha vuelto a ser el mismo de siempre ahora.

―Bueno. ―Se giró a ver la puerta medio cerrada―. Bien. Ahí vamos.

―Estará bien, Min, no te preocupes. Voy al vestíbulo, le prometí a Hyo reunirme con ella ahí. Subiremos a ver a Jun dentro de poco. ¿Estás bien para hacer esto solo?

―Si, estoy bien. ―Min sonrió―. Gracias, Hyun.

―Para eso son los amigos, hombre. ―Hyun le dio un gran abrazo―. Te veré en un momento.

Hyun apretó la mano de Min y regreso a los elevadores.Tomando una profunda respiración, Min abrió la puerta y entro al cuarto de Jun.

La cara de Jun aún tenía múltiples cortes y moretones, pero la sangre seca había sido lavada y algo de color regresaba a sus pálidas mejillas. Un delgado tubo de plástico que alimentaba oxigeno salía de un fluxómetro en la pared hacia una pequeña horquilla en la nariz de Jun. Sus ojos estaban cerrados, sus labios ligeramente abiertos. Una mano curvada bajo su mentón. La bata del hospital era demasiado grande para él y se le salía un hombro que mostraba más moretones, se veía tan frágil y golpeado.

Min  parpadeo para alejar las lágrimas cuando se acercó a la cama. Él se sentó en el borde del colchón.
Jun parpadeo y abrió los ojos. Por un momento su cara blanca con confusión. Entonces sus ojos se iluminaron.

―Minnie. Dios, bebé…Estoy tan feliz…de verte. ―Su voz era débil y rasposa y él se detuvo varias veces para tomar aire. El sonido de eso, era tan diferente a la usual voz clara del parlanchín de Jun, que causo que el corazón de Min le doliera.

Jun levanto sus brazos. Min se inclinó y lo abrazo, muy cuidadosamente.

―También estoy feliz, dulce corazón ―dijo Min―. Te ves mucho mejor hoy.

― ¿Si? ―Levantando la sabana, Jun se dio una larga mirada.

―Mierda. ¿Esto está mejor? ―El dejo caer la sabana y le dio a Min  una débil sonrisa―. Mira parece que…debí de lastimarme…mucho.

―La risa que empezó a burbujear abruptamente se detuvo, La cara de Jun tenía un guiño de dolor―. Gracias a Dios…por las drogas.

Min pasó su mano por el cabello de Jun. ― ¿Tienes dolor, amor?

Jun se encogió de hombros. ―La pierna me duele algo… las costillas quebra…quebradas más. Joder duele…cuando respiro. ―Haciendo muecas de dolor, se froto el gran moretón en su costado derecho―. El jodido estomago…duele como…como un infierno…se siente como…si ellos me hubieran…cortado…a la mitad. ―la pena lleno su mirada cuando vio a Min―. Lo siento. No quise…causarte dolor.

―Oh, dulce corazón, no lo haces. ―Min se inclinó y beso los labios de Jun ―. Claro que no fue tu intención. Solo estoy aliviado de que estés bien.

―Allí estaba una roca…bajo la nieve… golpee…con ella…y caí… por la colina. ―Jun se hundió en la almohada su respiración lenta y rasposa.

―No trates de hablar tanto, cariño, solo te agota. ―Apoyo su frente contra la de Jun, Min acaricio la mejilla de su amante―. Eres afortunado de no haber muerto.

―No mierda. ―Jun inclino la cabeza y beso a Min. Su lengua se deslizo dentro de la boca de Min, caliente, sedosa y anhelante como siempre. Min no pudo evitar responder a pesar de que trataba duro de tocarlo suavemente.

Evidentemente la suavidad no era lo que Jun tenía en mente. Agarro la mano de Min , y la llevo bajo la sabana entre sus piernas. Min dejo salir un pequeño grito agudo de sorpresa, pero no retiro la mano.

―Jun, ¿Qué estás haciendo?

―Te necesito…necesito que me toques, ―Jun murmuró. Se empujó hacia la mano de Min. Jun siseo de dolor cuando su pierna se movió hacia Min.

―No creo que realmente sea el momento ―dijo Min―. Aun estas lastimado.

Jun vio a Min con una extraña mezcla de dolor y necesidad. Su pene flácido bajo la palma de Min. ―Lo sé. Y no…realmente siento…como si…fuera…a hacer…nada…yo solo… ―El vio hacia la
ventana y sacudió la cabeza.

― ¿Solo que, amor? ―Min movió su mano por el muslo no lastimado de Jun y apretó suavemente―. Dime.

―Pude…pude morir…recuerdo…que lo último…que pensé… antes…de desmayarme…fue que…iba a morir…y nunca…te vería… de nuevo. Solo necesito…sentirte…sentir…que estoy vivo…ahora… y nada…me hace…sentirme vivo…como…el hacer…el amor… contigo. ―La mirada de dolor de Jun le rogaba a Min―. ¿Eso tiene…tiene sentido?

―Realmente, se lo que quieres decir. ―Min tomo la mano de Jun y froto su pulgar en sus nudillos.

Jun le dio una débil sonrisa. ―Además…el orgasmo… libera….en…endorfinas.

― ¿Qué? ―Min se rio.

―Endorfinas. Analgésico…Natural. Tu cerebro…las libera… cuando tu…cuando te corres. Esa es una…de las razones…que se… siente…tan bien…lo leí…en algún…lado.

―Estaba seguro de que encontrarías una manera de hacer del sexo una necesidad médica.

―Algunas veces…la ciencia es…es divertida. ―Jun movía sus cejas.

Min llevo sus manos a las mejillas de Jun. ―Te amo, niño loco.

Jun sonrió. ―Lo sé. También…te amo. ―Paso su dedo por los labios de Min―. Bésame…Min, por favor.

Ellos aún se estaban besando cuando Hyun y Hyo entraron.

Hyun se rio y ambos se sobresaltaron.

―Al parecer no te sientes tan mal ―Hyun le dijo mientras Hyo se aproximaba a la cama.

Jun les sonrió. ―Mi enfermero…privado…está besándome… eso es lo mejor. ―Levanto las manos e hizo un gesto de dolor―. Estúpidas costillas. Ven.

Min se apartó y se apoyó contra la pared. Hyun obedientemente se acercó y abrazo a Jun, sosteniéndolo como si fuera porcelana china que temiera quebrar. Beso la frente de Jun y se apartó. Jun le sonrió a Hyo.

―Oye aquí…hermosa ―le dijo―. ¿No quieres… también… darme… un abrazo?

Lagrimas bajaron por la cara de Hyo cuando se acercó a Jun y le beso la mejilla. Él le apretó la mano.

―Está bien. Todo está bien. ―Le levanto la cara y con su pulgar retiro las lágrimas.

Ella lo veía fijamente con atormentada mirada. ―Estaba tan asustada, Jun. Temía que murieras, y sería mi culpa.

Jun se rio, estremeciéndose un poco por el dolor. ―No lo seria…nadie seria…culpable…solo mía…si es de alguien. Pero me siento…como si me hubieran...golpeado…con un bate…realmente… grande…pero voy…a estar…bien.

― ¿Porque en la tierra el accidente de Jun seria tu culpa? ―Min preguntó.

Jun y Hyo se vieron con una amplia e idéntica sonrisa, conociendo esas sonrisas, frunciendo el ceño, Min se giró hacia Hyun. Su cara estaba en blanco, pero algo en sus ojos le dijo que él sabía exactamente porque Jun y Hyo estaban sonriendo.

Min cruzo sus brazos y vio seriamente a Jun. ―Bien, ¿Qué sucede?

Jun, Hyo y Hyun intercambiaron miradas. Hyun se encogió de hombros. ―Tu dile, Hyo.

Hyo asintió. Ella tomo la mano de Hyun. ―Yo le dije algo a Jun justo antes de empezar a bajar la colina donde él se cayó. Temí que se hubiera caído porque le distrajo lo que le dije.

―No ―dijo Jun―. Fue solo mi momento…para estrellarme y golpearme…supongo.

Hyo le sonrió agradecida. Min se mordió el labio confrustración.

―Vamos dilo, Hyo. ―Hyun se rio.

Ella se apretaba las manos. ―Está bien. Min, Hyun y yo nos vamos a casar.

Min se quedó impactado un segundo. Hyun y Hyo, se iban a casar. Sintió una opresión en su pecho. Casarse no les estaba permitido a ellos. El y Jun se amaban tanto como cualquier pareja hetero, pero a las leyes no les importaba el amor. Dolía saber eso. Empujo su envidia al fondo de la mente y abrazo a Hyo.

―Oh mi Dios, es ¡maravilloso! Felicitaciones a ambos. ―Soltó a Hyo y beso a Hyun.

Hyun lo levanto y lo beso en la boca. El calor recorrió la cara de Min. El, Jun y Hyun habían estado algunas veces en un trió y los labios de Hyun trajeron esos recuerdos. Se resistió a la urgencia de abrir su boca y chupar la lengua de Hyun. Hyo sabía acerca de ellos, pero él no creía que ella apreciara que él lo hiciera delante de ella. Esa parte de su vida estaba en el pasado. Hyo era ahora el futuro de
Hyun.

―Estoy feliz por ambos ―dijo Min. Era verdad a pesar del dolor en su corazón por la boda que él y Jun no podían tener―. Mis bendiciones, ¿se conocen desde hace cuánto, cinco meses? ¿Desde el
fin de semana del día del trabajo?

Hyun asintió. ―Sí. Lo sé, no parece mucho tiempo, pero nosotros sentimos que nos conocemos desde siempre. Cuando es el correcto, es el correcto, ¿lo sabes?

Min vio a Jun. Sus ojos brillaban de felicidad por sus amigos, pero Min podía ver su propia pena reflejada en la cara de Jun. Sus miradas se encontraron, y ellos compartieron un perfecto momento de entendimiento.

―Si ―dijo Min suavemente―. Lo sé.



Continuara...........

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