domingo, 20 de septiembre de 2015

Evasor de ataudes Capitulo 7


Jung Min se encontró en el suelo viendo hacia arriba la cara de uno de los peores vampiros que jamás hubiera visto en su vida. No es exactamente la forma en que esperaba que terminara su noche.

Lo peor de todo era que el jodido iba ganando, como humano debería de ser grande, porque en su forma de vampiro era enorme. No sólo eso, sino que era más fuerte que cualquier otro rival al que Min se hubiera enfrentado antes.


Dejó escapar un gruñido, y luego mostró sus colmillos amarillos. La saliva goteaba, salpicando el rostro de Min.

—Asqueroso —dijo entre dientes mientras seguía tratando de patear la cosa.

Simplemente le hubiera disparado, pero la maldita cosa le había quitado su arma. Maldición, una vez que Kyu oyera hablar de esto, nunca dejaría de burlarse de Min. Siempre que Min viviera lo suficiente para ver a su hermano.

—Mio —gruñó el vampiro, pasando la lengua por el cuello de Min—. ¡Qué rico!

—Oh, ¡infiernos no!— Min protestó. —Ni siquiera si tuvieras diez cervezas.

El vampiro se carcajeó, entonces levantó la cabeza preparándose para atacar. Min hizo una mueca mientras esperaba el dolor.

El grito de batalla de Jun llenó el aire, pareciendo llegar de todas partes. Sosteniendo una larga espada en sus manos, Jun rápidamente la blandió y le cortó la cabeza al vampiro.

Min sintió alivio una milésima de segundo antes de que la sangre caliente comenzara a brotar del cuerpo del vampiro. Era un chorro negro y maloliente. Min cerró la boca, pero no fue lo suficientemente rápido y saboreó la mierda. Su estómago se revolvió ante el amargo y rancio sabor que se apoderó de su lengua. Le recordó la vez que Kyu lo engañó para que bebiera un poco de ponche de huevo en mal estado.

Jun le dio una patada al cuerpo del vampiro que estaba sobre Min y se arrodilló. —¿Estás bien?

Jung Min se rodó hacia el otro lado de Jun y vació el contenido de su estómago. Se sintió mal para añadir más lio sobre la alfombra de Jun, pero no pudo evitarlo. Min tenía que sacar la sangre contaminada fuera de él.

—Lo siento —gimió Min.

Jun pasó la mano suavemente sobre la espalda de Min . —Está bien. Creo que es mucho mejor perder el depósito de seguridad de este lugar, que ir a la ciudad y realmente destrozarla.

Min dejó escapar una tensa carcajada debido a que su estómago estaba revuelto. —¿Crees que tus vecinos van a llamar a la policía por todo el ruido?

—No, en todo caso sólo están pensando en por qué no los invitamos a la fiesta. A pesar de que probablemente debería revisar para asegurarme de que estén bien, que los vampiros no hayan decidido tomar un aperitivo mientras esperaban a que yo llegara a casa.

Min se rodó y, por primera vez, se dio cuenta de la enorme herida de la mordida en el cuello de Jun. Se enderezó y tentativamente iba a tocar la herida, sólo para retirarse en el último momento por temor a lastimar a Jun.

Min se puso de pie y corrió a la cocina y de alguna manera encontró una toalla de cocina que no se había manchado. Regresó con Jun y la colocó en la herida.

—Tenemos que salir de aquí, antes de que más de los... — Min fue apagándose mientras veía los cuerpos—. Lo que infiernos sean esas cosas, aparezcan. Pensé que eran vampiros salvajes en un primer momento, pero estas cosas son demasiado feas, incluso para eso.

—¿Qué pasa con mis vecinos? —Jun preguntó, incluso mientras la sangre seguía empapando el trapo en su cuello.

—Voy a llamar a algunos de los Protectores para que revisen alrededor.

Jun asintió y se puso de pie, sólo para tambalearse. Min llegó en su ayuda y notó el pálido rostro de Jun.

—Voy a pedirle a Hongki que se reúna con nosotros en mi departamento —declaró Min.

Hongki era el único de ellos que tenía experiencia médica dado que se había tomado un descanso de su entrenamiento de Protector el tiempo suficiente para conseguir un grado de enfermería. Si bien Jun no sería atendido en un hospital, era lo mejor que podían hacer, ya que no había manera en el infierno que fueran capaces de explicar las lesiones de Jun a un civil. Ningún médico se creería que la mordedura en el cuello de Jun provenía de un perro u otro animal.

Jun vio a su alrededor. —Arruinaron todas mis cosas.

Poniendo un brazo sobre los hombros de Jun, Min lo llevó fuera. —Sé que lo hicieron, bebé. Les diré a los otros que revisen para ver si hay algo que puede ser salvado.

—¿Salvado? Esas jodidas feas cosas orinaron todo. ¿Cómo puede salvarse algo? Incluso si lo lavara un centenar de veces, nunca voy a ser capaz de usarlo otra vez.

—Puedes pedirle prestado un poco de ropa a Kyu.

Jun le lanzó una mirada de incredulidad. —¿Estás bromeando? ¿Has visto algunas de las cosas que tu hermano usa? Te juro que está estancado en los años ochenta. Es la única persona que conozco que tiene un par de parachute pants.( Parachute pants, estilo de pantalones caracterizados por ser de Nylon y extremadamente holgados, en su forma original tiene varios cierres y estuvieron de moda al final de los 70 y principios de los 80, solían ser de colores brillantes, su uso aumento con la cultura del breakdancing.)   Ni siquiera sabía que aún se hacían esas malditas cosas.

En realidad, Kyu tenía dos pares de parachutes pants, pero Min no pensó que fuera el momento adecuado para señalar eso. Él guio a Jun a la camioneta y lo ayudó a entrar y colocarse el cinturón de seguridad, Min ajustó la correa para que no rozara la herida de Jun antes de dar la vuelta y ponerse al volante.

Condujo tan rápido como pudo a su departamento. En el camino, llamó a Hongki y le pidió al Protector que se reuniera con él en su casa, antes de llamar a Saeng. Saeng se oía preocupado por Jun y le prometió que él y Hyun irían a revisar a los vecinos y ver si había algo rescatable en el departamento.

Jun estaba extrañamente tranquilo, incluso para él, y Min comenzó a preocuparse aún más. Una mordedura de vampiro normal ya era muy malo, pero ya que no tenían idea de lo que eran esas cosas que estaban en el departamento no tenía modo de saber cuánto podría afectarle la mordedura a Jun.

Para el momento en que Min se detuvo delante del departamento que compartía con Kyu, Jun estaba en un estado semi-consciente.

—Ellos no me dejan salir de la jaula —gimió Jun.

—Sólo estás teniendo un flashback, bebé. Estás a salvo, y te tengo —Min le aseguró mientras apagó la camioneta.

—No, aún estoy aquí. —Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jun—. Tengo tanto frío. No me dan nada de ropa y me duelen mucho los pies de estar sobre las barras del suelo de mi jaula. ¿Por qué no me dan al menos unos zapatos? Estoy tan desesperado, incluso tomaría zapatos de los cadáveres, sólo para poder deshacerme de un poco de dolor. —Jun soltó otro gemido—. ¿Por qué no pueden por lo menos darme eso?

Min salió y le dio la vuelta a la camioneta, abrió la puerta. Desabrochó el cinturón de seguridad y cuidadosamente tomó a Jun en sus brazos. La cabeza de Jun rodó de lado apoyándose contra el pecho de Min.

Kyu lo estaba esperando en la puerta, y Min se apresuró a acostar a Jun en el sofá.

—¿Qué sucedió? —Kyu preguntó antes de ver a Min con asco—. ¿Y qué infiernos te cubre? Sin ánimo de ofender, amigo, pero apestas.

—Es venenoso —el Oráculo gritó apareciendo repentinamente en medio de la sala.

Hongki estaba al lado de ella y el Protector se veía un poco verde. Se llevó las manos al estómago mientras tomaba unas cuantas respiraciones profundas. —La próxima vez que aparezcas en la sala de alguien sería mejor que dieras una advertencia.

El Oráculo lo desestimó con un movimiento de sus manos. —No hay tiempo. Necesitamos llegar con Jun y Min antes de perderlos.

Min parpadeó confundido, algo que hacía con alarmante frecuencia ante la presencia del Oráculo. —Me siento muy bien.

—Sólo porque vomitaste la mayor parte de la sangre, pero todavía tienes suficiente en tu sistema para que te mate si no nos movemos rápidamente. —Sacó un frasco de sus túnicas blancas y se la entregó a Min—. Toma, bebe esto. Va a neutralizar el veneno.

—¿Qué pasa con Jun? —Min preguntó mientras tomaba el frasco.

Hongki ya estaba de rodillas junto al sofá, quitando la toalla de la herida. Min hizo una mueca al ver que la marca de la mordedura estaba ahora rodeada de negro y una tela de araña de color gris extendiéndose a lo largo del resto del cuello de Jun.

Jun abrió los ojos, mirando adormilado a Hongki. —Ve a ayudar primero a Min. Es más importante.

—El Oráculo lo está atendiendo ahora.

—Oh, no. No puedes dejarlo solo con esa perra. No confío en ella.

La habitación entera se congeló mientras esperaban con gran expectación cómo ella iba a reaccionar a eso. En vez de la furia que Min temía, un triste ceño fruncido empañó sus hermosos rasgos.

—Te pido disculpas en su nombre. Está fuera de su mente y no sabe lo que está diciendo —se apresuró a decir Min, con la esperanza de suavizar la situación.

—Tal vez no, pero él quiere decirlo —respondió ella en voz baja.

—Por favor, no lo castigues por eso —pidió Min.

—No te preocupes. He sabido cómo se siente acerca de mí desde hace mucho tiempo. Si yo lo fuera a castigarlo por eso ya lo habría hecho hace mucho tiempo. —Dejó escapar un profundo suspiro—. Honestamente, no lo culpo por su ira. Él cree que yo debería haber sido capaz de protegerlo a él y a su familia mejor. Tiene razón. Yo debería haber hecho algo mejor por ellos.

Min abrió la boca para discutir con ella, pero ella dio un codazo a su mano. —Bebe.

Al no tener otra opción, Min obedeció, abriendo el frasco y tomando un sorbo. Se estremeció mientras quemaba el camino hacia abajo, le recordaba la primera y única vez que había tomado un sorbo del whisky de su padre.

—Maldición, esto es terrible. ¿Cuánto tengo que beber? —se quejó.

—Todo.

El Oráculo se acercó y se colocó en cuclillas junto a Hongki. Colocando los dedos en la herida de Jun, lanzó un encantamiento suave. Fue en una lengua que Min nunca había oído antes y se encontró que le gustaba la suave cadencia, casi musical de todas las palabras.

Una brillante luz dorada palpitaba en sus manos. El brillo lentamente recorrió el cuerpo de Jun, manteniéndose sólo un momento antes de que se apagara. Cuando Min vio que la piel de Jun tenía su sano color de nuevo, sus hombros cayeron con el alivio.

Movió los dedos y todas las huellas de la mordida ya no estaban. Entonces Min vio con la boca abierta que todas las marcas habían desaparecido, incluso las viejas y rugosas cicatrices del cautiverio de Jun.

—¿Si podías sanarlo, por qué no lo hiciste antes? —Min preguntó, sintiendo su propia justa parte de ira contra el Oráculo.

Ella se sentó sobre los talones y pasó una mano amorosa a través del cabello de Jun. Ya sin la agonía del veneno, su cuerpo finalmente sucumbió a la inconsciencia.

—Él no estaba dispuesto a dejarlo ir antes de ahora —dijo el Oráculo, mientras seguía acariciando el cabello de Jun.

—¿Por qué es diferente ahora? —Kyu le preguntó.

El Oráculo se giró y vio a Min. —Debido a que Jun finalmente encontró una razón para querer vivir de nuevo.

Kyu dejó escapar un resoplido y señaló a Min. —¿Quieres decir que la única razón de que Bob Esponja respirando sombrío finalmente decidiera animarse, es debido a este idiota?

Hongki dejó escapar un gemido mientras sacudía la cabeza. —No sé lo que es peor, la molesta actitud de Kyuhyun o tu boca.

Kyu esbozó una sonrisa maliciosa. —¡Oh, mi boca! es mucho mejor. Deberías de escuchar a los chicos de hielo hablar sobre eso.

Min vio al Oráculo, horrorizado de que su hermano estaba dejando que su charla lo alejara de la presencia que era básicamente de gran estima que estuviera en su vida. Sin embargo ella sonreía. Ella incluso saltaba un poco sobre sus pies. —¡Detalles! ¡Detalles! ¡Detalles! Dile al Oráculo cada acto pequeño travieso.

Kyu levantó una ceja. —¿Pero si lo sabes todo, entonces ya lo, bueno... sabes?

—Sí, pero quiero que me los describas. —Lo agarró por el brazo, lo llevó a la cocina, haciendo una pausa para hablar por encima del hombro—: Min, no he dicho que puedas dejar de beber ese antídoto. Quiero que te lo hayas terminado para el momento en que regrese.

Mientras Min tomaba otro trago de la bebida del horrible sabor, Hongki bromeó: —¿Estás seguro de que quieres liderar este loco grupo?

Estremeciéndose al tragar, Min respondió: —No creo tener muchas opciones en el asunto. El Oráculo me dijo que era el nuevo líder. Ella nunca me preguntó si quería el trabajo.

Y todo el mundo sabía que una vez que hablaba el Oráculo, no se podía desobedecer. Min sólo esperaba estar a la altura porque hasta ahora, nunca se había sentido tan joven e inexperto en su vida.
Más tarde, después de ducharse y ponerse ropa limpia, Min regresó a ver a Jun. El Oráculo y Hongki se habían ido por lo que el lugar estaba tranquilo excepto por el bajo zumbido de la televisión en la habitación de Kyu.

—¿Cómo te sientes? —Kyu preguntó entrando en la sala.

—Bien. Un poco dolorido por la lucha, pero nada importante.

—De cualquier modo, ¿qué eran esas cosas?

—El Oráculo quiere ver los cadáveres, pero ella cree que eran vampiros salvajes que fueron mordidos por vampiros.

Kyu palideció. —Ni siquiera sabía que eso era posible.

—Yo tampoco. De acuerdo con el Oráculo, eso tiene que haber sido hecho a propósito con el uso de algún tipo de ritual antiguo de vampiros. Pero incluso así eso no se ha hecho en siglos, por lo que las criaturas resultaron ser demasiado salvajes e inestables.

—¿Qué tan inestables?

—La última vez que sucedió, esas cosas se escaparon y casi terminan con la mitad de Europa.

—Mierda, eso es realmente malo.

—Sí, ese parece ser el camino según las noticias que nos han llegado últimamente.

—Entonces, ¿quién crees que lo está haciendo ahora?

—Mi conjetura sería, algún vampiro rebelde que ha tomado el control de una banda de vampiros salvajes. Ninguno de los vampiros de sangre pura se iba a arriesgar a atraer la atención del gobierno humano hacia su grupo y los vampiros Drones no sabrían acerca de la ceremonia. Además, por lo que he oído, los Drones son los buenos en la guerra por lo que incluso si tuvieran los conocimientos técnicos, este tipo de cosas no es su estilo.

—¿Crees que sea ese tipo Benson que tenía a Ari?

—Ese es exactamente lo que creo que es. No fue un error que se encontraran esta noche en su departamento.

Un escalofrío recorrió a Min mientras pensaba en lo que habría sucedido si no hubiera insistido en llevar a Jun casa. Protector o no, no habría habido ninguna posibilidad de que hubiera sido capaz de luchar contra ambos solo. Jun podría haber sido capturado o peor aún, asesinado.

Kyu vio hacia Jun. —¿Crees que deberíamos de quitarle las botas para que esté más cómodo?

Min negó con la cabeza. —Saeng dice que Jun sólo se las quita cuando se ducha.

—¿Por qué?

—Cuando fue capturado, traía sólo un par de pantalones de algodón y los vampiros lo mantuvieron así durante un año, así que Jun está aterrorizado de poder ser atrapado de nuevo sin estar preparado.

Min apartó un mechón de cabello de la frente de Jun. Jun frunció el ceño y murmuró algo en su sueño, pero él no se inmutó con el toque.

—¿Lo quieres, verdad? —Kyu le preguntó.

—Sí —admitió Min—. ¿Cómo lo sabes?

—¿Quieres decir que además del beso que le plantaste en la sala de reunión de esta noche? —Kyu se echó a reír antes de ponerse serio—. Lo he sabido desde el momento que fue secuestrado. Tú eras una ruina. Durante un tiempo, pensé que también te perdería.

Min quiso discutir eso, pero sabía que era verdad. Recordó cuán loco de rabia había estado durante estos dos años de oscuridad. Lo imprudente que había sido y que no le importaba nada si vivía o moría.

—¿Él te ama? —Kyu preguntó.

—Eso espero —respondió Min mientras seguía viendo a Jun. Aclarándose la garganta, Min cambió de tema—. ¿Has hablado con papá?

—Sí, fui a verlo justo después de nuestra reunión de esta noche.

—¿Cómo lo está tomando?

Kyu hizo una mueca. —Él está actuando como si fuera la mejor noticia que jamás hubiera escuchado. Habrías pensado que la Navidad llegó antes para él o algo así. Incluso ha empacado para tomarse unas largas vacaciones en Hawái.

—¿Hay algo malo en eso?

—Simplemente pensé que el trabajo significaba más para él. Infiernos, pensaba que yo significaba más para él. Sé que la mayoría de los Protectores no se acercan a sus hijos, pero yo esperaba que él fuera diferente.

Min le dio una palmada en el hombro. —Lo es, pero nunca va a ser un padre normal para nosotros.
Kyu se encogió de hombros. —Supongo que sí, solo que siempre esperé más de él. Quiero decir, ya es bastante malo que nuestra propia madre no quiera tener nada que ver con nosotros.

—Esa es su pérdida, porque ella es la que se perdió al salirse. Eres genial y estoy orgulloso de llamarte mi hermano.

Kyu le dio una débil sonrisa y Min sabía que una broma iba a llegar. Siempre era así con Kyu. Él simplemente no podía manejar las cosas cuando se ponían demasiado sentimentales. —Sí, asegúrate de recordarlo cuando veas lo que hice para Kyuhyun.

Min gruñó. —Oh, Dios. ¿Qué hiciste para enojarlo esta vez?

—Digamos que veinte dólares en crema de afeitar valió la pena cuando se usa en llenar un casillero.

—¿Sabes que él te pateará el culo? Él tenía sus mejores armas ahí.

—Sí, bueno, tal vez si él tiene que limpiarlos, estará demasiado ocupado para mirar boquiabierto a Jun. Nadie se mete con el novio de mi hermano y se sale con la suya.

Min le dio un juguetón golpe en el brazo, Kyu se levantó y regresó al dormitorio. Dejando a Min de nuevo solo con Jun, Min era incapaz de apartar la vista del bello hombre. Y eso es lo que Jun era. A pesar de que Min podía imaginar a Jun erizarse ante ese término. Él era un guerrero completo y no le gusta que nadie lo viera de otra manera.

Min sabía que debía ir a la cama. Ya era tarde y tenían que estar de regreso en el centro de entrenamiento en tan sólo unas pocas horas. Sin embargo, Min se encontró incapaz de dejar a su hombre solo por lo que entró en su dormitorio el tiempo suficiente para tomar algunas almohadas y mantas. Regresando a la sala, cubrió a Jun, y se acomodó en el sofá de dos plazas.

No era el peor lugar en el que hubiera dormido, pero no era exactamente cómodo. Su cuerpo era demasiado grande y no importaba cómo se moviera, Min no podía encontrar una posición cómoda. Sin embargo, ir a su cama no era una opción. Si eso significa estar para Jun, Min aceptaba cualquier cantidad de molestias.

Dándole una última mirada al hombre que había llegado a significar tanto para él, Min finalmente cayó en un inquieto sueño.


Continuara...................

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