jueves, 30 de abril de 2015

La evolución del amor Capitulo 18


Dulce Vida


―Gracias, señor, que tenga un buen día.

Jung Min le sonrió a la jovencita detrás del mostrador de la dulcería. ―Tú también, gracias. ―El tomo la pequeña bolsa y se dirigió afuera.

Tarareo para sí mismo mientras caminaba por las concurridas calles de Asheville, imagino la cara de Jun cuando viera lo que Min le había comprado. Jung Min había pasado por la dulcería de camino al restaurant donde él era el chef en jefe, y decidió impulsivamente comprar algo de los dulces que Jun amaba tanto.

Chocolate oscuro de The Chocolate Fetish nunca fallaba en lograr hacer sonreír a Jun.

Min tomo una profunda respiración del frio aire de Octubre.


Olía a café y roles de canela de una de las tiendas e incienso de patchouli de otra. Tambores y canciones de un improvisado concierto en el parque Pritchard flotaban en el aire. Min quebraba las hojas rojas, doradas y café mientras caminaba sobre ellas.

El y Jun habían estado juntos durante dos años. Ellos habían hecho clic desde el primer momento que se vieron y habían tenido solo desacuerdos menores. Aunque, últimamente, la exuberante personalidad de Jun había estado un poco deprimido y Min no estaba seguro de porqué. Cada vez que Min le preguntaba si estaba bien, Jun le daba una sonrisa y decía que él estaba bien. Min no estaba seguro de eso, pero conocía lo testarudo que Jun podía ser. El hablaría cuando estuviera listo, y ni
un segundo antes.

La sala de espera de la cueva del Dragón estaba llena cuando Min llego. Había gente apoyada contra el muro del dragón en la pared, porque las sillas y el sofá estaban ocupados. El zumbido de las agujas de tatuaje se oía desde el fondo de la tienda.

Una mujer con largas y solidas trenzas salió de uno de los cuartos traseros. Ella sonrió cuando vio a Min.

―Hi, Min, ¿cómo estás?

―Estoy bien, Sunwha, ¿y tú?

―Genial. ¿Buscas a Jun?

―Si, ¿él está ocupado?

Ella sacudió la cabeza. ―No. Acaba de terminar con un cliente. Déjame ver. ―Ella se inclinó sobre el mostrador para ver el libro de citas―. Si, él tiene libre quince minutos, hasta su próxima cita. Puedes pasar si quieres.

―Gracias. ―Camino detrás del mostrador y siguió el sonido de ‘la computadora’ hacia el cuarto de tatuajes de Jun.
El cuarto era pequeño pero iluminado, con una ventana redonda que daba a un pequeño jardín. Las flores estaban secas y las hojas llenaban la fuente de piedra, pero la vista del sol aun llenaba de paz el pequeño lugar. Fotografías alineadas de tatuajes que Jun había hecho, cubrían la pared amarillo pálido, junto con la fotografía del hermano de Jun, la de Min acampando en un traje de terciopelo en la feria del renacimiento. Y ocupando el lugar central un poster de Jun y Min en la playa con sus brazos entrelazados.

Min se quedó de pie en el marco de la puerta, viendo a Jun limpiar los accesorios de pintura. Jun usaba una camiseta de manga larga purpura que se ajustaba a su cuerpo mostrando los contornos de los músculos de su espalda y brazos. Raídos jeans, deslavados, casi blancos, envolvían sus delgadas piernas y firme trasero. Min no podía ver la cara de Jun, dado que estaba de espalda, pero sabía que su cara era lo mejor. Suave piel crema, dulce y sensual boca, enormes ojos como el cielo de octubre.

Jun pasó una mano por su cabello color rojo como el de una manzana acaramelada y Min sonrió.

―Hola hermoso, ―dijo Min.

Jun se giró, entonces se relajó cuando vio a Min. ―Dios, bebé, me asustaste.

―Lo siento. ―Min se acercó y jalo a Jun hacia él―. ¿Cómo va tu día?

Jun se encogió de hombros. ―Bien, supongo. ―se apoyó contra el hombro de Min―. Entonces, ¿qué haces aquí?

―Claro que vine a verte, ¿qué más? ―Inclino el mentón de Jun levantándolo y lo beso. Jun le dio una terriblemente anémica versión de su usual sonrisa de mil-watts, y Min frunció el ceño.

―Jun, ¿Que sucede?

La expresión de Jun era inusualmente seria. ― ¿Vienes a verme?

―Sí, claro. Te traje algo de chocolate oscuro de The Chocolate Fetish. ―Levanto la bolsa.

Jun la tomo y la dejo en el mostrador sin una segunda mirada.

―Está bien, ―dijo Min―, ahora sé que algo sucede, cuando ni siquiera quieres tus dulces favoritos. ―Paso su mano por la mejilla de Jun―. ¿Que sucede, amor? No has sido tú mismo en los últimos días.

Jun le dio una extraña mirada. ― ¿Solo vienes a verme a mí?

―Bueno, claro que siempre disfruto viendo a tus compañeros de trabajo, pero si, vine a verte a ti. ¿Por qué preguntas?

Jun se mordió el labio, frunció el ceño. Min espero.―Solo que pensé que también venias a ver a Hyun―Jun admitió después de un momento de silencio―. Quiero decir, ustedes chicos han estado muy cercanos últimamente, ¿no es así?

Hyun Joong era uno de las dos personas que realizaba el trabajo de piercing en la cueva del Dragón. Él era alto tan hermoso como una estrella de cine y bisexual. El sentía algo por Min incluso desde su primer encuentro. Él se unió con Jun y Min en la cama la noche de la comida al aire libre del día del trabajo. Ellos lo disfrutaron tanto que lo habían hecho cuatro veces más durante esas siete semanas.

Para empezar el trió había sido idea de Jun, así que Min estaba sorprendido de oír la desconocida nota de celos en la voz de Jun.

―Jun, dulce corazón, no. ―Min beso los suaves labios de Jun―. Me agrada Hyun mucho, y creo que todos nos hemos divertido juntos, dentro y fuera de la cama. Pero nadie puede reemplazarte. Te amo más que nada en el mundo.

―Lo sé. ―Jun se encogió de hombros―. Supongo que estoy siendo estúpido. Quiero decir que todo eso del sexo fue idea mía. Y que todo esto no debería de molestarme. Es solo que parece que ustedes tienen más cosas en común, ¿sabes? quiero decir ustedes hablan todo el tiempo, pasean, les gustan los mismos libros y esas cosas. Incluso él es un buen cocinero. No sé. Supongo que me he sentido un poco al margen.

Min no sabía lo que quería decir. El y Hyun tenían muchas cosas en común, pero con Jun él tenía una conexión que iba más allá de lo que el lenguaje podía explicar. Sacudiendo la cabeza, el trato de encontrar las palabras que quería.

―Si, somos similares de muchas maneras nosotros nos ajustamos bastante bien. Pero al final del día, Hyun y yo somos amigos. Amigos con privilegios, sí, pero la base de nuestra relación es la amistad. A ti, mi amor, te amo con toda mi alma. A ti y solo a ti. Y sé que te sientes de la misma manera acerca de mí.

―Creo que quizás él está enamorado de ti, Min, ―dijo Jun tranquilamente.

Min parpadeo. ―Oh, seguramente no lo está. ¿Qué en el mundo te hace pensar eso?

―Él ha estado actuando diferente últimamente. Todo tonto, con secretos y culpa. Como si estuviera enamorado de alguien que no está disponible. ―Tomo una pequeña estatua de un dragón verde que estaba en la esquina del escritorio, lo examino por un momento y lo dejo.

―Bueno, el admitió que tenía un encaprichamiento conmigo, pero eso no es lo mismo que amor. Y yo sentí que los tríos habían ayudado a que superara eso. ¿No crees que puedas estar equivocado?

―No, no lo creo. ―Jun vio hacia sus zapatos Keds purpura―. Te digo, Min, ha estado diferente últimamente. Tengo un mal presentimiento sobre eso.

Min levanto el mentón de Jun. ―Escúchame. Creo que te equivocas. Sin embargo voy a ir con Hyun, no creo que sea eso.

― ¿Qué si lo es?

Min vio que los ojos de Jun empezaban a llenarse de lágrimas. El besó ambos parpados, la punta de la nariz y la esquina de la boca.

―Si es cierto ―Min contesto―, entonces lo voy a sentir mucho por él. Porque tú eres el único para mí. Nunca podre amar a nadie más.

Jun apoyo su cabeza en el hombro de Min y deslizo ambos brazos alrededor de su cintura, como un niño necesitando ser tranquilizado. Min lo sostuvo fuerte.

―Eres la única persona que amo. ―La voz de Jun estaba amortiguada por el cuello de Min―. Me asusta pensar en ya no tenerte.

Min cerró los ojos e inhalo el fresco olor de la piel de Jun.

―Entonces no lo pienses. Porque nunca te dejare.

―Nunca es mucho tiempo.

―Jun, mírame ―Min ordeno. Jun levanto la cara y sus miradas se conectaron― Lo que quiero decir es, te amo, y siempre te amare. No hay un hombre en este planeta que pueda alejarme de ti.

Jun sonrió y el alivio debilito las rodillas de Min. ―Supongo que se eso. Siento ser tan estúpido.

―No lo eres. ―Min se inclinó y ellos compartieron un largo y profundo beso.

―Tengo un cliente que atender, ―dijo Jun varios minutos después. Frotando su mejilla contra la de Min.

―Mm. Bien. Escucha, hare una cena especial para nosotros hoy, ¿está bien? Vino, velas y música suave, todo el paquete.

Jun se rio. ―Suena genial.

― ¿A qué horas terminas de trabajar?

―Temprano. Estaré en casa a las ocho y media.

―Maravilloso. Yo solo trabajo unas horas hoy, así que estaré en casa a las seis, te veo en la noche.

―Está bien. ―Jun se acercó más y ellos se besaron de nuevo―. Adiós, bebé. Te amo.

―También te amo.

Min se obligó a dejar ir a Jun e irse. Casi choca de frente con Hyun que estaba entrando por la puerta del frente justo cuando el salía.

―Wow, hi, Min. ―Hyun le sonrió― Es lindo verte aquí

Min frunció el ceño. ― ¿Donde?

―En dónde quiera del planeta que estés.

―Oh. ―Min se rio―. Si, supongo que mi mente no está realmente donde debería de estar.

―Entonces, ¿en que estabas pensando tan fuerte?

Min le dio una aguda mirada. Parecía haber algo diferente en él. Las mejillas de Hyun estaban ruborizadas más de lo que podría esperarse por la fresca brisa del exterior y sus ojos café brillaban. Él prácticamente estaba resplandeciendo. Min sintió que el estómago se le revolvió.

―Hyun, ¿te sientes bien?

Hyun lo veía sorprendido. ―Si, estoy bien. ¿Por qué?

Min sacudió la cabeza. ―No por nada. Solo te ves diferente.

Algo apareció en la mirada de Hyun y desapareció antes de que Min pudiera estar seguro de lo que vio. ―Bien, no hay nada diferente. El mismo viejo Hyun.

Min vio alrededor del cuarto. Una pareja con tatuajes y piercing estaban hablando en el sofá. Una mujer de mediana edad en un traje de negocios, estaba apoyada en el mostrador, llenando papeleo.
Nadie le prestaba atención a Hyun ni a él. ―Hyun, ¿podemos hablar un minuto?

Esta vez la furtiva mirada de Hyun era inequívoca. ―Ahora no, alguien me espera.

―Después, ¿Quizás?

―No sé, Min. Estoy ocupado.

―Es importante. Por favor.

Hyun vio a Min a la cara. Sus hombros se hundieron. ―Si, está bien. Pasare por tu casa de camino a mi casa.

―Bien. Jun llegara alrededor de las ocho y media, preferiría hablar contigo antes de que él llegue.

Hyun frunció el ceño. ―Está bien, como digas. Nos vemos después.

―Está bien. ―Ellos se estrecharon la mano y Hyun se dirigió al fondo de la tienda. Min camino hacia el sol de la tarde.



Continuara................

3 comentarios:

  1. eso traerá problemas...es que aun no entiendo su relación tan...tan...liberal...

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  2. Espero que no pase nada raro en ese encuentro...porque por lo visto, las sospechas de Jun son ciertas y Hyun, esta loquito por Min...y quizás intente un acercamiento a aprovechando que estarán solos...No le veo buen color a esto...

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  3. Hay Bb en lo que te metes!!! es decir esto no iba a terminar bien , el trío como diversión estaba bien para una vez, pero.... repetirlo???? en que estaban pensando??? si... lo sé, en fin Min tiene bien claro a quien ama .

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