domingo, 21 de diciembre de 2014

Para tener un humano Capitulo 6


El club latía con vida y baile mientras la música pre-grabada golpeaba a través los altavoces colocados por todo el edificio. Saeng vio a sus compañeros de banda en el pequeño escenario. A veces le parecía extraño
que él fuera el único ser humano en una banda de cambia-formas, pero su padre le dijo que era como un imán para los cambiadores y era por una buena causa. Si hubiera cambia-formas enfermos o heridos en un radio de cien millas, siempre encontrarían a Saeng.

-Hey, chicos. -Saludó a sus amigos mientras se acercaba.


-Hey, estrella de rock -dijo Kyu. Saeng se echó a reír. Si cualquiera de ellos se parecía a una estrella de rock, ése era Kyu. El pelo de oro y tan perpetuo del hombre, brillaba bajo las luces del escenario. Al ver la bolsa familiar en la mano de Saeng, la sonrisa de Kyu fue nuclear. -Eres el mejor amigo. -Cogió la bolsa que Saeng ofreció y la abrió con impaciencia. -Pensé que no tendría tiempo para comer.

No mencionó que dudaba que Kyu tuviera dinero. Su amigo cambiaformas águila enviaba todos sus fondos extras a sus padres, para ayudar a criar a sus cinco hermanos y hermanas en Guatemala. Su familia no tenía mucho dinero y Kyu tenía dos trabajos, además de tocar con la banda. A pesar de todo, su naturaleza cálida siempre brillaba a través de su agotamiento y nunca había dejado a la banda colgada.

-Las hamburguesas dobles están arriba del todo. Kyu agarró dos de la parte superior y se las entregó a
Hongki. -Gracias,

Saeng, me has vuelto loco de amor por tus empanadas de salmón.

Las hamburguesas parecían casi delicadas en las grandes manos de Hongki. Era un chico bueno a pesar de la vida de penurias que le habían infligido. Si Saeng no hubiera encontrado a Hongki en una pequeña jaula en el patio trasero de un psicópata, el cambia-formas oso no podría estar vivo hoy. Por mutuo acuerdo, nunca discutieron el estado de Hongki cuando Saeng lo encontró. Algunas cosas no tenían que hablarse entre amigos.

-¿Pediste mi hamburguesa de carne? -Jun dio un paso adelante, la camisa rasgada exponía su abdomen con un paquete de seis. El hombre no tenía un sólo gramo de grasa en él y como era un cambia-formas cocodrilo, quemaba toneladas de calorías cada vez que se transformaba, dejando a su forma humana, delgada y musculoso.

-¿Alguna vez lo he olvidado? -preguntó Saeng, ligeramente insultado.

Los ojos de reptil de Jun brillaron por un momento. -Lo siento amigo, no comí en el almuerzo -se disculpó Jun.

-Sabes que no puedes saltarte las comidas -le regañó Saeng. Cuando Jun tenía mucha hambre, medio cocodrilo se hacía cargo y mordía lo que tenía más cerca.

Un rubor cruzó las mejillas de Jun. -Lo siento, estaba trabajando en una nueva canción.

-Ah -Saeng asintió. Jun se perdía en el proceso creativo y se olvidaba de comer y de beber y hacía nada más que música. Saeng tenía su propia hamburguesa de pollo y se sentó al final junto a Kyu. -¿Cómo te va?

Kyu exploró el escenario. -Muy bien. Creo que vamos a estar listos en diez minutos o menos. Debemos tener una buena cantidad de gente esta noche.

Saeng siguió la mirada de Kyu hacia el público. Las mesas se estaban llenando rápidamente. -¿Alguien actuará después de nosotros? -Saeng no se atrevía a pensar que la gente estaba allí por ellos. Pensaba que eran buenos, pero no podía ser imparcial.

-No, están todos aquí por nosotros -dijo Jun con satisfacción.

-¿En serio? -Saeng exploró a la audiencia con nuevos ojos. La muchedumbre no era enorme, pero estaba creciendo, y parecía ser una buena afluencia. La banda rápidamente terminó su comida y arrojó sus
envolturas.

-Voy a cambiarme muy rápido, y entonces podemos empezar. -Saeng agarró la ropa que Kyu le entregó y corrió hacia la trastienda para vestirse.



Hyun salió de su Mercedes y cerró la puerta. Podía escuchar la música desde el estacionamiento. Un ritmo profundo y una voz de lujo se oía por encima de todo.

¡Saeng! Sus pasos se aceleraron cuando Hyun corrió a la puerta principal. Cuando el portero fue a interceptarlo, Hyun mostró sus colmillos.

-Whoa, paga el precio -dijo el portero. Hyun sacó su cartera y tiró un poco de dinero al gorila, que ni siquiera se molestó en contar los billetes. Tenía que entrar, para reclamar a su hombre antes de que alguien se atreviera antes. Abriéndose paso entre la multitud, Hyun ignoró las miradas de enojo y frunces de ceño hasta que llegó a pocos metros del escenario. ¡Wow!

En el escenario, su hombre era un sex-appel puro. Saeng se retorcía y cantaba como una sirena tejiendo su hechizo sobre sus desafortunadas víctimas. Hyun sabía que si Saeng torcía los dedos, la mitad de la audiencia sería más que feliz de ofrecerse a él. Un bajo gruñido enrolló su garganta mientras Saeng continuaba con su canto y movía el culo en el escenario. Su jaguar interior quería arrastrar el objeto de su atracción lejos de la multitud para que nadie pudiera babear sobre él. Ese culo debe ser exclusivo de Hyun Joong y lo tendría que tener tatuado para mantener a los demás lejos de él. Jung Min se dirigió a través de la barra ocupada para llegar junto a Hyun.

-Está bien. -Min gritó para hacerse oír por encima de la multitud.

Hyun asintió, pero no dijo nada. En ese momento no quería que nada le distrajera de su pareja, sobre todo con Saeng goteando sexo como un incubo después de un período de sequía. Cuatro canciones después, la banda lo dejó para un descanso. Hyun se giró lejos de Min y siguió el camino de Saeng por el escenario y el bar.

-Buenas noches, Saeng-dijo Hyun.

Saeng dio la vuelta. -Hey, Hyun. Estás antes de lo que pensé que estarías.

-La llamada de la conferencia terminó antes de lo que esperaba - respondió Hyun. -¿Feliz de verme?

-Siempre. -Saeng se acercó hasta que su cuerpo sudoroso presionó contra el de Hyun.

Hyun metió las manos en el cabello de Saeng, manteniéndolo inmóvil para un beso. Saeng se acercó más. El jaguar interior de Hyun dejó escapar un vibrante ronroneo.

Saeng se echó a reír. -Creo que el gatito lo aprueba.

-¿Por qué no lo aprobaría? -Hyun miró a Saeng de arriba abajo. -Creo que voy a tener que pedir una nueva vestimenta para la empresa.

-No creo que nos gustara llevarlo si todo el mundo se pusiera pantalones ajustados de piel para trabajar. Yo no sería capaz de sentarme en mi mesa de trabajo, eso es seguro.

-Hmm, bueno, tal vez sólo los viernes -se corrigió Hyun.

Sacudiendo la cabeza, Saeng aceptó la botella de agua que el camarero le entregó.

-¿Viste a Min?

-Si. Hablaré con él mañana. -Hyun dio al camarero una fría mirada cuando el hombre lanzó a Saeng una mirada coqueta. El estúpido hombre también tuvo el descaro de revisar el culo de Saeng cuando se dio la vuelta.

Su jaguar interior rasgaba las entrañas de Hyun. El gato quería arrancarle al camarero una parte de él. Hyun tomó respiraciones largas, lentas y se imaginó a su animal interior acurrucándose en una bola para dormir, un
ejercicio relajante que había aprendido cuando era joven. Habían pasado años desde la última vez que estuvo tan cerca de perder el control.

-Hey, ¿estás bien? -Saeng deslizó la mano por el brazo de Hyun. La sensación de la piel de Saeng tocándolo lo tranquilizó, ya que sólo una pareja podía hacerlo, otra señal de que Saeng estaba destinado a ser suyo. Hyun agarró a Saeng y lo besó. Empezó suavemente, dando a Saeng la oportunidad
de alejarse si hubiera querido. En lugar de oponerse, Saeng se frotó contra Hyun, hasta que el deseo subió a niveles sin precedentes. El agarre de Hyun se apretó mientras añadía más agresividad a su abrazo. Saeng le
correspondía, beso a beso.

-Saeng, tenemos que volver al escenario, hombre. -La voz de Jun se rompió en la bruma lujuriosa de Hyun.

Levantó la boca para mirar al intruso. Una mirada de reptil brilló en él hasta que los ojos del hombre se volvieron humanos.

Saeng miró por encima del hombro. -Lo siento, Junnie.

Jun sonrió a Saeng. -Vamos, que tienes fans esperándote. -Hyun recibió un beso rápido antes de que Saeng se dirigiera de vuelta al escenario. 

-Mantén tus manos quietas, gato, Saeng no es para ti -advirtió Jun.

Hyun se enfadó ante la orden.

-¿Por qué es eso?

-Porque Saeng es buena gente y sé que los gatitos van por su propia cuenta. No quiero que juegues con él porque estás en calor -gruñó Jun.

-No estoy en calor. Estoy interesado en Saeng y no, lagarto, no voy a dejar de conseguir lo que quiero. -Hyun no tenía interés en jugar.

Jun sonrió, mostrando hileras de dientes afilados. -No soy un lagarto. Soy un cocodrilo. Confía en mí cuando digo que tengo cubierta la espalda de Saeng. Si le haces daño, es mejor que duermas con un ojo abierto, porque te vamos a cazar. En mis tiempos, cacé un felino o dos.

Hyun asintió. -Es bueno ver que tiene gente de su lado. Algún día, tal vez me puedas decir cómo un cambia-formas cocodrilo llegó a estar cuidando a un ser humano.

-Estás equivocado, señor. Normalmente es Saeng el que cuida de nosotros. -Jun se dio la vuelta y se dirigió de nuevo al escenario antes de que Hyun pudiera hacer más preguntas.

Min se acercó a su lado. -Sigo pensando que es caliente.

-Es un cocodrilo.

-Hmmm, me gusta vivir peligrosamente -dijo Min. Hyun vio como su amigo siguió el progreso de Jun al escenario y tomaba su guitarra. -¿Te vas a quedar? -preguntó Min.

Hyun observó a Saeng comenzar una canción y se apoyó en el poste al lado de él. -No me voy a ninguna parte. -De ninguna manera iba a dejar al hombre sexy en un bar lleno de jóvenes calientes, todos los cuales tenían sus ojos fijos en las caderas giratorias de Saeng. Le diría a Min sobre Sungmin mañana, no era como si el hombre se fuera a ninguna parte ahora. 


Saeng intentó no mirar mientras se concentraba en su música, pero Hyun se destacaba en su traje ajustado como un modelo en un mar de trolls. Cerrando los ojos con el fin de mantener el tono, Saeng interpretó sus
palabras. Cantaron una combinación de versiones de canciones y unas que la banda había escrito, en su mayoría Jun.

El calor de las luces hacía que sudara y se le empapara la ropa y se saturara su cabello. Sabía que al final de la noche sería capaz de empapar una toalla de baño grande con toda esa humedad. La multitud enloqueció cuando la banda concluyó su último conjunto de canciones. Saludando, se fueron del escenario.

Saeng sólo hizo un par de pasos antes de que un gruñido sonara a su lado. Se dio la vuelta para ver los ojos de Kyu brillante. -Hey, ¿qué pasa?

-Ese hombre está aquí -dijo Kyu. Saeng se congeló. En las últimas semanas, habían visto a un lobo, pero nunca lo suficientemente cerca del lugar y no siempre en cada actuación.

-¿Dónde? -como Saeng no tenía los sentidos mejorados, dependía de sus amigos para decirle sobre si habían extraños de los que debería saber, para así poder mantener un ojo sobre ellos.

Como que una banda de tres cambia-formas y un humano eran más cautelosos de lo que podrían haber sido si fueran una banda de humanos.

Saeng no cambiaría a sus amigos para nada, aunque eso causaba algunos momentos interesantes. Más de una vez y en general, habían tenido que ocultar su verdadera naturaleza al mundo con el fin de mantenerse a salvo.

Saeng escaneó la multitud, como le habían enseñado, mientras divisaba a unas cuantas personas que consideraba posibles objetivos. Por desgracia, con los pantalones de cuero ajustados, tenía poco espacio para esconder una pistola.

-Vamos a limpiar. Jun, mantén un ojo -ordenó Saeng, tomando el control de la situación. En su grupo de cuatro, Saeng había sido siempre el líder.

-Estoy en ello -Jun respondió sin dudarlo. Saeng, Hongki y Kyu, todos, empacaron sus equipos.

-¿Puedo ayudarte en algo? -preguntó Hyun.

-Lleva esto. -Saeng le entregó un subwoofer.

-¿Qué puedo hacer yo? -Saeng miró para ver a Min de pie junto al escenario, con la mirada clavada en Jun.

-Puedes llevar la guitarra de Jun-Saeng señaló con la cabeza la guitarra negra e ignoró las furiosas dagas de su amigo. Escondió su risa cuando se inclinó y cogió el soporte del teclado. Sólo necesitaron un par de
viajes antes de que todo se hubiera recogido. La persona que Kyu había olido nunca hizo acto de presencia y después de veinte minutos, el cambiaformas  declaró que el desconocido había desaparecido.

-¿Quieres ir a casa con tus amigos o conmigo? -preguntó Hyun.

Saeng se volvió hacia sus compañeros de banda. -¿Qué piensan ustedes? ¿Es necesario que me vaya con vosotros? -Sería la razón perfecta para evitar a Hyun . Por mucho que le gustaba el chico, todavía tenía dudas con lo de ser compañeros y lo de siempre unidos.

-Vamos a estar bien -le aseguró Hongki. -No nos uses como excusa. Si no quieres ir con Hyun, no lo hagas.

-No seas marica, Saeng-se burló Jun. -No es que uno pueda estar en tu lugar. Por supuesto, si te hace daño, lo mataré. -Saeng sonrió. Sus amigos eran los mejores. Dejaría en las manos de Jun para cortar el
corazón del asunto.

Hyun tomó el rostro de Saeng, con los pulgares acariciando sus pómulos en un toque sorprendentemente suave. -Voy a besarte ahora a menos que me digas que no. -advirtió.

-Adelante -susurró Saeng. Él podía tener reservas sobre su posible relación con Hyun, pero no tenía ninguna a la hora de besar al cambiaformas felino sexy. Los pensamientos se desvanecieron de la cabeza de Saeng 
cuando la pasión lo abrumó. Se olvidó de todo excepto de la textura de los dedos de Hyun acariciando su piel. Él se presionó más cerca, tratando de establecer más contacto entre ellos.

-Conseguid una habitación -dijo Kyu, un coro de risas siguieron a su voz.

Hyun se separó del beso. -Tengo una. ¿Quieres venir a mi casa?

Entrelazando sus dedos con los de Saeng, Hyun lo sacó adelante después de él y a través de la multitud. Saeng hizo un gesto a los clientes habituales que reconocía y a las personas las saludaba con la mano al pasar.

El propietario de The Feather paró su camino.

-Hey, Saeng, no te irás sin tus fondos, ¿verdad? -preguntó. Un cambia-formas cóndor en su forma animal, que se quedaba en un metro noventa y tres como ser humano. Podría ser capaz de mirar a Hyun a los
ojos, pero todavía no rezumaba el magnetismo que el cambia-formas felino emanaba de forma natural.

-Gracias, Yunho. -Saeng aceptó el sobre que el dueño del club le ofrecía.

-No hay problema, sabes que me encanta cuando ustedes, chicos, tocan. Mi bar siempre está al triple cuando están aquí. ¿Entonces nos preparamos para el próximo mes?

-Ya lo creo. -Saeng aceptó felizmente, metiendo el sobre en el bolsillo.

Eso debería cubrir la factura de servicios públicos.

-Él te llamará. -Hyun envolvió su brazo alrededor de la cintura de Saeng como si replanteara su afirmación. Había observado en el pasado, el típico comportamiento obsesivo del cambia-formas, pero nunca hacia él.

Yunho dio una mirada de complicidad a Saeng, pero no dijo ni una palabra. En cambio, dio un paso a un lado y los dejó pasar con un gesto de la mano. -Disfruta de tu noche.

-Gracias Yunho, nos vemos pronto -dijo Saeng mientras Hyun se movía rápidamente hacia la puerta. Saeng no dijo nada hasta que Hyun comenzó a llevarlo para su Mercedes.

Saeng se detuvo en medio del estacionamiento. -Tengo que recoger mi coche. -Señaló su vehículo maltrecho. -No quiero que nadie me remolque.

-Buen punto. Ven conmigo, y puedes aparcar en mi plaza de garaje.

El padre de Saeng le había enseñado a que nadie tuviera el control sobre su medio de transporte. No podrías escaparte rápidamente si no tenías tu propio coche. -Me parece bien -coincidió Saeng.


Continuara.............................

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