domingo, 21 de diciembre de 2014

Terrores Nocturnos Capitulo 8


Hyun se removió en su asiento en un intento de aliviar un poco la presión en sus pantalones de ver de reojo a Saeng.

Maldita sea, si había pensado que el malcriado se veía bien antes, con el traje completo de Protector estaba malditamente caliente y algo más. El uniforme fue hecho a su medida por lo que se moldeaba a su cuerpo perfectamente. Saeng era un poco más pequeño y muy delgado pero tenía la constitución de un luchador.

Sus músculos eran compactos y firmes como si estuviera en constante estado de alerta ante un ataque.


Lástima para Hyun, que quería ser él quien lo atacara —claro que besando a Saeng hasta dejarlo sin aliento, luego lo jodería hasta que ambos quedaran sin sentido. Por desgracia, Hyun no podía hacer nada de eso. Así que de nuevo, se encontró respirando profundamente en un intento desesperado para calmar su libido. Lo último que quería era llegar a la casa de Agnes luciendo una erección. Conociendo su suerte, ella pensaría que era por ella y saltaría sobre él.

Cuando se detuvieron frente a la entrada de una casa colonial de dos pisos, Saeng frunció el ceño. —¿Ella vive aquí?

—¿Qué esperabas, una casa de jengibre o una mansión embrujada?

—Bueno… algo por el estilo. Esto se parece a la casa de una bibliotecaria de escuela jubilada o algo así.

Hyun apagó el motor y se guardó las llaves. —En realidad, eso es exactamente lo que ella solía hacer para ganarse la vida.

Saeng le lanzó una mirada dudosa. —Me estás tomando el pelo.

—No, ella trabajó para el distrito escolar local por más de treinta años.

—¿Ella es una bruja buena o una bruja mala? —Saeng preguntó, imitando casi a la perfección a Glinda en el Mago de Oz.

Hyun tuvo que morderse una sonrisa. —Ella es definitivamente una bruja mala.

—Mierda... La dejaron trabajar con los niños. Uno pensaría que la escuela verificaría los antecedentes. O al menos tener una política en el lugar de que las brujas feas no eran bienvenidas.

El brillo divertido en los ojos de Saeng finalmente rompió el escudo de Hyun y le sonrió. —Tal vez eso debería ser una pregunta obligatoria en todas las solicitudes de empleo.

—Sería más fácil nuestro trabajo. —Saeng vio hacia la casa, su oscura mirada evaluando cada centímetro—. Oops, parece que hemos sido vistos. Vi las cortinas de la ventana superior derecha moverse.

—Bueno, entonces no la dejemos esperando.

Salieron de la camioneta y se acercaron a la puerta del frente, moviéndose con cierta cautela en caso de que hubiera algún hechizo de protección. Ella debía sentirse muy segura en su casa, o los retiró, porque ellos no se encontraron con ninguno.

Cuando Hyun llamó a la puerta, Saeng arrugó la nariz. —¿Hueles eso?

Hyun inhaló, pero todo lo que detectó fue el olor a fresco de las hojas de otoño. —No.

—Huele a algo podrido. —Un escalofrío recorrió a Saeng—. En cierto modo me recuerda a los demonios slug de la noche anterior, pero es un poco diferente.

Mierda, ¿Agnes tendría demonios en su casa? Si era así, Saeng y Hyun podrían estar entrando en un mundo de problemas. Pero ya era demasiado tarde, y no podían dar marcha atrás. Hyun tendría que confiar en sus habilidades y esperar lo mejor.

La puerta se abrió para revelar una anciana que se veía tan dulce que pondría a Betty White (Betty Marion White (1922) actriz norteamericana uno de sus roles fue el de Rose Nylund en The Golden Girls, su carrera se extendió por mas de setenta años.) en vergüenza. Se apoyó sobre su andador, llevaba un vestido floreado y suéter blanco de cárdigan con un fajo de pañuelos desechables rellenando la larga manga. Su cabello gris era casi azul y con un estilo de apretados rizos.

Una gran sonrisa cruzó su cara, mostrando su mal ajustada dentadura. —Ah, así que los Protectores regresaron de nuevo.

Dado que Saeng vestía el traje completo, Hyun no respondió ese comentario, en su lugar le dijo: —¿Podemos entrar? Tenemos un asunto que ha surgido y que esperamos que alguien tan sabio en los caminos de la magia nos pueda ayudar.

Hyun sabía que él estaba exagerando un poco, pero nunca hacia daño la cortesía. Al menos al comienzo. Si las cosas se volvían agrias, entonces tendría tiempo de sobra para mostrar su lado gruñón.

Agnes los dejó entrar, su mirada seguía fija en Saeng. —Yo sabía que este tiempo llegaría pronto. Sólo esperaba vivir lo suficiente para verlo. Los Protectores de regreso. Ya no estarán relegados a las sombras.
Mientras Agnes hablaba como si ella fuera feliz como una lombriz en éxtasis, el brillo de preocupación en sus ojos decía otra cosa. Ella señaló con la cabeza hacia su sala. —Por favor, pasen a tomar asiento y pónganse cómodos mientras yo preparo un poco de té.

Entraron y se sentaron en un sofá antiguo, que estaba tapizado con una tela tan fuerte que lastimaba los ojos de Hyun. Vio alrededor y en silencio le ordenó a su Protector que no soltara uno de sus inteligentes comentarios. Saeng simplemente levantó una ceja, y se movió, haciendo que el plástico que cubría el sofá crujiera bajo su peso.

—El olor es peor aquí —susurró Saeng.

—Esto es porque es la casa de una bruja. Tienen todo tipo de hierbas y aceites por todo el lugar. Es probable que sea eso lo que estás oliendo.

Saeng sacudió la cabeza. —No, conozco el olor de esas cosas y esto no lo es. ¿No lo hueles?
Hyun inhaló profundamente, pero lo único que detectaba era el aroma de las especias y el té. —No, creo que estás algo nervioso, porque ésta es tu primera misión.

Aunque asintió, la duda en los ojos de Saeng gritaba que no estaba convencido. Agnes regresó con una bandeja en sus manos con té y galletas, las puso sobre la mesa antes de sentarse en la silla frente a ellos.
Dándoles la más dulce de las sonrisas, preguntó: —Y ahora ¿qué puedo hacer para ayudarles, niños?

—¡Tengo que hacer pis! —dijo Saeng en voz alta.

Agnes parpadeó confundida, mientras que Hyun gruñía interiormente. Justo cuando pensaba que tenía al malcriado bajo control, tenía que probar que Hyun se había equivocado. Saeng se sonrojó: —Lo siento, acabo de tomar una tonelada de café esta mañana y se fue directo sobre mí. Siempre he tenido una vejiga pequeña. Es una maldición en mi vida.

Estaba en la punta de la lengua de Hyun señalar que Saeng no había bebido café, pero una aguda mirada de Saeng lo detuvo en seco. Agnes se recuperó y le sonrió.

—Claro, querido. Es la primera puerta a la izquierda una vez que llegues arriba.

Saeng inclinó la cabeza en señal de respeto. —Muchas gracias, señora. Le prometo que seré rápido.

—Asegúrate de lavarte las manos cuando hayas terminado —gritó detrás de él mientras se alejaba.

Saeng se detuvo en la puerta y le sonrió. —Lo prometo. Incluso usaré jabón.

Hyun usó la distracción para agitar su mano sobre la bandeja. En su dedo índice llevaba un anillo especial que tenía una piedra roja en el centro. Fue el regalo de un brujo ex-amante y el rubí brillaba si detecta veneno. Cuando permaneció oscuro, dejó escapar un suspiro de alivio ya que las galletas se veían bastante bien. Incluso parecían ser de limón.

Agnes vio por encima de él, y luego le sirvió un poco de té en una taza que parecía de delicada porcelana.

—¿Quieres un poco de crema o azúcar?

—Ambos, por favor.

Agregó los elementos solicitados antes de entregarle la taza. Hyun tomó un trago, un lento gemido de aprobación pasó por sus labios. Seguro como el infierno que era mejor que el café en la sala de descanso del complejo.

—Entonces, ¿qué puedo hacer por ti, Guardián? — preguntó Agnes.

Hyun tomó otro sorbo antes de contestar. —No sé si eres o no consciente, pero ha habido algunos ataques de los demonios slug.

Ella hizo un pequeño ruido de angustia y llevó su arrugada mano contra su pecho. —¡Demonios slug! Qué horror.

—Sí, y han matado a algunos civiles inocentes, así que puedes entender que tenemos que detenerlos tan pronto como sea posible.

—Por supuesto. Pero no veo cómo te puedo ayudar.

—Sólo una bruja fuerte, tal como lo eres tú, podría convocar a los demonios slug —señaló Hyun, sintiéndose un poco mal por haber acusado a una anciana tan dulce.

Levantó la vista hacia las escaleras, con el ceño fruncido mientras se preguntaba qué demonios le estaba tomando a Saeng tanto tiempo. ¿Cuánto tiempo le tomaba orinar? A este ritmo, el chico iba por un récord mundial.

—Seguramente no creerás que pueda tener algo que ver con eso —exclamó Agnes, con los ojos llenos de agua.

El ruido de un golpe llegó desde el piso de arriba, el sonido fue tan fuerte que hizo que los cuadros en la pared se movieran. Su corazón se aceleró porque sabía que fue Saeng quien lo causó, Hyun mantuvo su rostro serio fingiendo no haber oído.

Su confusión creció cuando Agnes tampoco reaccionó ante el sonido. Quizás no oía bien. Después de todo, ella parecía una anciana y eso decía mucho ya que las brujas vivían durante cientos de años.

—Por supuesto que no creo que fueras tú —aseguró Hyun—. Sin embargo, los dos sabemos que eres lo suficientemente poderosa para conjurar el hechizo. Puesto que hay muy pocos en la zona con ese tipo de habilidad mágica, tenemos que investigar a todos.

Una fuerte maldición llenó el aire, seguido de un gruñido y luego el sonido de cristales rotos. El corazón de Hyun se congeló mientras veía a través de la enorme ventana detrás de Agnes y vio caer a Saeng desde el segundo piso. Un momento después, una oscura y grande sombra de cuatro patas lo siguió.

Aun así, Hyun y Agnes seguían actuando como si nada extraño estuviera sucediendo. No había duda en la mente de Hyun que ya era consciente de la conmoción en su patio delantero. Ella podría tener dificultades para escuchar, pero parecía perfectamente capaz de mantener una conversación, lo que significaba que no estaba completamente sorda.

—¿Puedes pensar en otras brujas o brujos que pudieran ser responsables de convocar a los demonios slug?  —Hyun le preguntó mientras tomaba un bocado de galletas.

Maldición, estaban tan buenos como el té. Vio hacia la ventana a tiempo para ver a Saeng tomar las espadas de sus muñecas y luchar contra un… ¿hellhound? (Hellhound, dentro de la mitología griega, demonio en forma de perro que cuidaba las puertas del infierno, los rasgos que se le atribuyen son pelo negro, ojos rojos brillantes o amarillos, súper fuerza, rapidez, feo olor y en ocasiones habilidad de hablar.) Ahora, ¿por qué infierno Agnes tenía uno de esos en su casa?

Agnes palmeó su dedo contra su barbilla mientras parecía estar pensando en la pregunta. —Podría ser mi marido, Walter.

El hellhound se levantó de un salto, su negro cuerpo sin pelo parecía cernirse sobre Saeng antes de atacar y derribarlo.

—¿Walter está en casa?

El sonido de un disparo amortiguado llenó el aire, seguido por un largo y agudo aullido. Saeng se tambaleó hacia atrás, la sangre negra cubría su rostro. Sus labios se curvaron en una mueca antes de decir algo que Hyun no podía oír, pero por el movimiento de los labios del Protector, era Joder o Evadir. Conociendo a su Protector, era la primera.

Agnes todavía estaba haciéndose la tonta. —No sé en qué agujero se esconde ese idiota, eché al infiel bastardo hace unas semanas.

El perro se levantó de nuevo, Los ojos de Saeng se abrieron más en shock antes de ser derrumbado de nuevo al suelo, su grito de sorpresa tan fuerte que llegó a la sala.

—¿Tienes idea de dónde pueda encontrar a Walter?— Hyun le preguntó.

Aunque sentía cierta preocupación por Saeng, sabía que su Protector finalmente sería capaz de terminar con el hellhound. La cosa podría ser feroz y testaruda como el infierno, pero Saeng tenía habilidades suficientes para manejarlo.

Agnes frunció el ceño, ira parpadeó en su rostro. Atrás quedó la anciana dulce y en su lugar era la expresión de una mujer despreciada. —No, no tengo ni idea de dónde está ese bastardo y diría que eso es bueno. Quizás, tenga suerte y los demonios slug vayan contra él.

Saeng se puso de pie, sus espadas chorreando sangre fresca.

—¿Sabes el nombre de con quien te engañó? —Hyun le preguntó, pensando que tal vez si él actuaba como si compartiera su indignación, ella sería más complaciente.

—¿Cómo voy a saberlo? De todo lo que estoy segura es que ella era una especie de puta demonio porque apestaba a ella cuando llegó a casa. Tan pronto como yo lo olí, lo eché.

Incluso aunque Hyun asentía hacia ella, veía cómo Saeng sacó su Glock y la deslizó dentro de una revista que hacía que las balas estuvieran impregnadas de agua bendita. Dándole al demonio una sarcástica sonrisa, le disparó dos veces. La bestia gritó una vez y luego se quedó en silencio.

Eso finalmente captó la atención de la abuela. Ella saltó a la ventana y gritó: —¡Oh, no!

Corriendo mucho más rápido de lo que debería ser capaz alguien de su edad, salió, Hyun justo detrás de ella. Estuvo a punto de tropezar en estado de shock cuando finalmente consiguió ver bien al hellhound ahora muerto. Tenía que ser el más grande que hubiera visto. También el más feo, a pesar de que sus ojos rojos ya no brillaban, aun parecían sobresalir de su casi esquelético negro rostro. Largas garras adornaban cada pata y su cola como de rata tenía fuertes púas en el extremo.

—¿Qué hiciste con Fluffy? —Agnes gritó.

—¿Fluffy? —Saeng repitió, con el disgusto mostrado en su cara.

También había una buena cantidad de sangre en su cara, pero un rápido vistazo le dijo a Hyun que era negra, así que nada de eso era de Saeng. De hecho, aparte de las contusiones que sin duda se había ganado por la caída, parecía ileso. Ni siquiera tenía heridas visibles de boxear dado que los Protectores se curaban rápidamente. Hyun por el contrario, aun tenía doloridas sus costillas. La única razón por la que Hyun se podía mover era porque su amigo brujo había sido capaz de reparar parcialmente sus huesos.

—¡Mataste a mi cachorrito! —Agnes gritó, sus ojos llenos de furia.

—No, él mató a tu hellhound. Una criatura que es ilegal que alguien tenga en su propiedad —Hyun puntualizó seriamente.

Agnes levantó las manos en la dirección de Hyun, energía mágica crepitaba en sus manos. Moviéndose tan rápido que era sólo un borrón, Saeng levantó la Glock y disparó de nuevo. Esta vez la bala golpeó la hierba, a centímetros de los pies de Agnes. Ella gritó y bajó las manos.

—Nadie... y me refiero a nadie amenaza a mi Guardián —gruñó Saeng, por primera vez, sonando como el guerrero que nació para ser.

Girándose hacia Hyun, Saeng preguntó: —¿Tienes la información que necesitas?

Aun viendo que Saeng seguía sosteniendo el arma lista y apuntando a Agnes, Hyun asintió. —Si.

—Bueno, entonces podemos regresar al complejo. Quiero disfrutar de un largo baño caliente para poderme quitar toda esta mierda de encima.

—No tenemos tiempo para eso. Vas a tener que conformarte con una rápida limpieza en el fregadero de Agnes. —Cuando Saeng se veía peligrosamente cerca de hacer un puchero, Hyun agregó—: Prometo que voy a conducir hacia cualquier lugar de grasosa comida rápida que desees. No más barras de energía.

Saeng bajó el arma. —Está bien, pero conseguiré la comida tamaño grande, y mejor será que no te quejes sobre lo malo que es eso para mi.

Con estas últimas palabras se giró y entró en la casa. Hyun vio de nuevo al perro muerto, luego a Agnes que estaba llorando por su mascota muerta. —¿Te das cuenta a cuántas personas pusiste en peligro por mantener a esa cosa?

—Me aseguré de que Fluffy sólo dañara a las personas malas.

Cuando Hyun solo arqueó la ceja sin decir nada más, Agnes se retorcía las manos. —Está bien, quizás lo dejé tener un bocadillo con uno o dos ocasionales vendedores pero no es que esos bastardos no requirieran un castigo de vez en cuando.

—¿Sabes que tengo que informar de esto al líder del aquelarre más cercano? —dijo Hyun
.
—Oh, querido —jadeó Agnes.

Oh, querido ¿En serio? Las cosas solo se complicaban más y más.


Continuara..............................

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