domingo, 21 de diciembre de 2014

La evolución del amor Capitulo 12


Quince minutos después, ellos estaban sentados lado a lado en el cuarto de espera de la Cueva del Dragón, donde Jun trabajaba como artista del tatuaje. Jun estaba más inquieto de lo usual, moviendo una de sus rodillas y mordiéndose las uñas de sus dedos.

―Jun, ¿estás seguro que quieres hacer esto? ―Tomando la mano de Jun, Min le beso los dedos.

Jun giro su sorprendida cara hacia Min. ―Si, ¿por qué?

―Te ves nervioso.


―Bueno si, lo estoy. Algo. Estoy a punto de tener un anillo de metal en mi pene.

Min hizo un gesto de dolor. ―Sí. Bueno. En tanto que estés seguro.

―Lo estoy. ―Jun se deslizo en su regazo―. Bésame.

Min lo hizo. Como de costumbre, los besos de Jun sacaban todo lo demás de su cerebro. Ambos se sobresaltaron cuando la puerta del cuarto de los piercing se abrió. Dos chicas salieron seguidas por un alto y hermoso hombre. Una de las chicas tenía la lengua con un piercing fuera de la boca.

―Recuerda ―Hyun Joong le dijo―, lávate la boca dos veces al día. Y no beses ni tengas sexo oral durante seis semanas.

― ¿Qué? ¿No bromees? ―La chica del piercing se veía horrorizada.

―Te lo dije antes de colocarte el piercing. ―Hyun sonrió―. Ella puede hacértelo a ti. Tu solo no puedes hacérselo a ella durante un tiempo. No es tan malo; usa tu imaginación. Ve y compra algunos juguetes.

Las chicas se vieron una a la otra y se rieron tontamente. La chica con el nuevo piercing, le dio a Hyun un par de billetes y se dirigió a la puerta de salida. Guardando el dinero, Hyunse dirigió hacia el sofá en donde Jun seguía sentado en el regazo de Min.

―Hi, chicos. ―Hyun les sonrió.

Min trato de hacer lo mejor para conservar su dignidad con Jun chupándole entusiastamente su cuello. ―Hola, Hyun. Encantado de verte de nuevo.

―Para mí también, Min. ―Hyun palmeo el hombro de Jun.

― ¿Estás listo Jun?

Levantando la cabeza, Jun le sonrió a Hyun. ―Sí. Min va a entrar conmigo, ¿está bien?

―Seguro. Vamos.

Se giró y regreso al cuarto privado. Min lo observo. Su cuerpo era delgado y musculoso, usaba jeans de cadera baja y una camiseta negra sin mangas que dejaba muy poco a la imaginación.

Jun le dio un codazo a Min. ―Caliente, ¿no es así?

Min se encogió de hombros y ellos se pusieron de pie y siguieron a Hyun. ―Supongo.

―Para ti, eso es un excitante ‘infiernos si’ El batea de ambos lados, sabes.

―En serio. Que fascinante. ¿También me vas a decir cuál es su posición favorita, o debo de preguntarle yo mismo?

Jun se rio y apretó la mano de Min. Hyun les dio una intrigada mirada cuando atravesaron la puerta. ― ¿Qué es lo divertido?

―Nada, ―dijo Min.

Hyun levanto una ceja, pensando en que no les creía, pero lo dejo pasar. ―Está bien, Jun, toma asiento. Tienes que quitarte los jeans, pero puedes dejarte la ropa interior si quieres.

―No. Es más fácil sin ella. ―Jun se quitó sus jeans y sus bóxers de Elvis, entonces se sentó en una silla cubierta con papel. Tomo la mano de Min.

Hyun se acomodó con una mesa con ruedas que tenía una bandeja con instrumentos estériles y accesorios. ¿Quieres el anillo que dijiste?

Jun asintió. ―Sí.
―Las barras sanan más rápido. (En el original barbell, es un piercing muy común que consta de una barra y una bola en cada extremo generalmente una fija y otra que se atornilla .)

―Lo sé. Quiero el anillo.

―Entonces anillo. ¿Dónde lo quieres?

Jun levanto su pene y paso el pulgar por la cabeza del pene.
―Dame el Príncipe Alberto. (El piercing príncipe Alberto es uno de los piercings más comunes en genitales masculinos. Éste es un piercing tipo anillo que se extiende a través de la parte inferior del glande desde la
abertura uretral hasta donde el glande se encuentra con el tallo del pene. El relacionado
"piercing príncipe Alberto reverso" entra a través de la uretra y sale por un hoyo perforado en la
parte superior del glande.)

―De acuerdo.

Min frunció el ceño. ― ¿Exactamente qué es eso?

―Atraviesa la uretra y sale debajo de la cabeza, donde se une el frenillo ―Hyun explico mientras acercaba la bandeja de los accesorios. Sonrió ante la expresión de horror de Min―. No te preocupes realmente no duele tanto. No tanto como otros. Además de que sana más rápido que la mayoría.

―Si tú lo dices, ―dijo Min estremeciéndose. Jun se rio.

Hyun se sentó en una silla alta y se puso un par de guantes.
―Está bien, compañero. Ábrete.

Jun abrió sus piernas. Acercándose, Hyun coloco una toalla estéril con un agujero sobre las partes privadas de Jun, cubriéndolo todo excepto su pene. Min logro verlo mientras Hyun tomaba la cabeza del pene de Jun -y lo limpiaba con una solución. Cuando el tomo algo que parecía algún tipo de tortura medieval, Min decidió mejor ver la cara de Jun.

― ¿Listo? ―Hyun preguntó.

Jun apretó la mano de Min duro. ―Hazlo.

―Está bien ―dijo Hyun―. Aquí vamos.

Hyun cerró los ojos y tomo una profunda respiración. Después de un momento, Min oyó un ruido metálico y Jun gimió.

Min beso los blancos nudillos de Jun. ― ¿Estas bien?

Jun asintió. Su cara estaba cubierta de sudor y sus mejillas ruborizadas. ―Sí. Sí. Bien, Jesús, eso fue jodidamente rápido.

Min se quedó con la boca abierta. ― ¿Estás diciendo que disfrutaste eso? ―Veía impactado el hinchado pene de Jun. El anillo de plata brillaba con la luz.

―Mucha gente lo hace ―dijo Hyun mientras se quitaba los guantes―. Se siente también asombroso durante el sexo. Esa es una de las razones por la que muchos chicos tienen uno. Aunque tienes que ser cuidadoso cuando estés arriba. Las joyas pueden causar daños.

―No estoy arriba a menudo. ―Jun pasó su dedo a través del anillo―. Oye, Min, puedes colocar una cadena aquí. ¿No sería salvaje?

Los ojos café de Hyun estaban fijos en el semi-erecto miembro de Jun. ―Puedes conseguir uno de esos en Krash.

Jun levanto una ceja. ― ¿Quieres decir en la tienda de S&M que está en Patton?

―Esa misma.

―Cool. ―Jun se giró hacia Min―. Vamos a conseguir una. Seré tu esclavo sexual y puedes guiarme alrededor por mi pene.

―Creo que guiarte alrededor por esa particular parte de tu anatomía es demasiado, ―dijo Min, dándole al órgano en cuestión unas pequeñas palmadas.

―Huh. ―girándose a darle una traviesa sonrisa a Hyun, Jun movió su eje haciendo que el nuevo piercing vibrara―. Tú colocarías una cadena en mi eje y me harías tu esclavo sexual, ¿no es así, Hyun?

Hyun se rio. ―Hey, no descubras mi fantasía secreta.

―Entonces tú me has visto como un pervertido, todo este tiempo. ―Jun acaricio su pene con sus dedos―. Lo sabía.

― ¿Qué puedo decir? ―Suspirando, Hyun presiono una mano sobre su corazón―. He sido malo.

Jun se rio, pero sus ojos ardían. Un sentimiento de inquietud revoloteo en el estómago de Min.

Min se limpió la garganta. ― ¿Estas planeando quedarte sentado aquí y jugar contigo mismo toda la noche o nos podemos ir?

Jun se puso de pie, ―Vámonos, Estoy listo para la ¡fies-ta!

― ¿Cuál es la ocasión? ―Hyun preguntó mientras limpiaba los instrumentos para el piercing.

―Es mi cumpleaños. ―Sonriendo, Jun se puso sus bóxers y sus jeans subiendo el cierre cuidadosamente―. Vamos a ir por unos tragos y a bailar hasta caernos.

Hyun se rio. ―suena divertido. ¿Cuantos años cumples? ―Veinticinco.

―Mmmmm ―Hyun ronroneo. Sus oscuros ojos ardían―. Aun eres joven y sabroso.

Jun se lamio los labios y Min frunció el ceño. Esta vez no había error en la electricidad que saltaba entre ambos hombres. El estómago de Min se hundió al suelo. Viendo a Hyun y a Jun coquetear, Min creyó saber lo que sucedía.

Él está cansado de mí. Él quiere a alguien más joven y excitante. En un instante, el mundo de Min se volvió gris. Apretó duro su pena interior y logro no empezar a llorar en ese momento.

El vio a Hyun que se ruborizaba y bajaba la vista.
―Entonces…um, supongo que eso es todo ―dijo Hyun―. Jun, sabes las indicaciones. No fluidos corporales, excepto los tuyos sobre el piercing durante las siguientes seis semanas, mantenlo limpio y avísame si necesitas que lo vea.

―Seguro. ―Jun tomo a Hyun del brazo―. Muéstrale a Min el tatuaje que te hice, quiere verlo.

Hyun le dio a Min una extrañamente tímida mirada, entonces se quitó la camisa y se giró, deslizó su cabello hacia un hombro. El tatuaje comenzaba en la base del cuello de Hyun y recorría todo el camino del centro de la espalda y desaparecía bajo la cintura de sus jeans. Min vio el intrincado trabajo de líneas negras y giros sobre la piel marrón-dorada. La desnuda y simple belleza casi le hace olvidar la manera en que Hyun y Jun se habían visto. El talento de Jun siempre tenía ese efecto en él.

―Jun, esto es fantástico. ―Min lo tocó sin pensarlo. Sintió el calor de la piel bajo sus dedos. No podía estar seguro, pero él pensó que Hyun se sobresaltó un poco. Sintiéndose extrañamente rechazado, retiro la mano.

―Gracias, amor. Imagine que te gustaría. ―Jun pasó sus brazos alrededor de Min―. ¿Cuándo me vas a dejar que te haga uno?

Min forzó una sonrisa. ―Lo siento, Junnie. Los tatuajes no son para mí. Ni siquiera una de tus creaciones.

―Lo usaras algún día, solo espera. ―Jun mordió el labio de Min, entonces se apartó―. Vamos, tenemos que irnos. Hyun gracias de nuevo por hacerlo.

Jun se lanzó hacia Hyun y lo abrazo duro. Min no pudo evitar notar el rubor que coloreo las mejillas de Hyun cuando coloco los brazos alrededor de la cintura de Jun y correspondió el abrazo.

No podía ver a Min a los ojos.

―Oye, no hay problema ―Hyun dijo cuándo Jun se apartó de nuevo―. Por esta cantidad de tinta, voy a hacerte las perforaciones que desees solo tienes que decirlo.

―Te avisare. Gracias hombre, nos vemos después. ―Jun tomo la mano de Min y lo jalo hacia la puerta.

Afuera, Min envolvió su brazo alrededor de los hombros de Jun y beso su frente. No pudo evitar preguntarse si esa sería la última vez que sostendría a Jun de esa manera. Jun se apoyó contra él, una mano en el bolsillo trasero de los jeans de Min. Se quedaron en silencio un momento. El sol se estaba hundiendo entre las montañas al oeste, el cielo de la ciudad se pintaba de un brillante naranja y el aire empezaba a sentirse fresco.

Las noches de verano siempre contenían cierta indescriptible magia, pero Min no se sentía como usualmente lo hacía. En todo lo que podía pensar era en la pasión en la mirada de Hyun y en la chispa en los de Jun en respuesta mientras ellos se veían. Acaricio con su nariz el cabello de Jun. Jun siempre olía como a rayos de sol y tréboles. Él se preguntaba si aprendería a vivir sin tener el olor de Jun y su caliente cuerpo entre los brazos.

― ¡Minnie! ―Jun le pico las costillas y lo trajo al presente.

―Lo siento ―dijo Min―. Estaba a kilómetros de aquí.

Jun frunció el ceño. ―Te estaba preguntando que si querías que fuéramos a The Orange Peel y ver si hay algún boleto para esta noche. The Árcade Fire’s tocan esta noche. ¿En qué infiernos estás pensando?

―En nada.

―Mierda. Tú siempre entras en la zona cuando estás pensando algo intenso. Entonces ¿Qué pasa?

Min trato de sonreír pero no pudo. ―Jun, dejemos eso ahora, ¿está bien? Es tu cumpleaños, vamos a divertirnos. Lo que sea que quieras. Vamos a ver a The Árcade Fire si tú quieres.

Jun se apartó lo suficiente para ver a Min a los ojos. Tomo ambas manos de Min y lo guio a un callejón cercano.

―Está bien ―Jun dijo―. ¿Qué está mal? Y ni siquiera trates de decirme ‘nada’ de nuevo, porque te conozco bien. ¿Es por el piercing? ¿Realmente te parece grotesco, eso es lo que está mal?

―No es eso. ―Min se mordió el labio―. Jun, sabes que te amo, ¿verdad?

Jun levanto una ceja. ―Si, lo sé. Y tú sabes que te amo.

―Nunca dude de eso antes.

― ¿Antes? Que quieres decir, ¿lo haces ahora? ―Jun sacudió la cabeza―. Tú eres quien jala mi cadena. ¿No es así?

Min no sabía cómo empezar a decir lo que tenía que decir. El levanto una mano para acariciar la cara de Jun. Jun coloco su mano sobre la de Min.

―Cielo ¿dime que está mal? ―La expresión de Jun era inusualmente seria.

Min pasó sus dedos sobre la suave mejilla de Jun y cruzo sus suaves y llenos labios. ― ¿Alguna vez te has cansado de estar con alguien mucho mayor que tú?

Los claros ojos de Jun se abrieron más. ―Minnie, no me importa que tan grande seas o que tan joven sea yo, o como sea que quieras ver esto. Nos pertenecemos juntos. Lo sé desde la primera vez que te vi.

Min suspiro. ―No soy inocente, Jun. He tenido otras relaciones y he tenido mis días salvajes de soltero. Nunca me arrepentí de dejar eso atrás. Dios sabe que eres todo lo que quiero. ―Tomando las manos de Jun, Min beso sus dedos―. Pero eres tan joven, Jun. Hay tanto que aún no has hecho. Y veo la manera en
que la gente te ve. Puedes tener a cualquier hombre que quieras. O a cualquier mujer si es el hecho.

― ¿Que jodidos estas tratando de decir? ―Los ojos de Jun eran enormes y su cara blanca como un papel.

―Yo…infiernos. ―Min tomo una profunda respiración y se obligó a continuar―. Vi la manera en que tú y Hyun se veían. Sé que tú…te sientes atraído por él. No te culpo por querer estar con alguien más cercano a ti, alguien que pueda seguir contigo. Y, y no te culpo si tú y él tienen…Bueno. Jun, te amo más de lo que he
amado a alguien. Incluso más de lo que creía posible amar a alguien. Puede matarme dejarte ir. Pero quiero que seas feliz. Si estar con alguien más es lo que necesitas para ser feliz, entonces Yo…yo… El no pudo terminar, pero no fue necesario. Jun había entendido muy bien el punto. Alejo sus manos y vio fijamente a
Min, le temblaba todo su cuerpo. Sus ojos brillaban por las lágrimas.

― ¿Qué jodidos, Min? ¿Es eso lo que realmente piensas de mí? ¿Crees que voy a tirar todo lo que tenemos solo por estar con alguien más joven? Joder, ¡Jesús Cristo! Nosotros estamos juntos desde hace dos años, ¿Cómo puedes pensar que soy tan jodidamente superficial?

―Jun, bebé, eso no es lo que quise decir…― Min toco el brazo de Jun y él se apartó.

― ¡El infierno que no! ―Lagrimas bajaban por las mejillas de Jun―. Te amo, Jung Min. Te amo. Eres todo para mí. ¿Cómo puedes pensar que no? ¿Cómo puedes dejarme ir solo así?

Min sintió como si le golpeara. ―Yo solo pensaba…

―Bueno, pensaste mal.

―Cariño, lo siento tanto. ―Min se acercó a Jun, y Jun se trastabillo hacia atrás.

―No lo hagas ―le dijo―. Solo no lo hagas.

―Jun, por favor…

―Mira, Min, solo déjame ir a casa, ¿bien? Necesito estar solo por un tiempo.

Jun se giró para alejarse sin esperar respuesta, cerrando los dedos tan duro que estaban blancos. Min lo vio irse, sintiendo desesperanzado e infeliz.

―Como…quieras… ¿tú vas a casa, verdad?― Por favor, por favor ve a casa. No dejes ese camino.

Jun se detuvo, viendo sobre el hombro, y empezó a caminar de nuevo. ―Voy a tomar un taxi. ―Se dirigió a la banqueta y desapareció alrededor de la esquina.

Apoyándose contra la pared de ladrillos, Min enterró su cara entre sus manos.



Continuara........................

1 comentario:

  1. Ese caballo siempre haciendo sufrir a Baby, tonto caballo baby te ama y tu con tus cosas *_*

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