sábado, 29 de noviembre de 2014

Para tener un humano Capitulo 5


Hyun supo al segundo cuando Saeng salió del ascensor y subió al tercer piso. El aroma de miel y limón siempre seguía al hombre. Un olor extraño que le hacía difícil y necesitado, pero los resultados no mentían.

Dado que Saeng había empezado a trabajar allí hacía unos días, Hyun nunca se había perdido la oportunidad de ver al hombre entrar o salir de una habitación. Nadie parecía tan bueno como Saeng miraras desde donde miraras.

Por no hablar de que el hombre hacía un gran trabajo. Tres bancos tenían ahora contratos indefinidos con ellos después de que Saeng fácilmente hackeara sus cuentas para mostrarles el error en su seguridad.


Su caliente amante también era bueno para los negocios, ¿qué más podía pedir? Luchó contra el impulso de ronronear. Después de tomar una respiración relajante, Hyun se volvió y trató de concentrarse en su hoja de
cálculo.

-¿Has dicho algo, jefe? -preguntó Min. La sonrisa en su rostro le dijo a Hyun que su beta necesitaba una patada en el culo... otra vez. Desde que Saeng había empezado a trabajar ahí y mostró a todos los errores que el último chico había dejado atrás, Min estaba fuera de sí con suficiencia. No sólo el propio Min se daba palmaditas en la espalda por traer a Saeng a bordo, sino también por encontrar la pareja de Hyun. Min decía que él había conseguido el logro de contratarlo porque Hyun lo había dejado escapar de entre los dedos.

Bastardo presumido.

-No, no he dicho nada. -Hyun dejó un pequeño gruñido subyacente en sus palabras para mostrar su ira.

Min inclinó la cabeza sumisamente, aunque el brillo de sus ojos no se apagó.

-Debes ver a los trabajadores, surgen de la nada cuando camina a través de la oficina, tanto hombres como mujeres. -Un colmillo pinchaba el labio inferior de Hyun. Él contuvo el aliento, horrorizado por la acción.

Sólo Saeng le afectaba lo suficiente como para perder el control. Min soltó una risa ahogada.

-Oh, cállate. No puedo ayudar si me vuelves loco. ¿Has visto a mi chico? ¡Es caliente!

-Lo es -estuvo de acuerdo Min. -¿Crees que es el único?

JHyun asintió. -Aunque está nervioso. Está de acuerdo en ser exclusivo, pero no lo ha prometido.

-¿Es por lo de ser estrella de rock? -preguntó Min.

Hyun negó con la cabeza. -No, creo que es porque hice un comentario sobre el que fuera humano. Tiene una especie de sensibilidad al respecto.

Min inclinó la cabeza para examinar a Hyun. -Tal vez sólo eres insensible. Antes nunca tuviste en cuenta realmente los sentimientos de alguien. Todos siempre te han atendido, sobre todo por el orgullo. Creo que tienes que intensificar tu juego. ¿Sabes que recordaba el cumpleaños de Julie? y él ni siquiera ha estado aquí una semana.

Hyun se encogió de hombros. -Sabes que no recuerdo las cosas de ese estilo.

Nunca había sido bueno con los aniversarios y días, siempre interrumpía el flujo de la jornada regular. Era algo molesto.

-Ella ha sido tu ayudante durante diez años -dijo Min, exasperado.

-¿Y? -Hyun se preguntó a donde iba a parar su beta con su extraño comentario. No es como si Hyun no supiera cuánto tiempo había sido su ayudante.

Min puso los ojos en blanco. -Mi punto es, que sería un buen compañero para el alfa . Él ya sabe como llegar al lado bueno de todos, y no se pierde nada. -Ambos miraron al chico rubio dando sonrisas a la recepcionista. Saeng sacaba lo mejor de cada uno. Por no hablar de su camisa, que marcaba un buen conjunto de músculos. Hyun anhelaba desnudarle y examinar cada bache con los dedos y la lengua. A veces durante la noche tenía sueños acerca de hacer exactamente eso. Él quería hacer más de lo mismo en el futuro.

Sonrió mientras visualizaba que la marca de apareamiento seguía ahí, bajo la camisa de Saeng. Hyun se aseguraba de marcarlo cada vez que hacían el amor. Con el tiempo, se convertiría en permanente.

-Me preocupa que no sea lo suficientemente fuerte por ser un humano.- Por mucho que Hyun quería mantener a Saeng para siempre, le preocupaba que el hombre no fuera lo suficientemente fuerte como para ser el compañero de un cambia-formas. A pesar de tener una combinación de razas felinas formando su pequeño orgullo, no tenía ningún ser humano en la mezcla. Él ignoró el gruñido infeliz de su felino interno.

-Creo que Saeng te daría una patada en el culo si te oyera cuestionar su fuerza. Creo que es bastante fuerte para ser humano, y si de alguna manera se mete en un altercado con un cambia-formas, te tiene a ti, a nuestra manada, y a la banda para proteger su espalda -insistió Min.

Min había ido a algunos de los conciertos de Saeng y fue convirtiéndose en un ávido fan. Hyun sospechaba que era por un cocodrilo en particular que realmente llamaba su atención, pero no se lo señaló. Todavía no. Hyun negó con la cabeza.

-Por mucho que me gustaría tenerlo, me mataría si le duele. -Eso era todo lo que había decidido. No quería hacer daño al joven.

Los humanos eran frágiles. Su padre se lo había inculcado hacía años, cuando había ido a una escuela humana-cambia-formas pública. Por desgracia, no podía pedir más consejos a sus padres, porque ya no estaban presentes. Su madre había muerto en un accidente de avión y su padre murió poco después a causa de tener el corazón roto. No era sólo una forma de hablar. Cuando perdían a su pareja, su corazón, literalmente, no podía soportar el dolor.

-Así que eso es todo. A pesar de que lo reclamas como tuyo, ¿vas a dejar que se vaya? -El tono de Min expresaba mucho asco e incredulidad. - Nunca pensé que vería el día en que mi alfa tuviera miedo de algo.

-Puedo arrancarte la garganta antes de que llegues a la puerta -dijo Hyun suavemente.

Min se aclaró la garganta. -Es tu decisión, jefe.

Hyun asintió. -Recuérdalo.

Después de discutir algunos aspectos más de la empresa, Min se fue corriendo a cumplir las órdenes de Hyun. Dejó la puerta abierta cuando salió, dejando a Hyun con una clara visión de Saeng hablando con un nuevo trabajador.

Hyun había contratado al hombre para el apoyo en protección, pero a su jaguar interior no le gustaba lo cerca que el hombre estaba de Saeng. Nadie más que Hyun debía permanecer lo suficientemente cerca como para mezclar su esencia con él. El chico nuevo, Siwon o Sewoon  o algo así, miraba a Saeng con un brillo de atracción que hacía al medio animal de Hyun querer tomar al hombre como a un ciervo herido y arrancarle la garganta. La cuestión era que Saeng le devoraba con la mirada. Él necesitaba tener al
magnífico hombre debajo de él, preferiblemente desnudo y envuelto alrededor de su polla. Los recuerdos de la última vez juntos lo tenía atormentado día y noche. Tenía que tener a Saeng, sólo esperaba que al final
no fuera una decisión egoísta que dañara su orgullo.

Un ronroneo fuerte se enrolló en la garganta al contemplar todas las cosas que podía hacer con el ser humano. Se imaginó a Saeng mirándolo con ojos oscuros, con lujuria mientras lamía toda esa piel maravillosamente bronceada. Hyun se movió en su silla, separando las piernas para hacer sitio
a la erección mientras contemplaba el bronceado que se extendía por todo el cuerpo caliente de Saeng.

Tomando una profunda respiración, Hyun despiadadamente obligó a su mente a concentrarse en el contrato antes que en él. Su erección tendría que esperar.

Linda entró en la oficina y cerró la puerta detrás de ella y le quitó a Saeng de la vista. Su cabello rojizo natural, retorcido en un nudo complicado, parecía que llevaba horas sin ser peinado, pero Hyun había visto retorcerlo fuera su de camino y ponerlo en su lugar con un lápiz y obtener el mismo aspecto elegante. Tenía la gracia natural de una actriz de una vieja película con la actitud de un sargento de instrucción.

-Te ves bien hoy. -Comentó Hyun. Linda levantó la vista de su bloc de notas y frunció el ceño. -¿Qué? ¿No puedo halagarte? -Hyun preguntó inocentemente.

-La última vez que me halagaste fue para amortiguar el golpe porque prendiste fuego a la cafetera -le recordó Linda.

-¿Eso no pasó hace cinco años? -preguntó Hyun.

Linda asintió. -Y sólo lo recuerdo porque tu desesperado intento de distraerme, fracasó miserablemente. De todos modos, lo que quería decir es que Saeng es un chico dulce, aunque le debes reclamar formalmente. Difundir tu olor en él, y luego enviarlo a la empresa para trabajar. Haces que salgan todo tipo de rumores.

-¿Qué tipo de rumores? -gruñó Hyun. -Si alguien ha dicho algo para lastimarlo... -Las garras salieron de las puntas de los dedos de Hyun. De ninguna manera iba a dejar que nadie le hiciera daño, física o emocionalmente.

-Espera, jefe. Sólo estoy diciendo que está causando cotilleos. Algunos están diciendo que tienes demasiado miedo de tomar lo que quieres o que no confías en Saeng porque es humano. No creo que a él nadie le haya dicho nada, pero no lo sé a ciencia cierta. Incluso si ellos no le dicen nada directamente, él finalmente escuchará los rumores y pueden herir sus sentimientos -Linda parecía preocupada.

-No creo que la cosa sea tan delicada -respondió Hyun. Sin embargo, la idea de que posiblemente perjudicara a Saeng le molestaba.

-Es una cuestión de cortesía. Si fuera un cambia-formas, ¿vacilarías? -La expresión de Linda hizo que Hyun sintiera que estaba volviendo a su infancia, cuando su madre trataba de hacerlo responsable de sus actos.

-No -confesó Hyun. -Tienes razón, lo trato diferente porque es humano. -Maldita sea, estaba siendo idiota.

-Necesito tener una ceremonia para reclamarlo. Demostrar a todos que quiero hacerlo oficial. He sido un
idiota. No hay manera de que no vaya a tenerlo. Él es mi pareja. Lo sé. Tendrá que acostumbrarse a la idea.

-Ese es el espíritu -aprobó Linda. Juntando sus mentes, comenzaron a planificar la fiesta.




Saeng se sentó en su oficina. Ya que él hacía toda la materia de los ordenadores y necesitaba espacio, se le dio un despacho propio. La oficina de Sungmin

-Hola, mi muy humano, ¿qué hay en la agenda para el día? -Heechul se escabulló a la oficina de Saeng. Por la forma cómo se movía, todo sin huesos, hacía que Saeng a veces pensara en él como en una serpiente más que como el gato montés escocés que era en su forma cambiada. Sin embargo, Heechul lo trataba como si fuera un miembro más de la compañía. Saeng había aprendido que la corporación era en realidad un pequeño orgullo de razas mixtas de felinos que dirigían el negocio y compartían todos los beneficios.

-Estamos entrando en WolfTrac. -Saeng le informó.

Heechul ladeó la cabeza. -¿Una compañía de lobos nos está contratando?

Saeng tocó unas teclas y examinó el monitor. -Hmm, ¿dije eso?

-¿Lo sabe el jefe? -Hee se acercó para ver lo que estaba haciendo Saeng.

-Han estado tratando de romper nuestro sistema en los últimos tres días, y estoy tratando de averiguar por qué. No quiero decir cosas malas acerca de Sungmin, pero había algunos correos electrónicos entre él y el
presidente del WolfTrac. El correo electrónico ha sido codificado y no he tenido tiempo de verlo todavía, pero me da curiosidad en cuanto a por qué un cambia-formas felino dejaría una obvia cosa buena para ir a trabajar para el enemigo.

-¿Sungmin está trabajando para WolfTrac ahora?

Saeng asintió. -Por lo menos eso es lo que parece. Su firma está en todo el sistema. No sólo eso, sino que dejó un montón de agujeros en nuestro sistema y WolfTrac parece saber de alguna manera todo esto. He estado arreglándolo y agregando mis propias puertas para mantenerlos fuera, pero estoy siguiendo el delito. 

Es una buena defensa de ruta y voy a echarle un vistazo.

-Me he preguntado por qué nunca Hyun persiguió a Sungmin. Quiero decir, somos un grupo muy unido y Sungmin realmente nunca encajó, pero era uno de nosotros, ya sabes. El hecho de que se acabara de ir y nadie fuera a ver cómo estaba es un poco raro. -observó Heechul. Sentándose en el borde del escritorio de Saeng, olfateó el aire.

-¿Qué? Sabes que odio que me huelan. -De alguna manera no se sentía tan molesto cuando Hyun lo hacía, pero por lo general iba precedido por el sexo por lo que le perdonaba.

-No lo puedo evitar, hueles a Hyun, limón y miel y, como miembro de su soberbia, el alfa siempre huele mejor. Sólo quiero subir en tu regazo y olerte -confesó Heechul.

-Hazlo y estás despedido. -Hyun rugió desde la puerta. Heechul saltó grácilmente sobre sus pies, se puso de rodillas y agachó la cabeza.

-Perdóname, Alfa.

-Espiando, ¿no es así? -preguntó Saeng.

-Un poco. -Hyun elevó una ceja. -Levántate, Hee, sólo mantén la nariz para ti mismo.

-Sí, señor. -Heechul se puso en pie y permaneció allí como si no estuviera seguro de qué hacer.

-Vuelve a tu escritorio. Saeng te llamará cuando te necesite de nuevo - instruyó Hyun.

-Sí, Alfa. -Hee dio a Carey una nostálgica mirada antes de salir de la oficina.

-No seas tan duro con él, es joven -dijo Saeng. Se sentía un poco mal por el cambia-formas exuberante. Heechul tenía una mente aguda, pero también una gran bocaza. Saeng entendía los peligros de esa combinación. 

-No soy duro con él, no quiero que te huela. Ese es mi trabajo -Hyun se acercó y apretó la cara contra el cuello de Saeng, inhalando profundamente.

-Tiene razón, hueles bien -rió Saeng. -¿Supongo que te gusta cómo huelo?

-Por supuesto, tienes la mejor clase de olor -confirmó Hyun.

-¿Y cuál es ese?

-Mío.

Saeng se rió. -¿Has venido por una razón o sólo me hueles?

-Quería volver a verificar de que harás el concierto esta noche. Voy a aparecer, pero podría llegar hacia el final ya que tengo una conferencia telefónica con el extranjero más adelante. -Saeng le mostró una expresión de dolor que le dijo que no era algo que su amante estuviera deseando.

-No hay problema. Estaremos allí hasta medianoche. Luego de eso, tendrás que darme caza en casa.

-Hablando de casa, ¿cuando vas a llevarme a la tuya? -Hyun frunció el ceño.

-Voy a tener que llevarte pronto -prometió Saeng. -Nunca he invitado a nadie antes a mi casa. -Era una especie de regla no escrita. Ninguno de los compañeros de cuarto llevaba a nadie a la casa. Era su zona de seguridad, donde los extranjeros no eran bienvenidos. Tendría que consultar con sus amigos para ver cómo se sentían antes de arrastrar a Hyun hacía allí.

-¿En serio? ¿Nunca? -preguntó Hyun.

-Nop. Voy hablar con los chicos, tal vez podamos hacer una cena o algo así. -ofreció Saeng. Él no quería hacer promesas difíciles, pero si Hyun planeaba convertirse en parte de su vida, Saeng necesitaba sentirse cómodo con Hyun en su casa. Saeng por lo general mantenía su vida muy privada, sería un gran paso permitir a alguien adentrarse en su pequeño grupo.

-¿Te preocupa que tus amigos no me vayan a gustar? -La expresión de Hyun casi le hizo gracia, como si las preocupaciones de Saeng fueran ridículas. Tal vez lo eran.

-No exactamente. Es algo complicado. Ahora, si no te importa, tengo trabajo que hacer. -Hizo un gesto significativo en su monitor.

-¿En qué estás trabajando?

-Hackeando a los lobos. Han estado tratando de entrar en nuestro sistema en los últimos días. ¿Sabes por qué Sungmin se fue?

-No. ¿Por qué?

-Creo que ahora podría estar trabajando para WolfTrac, y no sé por qué alguien iría a trabajar para esos psicópatas si no tenía porqué hacerlo. Me pregunto si tal vez tuvo que hacerlo.

-¿Crees que le hicieron chantaje? -preguntó Hyun sorprendido. Saeng se encogió de hombros.

-¿Dio aviso o algo así?

-No lo creo, voy a verificarlo dos veces con Min. Por lo que sé, sólo dejó de ir a trabajar y le dijo a Min que teníamos demasiados trabajos por hacer. -Hyun frunció el ceño. -Eso suena sospechoso, ¿no?

-Lo es. -No había buenos caminos que llevaran a los lobos. Si ahora Sungmin estaba trabajando para ellos, eso podría ser algo que Hyun debería investigar.

Hyun agarró el teléfono del escritorio de Saeng y pidió comunicarse con Min. Después de un minuto, lo estrelló de nuevo hacia abajo.

-Olvidé que se cogió el día libre para ir a un seminario de seguridad en el centro de convenciones. No estará de regreso a la oficina hasta mañana. Voy a dejarle una nota y ponerle a comprobar eso.

-Gracias. -Saeng sintió una oleada de alivio no sólo porque Hyun le creyó, sino porque también estaba dispuesto a investigar sus preocupaciones.

-No, gracias a ti. Nadie creyó ver nada de todo esto. Deberíamos haber estado más preocupados por uno de los nuestros. -Hyun besó a Saeng, fuerte y rápido, dejando un resplandor de fuego atrás.

-Um, de nada, pero Hee es el que mencionó que no creía que nadie lo hubiera seguido. -Saeng bajó una vez que recuperó el aliento.

-Se lo voy a agradecer también, pero no con el beso. -Hyun golpeó a Saeng en la nariz y se fue.

-Más vale que sea sin el beso. -Saeng murmuró mientras golpeaba a sus teclas del ordenador. La idea de Hyun tocando a alguien, besando o no, ponía a Saeng de mal humor. Hyun le pertenecía. -Mierda -dijo Saeng, mirando al techo. -Estoy enamorado del maldito alfa.

-Ya era hora de que te dieras cuenta -dijo Heechul, entrando en la habitación. -Por cierto, gracias, por decir a Hyun lo de mi idea.

-¿Él habló contigo? -Saeng no se dio cuenta de que había estado fijándose tanto tiempo en su pantalla de ordenador.

Hee asintió con exuberancia. -Me dijo que tenía buenos instintos.

-Fue amable de su parte -Hyun era un buen alfa.

-Lo fue. He oído que tienes un concierto esta noche. -Heechul rayó el suelo con su zapato. -¿Está bien si voy?

-Por supuesto, cuantos más mejor. -Saeng suspiró. -No estoy haciendo mucho progreso con esto ahora mismo. Voy a mirar algunos programas, entonces lo dejaré para mañana. Iremos a Capitol Hill. Se inicia a las diez, llega temprano si quieres un asiento.

-Genial. Siempre he querido ir allí -exclamó Heecul. -Gracias.

-De nada -sonrió mientras Hee prácticamente rebotaba fuera de la oficina de Saeng. Heechul era un gatito lindo. Sería un buen hacker si pudiera soportar estar sentado durante más de unos pocos segundos seguidos. Tal vez debería pedir a Hyun que mirara una de esas mesas de pie para Heechul, que lo pudiera inquietar y todavía conseguir el trabajo hecho. Tirando de su chaqueta, Saeng se dirigió a la puerta.




Continuara....................

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