sábado, 29 de noviembre de 2014

Barcos en la noche Capitulo 8



—Sabes que soy una celebridad, conocido en todo el mundo por mi hermosura, talento, y, por supuesto, ¿humildad? —dijo Hyun en broma.

Caminando al lado de Saeng, Hyun inspeccionó a la multitud a su alrededor. Su mirada moviéndose de lado a lado mientras los coloridos paseos del carnaval y la gran variedad de cabinas llamaban su atención. Saeng sonrió con la vista de Hyun quien estaba vestido de incognito. O lo que el hombre obviamente concebía como incognito. Saeng le había dicho que vistiera casual. También le había informado a Hyun que lo iba a llevar a un lugar público donde podría ser reconocido. Aún estaba asombrado de que Hyun dijera que sí a la cita. Y estaba más asombrado cuando vio como se había vestido Hyun. Estaba vistiendo un par de jeans descoloridos con una playera blanca con la imagen de un cráneo grande en el frente. Se podrían parecer a cualquier otra prenda que una persona podría usar, excepto que Saeng sabía que la playera era un diseño de Alexander McQueen y los jeans pre-ablandados, que se ajustaban perfectamente a Hyun, probablemente costaron unos pocos miles de dólares. Hyun también estaba usando una gorra negra y un par de grandes, oscuros lentes de sol que escondían sus ojos y le destellaban su reflejo de Saeng. Debería haberle dicho a Hyun que no se molestara. El chico aún sobresalía de la multitud con su altura y magro cuerpo musculoso. De hecho, aún estaba llamando la atención de las damas y de algunos hombres. Saeng se preguntaba cuanto tiempo pasaría antes de que la gente reconociera quien caminaba entre ellos.
—¿Te estás riendo por dentro de lo que estoy usando, verdad? —preguntó Hyun.

—¿Cómo sabes eso? —Saeng estaba usando lentes de sol, también. A pesar de que no era tan famoso como Hyun, alguien aún podría reconocerlo. No quería arriesgarse.

—Pones esa pequeña arruga a un lado de tu boca, ademas de tu hoyuelo. Como si te estuvieras divirtiendo, pero tratando de no demostrarlo.

—Wow. Tú deberías ser un lector de mentes. —Saeng no se había dado cuenta de que pudiera ser leído tan fácilmente—. Y de todos modos, ¿qué estabas pensando, usando esa playera? ¿Qué pasa si derramas palomitas y algodón de azúcar en el frente?

—¿Vamos a comer todo eso, huh? —Hyun se encogió de hombros—. La mandare a la lavandería. No hay problema.

—A veces olvido que eres una estrella de cine que no lava la ropa como el resto de nosotros.


—Eso está bien —sonrió Hyun.

—Y como tú eres una rica estrella de cine y yo no, vas a pagar por nuestra cita de hoy, también.

—Wow. Tú verdaderamente no tienes pelos en la lengua ¿verdad?

Saeng resopló. —Sería un pequeño cambio para ti. Así que ¿estás listo para rocanrolear? —Saeng estaba de repente emocionado con el pensamiento de explorar el carnaval.

—No acabas de decir eso —rio Hyun.
—Sí, lo hice. Ahora vamos. —Saeng agarró la mano de Hyun, juntando sus dedos y jalándolo hacia uno de los más interesantes puestos de comida que vio.
—¿Manzanas azucaradas, de verdad? —Hyun le sonrió.

—Vamos, Hyun. No me digas que te puedes resistir a una de esas delicias. Hasta vienen en diferentes sabores. Mira —Saeng señaló emocionadamente a la señal dibujada a mano que jactaba varios sabores incluyendo miel, canela, y chocolate con menta.

—Bien. —Hyun suspiró ruidosamente, su expresión burlesca rápidamente remplazada con una sonrisa cariñosa en respuesta a la brillante sonrisa de Saeng.




—No puedo creer que me trajeras a una feria en nuestra segunda cita.

—Y yo no puedo creer que no te reconociera nadie. Además admítelo, te divertiste —señaló Saeng.

—Lo hice —admitió Hyun con sorpresa, como si no hubiera esperado tener un buen momento.

—¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una feria?

—No puedo recordar, en realidad. Creo que sólo fui una vez cuando era realmente, realmente joven.

—¿No estás seguro?

Hyun se encogió de hombros. —No recuerdo mucho de mi niñez. ¿Qué acerca de ti, fuiste mucho a ferias cuando eras un niño?

Saeng se preguntó sobre la manera indirecta en que Hyun cambió la pregunta hacia él, y a la rara nota en la voz de Hyun. El tema de su niñez era claramente algo de lo que no le gustaba hablar.

—Fui un par de veces cuando mi padre aún estaba vivo —dijo suavemente Saeng.

—¿Oh? ¿Murió cuando eras joven?

Saeng asintió. Pensó en como la muerte de su padre cambió todo para él. Saeng empujó lejos esos pensamientos negativos rápidamente y decidió disfrutar del resto del día con Hyun, divertirse, como hicieron antes.





—Gracias —dijo Hyun.

—¿Por qué?

—Por ser una maravillosa cita.

—Entonces debería agradecerte a ti también, parece —dijo Saeng bromeando.

—No, realmente. Me divertí inmensamente.

—Inmensamente, ¿huh? Esa es una palabra grande. —Saeng rio.

—Para tu vocabulario, ¿quieres decir?

—¡Hey! —Saeng golpeó duro a Hyun en su brazo.

Pero de verdad había sido una buena cita. Saeng recordó la gran sonrisa en la cara de Hyun cuando había ganado un oso de peluche después de lograr disparar una pelota de baloncesto dentro de un aro cinco veces seguidas. Saeng le dijo a Hyun que era trampa, en realidad; ganó por su altura. Hyun era al menos de seis pies de altura. A su vez, Hyun acusó a Saeng de estar celoso ya que no había podido ganar un oso de peluche. El oso de peluche de Hyun estaba ahora agarrado en la mano derecha de Saeng.

—Así que, ¿vas a invitarme a entrar? —preguntó Hyun, meneando su ceja sugestivamente.

—No soy tan fácil, Señor Kim—dijo Saeng, antes de darse cuenta de su descuido. Después de todo, ya había dormido con el hombre, la primera vez que se habían conocido—. ¿Sabes qué? Pretende que no acabo de decir eso. —Saeng estiró su mano cuando parecía que Hyun estaba a punto de decir algo. En su lugar Hyun le sonrió con picardía.

—¿Entonces, supongo que eso es un no? —preguntó Hyun retóricamente.

—Te veré pronto, Hyun—dijo Saeng, sonriendo suavemente.

Hyun se movió hacia adelante para colocar un gentil beso en la boca de SaengSaeng jadeó suavemente cuando sus lenguas se encontraron, su mano izquierda estirándose para atraer a Hyun más cerca de él. Sus cuerpos presionados juntos, y conforme el beso se profundizaba, podía sentir su polla y la de Hyun endurecerse.

—Es suficiente —dijo Hyun, un poco sin aliento mientras alejaba a Saeng—. No me tortures, Señor Heo. Aún tengo que manejar a casa con esto—. Señaló a su entrepierna, donde una creciente erección se estaba formando.

Saeng rio, inclinándose hacia adelante para frotar fuerte sobre la tienda de campaña antes de abrir la puerta de su casa. —Disfruta tu noche, Hyun—dijo mientras rápidamente cerraba la puerta detrás de él, riendo para sí mismo y dejando a un aturdido Hyun de pie arraigado en el lugar.



—Bien, voy a ser condenado —sonrió Hyun suavemente—. El gatito tiene garras.

Hyun movió su semidura polla antes de caminar embarazosamente de vuelta a su carro. Manejó rápido esa noche y rezó para no ser detenido en el camino por un policía de tráfico, porque eso simplemente apestaría. No quería explicarle a un oficial de la ley porque su mano derecha estaba en su entrepierna, tratando de aplacar la erección que aún sentía la huella de la mano de Saeng en su sensitiva piel.


Saeng acariciaba su polla en la ducha, pensando en Hyun jodiéndolo todo el tiempo. Lamentaba no haberle pedido a Hyun que se quedara, pero pensó que necesitaban tiempo para llegar a conocerse el uno al otro primero. Se vino con un dedo mojado en su culo y con el nombre de Hyun en sus labios.


Continuara...................


3 comentarios:

  1. Jajajaajaaj que es malo Saeng, dejo a Hyun en apuros.

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  2. Vaya...Saeng esta alargando el placer de estar con Hyun...si que se tienen ganas....pero esta bien lo que hace Saeng, es bueno que se conozcan..ellos no empezaron muy bien su historia..

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  3. Oh genial.......así se hace Saeng jejjeje

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