sábado, 4 de octubre de 2014

Terrores Nocturno. Capitulo 2



♛Especial 1/3♛

Día actual. 

Young Saeng  tamborileaba con el lápiz la página abierta del libro de latín, su mente completamente enfocada en la persona más significativa del cuarto. 

Desafortunadamente, dicha persona no era el profesor que estaba ahora en la segunda hora de lo que parecía ser una conferencia maratónica. No es que Saeng necesitara escuchar. Sus padres siempre se habían asegurado de que tuviera los mejores tutores mientras crecía. Incluso yendo tan lejos como para dictar en su testamento que, incluso después de su muerte, las lecciones seguirían. Como resultado, esta clase era en el mejor de los cosas terapéutica para él.

Así que no, no era el profesor el que ocupaba los pensamientos de Saeng. Era el imbécil, mejor conocido como Yunho, quien estaba haciendo que fuera imposible para Saeng enfocarse.

No es que él estuviera enamorado del tonto… lejos de eso. Saeng preferiría tomar un trago con un vampiro o comer un filete con un werelobo que tratar con el humano de primer año de la universidad. Y tratar con él era algo que tenía que hacer Saeng sobre una base diaria, ya que le gustara o no, Yunho había decidido hacer la vida de Saeng un infierno. De hecho, en todos sus dieciocho años de vida, Saeng, difícilmente podría pensar en cualquier otro ser humano, que despreciara más  que a Yunho y ésto decía mucho tomando en cuenta lo idiotas que los primos de Saeng podrían ser en ocasiones. 

Como si detectara los pensamientos de Saeng, Yunho se giró, con los labios siempre húmedos formando un gesto de burla. Saeng se congeló, el odio recorría un espiral tan fuerte a través de su cuerpo, que se sentía como una descarga eléctrica. 

Dios, lo que daría por ser capaz de poner al imbécil en su lugar. Pero si Saeng se atrevía a levantar un dedo hacia un humano normal estaría en problemas más rápido de lo que una heredera entraba en Barney´s. (lujosa cadena de tiendas departamentales)

Sin embargo, eso no significaba que Saeng no pudiera soñar en planear mutilar al imbécil. Incluso eso le daba un poco de alegría en la desolación en que se había convertido su vida. De hecho, se encontró que se había quedado tan atrapado en sus fantasías de sangre que no se había dado cuenta que la conferencia había terminado hasta que todos los otros estudiantes se levantaron y comenzaron a salir en fila de la sala de cine que funcionaba como sala de conferencias.

A Saeng le hubiera gustado quedarse y no tener que hacer frente al poco envidiable encuentro con Saeng, pero sabía que sería inútil. En todo caso, Yunho era un bastardo paciente y esperaría todo el tiempo para tomar a Saeng al salir del edificio. 

Así que recogió sus libros y su laptop y los metió en su bolsa. Mientras caminaba hacia la salida, Yunho le metió el pie y trató de tumbar a Saeng. Dado que Saeng estaba siempre en un constante estado de alerta, se las arregló para eludir el tenis Nike, pero se le pasó totalmente el amigo de Yunho que lanzaba un papel con saliva en su camino. 

Saeng se encogió cuando el papel ensalivado cayó en su mejilla. Se limpió, mordiéndose el labio inferior para contener el torrente de palabras de ira que amenazaban con estallar a través de él. Honestamente, ¿quién en el infierno seguía lanzando papel ensalivado en la universidad? 

—Hey, Saeng, ¿a dónde vas con tanta prisa? —Yunho provocó.

Saeng lo ignoró y siguió caminando. Maldición, quería nunca haber permitido que su tío lo convenciera de ir a la universidad. Pero nooooo, Siwon había insistido en que Saeng fuera y aprendiera a socializar con la gente ‘normal’. 

Bueno, si Yunho y sus secuaces eran normales, entonces Saeng era mucho más feliz viviendo en la Tierra de inadaptados sociópatas. Tan pronto como ese pensamiento se le ocurrió, Saeng lo hizo a un lado cuando una gran dosis de culpabilidad lo golpeó. 

La razón por la que se encontraba ahora en el mundo civil se debía a que era el deseo de su difunta madre. 

Así que Saeng no podía quejarse por eso, aunque se quejara dentro de su cabeza.

Por otro lado, aparte de Yunho y su banda de imbéciles, las cosas estaban mejor en este lado de la valla. Por un lado, Saeng ya no tenía que soportar las diarias sesiones de entrenamiento que se prolongaban por horas y lo dejaban con moretones. Además, podía olvidar, aunque sólo fuera por poco tiempo, que realmente había monstruos que se esconden en los armarios y debajo de las camas.

Abriéndose paso hacia afuera, Saeng no se sorprendió cuando Yunho y sus lacayos lo siguieron. Sosteniendo su mochila sobre el hombro, apresuró sus pasos con la esperanza de perderlos. No hubo suerte. No importaba lo rápido que se moviera, ellos seguían un paso por detrás de él. 

La cólera hervía en él y Saeng se olvidó por completo de ser discreto. Girándose, gruñó: —Con una jodida, ¿por qué no me dejas en paz? 

Hyorin, una de los más grandes seguidores de Yunho, se separó del resto del grupo y se acercó lentamente a Saeng. Ella tenía el cabello negro y largo, más tetas que cerebro, se sabía atractiva y no temía usarlo para su ventaja. Demasiado mal para la perra que sus encantos tuvieran tan poco efecto en Saeng.

Eso no la detuvo de acercarse y deslizar su cuerpo alrededor de él como una boa que va a atrapar a un conejo asustado. Ella acunó el pene de Saeng. Un ruido de chasquido salió de su garganta. —Pobre bebé, no puede levantarse. ¿Es porque tienes miedo? ¿O eres impotente? ¿O quizás te gustan los chicos? 

Saeng podría haberla empujado lejos. Él podría tomar su mano y torcerle la muñeca tan duro que le sacaría lágrimas a sus malvados ojos. Al final, no hizo nada, ya que nunca había estado en él lastimar a alguien más débil que él. Incluso si esa persona era una perra con una mordida más venenosa que el infierno. 

—Tal vez es sólo que tú no me pareces atractiva —respondió firmemente Saeng.

Eso le valió que apretara su pene dolorosamente. Afortunadamente, todo el entrenamiento de Saeng se hizo presente y él fue capaz de soportar el dolor.

—¿Cuál infiernos es su problema, chicos? —preguntó—. Pensé que habrían dejado ese tipo de conducta en la preparatoria. 

—Simplemente no nos gustan los freaks como tú —Yunho bufó.

Saeng apenas mantuvo su malestar oculto. Realmente, ¿qué había hecho para ser diferente? Entonces, tan rápido como esa pregunta le vino a la cabeza, también lo hizo la respuesta. Casi todo lo que hacía le daba un aspecto extraño. Criado por los Guardianes y compañeros Protectores, hasta hace poco que había comenzado a mezclarse realmente con la población civil. Como resultado de ello, rápidamente descubrió que ignoraba algunos hábitos y costumbres.

Por ejemplo, no sabía que mucha gente tuviera problemas con él por llevar una bolsa de sal y acónito (Planta que fue mencionada en Harry Potter, como ingrediente de pócimas). No es como si a propósito los mostrara. Un día, su mochila se había roto y los artículos se salieron junto con una daga de plata, un frasco de agua bendita, algo de salvia y una vela blanca. Después de ese incidente, todo el mundo lo había marcado de extraño.

Huorin le dio otro apretón, trayéndolo de regreso de sus reflexiones. Sus labios rojos se acurrucaron en una mueca, mostrando un diente del frente ligeramente astillado. Supuso que papi no había tenido la oportunidad de enviar a su pequeña princesa al dentista para conseguir que la imperfección se arreglara. 

—Mira, ¿por qué no me dejan en paz y me dejan regresar a mi dormitorio? —Saeng preguntó. 

Al menos ahí sólo tendría que aguantar a su compañero de cuarto, Jun. Dado que Jun era otro Protector, era el único lugar en donde Saeng se sentía seguro, incluso si Jun era un caso perdido de mal humor.

—Sugiero que retires las manos de mi hombre antes de que arranque tus ojos y me los coma en el almuerzo —susurró una voz baja. 

Al girar la cabeza, Saeng se sintió aliviado al ver a Sunhwa, que se mostraba como del jodido mundo que era, teniendo en cuenta que era un súcubo. (Succubus en la mitología medieval es un demonio femenino que seduce a los hombres en sus sueños para tener relaciones sexuales, (su contraparte masculina es incubus) En tiempos actuales se les describe como seductoras y encantadoras antes aterrorizantes y demoniacas. La mitología cuenta que repetidos encuentros con un succubus o incubus puede resultar en deterioro de la salud y muerte. interesante ¬u¬) 

Como siempre, ella estaba tan hermosa como siempre. Su largo y rizado cabello negro con reflejos rojos contrastaban asombrosamente con su piel de porcelana y sus ojos sin alma, oscuros —una inspección más cercana mostraría que tenía pupilas alargadas como los felinos. Un hecho cubierto por los lentes de sol o mintiendo acerca de los efectos especiales de los lentes de contacto. 

Ella tenía el cuerpo de una seductora mujer, pero la voz de un ángel. Eso de alguna manera le ajustaba bien dado que ella una vez fue un ángel antes de que hubiera caído y se hubiera convertido en demonio. Sucedía que también era uno de sus aliados más cercanos, que, dado que él era gay, era una perfecta ironía. 

Regresando la mirada hacia Hyorin, Sunhwa curvó sus labios en una mueca hasta que estuvo cerca de mostrar sus colmillos. —Creo que te he dado una orden. Deja ir a Saeng.


Saeng se acercó, sin duda pensó que era una mujer que no ofrecía una amenaza. —¿Qué eres? Para que lo sepas, el freak aquí es un maricón. 

Sunhwa dejó escapar un gruñido bajo. —Le dices de esa forma una vez más y te arranco las tripas para jugar con ellos como Tinker toys. (juego de contruccion tipo lego xD) 

—¿No te gusta que le diga freak? 

—No, no me gusta que lo llames maricón. Es un término utilizado por despreciables imbéciles con los que por lo general no me molesto en hablar. Pero, ya que te atreviste a tocar a Saeng, no tengo más remedio que soportar tu presencia. 

Yunho se burló. —¿Por qué no dejas que luche por sí mismo? ¿O es demasiado cobarde para luchar sus propias batallas?

Sunhwa soltó una carcajada, una mano cubrió su boca. —Confía en mí, preferirías luchar contra mi que contra Saeng. Si él tuviera permiso podría acabar con tu vida antes de que siquiera tuvieras la oportunidad de tomar una respiración.

Yunho y sus compañeros consideraron ese comentario muy divertido, y se doblaban de la risa. Sunhwa simplemente levantó una ceja y esperó a que terminaran antes de decir: —Esta es la última advertencia. Tan solo respiren de nuevo junto a Saeng y patearé su trasero. 

Con estas palabras de despedida, ella tomó a Saeng por el brazo y se lo llevó. Caminaron durante unos instantes en silencio antes de que Saeng rompiera el silencio. —No es que no sea feliz de verte, pero ¿qué infiernos estás haciendo aquí? 


—Revisándote. Pude sentir tu infelicidad.

Vio el traje de piel rojo, que le quedaba como una segunda piel, y las jodidas botas a juego. —No es exactamente que con eso ajustes aquí. 

Arrugó la nariz. —Bebé, yo ajusto en cualquier lado. 

Saeng se carcajeó. —Entonces, ¿recorriste todo el camino, sólo porque sabías que me estaba sintiendo un poco deprimido?

—Quizás te extrañaba —admitió.

Yunho y sus amigos caminaban por ahí, sus fuertes voces interrumpían lo que debió ser un lindo día de otoño. Saeng se tensó, pero el grupo continuó, obviamente, haciendo de su día una tortura. Sunhwa los estudió, sus ojos brillando peligrosamente. —¿Quieres que los chupe hasta secarlos por ti? 

—Como dijiste, ellos no valen la pena —respondió Saeng. 

Ella lo vio, su rostro se suavizó. —Pobre Saeng. No sientes que perteneces desde que llegaste.

Eso era muy cierto, pero maldición si Saeng lo admitía. Él se encogió de hombros. —Es lo que está destinado a ser. 

—Sólo porque eres un Protector no significa que no puedas ser feliz y pertenecer a algún lugar.

—Viste lo que les pasó a mis padres cuando trataron de ser normales. Eso no funciona para nosotros.

—Así que esto es en lugar de estar con los súcubos y hombres lobo. ¿Qué clase de vida es para un jovencito universitario? 

Saeng suspiró mientras se sentaba en un banco junto a una fuente. —Eso es solo así. En primer lugar aun no entiendo por qué estoy en la universidad. No es que vaya a ser médico o abogado. Yo nací Protector y eso nunca va a cambiar. Mi vida siempre va a estar dedicada al entrenamiento y esperando el día en que tal vez —sólo tal vez— mi tipo sea necesario una vez más, así que no entiendo por qué tengo que pretender lo contrario. 

—Estás aquí porque ese fue el último deseo de tu madre. Ella lo dejó escrito en su testamento —dijo Sunhwa.

—No necesito que señales lo obvio —bufó Saeng.

—No lo hago. Simplemente te recuerdo la razón de que estés aquí en lugar de salir a cazar como los Guardianes lo están haciendo ahora.

El estómago de Saeng se agitó. —¿Cazando? ¿No quieres decir que regresaré al campo de entrenamiento?

Ella sacudió la cabeza con tristeza, sus extraños ojos no se apartaban de su rostro. —No. Las cosas se han vuelto más inestables en el mundo paranormal y los Protectores, una vez más, van ha ser llamados. De hecho, esa es la verdadera razón por la que vine a verte hoy. El mal está guiando las entidades paranormales, una vez que el control se aflojó y quienes nunca han querido la paz están fuera en busca de venganza. Más específicamente sobre los Protectores. Así que todos ustedes están en grave peligro.


Continuara.................

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