jueves, 28 de agosto de 2014

Algo para Santa


Sinopsis

Hyung Jun está trabajando en dos lugares para ayudar a pagar algunas deudas de la enfermedad de su madre. Uno de los trabajos es representar a Santa en la Tienda de Departamentos Joong's.
En su descanso está solo y lamentando la falta de amor en su vida y que nadie realmente lo ve. Una pequeña voz le dice que él lo ve. Jun mira hacia abajo para encontrar un duende a su lado. Dicho duende está en necesidad y Jun le ayuda a salir, sin saber que va a conocer al hombre de sus sueños.
Hyun Joong es un hombre muy ocupado, CEO de todo el imperio Joong's, el papá de Hyung Joon y en necesidad de una ayuda en muchas áreas. Jun aumenta su plato ofreciendo ayuda en varias de estas áreas, entre ellas una de la que Hyun no era consciente. Él no sabía lo mucho que necesitaba a alguien para amarlo, para completar su vida. Hay diversión, risas, romance, celos, venganza, angustia, miedo y como es Navidad, también hay un final feliz.







—¿Y qué es lo que quieres para Navidad, jovencito? ¿Has sido un buen niño este año? — Jun murmuró, recostándose contra la pared en el oscuro pasillo, el relleno en su traje de Santa haciendo cada movimiento torpe. Esta sección de la Tienda por Departamentos Joong's era usada sólo por el personal. Ahora mismo, él estaba solo. 

Respondió a su propia pregunta. —He sido un chico ejemplar Santa. Todo lo que quiero es alguien que me ame. ¿Es eso mucho pedir? Un poco de algo para Santa para variar. No más perdedores y no más cosas rudas. Sólo quiero a alguien agradable, alguien que me vea —. Jun estaba cansado de chicos egocéntricos que esperaban cosas de él en las que no estaba, como el dolor por ejemplo. Está bien, era lindo. Lo había oído toda su vida. Gran jodida cosa. Lindo no pagaba las facturas. Trabajar duro y varios empleos extraños apenas le permitían cubrir los gastos. 

—Yo te veo — dijo una pequeña voz a su derecha, sobre el nivel de la rodilla.
Jun saltó y casi dijo una palabra que Santa nunca pronunciaría, sobre todo delante de un joven... sus ojos se abrieron... ¿duende? 


—Bueno soy el único Santa trabajando hoy y sé que no eres uno de mis ayudantes. Entonces, ¿quién eres? — Jun miró al pequeño duende de grandes ojos a su lado.

Sosteniendo su pequeño sombrero puntiagudo en la mano, el joven lo miró en tranquila contemplación y luego asintió, como si hubiera decidido algo. 

—Soy Hyung Joon, no Jun sino Joon ¿Sabes algo acerca de fuertes dolores de cabeza? — Preguntó Hyung Joon, seriamente. 

Ju miró hacia abajo al duende con perplejidad y luego se dio cuenta de lo que probablemente Joon-no-Jun quería decir. Con cuarenta y cinco minutos antes de tener que volver a la tienda para otro turno de tres horas, Jun podría dedicarle unos minutos ahora. 

—Creo que te refieres a migrañas. Mi madre solía tenerlas — Su madre había sufrido mucho y con los años Jun había aprendido poco a poco cuáles eran los mejores recursos que aliviaban su dolor. Entonces ella había necesitado una cirugía de corazón, que no había llegado a tiempo. Jun la extrañaba terriblemente. Las facturas eran un recordatorio constante y la razón por la que estaba tan corto de dinero. Pasarían años antes de pagar esas facturas, pero enviaba lo que podía cada mes, gracias a la paciencia del hospital. 

—Si vienes conmigo, te llevaré a alguien que no es un perdedor y que nunca es rudo con nadie. Pero tiene de nuevo un dolor de cabeza muy malo — Con eso, Hyung Joon tomó la mano de Jun y tiró de él. Intrigado, Jun dejó que el pequeño y divertido duende lo condujera hasta un ascensor que nunca había notado antes. 

—¿A dónde vamos? — Preguntó Jun.

—A ver a mi papá, pero tenemos que estar muy callados porque está muy enfermo en este momento. 

Ah, entonces este duende era realmente un niño cuyo papá debía trabajar para la tienda. 

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, se enfrentaron a la puerta de la oficina en un pasillo que Jun nunca había visto antes. Una lujosa alfombra cubría el suelo y la decoración de alta gama le llevó a suponer que en esa parte de la tienda trabajaban los mucketymucks (Personas ricas), como su madre los habría llamado. Hyung Joon tomó de nuevo su mano y lo llevó hasta la puerta. La abrió lentamente, levantó la otra mano para tocar sus labios con un pequeño dedo. 

Jun asintió indicando que lo entendía y siguió al muchacho en el cuarto oscuro. 

Hyung Joon cerró la puerta y se quedó unos segundos, dejando que sus ojos se acostumbraran a la luz baja. Un enorme escritorio estaba al otro lado de la habitación frente a las ventanas con amplias cortinas. Ante un sonido a su derecha, Jun se volvió y vio a una figura voluminosa cuyos miembros llenaban las generosas proporciones de un sofá de cuero. Un brazo sobre su cara. Jun reconoció esa posición, recordando cómo su madre no podía hacer que la habitación fuera lo suficientemente oscura para desterrar el dolor. 

Hyung Joon se acercó al hombre y le tocó el brazo, inclinándose para susurrarle al oído.

—Hmm? — La voz del hombre se oyó adolorida. 

Jun apenas pudo oír la palabra, la débil pregunta. Nunca había visto tan largo sofá. El hombre, de más de seis pies de alto yacía tendido en toda su estatura, pero aún quedaba espacio para las mullidas almohadas en cada extremo. Sacudiendo la distracción causada por el inusual mueble, volvió a mirar al hombre. Su experiencia lo pateó y Jun se acercó y se sentó con la espalda apoyada en el brazo del sofá junto a la cabeza del hombre. Inclinándose le dijo —Shh, relájate. Déjame ayudarte. 

—No puedes. Duele. Hyung Joon, cariño, ¿qué... oh... — Su pregunta terminó con un gemido. Agarrando los hombros del hombre, Jun estiró una pierna a lo largo de la parte de atrás del sofá. El otro se estableció en el otro lado del hombre, lo que hizo un capullo cálido para la cabeza y los hombros del hombre. 

—Hey... — Su paciente trató de incorporarse, pero el dolor lo obligó a bajar. Jun tenía que tranquilizarlo antes de que pudiera aliviar su dolor. 

—Hyung Joon me trajo hasta aquí. Me queda una media hora de mi descanso. Puedo ayudarte si me lo permites. Shh, relájate. Mi gordo traje de Santa hace una almohada suave y agradable, ¿verdad? Voy a intentar lo que solía funcionar en las migrañas de mi mamá, ¿ok? 

No hubo respuesta, pero el hombre se relajó de nuevo en la V de las piernas de Jun. Suavemente Jun puso sus largos dedos a trabajar, desde la frente y poco a poco, suavemente acariciando las sienes.

Interpretando la tranquila aceptación del hombre como un permiso, Ju bajó sus dedos más atrás, en el grueso cabello oscuro. En la escasa luz brillante de una puerta parcialmente abierta, las líneas de tensión y el dolor se destacaron en el rostro del hombre. 

Mientras tanto, Hyung Joon se sentó en el suelo junto al sofá, su pequeña mano apoyada en el puño de su papá. Cuidado y amor por su papá irradiaba de la cara del pequeño niño y en su postura. 

—Relaja los músculos si puedes. Abre el puño y deja que la paz te lleve. Sostén la mano de Hyung Joon — Jun sabía que el contacto físico ayudaba a liberar la tensión y el dolor. Claramente estos dos compartían un fuerte vínculo. En respuesta al tacto suave de su hijo el hombre abrió lentamente los dedos. Hyung Joon metió la mano en una mucho más grande del hombre. El hombre suspiró y los labios de Hyung Joon se curvaron en una sonrisa. 

jUN comenzó a tararear en voz baja, pero no los villancicos de Navidad que se podrían esperar de alguien vestido como Santa. No, él tarareaba Soaked de Adam Lambert, su última obsesión musical. Su madre habría amado al cantante con su voz extravagante y hermosa. Ellos solían ver American Idol juntos y calificar a los cantantes, a menudo estando de acuerdo en sus opciones. Su madre había sido muy buena, Jun pensó con una sonrisa. Su respuesta a él siendo gay fue una de aceptación. Ella lo había apoyado en todo lo posible. 

El mantuvo la voz baja y suave. Sus dedos nunca dejaron los suaves movimientos.

Ellos regresaron a la frente del hombre y ahora iban hacia arriba, hacia la parte superior de su cráneo y cabello. Largos minutos pasaron mientras seguía los suaves movimientos y cambiaba a Broken Open, manteniendo las baladas. 
Continuó con una versión suave de Mad World. 

El hombre se relajó más y más, su cuerpo se acomodó y su respiración se hizo más lenta y Jun se sintió feliz por primera vez en mucho tiempo. Su vida no era horrible. Simplemente no estaba llena de alegría y de cosas buenas últimamente. Bueno, no por un largo tiempo. Se inclinó aún más sobre el hombre para mirar más de cerca los rasgos cincelados, midiendo el grado de dolor por la disminución de la tensión en torno a la boca y en los ojos. Jun sabía que había ayudado, pero un rápido vistazo a su reloj le dijo que tendría que darse prisa y volver con su equipo y llegar a ser Santa otra vez. 

—Lo siento, pero tengo que volver al trabajo ahora. Un montón de pequeños niños están esperando para decirme sus deseos para una feliz Navidad. Espero haberte ayudado — Jun se deslizó unos centímetros. 

—No, no te vayas. Yo... tú... eso ayudó, de verdad. Eso fue muy amable de tu parte. ¿Quién eres tú? 

—Santa. Un pequeño duende me trajo a ti. Me tengo que ir ahora — Jun lamentaba tener que salir, pero tenía que correr algunos metros si es que iba a regresar de nuevo a la gran silla, a tiempo. 

—Hyung Joon ¿puedes sentarte aquí con una almohada en su regazo y hacer lo que yo estaba haciendo por un tiempo más?. Solo muy suave y gentil — Jun se levantó y levantó a Hyung Joon del suelo y lo acomodó en el sofá, poniendo una almohada grande en su regazo. Ayudó al hombre a inclinarse hacia arriba y luego de nuevo sobre el colchón. 

—¿Santa? — El niño levantó la mirada, una expresión de preocupación pellizcando sus características. 

—¿Hmm? 

—No puedo cantar esas canciones. No las conozco — Hyung Joon sonaba como si fuera a llorar si no podía hacerlo bien. 

—No importa lo que cantes mientras tu voz sea tranquila y relajante. Tararea algunos villancicos o algo así. Me tengo que ir. Buena suerte amigo. 

—Gracias Santa. 

—Sí, gracias Santa — El hombre lo miró por primera vez y Jun casi se quedó sin aliento. Los hermosos ojos o le hicieron pensar en destellos de joyería o pintura. ¿De qué color eran?. Eso era. Esos deben ser lentes de contacto. 

—Feliz Navidad — Jun se colocó a sí mismo fuera de la puerta, cerrándola con suavidad y regresó a la segunda planta donde se encontraba armado el escenario de Santa. 

¡Fiuuu, eso era un viaje. Se preguntó quién era el hombre. Estaba claro que tenía el amor puro de su hijo a su favor.

Bueno, eso y un asesino cuerpo con unos ojos hermosos, cabello suave y anchos hombros. Ok, suficiente Santa, regresa al modo de los juguetes, las Barbies y los juegos de video.


Continuara..........

3 comentarios:

  1. Hola soy Juni, Oh que pinta muy bien la historia, estoy muy feliz no sabes lo que me cuesta encontrar historias de mi pareja favorita, tanto que he optado por escribirlas yo jaja, es que amo el 2hj, en fin me encanta la historia y la seguiré sin duda, gracias por la invitación al blog

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  2. Hola me encanta baby y todo lo que tenga que ver con el, está de más decir que tu Fic me gusto, seguiré leyendo

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  3. Ooooo la lei en otra pagina con el minjun sera que eres la misma escritora? Porque me encantan las historia!!!!!!

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