domingo, 12 de abril de 2015

Prerrogativas de Alfa Capitulo 11



Hyun se deslizó en la cama, envolviéndose alrededor del cuerpo caliente de su compañero de sueño.

—Santa mierda —Saeng siseó, encogiéndose lejos de Hyun.

—Lo siento, cariño —murmuró, apartándose—. No me di cuenta de que estaba tan frío.


Saeng  pareció dudar un segundo, y entonces, para sorpresa de Hyun, susurró: —Ven aquí y déjame
calentarte.

Durante varios segundos, Hyun no se movió mientras trataba de entender el cambio repentino de conducta de su compañero. Antes de que pudiera llegar a una respuesta, Saeng se dio la vuelta, manteniendo cuidadosamente su brazo lesionado por encima de su cabeza y lejos de su presión, y envolvió su brazo sano sobre el pecho de Hyun.

Su compañero se acurrucó contra él. Siseó de nuevo en la piel fría de Hyun, pero no se alejó.

—¿Cómo te fue?

Disfrutando del calor de la piel de Saeng , y la sensación de su compañero aplastado contra él, Hyun murmuró su aprobación y dijo: —Muy bien. Me llevó un poco de persuasión conseguir que Hyo cambiara de nuevo, pero ahora está arriba, profundamente dormida.

Hyun se sentía más acurrucado, más cerca de Saeng abrazando y frotando su mano sobre la suave piel de su pecho. Sus músculos se relajaron cuando los dedos de Saeng bailaron sobre ellos, enviando un hormigueo de excitación a través de él, calentándolo más rápido de lo que él creía posible.

—Eres un buen hombre. ¿Tú sabes eso? —murmuró Saeng.

—En realidad no, Saeng—dijo Hyun, de repente preguntándose si su pareja estaba completamente
despierta—. Sólo cuido de los miembros de mi manada.

—Eso es una admisión —murmuró Saeng—. Pero te equivocas.

Hyun se puso rígido, no acostumbrado a que la gente le contradijera. Saeng se apoyó en el codo, cubriendo su cuerpo en el marco más amplio de Hyun. A la luz de la luna, vio la diversión danzar en los ojos por encima de él. Saeng sonreía, y Hyun observaba con asombro cómo se inclinaba y le acariciaba con la lengua lentamente sobre el pezón más cerca de él. No podía dejar el gruñido, cuando el hormigueo bailaba sobre su pecho. Trajo sus brazos arriba, deslizándose alrededor de Saeng mientras luchaba por respirar. Apenas podía concentrarse cuando Saeng comenzó ha hablar entre lentas lamidas, tranquilamente.

—Podrías haber asignado a otra persona para cuidar de Hyo—señaló—. En su lugar, lo hiciste tú mismo. Lo encontraste en tu corazón para animar a una niña y ayudarla a aprender a cambiar. Enseñaste a Hyo a abrazar a su animal, algo que su padre ha estado tratando suprimir ¡toda su vida!

Eso es parte de mi trabajo como Alfa. Quería decir las palabras, pero no pudo conseguir que su lengua funcionara cuando Saeng le sonrió. La lujuria y el hambre que vio brillando en los ojos de su compañero le quitaron el aliento.

Saeng envolvió sus labios alrededor de su pezón y chupó con fuerza. Hyun casi se despegó. Su cuerpo se inclinó por debajo del hombre más pequeño, y su pene se sacudió contra su estómago, manchas de pre-semen corrían a través de sus abdominales.

—¡Saeng! —gimió, tratando de advertirle con su voz.

Los labios alrededor de su pezón se soltaron con un pop. —Tienes un corazón increíble, Hyun. Uno que yo deseo sostener durante la noche.

—¿Sólo la noche? —Hyun preguntó, jadeando en silencio mientras miraba a los ojos de Saeng. Un destello de tristeza llenó los ojos de su compañero antes de que la sonrisa Saeng la desterrara.

—¿Por cuánto tiempo vas a tolerar a un jovencito como yo?

Ah, ahora lo comprendía. Su compañero lo quería, pero no pensaba que Hyun pudiera hacerse cargo de Saeng a largo plazo. Qué equivocado estaba, y Hyun tenía toda la intención de demostrárselo. —No eres un jovencito para mí, Saeng—Hyun le susurró antes de tirar la cabeza de Saeng hacia abajo y capturar sus labios. Oyó al hombre gemir, y Hyun al instante se echó hacia atrás—. ¿Estás bien? —preguntó, preocupado de que hubiera herido a su compañero.

Saeng sonrió. —Nunca he estado mejor.

Antes de que Hyun pudiera moverse, Saeng bajó por su cuerpo y envolvió sus labios alrededor de su pene. El eje de Hyun saltó cuando esa húmeda y caliente caverna lo envolvió. Saeng bañaba la lengua por la piel palpitante, oscura, trazando la vena pesada corriendo por su longitud.

Mirando hacia abajo, vio su diámetro extenderse para la capacidad de los labios de su compañero, y Hyun gimió, sabiendo que era la cosa más sexy que había visto nunca.

La cabeza de Saeng se balanceaba hacia abajo, hundiendo la nariz en el pubis de Hyun. Gruñó de placer y enredó los dedos de una mano en el pelo de Saeng . —Dios, Saeng. Oh, sí. Tómalo. —Sentía la sonrisa de Saeng alrededor de su eje, antes de abrir la garganta y tragar. Sintiendo los músculos de la garganta de Saeng masajear la cabeza de su polla tenía a los muslos temblando. Saeng chupó con fuerza, sus mejillas ahuecándose mientras se volvía a deslizar arriba de la polla de Hyun.

Antes de que Saeng pudiera moverse hacia abajo de su eje, a sabiendas de que iba a perder su semilla en la boca de su compañero, si lo hacía, Hyun envolvió sus manos alrededor de los antebrazos de Saeng y lo atrajo hacia arriba.

Reclamando su boca, Hyun metió la lengua dentro, barriendo el interior de la boca de Saeng, saboreando, aprendiéndose al otro hombre. Saeng se reunió con él caricia a caricia, meciendo a su dura polla contra la cadera de Hyun.

Hyun se soltó de Saeng y se quedó mirando. Su cuerpo temblaba de deseo y de la necesidad mientras su pequeño compañero le devolvía la mirada. —Voy a joderte tan duro, Saeng que nunca querrás que otro llene tu culo —prometió.

La sola idea le hizo gruñir sus palabras.

—Sí —susurró Saeng.

Hyun vio su lujuria reflejada en los ojos de su precioso compañero.

—Yo quiero eso, también.

Hyun cuidadosamente cambió a Saeng a su lado, colocando la espalda en el pecho de Hyun y su muñeca fracturada fuera del camino. No debes hacerle daño. Hyun movía la pierna de Saeng arriba hacia adelante y apiló almohadas debajo de ella, abriendo las piernas de Saeng y exponiendo su agujero. Por un segundo, Hyun se detuvo y miró a su compañero, tan bellamente mostrado para él. Su
lobo aulló, estimulándole a continuar moviéndose. Se inclinó hacia atrás y sintió, en el interior del cajón de la mesilla, el lubricante, sacando el tubo con telarañas.

Se sirvió una gran cantidad en los dedos, facilitando el líquido alrededor, calentándolo rápidamente.
Al llegar abajo, los dedos de Hyun provocaron la apertura de Saeng. Su compañero gimió y empujó de nuevo los dedos probando.

—Relájate —susurró Hyun.

—Por favor, Hyun. Me duele —jadeó Saeng.

Hyun Joong sonrió, encantado con la necesidad de oír la voz suplicante de su compañero. Sentía el cuerpo de Saeng vibrar, y Hyun no pudo contenerse por más tiempo.

Empujó un dedo lubricado dentro del agujero de Saeng y oyó el grito ahogado de Saeng. Hizo una pausa durante medio segundo, pero Saeng empujó hacia atrás, empalándose a sí mismo sobre el dígito. Inclinándose sobre su compañero, puso abiertos besos de su boca sobre el cuello de Saeng mientras deslizaba su dedo y rápidamente retrocedía.

—Oh, Dios sí, —murmuró Saeng, meciéndose hacia adelante y hacia atrás en el dedo de Hyun, empalándose a sí mismo una y otra vez.

—Eres tan sexy, Saeng. Me encanta cómo suenas y hueles. —Infierno, simplemente amaba a este hombre, pero Hyun no creía que Saeng apreciaría esa revelación durante las alturas de la pasión. Hyun empujó un segundo dedo junto al primero, y se prometió explicar todo a Saeng por la mañana.
Saeng sacudió sus caderas, gritando. —¡Más! ¡Por favor! Lo necesito...

Hyun sacudió un nudillo a través de la próstata de Saeng, lo que le causó un grito ronco.

—Oh, Dios mío, Hyun. ¡Sí!

Hyun Joong sonrió, su polla sacudiéndose en el sonido de su nombre en boca de Saeng. ¡Joder, tenía un compañero ruidoso! Mordisqueó su camino hasta arriba en el cuello de Saeng y en torno a la delicada piel detrás de la oreja de Saeng mientras deslizaba un tercer dedo en el culo de Saeng, extendiendo ese agujero para abrirlo completamente.

Hyun acarició a Saeng con sus dedos, clavándose en su próstata completamente en el tercer empuje, encantado en la manera que Saeng se estremecía y se empujaba de nuevo en sus dedos, montándole sin vergüenza.

—Ahora. Hyun, ahora. Necesito tu polla. Por favor, Hyun. Jódeme ahora.

Con lo vocal que era Saeng, Hyun dudaba de su compañero pudiera detener las palabras, una serie de
súplicas y gemidos, incluso si hubiera sido consciente de ello. Y Hyun ciertamente no quería que lo hiciera. Le encantaba lo que los gritos entrecortados de Saeng le hacían a su polla, haciendo que el pre-semen saliera de la punta, cuando se esforzaba hacia la de su compañero, casi con mente propia.

—Estoy aquí, mi pequeño hombre sexy —Hyun le susurró al oído antes de que Saeng le enganchara el lóbulo.

Saeng gimió, sus dedos agarrando la sábana delante de él cuando Hyun sacó los dedos del culo de Saeng. Hyun golpeó la cabeza de su polla contra el agujero extendido de Saeng, reemplazando rápidamente sus dedos—. ¿Estás listo para mí, Saeng? ¿Estás listo para que mi eje te divida de par
en par?

Saeng se quejó, casi temblando de necesidad. —Joder, sí. Tómame, Hyun. Hazme tuyo. ¡Machaca mi culo!

Un gruñido surgió de la garganta de Hyun ante las palabras de Saeng. Su lobo las tomó como consentimiento para reclamar, y clavó sus mandíbulas sobre el hombro de Saeng. Sus caninos hormiguearon, amenazando con caer, y Hyun comenzó una serie de lentas y constantes respiraciones mientras empujaba la cabeza de su pene hacia adelante, entrando a través del primer anillo del músculo de Saeng.

—Hyun—Saeng gimió, tratando de volver a empujar contra su polla cuando se detuvo—. ¡Por favor!

Luchando por el control, obligó a la mandíbula a aflojar el agarre en el hombro de Saeng, pero su brazo alrededor de la cintura de Saeng parecía apretar por su propia voluntad. Lenta, muy lentamente, Hyun empujó su polla hacia adelante en un largo y suave deslizamiento. — Joder, Saeng. Estás tan apretado. Me encanta cómo me exprimes la polla. Tu cuerpo fue hecho para mí. Tan cálido.

Tan ajustado. —Ahora era su turno para murmurar incoherencias, su objetivo era permitir un tiempo a Saeng para adaptarse a su grosor.

—Muévete, maldita sea, —Saeng gruñó—. ¡Jódeme!

Hyun dejó escapar una risa estrangulada, y obedeció. Se deslizó fuera y empujó de nuevo, repitiendo el movimiento una y otra vez. El agarre que tenía del culo de Saeng en su polla rápidamente llegó a su cabeza, y ganó velocidad con cada golpe, hasta que se estrelló en el agujero de Saeng con la fuerza suficiente para moverle a través de la cama si Hyun no hubiera tenido un buen agarre alrededor de sus caderas.

Hyun sabía que no iba a durar. El culo de Saeng se sentía demasiado bien, masajeando su pene con cada salida y luego chupándolo con avidez con cada entrada. Sus bolas se apretaron a su cuerpo, hormigueando arriba y abajo en su espina dorsal, anunciando su orgasmo, con independencia de cómo luchara para evitarlo. Hyun sintió a Saeng mover la mano más que verla, su compañero llegó a su propio pene. Hyun lo alejó de un manotazo y envolvió su mano grande alrededor del eje rígido de su compañero, apretando con fuerza. Su ritmo palpitante tenía la polla de

Saeng deslizándose a través de su puño. Pasó el pulgar sobre la cabeza, recogiendo el líquido pre-seminal que rezumaba de la ranura y usándolo para facilitar su camino.

—¡Hyun!

—Eres mío, Saeng. Todo mío —gruñó.

—Sí —aulló Saeng—. Tuyo. Todo tuyo.

Las palabras de Saeng destruyeron su frágil control sobre su lobo. Hyun envolvió su mandíbula hacia atrás alrededor de la punta del hombro de Saeng. Sus colmillos se alargaron, y mordió. El sabor metálico de la sangre llenó su boca. Internamente, el lobo aulló en señal de triunfo. La polla en la mano latía, tirando la semilla caliente sobre sus dedos. Saeng gritó el nombre de Hyun cuando su culo apretó alrededor de su polla, y Hyun explotó, derramando chorro tras chorro de semilla en el recto de su compañero.

Su cuerpo temblaba. Su lobo se relajó, finalmente satisfecho. Cuando Hyun recuperó la conciencia, se dio cuenta, que a pesar de que sus caninos se habían retractado, todavía tenía agarrado el hombro de Saeng en sus fauces. Poco a poco, alejó la boca y lamió la marca de reclamo para cerrarla. Saeng murmuró felizmente cuando la lengua de Hyun acarició sobre la herida cerrándola.

—Wow —susurró Saeng.

—Sí —contestó Hyun, feliz de escuchar la satisfacción en la voz lánguida de su compañero. Cierto es que tenía algunas explicaciones que dar mañana, pero se sentía seguro de que pudiera conseguir que su compañero entendiera. Le había pedido ser reclamado, después de todo—. Vuelvo enseguida —dijo, levantándose de la cama y cruzando al cuarto de baño. Después de limpiarse a sí mismo, humedeció la toalla y la llevó de vuelta a Saeng.

Encontró a su compañero dormitando.

Cuando Hyun suavemente lo limpió, Saeng se inclinó y le besó profundamente. Hyun dio la bienvenida a la interrupción, encontrándose con la lengua de Saeng empuje a empuje amando el sabor picante del hombre. —Me has hecho el lobo vivo más feliz, hombre sexy —susurró Hyun, antes de capturar la boca Saeng de nuevo y darle un beso apasionado. Cuando lo rompió, Hyun sonrió, no pudo ocultar la alegría y la satisfacción que le producía finalmente reclamar a su compañero.

—Bueno —murmuró Saeng—. Me gusta ser tu hombre sexy.

Cuando Saeng se ruborizó, Hyun se dio cuenta que probablemente no había querido decir eso en voz alta, pero Hyun se sintió agradecido por el deslizamiento de la lengua del hombre. —Bien, porque por fin he encontrado mi hogar —admitió. Hyun sabía que había sorprendido a Saeng, pero le agradaba también, si la sonrisa era algún indicador.

Hyun tiró a Saeng contra él de nuevo, su pene medio duro instalándose en la grieta del culo de su compañero. — Dios, eres sexy —murmuró en la piel debajo de la oreja de Saeng—. Me encanta tocarte, tenerte cerca.

Saeng se acurrucó contra él, acercando los brazos de Hyun alrededor de su amante. Maldita sea, eso sonaba bien, decidió Hyun. Le gustaba pensar en Saeng como su amante, su compañero, su amante, y con el tiempo, en el mejor de los casos su amor y su amigo.

—En cualquier momento, guapo —murmuró Saeng—. En cualquier momento.

Hyun sonrió, apretando su cara en el cuello de Saeng.

Respiró hondo, tomando el olor de su compañero susurrando: —Te retendré para eso.



Continuara.................

No hay comentarios.:

Publicar un comentario