domingo, 25 de enero de 2015

Para tener un humano Capitulo 9



Hyun caminaba de un lado a otro en su oficina, esperando noticias. Al menos Kyu Jong le llamó para decirle que se iban fuera de la ciudad.

-Va a estar bien. Tenemos hombres siguiéndolo -le tranquilizó Min.


-Tengo que ir allí. No me gusta dejarlo sin protección. -Hyun se sentía nervioso sin la presencia de Saeng. Sobre todo porque sabía que la manada Greben quería la sangre de Saeng o tal vez sus habilidades, Hyun no estaba seguro de eso todavía.

-¿No tiene tres cambia-formas con él, y uno de ellos es un oso? -Min levantó una ceja.

-Eso no les servirá de nada si Greben lleva a toda la manada -se enfureció Hyun.

-Hice algunas llamadas y seis de los chicos de Greben se dirigen fuera de la ciudad. Creo que tu hombre puede manejar eso -dijo Min.

-No voy a correr el riesgo -gruñó Hyun.

-¿Por qué no le das la oportunidad de probarse a sí mismo? Has dicho que su padre parecía un hombre peligroso. Tal vez fue el profesor de Saeng en una o dos cosas. Podemos mantener un ojo en el pelotón principal de aquí. Si se van del lugar, vamos a darles caza. Si vas demasiado pronto, podrías perder a Saeng para siempre. Nadie quiere ser considerado débil por su pareja -dijo Min.

Hyun se derrumbó en el sofá. -Tienes razón. Diciéndole que pensaba que era un ser humano frágil fue como en primer lugar, empezó la pelea. No hay razón para complicar mi estupidez.

-Exactamente -aprobó Min. -¿Por qué no te vas a casa y duermes un poco? Te llamaré si algo pasa. No vas a hacer nada hoy. -Hyun no podía discutir con ese razonamiento. Había estado allí durante varias horas y no tenía nada que demostrar.

-Bien, pero llámame si oyes algo. ¿Entendido?

-Absolutamente -prometió Min.



Había mucho tráfico para llegar a casa y Hyun maldijo la mayor parte del camino.

Entrando en su casa, estaba molesto con Saeng y la manada Greben, Hyun no prestó atención al olor extraño hasta que fue demasiado tarde.

-Oh bueno, pensé que esto iba a ser una captura difícil -dijo una voz sedosa.

Un dolor agudo atravesó el cuello de Hyun cuando el olor de los lobos llenó sus fosas nasales. Maldita sea, le inyectaron una de esas heroínas. Fue demasiado estúpido para sentir. Todo lo que necesitaba para terminar era mirar un par de tacones de cuatro pulgadas y un bosque oscuro para tropezar a ciegas. Definitivamente debía a Saeng una disculpa. Anhelando a su compañero, Hyun cayó en la oscuridad.



-¿Quién quiere pastelitos? -preguntó Kyu alegremente. Tres manos se levantaron. -Genial. Voy a por el material. -Jun se escabulló a la pequeña cocina.

-Deberías llamarlo -dijo Hobgki.

Saeng hizo una mueca a su amigo. -¿Por qué? ¿Así puede explicar mi inferioridad con absoluto detalle?

-Creo que estás exagerando -le regañó. -Es sólo un pequeño gatito que no entiende la bola de hilos.

-Eso es horrible -Saeng regañó a su amigo.

-Vamos, llámalo antes de que llegue hasta su piel todos los enredos - bromeó Hyun.

-Nunca vas a dejar de molestarme hasta que lo llame, ¿verdad?

-¡No! -exclamó.

-Está bien. -Saeng sacó su móvil y marcó el número de Hyun. El teléfono sonó y sonó antes de ir al correo de voz. -No contesta. Uhh -Saeng dejó su teléfono. La falta de respuesta lo inquietó un poco. Hyun siempre respondía.

-Tal vez está usando la caja de arena -comentó.

-Voy a poner fin a todo si no te detienes con las bromas de gato - amenazó Saeng.

-Sí, Saeng-dijo. Saeng no se dejaba engañar por su apariencia falsa de arrepentimiento. Sabía que empezaría de nuevo.

Un aullido llenó el aire, rápidamente reconoció el sonido de lobos. Jun pisó de nuevo en la habitación.

-Me alegro de que no haber empezado a hornear los malvaviscos porque no me gusta cuando se arruinan. -Otra ronda de aullidos tenía a Kyu inclinando la cabeza, no muy diferente a la forma de la naturaleza del ave. - Escuché seis.

Saeng tiró de la alfombra y de la anilla de hierro incrustada en el suelo.

Abriendo la escotilla reveló una escalera de madera que conducía abajo. El olor del cedro y el polvo llenaba su nariz. Su padre había descubierto la bodega subterránea después de que él hubiera comprado la cabaña. Había sido poco más que un agujero. Junto a su padre, habían añadido un mejor marco, suelos de cedro y montones y montones de ganchos para armas. Tirando del cable, encendió
una bombilla solitaria. Filas de armas y un montón de munición llenaban el sótano. Había incluso una caja llena de cuchillos y unos arcos, pero por ahora la colección de armas de fuego debía ser lo suficientemente buena como para echar a un lobo o dos, o al menos darles por el culo. Saeng tomó su
nueva Glock favorita, se llenó el bolsillo con cartuchos de munición y ya estaba listo para ir de caza. Saeng volvió a subir la escalera, satisfecho con su colección.

-¿Listo, humano debilucho? -preguntó Jun.

-Voy a tratar de no romper nada. -Saeng abrió su primer cartucho. Hubo un rasguño en la puerta.
Saeng levantó una ceja a Hongki, quien se encogió de hombros.

-¿Debemos dejar que el lobo rompa la puerta? -Preguntó Jun.

Saeng se encogió de hombros. -Claro, por qué no, si quieren hacerlo más fácil para nosotros. Los lobos en una cabaña eran algo así como pescar en un barril, en cuestión, no era un gran deporte.

Hongki abrió la puerta. -Hola.

Un musculoso hombre con pantalones vaqueros, una camiseta y una porción entera de actitud se paseó en el lugar como si fuera suyo. -¿Quién de ustedes es Young Saeng?

-Yo -Saeng levantó la mano.

-He venido para darte la oportunidad de trabajar para John Greben. Su último equipo técnico resultó ser incompetente. Usted, por supuesto, se ahorrará su vida como pago. -explicó el lobo en su forma humana, como si a Saeng le estuviera haciendo un favor enorme.

-Lo siento, pero ¿cuál es su nombre? -preguntó Saeng.

-Frank Greben, John es mi hermano.

Entornó los ojos hacia Frank. -Yo no voy a ser su perro-ordenador, por lo que sólo vuelve a tu amo y dile que fallaste. -Saeng hizo un movimiento espantándole con la mano.

-¿Crees que tus pequeños amigos pueden ayudar? Puedo matarlos con sólo el chasquido de un dedo -se burló Frank. Saeng disparó a su pierna. Frank gritó y se aferró a su sangrienta herida. -Te voy a matar.

-Aquí hay algo que quizás no sabes. Mi padre está en las Fuerzas Especiales. Él me enseñó todo tipo de cosas sobre los animales peludos. Ahora puedes conseguir irte muy bien de aquí y decirle a tu líder de la manada que me deje en paz o puedo cazarte y matarte. -Los lobos aullaban.

-Mi manada te destrozará -advirtió Frank.

-Puedo dispararles. Soy un tirador muy bueno.

-Lo es -verificó Kyu.

-¿Qué pasa con mi pierna? -se quejó Frank.

-Mierda. -Saeng se encogió de hombros con indiferencia.

-¡No voy a cambiar delante de ti! -exclamó Frank.

-Entonces, sal a la calle, no me importa -dijo Saeng.

-¿Cómo voy a llegar? -Frank señaló a la pierna.

-Puedo ayudar con eso -Hongki cogió al cambia-formas lobo. Jun se lanzó hacia adelante para llegar a la puerta.

-Después de ti. Hongki lanzó a Frank fuera de la puerta. -Bonita distancia.

-Jun le dio una palmada en el hombro. -Ese entrenamiento de lanzamiento de peso realmente ha valido la pena.

-Creo que sí -dijo Hongki con orgullo.

Los cinco lobos que se sentaban en un círculo miraron con curiosidad. - Díganle a su alfa que no quiero tener que matar a su manada, pero lo haré si no nos dejan solos. -advirtió Saeng.

Hongki dio un portazo.

-¿Quién quiere una cerveza? -preguntó Jun.

-Ohh, ¡yo! -dijo Kyu. Los otros dos asintieron y se abrió una ronda de cervezas. -¿Cuánto tiempo tardará en llegar el gatito? -preguntó Kyu. Saeng se encogió de hombros y tomó un sorbo de cerveza.

-Estoy seguro de que estará aquí pronto.

-¿Eso crees? -Preguntó Jun
.
-Por supuesto. Está obsesionado -dijo Saeng con ironía.

-Sus habilidades interpersonales pueden ser que necesiten un poco de trabajo. -ofreció Kyu.

-Hmm. Quizás. -Saeng se frotó la barbilla como si estuviera pensando en ello. -No. Eso no puede ser -sonó el teléfono de Saeng. -¿Hola?

-Saeng, tenemos un problema. John Greben ha secuestrado a Hyun. Él dice que lo va a matar a menos que te entregue. Vuelve a Seattle y vamos a liberar a Hyun. -propuso Min.

-¿Quieres que yo me dirija allí? -Saeng preguntó sorprendido. Había pensado que le gustaba a Min y si Hyun descubría que su beta entregó a Saeng a la manada Greben, lo mataría.

-No seas un idiota -le regañó Min. -Quiero que vengas para ayudarnos a patear el culo a la manada. De esta manera, no sólo puedes obtener a Hyun, si no que va a tener que tragarse sus palabras acerca de que no eres capaz de protegerte a ti mismo.

-Me gusta cómo piensas, Min. -comentó Saeng. -Estaremos de vuelta en la ciudad en unas dos horas. ¿Dónde quiere que nos veamos?

-Pasa por la oficina y podremos conseguir algunas armas antes de salir - ofreció Min.

-Eso no es un problema. ¿Dónde se encuentra la manada? -Saeng no tenía ni idea de donde estaba la sede de la manada. No estaba generalmente cerca de la parte de la ciudad donde las manadas de lobos se reunían. Su padre le enseñó a protegerse a sí mismo, pero no para ir a buscar el peligro.

-Quieren hacer el intercambio en Seward Park. Creo que piensan que vamos a ser menos propensos a causar un alboroto si estamos en público - dijo Min.

-Idiotas. Voy a llamar con antelación a la policía humana y les voy a decir que se mantengan alejados. Te sugeriría que fuéramos directamente a la casa de la manada y golpear donde más les duele, pero quién sabe lo que le harían con Hyun. Lo matarían sólo para darnos una lección.

-Estoy de acuerdo, pero tampoco tienen por qué ir allí con armas de fuego. Si matas al líder de una manada de lobos, se desmoronan. Si somos capaces de matar a John Greben, todo va a terminar pronto -declaró Min. La mayoría de las manadas de lobos eran ataca-ahora-preocúpateabsolutamente-
más-tarde y estaban completamente bajo el control del alfa de la manada. Tenían poca libertad o pensamientos individuales. Si mataban a John Greben, todo iría rodado.

-¿Tienes una foto de él?

-¿De quién? -preguntó Min.

-John Greben. -Saeng podría buscar una foto en Internet, pero se ahorraría mucho tiempo si no tenía que hacerlo.

-Sí, te la mando con un mensaje. Acabo de volver a casa -declaró Min.

-Estamos en camino. Sólo tenemos que hacer las maletas y salir.

Después de despedirse mutuamente, Saeng colgó. Kyu miró a sus malvaviscos tristemente, y a continuación, se puso varios en su boca, dándole una mirada que se parecía más a una ardilla que a una mirada de águila. -Los malvaviscos están deliciosos -dijo con la boca llena.

-Eso es muy grave -gimió Jun. -Sabes que odio cuando hablas de las cosas que tienes en tus mejillas.

Kyu hizo ruidos de besos que sonaban más como una ardilla loca que a un beso, haciendo reír a todos.

-A Hyun lo ha secuestrado manada Greben. Me quieren cambiar por él en Seward Park esta noche. Tenemos que irnos -explicó Saeng. Nadie se movió. -¿Qué parte de irnos no entienden? -les preguntó.

-La parte en la que piensas que vamos a cambiarte por alguien - respondió Hongki.

-Realmente no nos vamos a intercambiar. Es sólo una estratagema para tener a Hyun a salvo y matar a su líder, John Greben. No voy a estar en peligro -prometió Saeng.

-No conozco a esos gatos lo suficientemente bien como para confiar en ellos para este tipo de intercambio. Digo que antes de ir, llamemos a los peces gordos -dijo Jun.

Kyu asintió y tragó sus malvaviscos. -Vamos a llamar a tu padre.



Continuara..................

No hay comentarios.:

Publicar un comentario