viernes, 12 de diciembre de 2014

Demonio de fuego Capitulo Final


Saeng tiró una bola de fuego pequeña de ida y vuelta entre sus manos. Era un truco de salón pequeño, pero que encontró divertido hacer cuando se aburría, y estaba realmente aburrido en estos momentos. Hyun estaba fuera en una reunión con el consejo de Jinnistan, otra vez, dejando a Saeng para divertirse. Pero no estaba funcionando.

—Si lanzas una de las cosas hacia mí de nuevo te voy a arrancar un pedazo de tu piel.
Saeng sonrió más a Jun.

—Oye, mira, todavía tengo marcas de quemaduras de la última vez —se quejó Jun—. Lo digo en serio, Saeng. Deja esa mierda. Me da escalofríos.

Saeng dejó apagarse las llamas en su mano cuando él se sentó y miró a Jun. —Tienes que estar bromeando. 

Después de todo lo que pasó en el último mes ¿estás preocupado por una piel chamuscada?

La frente de Jun se arrugó y sus cejas se juntaron, según Saeng el hombre estaba pensando demasiado. —¿Qué?

—¿Alguna vez has descubierto por qué estos jodidos tatuajes significan tanto para ellos?

Saeng encorvó la espalda contra los cojines del sofá y se encogió de hombros.

—Hyun ha tratado de explicarlo, pero no lo entiendo exactamente. —Saeng movió sus manos en el aire—. Son demasiados galimatías para mí.

—¿Y bien? —preguntó Jun, sentado delante—. ¿Qué dijo?

Saeng rodó sus ojos y se inclinó hacia adelante apoyando los codos en los muslos. —Por lo que entiendo, la profecía dice que cuando todos los elegidos se encuentran y se acoplan con su Djini, Jinnistan experimentará un período de paz y prosperidad que va a durar mil años. —Saeng agitó una mano un poco—. Estoy parafraseando, por supuesto.

—Oh, por supuesto. —Jun se echó a reír—. Por lo tanto, nosotros somos los salvadores de Jinnistan, ¿eh?

—Eso parece.

—¿No te parece un poco extraño que se suponga que debamos ser los salvadores de Jinnistan y seamos habitantes de la superficie? Se podría pensar que los salvadores serían de aquí, ¿sabes?

—Lo que me parece extraño es que todos los demonios sigan viniendo a conocerte. Es como una llamada-de-demonio por aquí últimamente.

Jun resopló. —Dímelo a mí. He tenido más propuestas en la última semana que las que he tenido
en toda mi vida en la superficie. Si tomara la décima parte de las ofertas que estos chicos me han hecho, no podría caminar por una semana. Cada uno de esos malditos está muy seguro de que soy su compañero.

—¿Y tú? —preguntó Saeng. Movió las cejas sugestivamente—. ¿Alguno de ellos te hace sentir así?

—Has visto a esos hombres, ¿verdad? Son como orgasmos caminantes. He tenido suficientes sueños húmedos últimamente para que me dure un mes.

—Por lo tanto: eres joven, libre y estás solo —dijo Saeng—. ¿Por qué no tomar uno de ellos para hacerlo?

Jun sacudió la cabeza. —No, simplemente no me parece bien. Me gustan estos hombres, no me malinterpretes, pero todos parecen estar buscando al único, ¿sabes? —Las cejas de Saeng se elevaron cuando Jun torció sus manos juntas, viéndose un poco nervioso—. Creo que yo también lo busco.

—Jun, no es una mala cosa —dijo Saeng. Se levantó y se acercó al sillón donde Jun estaba y se sentó a su lado—. Mira, no es fácil. Nunca podré volver a casa. Extraño a mi familia, mis amigos, la vida que tenía. Pero si conseguir todo eso de regreso significa que pierdo a Hyun, simplemente no vale la pena.

—Realmente lo amas, ¿no?

—Sí, lo hago. El demonio de fuego, la mordida de apareamiento, elegir al único para ti, es un poco raro, ,debo admitirlo, pero los beneficios superan con creces los inconvenientes. —Saeng suspiró profundamente—. Hyun me hace hervir la sangre.

—Literalmente. —Jun soltó una risita.

—Sí, sí, pero es más que eso. Soy el centro del universo para Hyun, ¿y sabes lo maravilloso que es eso? Él hace todo lo posible para hacerme feliz. Mira lo rápido que liberó al pueblo del harén. Se negó a dormir esa noche hasta que todos ellos tuvieran casas o regresaran con sus familias. Sabía lo importante que eso era para mí.

—Sí, eso fue muy bueno. Estoy sorprendido de que tantas personas estuvieran siendo retenidas contra su voluntad y que nadie lo supiera.

Saeng hizo una mueca. —Oh, alguien lo sabía muy bien: la guardia personal del Amir. ¿Por qué crees que están en la cárcel en este momento en espera de juicio? Lo que hicieron estuvo mal, y el pueblo de Jinnistan quiere justicia. —Saeng gruñó cuando sintió el codo de Jun en el costado—. Eh, cuidado o voy a prenderte fuego.

—¿Es verdad que tú y Hyun queman las sábanas, literalmente?

Saeng se rió entre dientes. —¿Te gustaría saberlo?

—Oh, vamos, dímelo —dijo Jun—. Estoy viviendo la vida de un monje aquí. Tengo que tener algo con lo que soñar.

Saeng se echó a reír.

—¡Hey! —Espetó Jun, golpeando a Saeng en el brazo.

—No, no, yo sólo tuve un pensamiento. Si Hyun y yo tenemos sexo, quemamos las sábanas. Estamos hablando de llamas reales y todo. Pero yo soy el compañero de un demonio de fuego. Es de esperar eso. Tú tienes el signo de aire en tu tatuaje. Tienes que preguntarte qué pasará cuando tengas sexo.

Jun parecía aturdido por un momento y luego una sonrisa maliciosa cruzó sus labios. —Estoy pensando en un tornado o algo así. Tal vez flotar libremente en el aire durante el sexo. ¿Te imaginas lo que sería eso? Me pregunto si podremos volar.

Saeng se echó a reír histéricamente cuando una imagen de Jun y un demonio sin rostro flotando en el aire durante el sexo cruzaron por su mente. En cuestión de segundos, Jun se estaba riendo junto con él, ambos hombres apoyándose uno en el otro.

—No estoy seguro de que sea así como un Demonas Amaté del nuevo clan gobernante deba comportarse. No parece muy adecuado.

Saeng inclinó la cabeza hacia atrás para encontrar de pie a Hyun mirándolo, los grandes brazos del hombre cruzados sobre el pecho.

Saeng saludó con la mano. —Hola, cielo, ¿cómo estuvo el trabajo?

Hyun arqueó una ceja.

Las palabras que Hyun había dicho filtraron de repente a través del cerebro de Saeng. Su risa se apagó lentamente cuando giró para arrodillarse en el sofá y agarrar la camisa de Hyun. —¿Acabas de decir que nuestro clan es el clan gobernante de nuevo?

—Creo que lo hice —contestó Hyun—. La decisión fue tomada por el consejo esta tarde.

—¿Por qué?

—El consejo cree que nuestro clan es el más adecuado para el puesto.

—¿Eso es todo? —preguntó Saeng—. ¿Nosotros somos los más adecuados para el puesto?

—Bien, podría haber tenido algo que ver con que mi Demonas Amaté sea uno de los elegidos, pero puedo estar equivocado.

Saeng se dejó caer en el sofá. —Yo sabía que esto iba a volver a morderme en el culo.

—No, no —dijo Hyun. Saeng gritó cuando Hyun se agachó y lo tomó. Estaba echado sobre los hombros de Hyun y este lo llevaba cargado hacia el estudio, con Jun riendo histéricamente a su paso. —Yo soy el único que llegará a morder en tu culo.

Saeng rodó los ojos en beneficio de Jun, pero no pudo evitar la descuidada sonrisa de sus labios. Hyun se dirigía escaleras arriba, y Saeng realmente tenía la esperanza de obtener algo de atención personal de su compañero. Extrañaba mucho a Hyun cuando tenía que salir a trabajar.

Saeng se movió cuando cuidadosamente se deslizó a sus pies. No podía contener la risa con la rapidez en la que Hyun lo despojaba de su ropa antes de lanzarlo sobre la cama. Saeng aterrizó con un golpe pequeño y rebotó un par de veces, con los ojos sin dejar el cuerpo hermoso que le fue revelado cuando Hyun se desnudó.

—Entonces esta cosa del clan gobernante —dijo Saeng—. ¿Significa que tenemos que mudarnos?

—Sí, Demonas Amaté, me temo que sí. El clan gobernante debe residir en el palacio real.

—¿Vamos a deshacernos del harem, no?

Hyun se arrastró a la cama y colocó su cuerpo entre las piernas de Saeng. —Yo estaba pensando que podíamos limpiarlo y convertirlo en una especie de cuarto con piscina en la que podríamos relajarnos ¿Qué piensas de eso?

—¿Un cuarto con piscina? —preguntó Saeng, el aliento se le quedó atorado en la garganta cuando Hyun comenzó a dibujar pequeños círculos en su pecho—. ¿Tal vez podríamos tenerlo como un lugar privado para nosotros?

—Sí, eso sería una buena idea. —Hyun empezó a lamer alrededor de sus pezones. Las manos de Saeng apretaban las sábanas. El hombre tenía una lengua seriamente talentosa—. Me gusta la idea de tener un lugar en que te pueda tocar cuando quiera.

—En cualquier lugar y a cualquier hora —susurró Saeng. Podía sentir las llamas cobrando vida y empezar el parpadeo a lo largo de su piel. Saeng había aprendido a lo largo de las últimas semanas que era una señal
segura de que uno o ambos de ellos se excitaba. No había forma de ocultarlo.

—Me gusta tocarte, Demonas Amaté.

—Esto… es bueno Hyunnie—gimió Saeng cuando la lengua del hombre lamió un camino por el pecho a su abdomen—. Esto es realmente bueno.

—¿Sí? —preguntó Hyun. Saeng gimió cuando oyó el chasquido de una tapa abriéndose. Él sabía lo que estaba por venir, y la anticipación casi lo mataba—. ¿Te gusta cuando te toco?

—¡Sí! —Se lamentó Saeng cuando dos dedos resbaladizos empujaban en su entrada ansiosos. Cerró los ojos con fuerza, las sensaciones corrían a través de su cuerpo, abrumándolo—. Nadie me ha tocado como tú lo haces, Hyun. Haces que me incendie.

Hyun se rió entre dientes. —Como soy un demonio de fuego, es una buena cosa.

Saeng montó los dedos de Hyun, moviendo las caderas mientras el fuego quemaba todo a su alrededor. Su cabeza empezó a sacudirse en las almohadas.

Pequeños gemidos de necesidad salían de sus labios. Le dolía el cuerpo por cada toque de las manos de Hyun. Su corazón parecía que corría a cada punto tocado por Hyun.

—Hyun, —Saeng se quejó—, por favor.

De repente, el aliento suave abanicó la cara de Saeng. 
Saeng abrió los ojos para encontrar los ojos oscuros que le devolvía la mirada, lo llenó de amor y
devoción. El cuerpo duro Hyun yacía encima de Saeng, presionándolo hacia abajo en el colchón. Era un peso que Saeng nunca se cansaba de tener encima.

Instintivamente, el cuerpo de Saeng se arqueó hacia Hyun. Se quedó sin aliento cuando se tocaron, el pecho desnudo de uno con el del otro. Saeng quería sentir cada centímetro de su amante. Quería meterse debajo de la piel de Hyun y nunca salir de allí, siempre caliente.

La insistente presión en su ajustada entrada enviaba un dolor de deseo a través del cuerpo de Saeng. El aliento de Saeng quedó atrapado en su garganta. Hyun sonrió y se agachó para agarrar las nalgas del trasero de Saeng, tirando de ellas, apartándolas, mientras sus caderas empujaban hacia delante.

Saeng no podía ocultar la reacción de su cuerpo cuando la cabeza de la polla de Hyun violó su agujero. Se estremeció y dejó escapar un gemido desigual. Sus manos se apoderaron de los hombros de Hyun. Cuando Hyun empujó los últimos centímetros, Saeng se llenó de una agradable sensación de plenitud.

Él tomó la cara de Hyun en sus manos y miró profundamente en sus ojos oscuros. A pesar de que la pasión quemaba por sus venas, Saeng sabía que esta vez su relación era diferente, el amor era diferente.

Estaban juntos, dos mitades de una misma alma. Uniéndose a medida que su unión era más que una necesidad física. Era la combinación de dos vidas, ya que estaban destinados a estar juntos. Juntos eran un todo.

El corazón de Saeng casi estalló por el amor que él podía ver brillar en los ojos de Hyun, amor sólo para él. Saeng no podía controlar su grito de placer cuando Hyun comenzó a moverse en él a un ritmo eterno que los llevó a ambos al borde del éxtasis, y luego atravesándolos.

Los colmillos afilados se hundieron en el cuello de Saeng, y él se precipitó fuera del punto de retorno. Las llamas estallaron alrededor de los dos cuando Hyun tomó la sangre de Saeng, vinculándose otra vez, juntos. 

El fuego quemó más brillante y más alto, ya que ambos cedieron a la necesidad ardiente que hizo caso omiso de todo lo demás.

Cuando Hyun retrajo sus colmillos y lamió la marca de la mordedura, Saeng saboreó la sensación de la satisfacción que su amante le dejó. El cuerpo le dolía, pero era un dolor dulce, que le dijo que había sido totalmente amado por su pareja.

—Mi Young Saeng—susurró Hyun con reverencia—, mi Demonas Amaté.

—Sí, —respondió Saeng—, siempre, mi demonio de fuego. 



....................................................FIN...........................................

1 comentario: