domingo, 2 de noviembre de 2014

El novio de reserva Capitulo 32


—No has oído hablar del resto de la proposición. Si hacemos la subasta de solteros y recaudamos cuarenta mil dólares, entonces van a donar el resto para cumplir con nuestros objetivos de financiación. —Hongki se aclaró la garganta y levantó una semilla de sus pantalones—. Con la condición de que se incluya a su sobrino en el evento —murmuró.

—No podemos recaudar esa cantidad de dinero con una subasta de caridad a menos que estemos vendiendo sexo junto con las citas —dijo Hyun—. Y espera... —miró a Hongki ¿Quién es su sobrino?


—Probablemente un perdedor en desesperada necesidad de una vida social —dijo Hongki con un indiferente encogimiento de hombros—. Pero sus razones no importan. Sólo que, últimamente, el Charity Regional ha conseguido una gran cantidad de críticas en las noticias por su falta de participación en la comunidad. Jk quiere que el hospital haga equipo con nosotros en esto y los solteros serían sus empleados que se ofrezcan de voluntarios.

Hyun parecía menos que convencido, pero Jun no podía pensar en una razón válida para seguir discutiendo en contra de la idea.

—Mira —dijo Hongki—, los cien mil que estamos recibiendo por el premio humanitario es significativo. Y así podríamos seguir lentamente hacia adelante y, finalmente, cumplir con nuestros objetivos de asegurar el financiamiento para la construcción de viviendas. Pero también tenemos que pensar a largo plazo.

Momentos como estos le recordaban a Jun por qué él y Hyun habían optado por incluir en sus planes a Hongki. La intensa dedicación del hombre y energía sin límites eran un activo muy valioso.
Excepto cuando se aplicaba a la vida personal de Jun.

—Un evento popular anual nos proporcionará fondos para futuros proyectos —Hongki continuó—. Creo que una subasta de solteros tiene el potencial de ser un evento regular y jalar a gente importante, siempre y cuando generemos una buena cantidad de alboroto.

—¿Cómo? —preguntó Jun.

—En primer lugar —dijo Hongki—, inscribamos a alguien famoso y filmemos un par de comerciales creativos.

Jun apenas contuvo el gemido. Cristo, él nunca conseguiría llegar a casa con Min con este tipo de delirios de parte de Hongki. No sin un suministro enorme de antipsicóticos.

—¿Oh? —Jun sabía que sonaba tan cansado como se sentía—. ¿Eso es todo?

Hongki lo miró indiferente. —Entre nosotros tres y la cosa esa de los seis grados de Kevin Bacon, ( Seis grados de separación, es una hipótesis que intenta probar que cualquiera en la tierra está conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios, conectando a ambas personas con solo seis enlaces, representado por la frase popular el mundo es un pañuelo.) estoy seguro de que hay un famoso conocido en medio de nosotros.

Jun inclinó la cabeza. —Uno de los exnovios de Hyun encaja a la perfección.

La súbita fuerte mirada de Hyun a Jun decía mucho, y la culpa lo apuñaló.

Nunca dejando pasar la oportunidad de dar un golpe certero, Hongki dijo: —Hyun tiene una gran cantidad de exnovios, incluyéndote a ti. —Se metió otra galleta a la boca—. ¿Cuál?

Jun reprimió el nombre, mientras consideraba sus opciones. La expresión en el rostro de Hyun le había dejado muy claro sus sentimientos. Él no quería al doble involucrado. Jun tenía dos opciones. Podría exponer a Hyun , y ver a su ex sufrir el acoso implacable de Hongki, o realmente podría dejar el pasado atrás y apoyar a su ex. Poniendo todos los sentimientos de escuela secundaria a un lado, había llegado el momento de dejar atrás el resentimiento residual y la ira.

—Nadie especial —dijo Jun, evitando los ojos de Hongki. La necesidad de mentir hizo que esas palabras se sintieran tensas—. Sólo es un tipo con el que Hyun salió en la escuela de medicina que ahora es algo celebre en Stanford. Luego pasó a ser anfitrión de un talk show de la mañana en un pequeño canal de cable local. —Mierda, ¿y ahora qué? Su mente daba vueltas buscando algo que haría que el ex inventado sonara poco atractivo para Hongki—. Él es... uh, súper inteligente y probablemente sabe más acerca de los índices de enfermedades de transmisión sexual en este país que cualquier otra persona.

Hongki miró a Jun por un momento antes de responder. —¿Estás usando drogas? Necesitamos sex appeal —Hongki continuó—. No a un experto en enfermedades de transmisión sexual. —Hongki negó con la cabeza en derrota—. No importa. Encontraré a alguien por mi propia cuenta.

Aliviado, Jun silenciosamente dejó escapar un suspiro. Su estómago gruñó, y trató con todas sus fuerzas de no pensar en la comida china que le esperaba en casa y Min, desnudo, en la ducha...

Distraído, Jun la mano para cortar un trozo de queso.
—¡Hey!

Hongki tomó la muñeca de Jun y él casi deja caer el cuchillo.

—Por el amor de Dios, Jun—dijo Hongki, mirando las contusiones leves en la piel de Jun.

«Mierda»

El tiempo marcó en incrementos dolorosos. Jun esperó un momento antes de soltar el cuchillo y jalar su brazo fuera del agarre de Hongki. Con la cara ardiendo tiró de la manga hacia abajo para cubrir las marcas, mientras que los dos hombres lo miraban.

Hongki lo miraba sorprendido, pero Hyun lo estudiaba como si viera a Jun bajo una nueva luz.

Hyun había sido serio cuando había afirmado que Jun no tenía un columpio sexual. Sus relaciones sexuales habían sido satisfactorias, pero nada como el paseo —cabecero-golpeando, mente-derritiéndose— con Min.

Jun sabía que Min sólo había estado bromeando en su anterior texto —el noventa por ciento seguro, de todos modos. Pero Jun había sentido que su vida sexual iba en alza durante los últimos días. Min no había sido capaz de decidir qué le gustaba más, estar arriba o abajo. Hasta el momento había gastado una considerable cantidad de energía probando las dos posiciones al tratar de tomar una decisión, con Jun felizmente alentando el proceso de comparación.

—¿Min y tú son algo ahora? —preguntó Hongki.

La respuesta rodó fácilmente fuera de la lengua de Jun. —Eso no es de tu incumbencia.

Dos segundos más tarde, Hongki se giró hacia Hyun. —¿Puedes ir por el segundo paquete de galletas que esta sobre el mostrador de la cocina?

Nadie le había pedido a Hongki más galletas de alpiste. Después de una última mirada en dirección a Jun, Hynu en silencio se dirigió a la cocina.

Hongki se giró hacia Jun. —¿Min ha decidido que es bisexual?

La pregunta atravesó el cerebro de Jun y rebotó alrededor de su cráneo, y echó un vistazo a la puerta de la cocina. Por razones que no podía explicar, sobre todo a sí mismo, él no quería que Hyun supiera la verdad en este momento. Sobre todo porque él no sobreviviría a que otra persona le diera mierda por sus decisiones. Las dudas de Hongki ya eran bastante malas, y las de Jun estaban débilmente a raya por la niebla sexual inducida por Min.

Pero Jun había tomado una decisión.

—Yo no soy sólo "la mano", Hongki—dijo Jun.

Tan pronto como había dicho las palabras, Jun se enderezó más alto en su asiento. El reclamo original de Hongki de que Min sólo dormía con Jun por conveniencia aún ardía en formas de las que Jun no se había recuperado.

Hongki lo miraba confundido, por lo que Jun continuó: —Yo no soy sólo el medio más accesible para que Min se libere —dijo Jun—. Él se siente atraído por mí.

Jun sentía esa simple verdad con cada mirada de Min. Él no tenía que tocar a Jun ni decir nada sugerente porque cada vez que Min lo veía no tenía duda de que el hombre sentía la misma atracción.

Era La Mirada de aquella primera noche en el bar. La atracción definitivamente era mutua desde entonces. Min sólo había necesitado un poco de tiempo para darse cuenta.

—Sí, supongo que tienes razón —dijo Hongki. Pero antes de que Jun pudiera celebrar su victoria, la voz de Hongki bajó una octava—. Pero no estoy seguro de que eso te proteja mucho, Jun.

«Mierda».

Hongki siempre iba a la yugular.
Jun luchó contra la necesidad de cerrar los ojos e hizo caso omiso de las dudas aullando en su cerebro.

Se apartó el cabello de la cara. —Mira, escucho lo que dices —dijo Jun. Entre más descubría de Min, más eran las piezas del rompecabezas que faltaban—. No voy a discutir contigo acerca de los riesgos.

Pero…

Hyun volvió a entrar en la sala y colocó el segundo paquete de galletas en la mesa de café. Jun continuó, a pesar de la presencia de su ex.

—En este momento estoy eligiendo estar con Min. —Jun miró fijamente a los ojos a Hongki, negándose a apartar la mirada primero—. Y no necesito más sermones de ti.

Jun envió a su amigo una pequeña sonrisa para aliviar el filo de sus palabras.

Con un suspiro que rayaba en lo melodramático, Hongki tomó la tabla de quesos. —Bien —dijo, cortando un pedazo de queso Gouda—. Pero cuando todo se vaya al infierno en una costosa bolsa de mensajero, voy a encontrar nuevas y creativas maneras de decir te-lo-dije. Sobre una base diaria.
Durante el resto de tu vida.

La mirada de Hongki se mantuvo firme. —Lo que significa que todas las mañanas soportarás una llamada de atención mía en la que te recordaré porqué debes seguir el consejo de tus amigos.

—Otra buena razón para tener el número de Hongki bloqueado —dijo Hyun.

Jun le dio a su ex una pequeña sonrisa, agradecido por la pérdida de la hostilidad y lo que parecía ser un regreso a su apoyada relación colegial. Con un poco de suerte podrían volver a aprender a ser amigos. El haberse enfrentado con firmeza a la bien intencionada intromisión de Hongki le hizo sentir que también había conseguido un importante logro.

Jun no tenía idea de cuánto tiempo Min seguiría con un status quo que consistía en un fácil compañerismo, buen sexo, y cero hablar de lo que significaba la situación.

Por ahora, Jun tenía la intención de sentarse y dejar que Min marcara el ritmo.


Continuara..............

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