domingo, 16 de noviembre de 2014

Demonio de Fuego Capitulo 11



Hyun sonrió. —El guarda es mi hermano pequeño.

—¿Tu hermano pequeño? —preguntó Saeng, con el ceño fruncido—. Pequeño sería correcto. Él no se parece en nada a ti. Él no es más alto que yo.

—No, fue a través de la transformación como lo hice yo, por lo que se convirtió en un guardia en lugar de en un Djini.

—¿Transformación? ¿Qué transformación? ¿Y cómo ser un guardia es diferente de ser un Djini?


—Son muchas tus preguntas, Demonas Amaté. —Rió entre dientes ligeramente cuando  Saeng le pellizcó los pezones—. Bien, bien, cuando llegamos a la edad de la madurez, podemos o no pasar por una transformación. Yo pasé por ella y llegué a ser lo que soy hoy. Heechul no pasó por la transformación, por lo que se convirtió en un Guardia, uno que cuida Jinnistan.

—¿Te duele? —Preguntó  Saeng, con la mano frotando arriba y abajo en el pecho de Hyun.

—No duele exactamente, pero no es cómodo. Practicamos una forma de meditación que nos pone en
un estado de trance. La mayor parte de la transformación pasa por nosotros mientras que no nos damos cuenta de que eso está ocurriendo.

—¿Tu hermano está molesto porque no se transformó?

Hyun se encogió de hombros. —No creo que Hee esté molesto, porque él siempre quiso ser un guardia y mantener a Jinnistan segura, como nuestro padre. Pero supongo que hay otros que si lo están. Ser Djini es un gran honor, pero también es algo peligroso, como tú lo sabes muy bien.

—¿Puedes negarte a ser un Djini aunque te transformes?

—¿Por qué desearía eso? —preguntó Hyun. Frunció el ceño ante  Saeng, no entendiendo por qué hacía incluso esa pregunta—. Como he dicho, ser un Djini es un gran honor. Perseguimos a los Shaiatín que se aprovechan de los habitantes de la superficie. De este modo, podemos proteger nuestro mundo tanto como el tuyo. ¿Por qué no querríamos hacer eso, si pudiéramos?

—Hyun, no todo el mundo está hecho para ser un protector, no importa lo mucho que quisiéramos que lo fueran. Algunas personas simplemente no tienen el temperamento para el trabajo. Al igual que no todo el mundo puede ser un detective de la policía.

—Supongo que eso es cierto, pero nunca he oído de nadie que no se convierta en un Djini después de ser transformado. Supongo que tal vez no pasas por la transformación, si no estás hecho para el puesto.

—Eso tendría más sentido para mí.

Hyun se echó a reír otra vez. Su Demonas Amaté siempre estaba pensando. Esa mente inquisitiva lo podría volver loco en los próximos años, pero al menos  Saeng no era estúpido.

—¿Alguna idea de cómo me vas a sacar de este lío? —preguntó  Saeng un momento después—. El Amir está loco, pero él tiene el poder para que me ejecuten por la mañana.

—Estoy trabajando en un plan con los hermanos del clan —dijo Hyun mientras pasaba su mano por la espalda de  Saeng—. No te preocupes, Demonas Amaté, me he comprometido a protegerte. No voy a dejar que te ejecuten.

—¿Hyun, ha estado el Amir en su posición desde hace tiempo?

—El Amir se hizo cargo cuando su padre falleció hace unos años. ¿Por qué?

—Él es un habitante de la superficie —dijo  Saeng—. Yo apostaría mi vida en ello.

—Un habitante de la superficie… Tú has perdido la cabeza —espetó Hyun mientras se sentaba.

—El Amir fue criado aquí en Jinnistan. Todo el mundo sabe eso. Fue presentado a todos en Jinnistan en el día de su quinto cumpleaños, como es la costumbre.

—¿Y antes de eso? —Preguntó  Saeng cuando él se deslizó de nuevo para apoyarse contra la pared—. ¿Dónde estaba él cuando era niño? ¿Dónde estaba antes de cumplir los cinco años? ¿Aquí, en Jinnistan? ¿Alguien lo vio?

—Bien, por supuesto, la gente lo veía. Él tenía un tutor, uno de los guardias personales de su padre.

—Uh-huh, ¿y nadie fuera de su entorno personal lo veía? ¿El pequeño Amir podía correr por el palacio? ¿O era sólo presentado cuando había algún tipo de función real?

Hyun negó con la cabeza. —Tú no entiendes. La madre del Amir murió al dar a luz. Su padre era muy protector. El Amir fue vigilado veinticuatro horas al día, así que nunca le pasó nada. No se le permitió salir en público.

—Bueno, eso fue muy conveniente, ¿no te parece?

— Saeng…

—No, escúchame por un momento —dijo  Saeng mientras levantaba la mano—. El Amir casi nunca fue visto por el público, sólo los que fueron obligados a cuidar de él por su padre, y sólo unas pocas personas. ¿Correcto?

—Sí.

—Además, puede crear un portal al mundo de la superficie, ¿correcto?

—Sí.

—Entonces, ¿quién dice que el Amir no estuvo en la superficie y traído de regreso a Jinnistan si había una función real o algo así? — Saeng sacudió la cabeza—. No hablaste con él ayer por la noche. Yo lo hice. No habla como lo hacen ustedes en absoluto. Él habla como yo.

—¿Qué importa eso?

—Porque hasta ahora no he conocido a una sola persona de Jinnistan que hablara como yo. Todo el mundo habla igual que tú.

Hyun frunció el ceño. —¿Cómo hablo?

—Muy correcto.

—¿Y eso te hace pensar que el Amir es un habitante de la superficie? ¿Debido a la forma en que habla?

—¿Te acuerdas de tu curiosidad acerca de la cámara digital?

Hyun asintió. Él todavía quería ver ese pequeño dispositivo que podía ser usado para tomar fotos al instante en vez de esperar a que los artistas hicieran una pintura. Sonaba como una maravilla.

—Te apuesto cualquier cosa a que el Amir no sólo sabe lo que es una cámara digital, sino que tiene una también.

Hyun extendió la mano y agarró la mano de  Saeng. —Me gustaría creerte, Demonas Amaté —dijo—. Y tienes un argumento muy bueno, pero yo no entiendo cómo el Amir podría ser un habitante de la superficie y nadie saber de ello.

—No lo sé. Tal vez eso es algo que debemos investigar.

 Saeng se encogió de hombros. —Te lo estoy diciendo, Hyun, he sido un detective de la policía durante un montón de años y sé cuando algo no está bien. Este tipo pone en marcha todas las alarmas que tengo.

—Te creo. —Hyun no sabía por qué creía lo que decía  Saeng, pero lo hacía. Por supuesto, a Hyun no le gustaba el Amir, pero no creía que ese fuera el motivo por el que creía en  Saeng. Había algo en el tono de voz de  Saeng que le dijo que el hombre decía la verdad.

—Estoy pidiéndote que investigues sobre esto, Hyun—dijo  Saeng—. No hagas nada que te meta en problemas o te haga sentir incómodo. Ver a este sujeto solo hace que piense en él como un estafador.

—¿Estafador?

—Um, estafador, charlatán, un fraude. No es lo que él pretende ser. Él se ofreció a llenarme de lujos si aceptaba ser su juguete sexual. Si él fuera realmente el Amir, no pediría eso. Él lo demandó y no le importaba llegar a cualquier tipo de acuerdo conmigo.

—¿Él te pidió que fueras su juguete sexual? —Hyun respiró hondo para mantener el control de las llamas que de inmediato comenzaron a chisporrotear a lo largo de sus brazos. No le gustaba la idea de que alguien le hiciera proposiciones a su Demonas Amaté, menos el ser un juguete sexual.

—Básicamente, me dijo, y cito textualmente, — Saeng hizo el gesto de comillas en el aire con los dedos—, “tú frotas mi espalda y yo froto la tuya”.

—¿Quería que le frotes la espalda? —Hyun frunció el ceño—. ¿Creí que había dicho que quería que fueras su juguete sexual?

 Saeng rodó los ojos. —Eso es lo que he estado tratando de decir, Hyun. Que ese es el discurso de un habitante de la superficie. Esto significa que si yo le doy lo que quiere, él me dará lo que yo quiero.

—Entonces, ¿por qué no simplemente decirlo?

—Él lo hizo, Hyun, en un discurso que daría un habitante de la superficie. Y si el Amir no ha ido nunca a la superficie, no sabría cómo decirlo, lo que me dice que no es de aquí.

—¿Y esto lo convierte en un estafador?

—Bueno, no sé cómo lo llaman ustedes en Jinnistan, pero lo hace un estafador si es alguien de la superficie que se hace pasar por el Amir.

—Maldita sea, ¿sabes lo que estás diciendo,  Saeng? —Preguntó Hyun. Se pasó la mano por la cara—. Si el Amir no es el Amir...

Hyun podía sentir la mirada de  Saeng en él mientras trataba de procesar todo lo que le dijo. Era mucho para tomar. Si  Saeng estaba en lo cierto, y Hyun estaba empezando a pensar que lo estaba, entonces el hombre con el control de Jinnistan era un fraude. Sumado esto a lo que  Shabía encontrado sobre los clanes gobernantes de la tierra, había algo muy malo ocurriendo.

Antes de que Hyun pudiera decir más acerca de los pensamientos que pasaban por su cabeza, se oyó
un golpe suave en la puerta. Hyun suspiró, sabiendo que su tiempo con su Demonas Amaté había llegado a su fin.

Hyun envolvió su mano alrededor de la nuca de  Saeng y tiró de él hacia delante para un rápido beso.

—Tengo que irme, Demonas Amaté —susurró contra sus labios—. Volveré si puedo. Si no, te veré mañana.

—Hyun, mañana ellos van a cortar mi cabeza.

Hyun Joong sonrió y frotó el pulgar por el lado de la cara de  Saeng. —Nadie te hará daño. Eso te lo juro, Demonas Amaté.

—Pero qué…

Hyun presionó el dedo sobre los labios de  Saeng. —Tú eres mi Demonas Amaté. Es mi deber y mi honor mantenerse a salvo de todo daño.

 Saeng se sentía ya lamentando el hecho de que Hyun rodara hacia un lado de la cama y se levantara, echando mano a su ropa. No tardó más que unos minutos en vestirse. Sintió los ojos de  Saeng en él todo el tiempo.

Caminó lentamente hacia la puerta, luego giró hacia  Saeng. —Si no te veo otra vez esta noche, debes saber que estoy haciendo todo lo que pueda para liberarte y traerte de regreso a mi lado.

La mirada afligida en la cara de  Saeng mientras se alejaba, abría un agujero en el corazón de Hyun. Era todo lo que podía hacer, llamó a la puerta y salió cuando su hermano la abrió para él. Cuando la puerta volvió a cerrarse, bloqueó el interior de  Saeng, Hyun apoyó su mano sobre el hombro de Heechul.

—Cuida de él, hermano —dijo Hyun—. Si algo cambia, avísame tan pronto como sea posible. Voy a estar en el recinto del clan.

—Sí, hermano.

—Él es mi Demonas Amaté, Hee.

—Lo entiendo, Hyun.

Hyun Joong asintió y caminó rápidamente hacia un conjunto de escaleras ocultas fuera en una esquina de la habitación. No mucha gente conocía acerca de las escaleras, que eran una salida rápida de la sección de mazmorras del palacio.

Hyun deseaba haber tomado a  Saeng y llevarlo a su lado al salir del edificio, pero por el momento no era una opción.  Saeng necesitaba quedarse donde estaba hasta que Hyun pudiera encontrar una salida del lío en que estaba. Si no podía, Hyun usaría la ruta de escape oculta para tomar a  Saeng y ocultarlo o llevarlo de regreso a la superficie, donde estaría a salvo.

Fue un viaje corto desde el palacio al recinto del clan que le llevó sólo unos minutos. Corrió por las grandes puertas dobles y se dirigió directamente al estudio. Hyun oró para que Kyuhyun hubiera encontrado algo en su ausencia.

Hyun encontró a su hermano del clan inclinado sobre un antiguo pergamino.

Parecía examinarlo cuidadosamente, tomando notas en una hoja de papel. Hyun se acercó y se paró junto a Kyuhyun, mirando hacia abajo en el viejo papel de estraza.

—Bueno, ¿qué has encontrado?

Kyuhyun levantó la mano. —Dame un momento.

Hyun rodó los ojos y se acercó a mirar por la ventana.
No quería dar Kyuhyun ni un segundo, pero sabía que era necesario. Kyuhyun era el maestro, el investigador. Era bueno en lo que hacía.

Si él dijo que necesitaba un momento, era probable que estuviera sobre algo.

—Hyun, ven a ver en esto —dijo Kyuhyun, rompiendo el silencio que reinaba en la habitación.

Hyun se sobresaltó un poco, y luego corrió para ver lo que Kyuhyun señalaba.
—¿Qué estoy buscando?

—Este rollo fue traído por uno de los otros clanes —explicó Kyuhyun—. Sólo accedió a prestármelo si no le decía a nadie de dónde lo saqué y debo devolverlo tan pronto como lo haya leído. Parece que estaba escondido en una caja fuerte en el centro del recinto en el último par de siglos.

—¿Qué es, Kyuhyun? —A Hyun realmente no podría importarle menos de dónde había venido el antiguo rollo. Quería saber lo que decía.

—Durante la Primera Guerra Mundial casi todos los clanes habían desaparecido. Los que quedaron de los clanes no tenían todos sus miembros. Se decidió por el consejo que un Amir sería nombrado hasta el momento en que los clanes pudieran ser reconstruidos.

—Está bien, y esto significa, ¿qué?

—Hyun, los clanes se han reconstruido hace más de cien años. El control de Jinnistan debería haber sido devuelto a los clanes hace tiempo. En cambio, todavía tenemos un Amir con el control de nuestra patria. ¿No te parece que eso está mal?

—¿Dice algo acerca de a quién eligieron como primer Amir y por qué fue elegido?

—Él era un miembro del consejo. ¿Por qué?

—Debido a que Saeng cree que el Amir actual es un habitante de la superficie.

—Eso haría las cosas muy interesantes si es verdad.

Hyun asintió.

—No, tú no entiendes, Hyun—dijo Kyuhyun cuando él comenzó a buscar a través de la pila de pergaminos en frente de él—. Cuando el consejo decidió aceptar un Amir, específicamente dijeron que tenía que haber nacido en Jinnistan. No podía ser un habitante de la superficie.

—Incluso si eso es cierto, no estoy seguro de que haya una manera de probar que el Amir es un habitante de la superficie. Saeng está basando sus sospechas debido a la forma en la que el Amir habla. Eso no es sostenible ante el consejo.

—No, pero como dijo Jun sobre estos documentos, tiene que haber un registro en alguna parte, o alguien que conozca la verdad.

—¿Qué pasa con el tutor del Amir? ¿O su nodriza? —Preguntó Hyun—. Aunque yo no confiaría en la guardia personal del Amir, no después de ver lo que hicieron con Hongki.

—Sí, ya lo he visto —dijo Kyuhyun—. En cuanto a estas otras personas, no sabría por dónde empezar a buscarlas.

—Tal vez los otros clanes puedan saberlo o pueden empezar a buscarlos.

—Voy a tener que preguntarle a Min. Ellos están tan interesados en esto, como nosotros.

—Sólo diles que guarden silencio al respecto —dijo Hyun mientras él se dirigía hacia la puerta—. Si el Amir se entera de nuestra investigación, nos podría encarcelar. Y sólo tenemos hasta mañana por la mañana para llegar a Saeng y liberarlo. El Amir ha ordenado su ejecución para ese momento.

—Yo me ocuparé de ello, pero si lo que he encontrado es cierto, entonces el Amir no puede tomar a tu Demonas Amaté. Lo sabes, ¿verdad? Quiero decir, además de los pergaminos que encontré en donde dice que el estado no puede interferir en el apareamiento, esta nueva información podría eliminar al Amir de su cargo.

—Tienes hasta el amanecer, Kyuhyun—Hyun dijo—. Antes de que retire a Saeng de las mazmorras del Amir a través del hueco de la escalera oculta. No me importa si tengo que llevarlo a la superficie. Yo no dejaré que sea lastimado.

—Voy a tener los documentos y testigos que se encuentren en condiciones de presentarse ante el Consejo para ese entonces, Hyun. Vamos a liberar a tu Demonas Amaté.

Hyun asintió y se dirigió hacia el estudio. Se detuvo ante la puerta del estudio, no estando seguro de a dónde tenía que ir. Saeng lo miraba por encima del texto antiguo. Min hablaría con los demás clanes, y Kyu estaba ocupado con Hongki y Jun.

Apretó los puños a sus lados y caminó rápidamente hacia atrás y adelante.

Su mente se arremolinaba con furia y el dolor lo partía. Cada minuto que pasaba separado de Saeng era agonizante. Saber que la vida de Saeng estaba en juego si Hyun no “arreglaba el lio”, como dijo el hombre, era lo más horrible de todo.

—Hyun, amigo, te ves como si necesitaras un trago.

Hyun giró y miró a Jun. —No vas a contaminar mi cuerpo de esa manera.

Jun ladeó la cabeza un poco. —No sabes lo que te pierdes, hombre —dijo—. Sé que te caería muy bien una copa en este instante. Tal vez esa es una de las cosas por las que necesitamos ir a la superficie y también para conseguirte una cámara digital.

Con la sola mención de la captura de fotografías instantáneas, Hyun recordó de pronto las fotografías que había tomado de la casa de Saeng. Metió la mano en el bolsillo de su abrigo y sacó el pequeño bulto.

—Si le doy estas a un artista, ¿podrías ayudarme a restaurarlas?

Jun tomó las fotos y miró a través de ellas con cuidado.

—Hay un par aquí que pueden ser reparadas, pero creo que el resto de ellas están tostadas… uh, rotas.

—Sí, entiendo eso —dijo Hyun—. Quería que un artista las pintara; tal vez incluso pintar cuadros de la gente en las fotografías para que Saeng tenga siempre imágenes a la vista de su familia.

Jun se rió entre dientes. —Tú estás muy mal, hombre. —La confusión de Hyun, parecía divertir a Jun en gran medida. Se echó a reír.

—Tú estás caliente por Saeng, y mucho. A ti realmente, realmente te gusta.

—Sí, él es mi Demonas Amaté.

—Amigo, sigues diciendo eso —dijo Jun—. Tú sabes que él es más que eso, ¿verdad?

—Él es mi Demonas Amaté.

—Mira, Hyun, voy a dejarte saber un pequeño secreto. Si sigues diciendo sólo que Saeng es tu Demonas Amaté, se va a poner furioso después de un tiempo. Créeme. Yo conozco al tipo, y no va a ser feliz.

—¿Por qué? —Preguntó Hyun—. Es un gran honor ser un Demonas Amaté.

—Porque si tienes alguna esperanza de que sean algo más que amigos con beneficios, Saeng tiene que ser para ti más que eso. Él necesita saber que es importante para ti, que tú lo deseas, incluso si no fuera tu Demonas Amaté.

—Yo le he dicho que lo amaré y protegeré hasta mi muerte.

Hyun se sacó la camisa para mostrar a Jun la marca de mordedura en el pecho. —Me he asegurado de que la marca de su mordedura nunca se desvanezca. ¿Qué más hay?

—¿No quieres que él se enamore de ti? ¿No quieres enamorarte de él? —Jun frunció el ceño—. Demonios, ¿incluso crees en el amor?

—Te acabo de decir que yo lo amaré hasta mi muerte —gritó Hyun—. ¿No me oyes?

—¿En serio, amigo? Has dicho eso casi desde el momento en que ambos se conocieron. Tú no puedes decir las palabras y simplemente pensar que serán realidad. Tienen que tener significado.

—Yo nunca he dicho palabras a menos que tengan un significado para mí.

—¿Apenas después de conocer al tipo?

Por mucho que le hubiera gustado golpear a Jun en la cara, Hyun pensó que por fin entendía lo que el hombre estaba tratando de decirle. Aunque una gran parte de él estaba enojado con Jun por ser un dolor en el culo, él también estaba agradecido de que Jun se preocupara por Saeng.

—Tú no entiendes, amigo de Saeng—dijo Hyun, sonriendo, cuando el hombre se erizó con sus palabras—. Un demonio es sólo la mitad de un alma sin su Demonas Amaté. Cuando encontré a Saeng y le di mi marca mordiéndolo, le di mi corazón. Sí, parece rápido, y quizás por ser el habitante de la superficie que es, pero para un Djini no hay ninguna duda. Nuestro Demonas Amaté se convierte en la cosa más importante en nuestras vidas desde el momento en que lo marcamos.

—¿Eso es todo? ¿Solo lo muerdes y luego te dedicas a él de por vida?

—Sí.

Jun se quedó inmóvil por medio segundo y después comenzó a reír. —Es posible que desees llenar a Saeng con esta empalagosa información. No creo que se haya dado cuenta de que tú lo amas.

—Pero le he dicho eso muchas veces.

—No importa, hombre. Si no se lo dices francamente, nunca te va a creer. Él sólo pensará que estás diciendo las palabras de tu mundo que no tienen significado para él. Tienes realmente que decirle que lo amas.

Hyun frunció el ceño, sin entender, pero si Jun decía que era así, Hyun suponía que probablemente lo era. —Entonces diré las palabras para que no haya malentendidos. Yo he dado mi devoción y mi corazón a Saeng, lo marqué como mío, como él me ha marcado como suyo.

Somos compañeros.


Continuara............

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