sábado, 18 de octubre de 2014

Terrores Nocturnos. Capitulo 3



Saeng permitió que las terribles predicciones permanecieran en el aire un momento antes de soltar una breve carcajada. —¿Por qué alguien quiere molestarse con un Protector novato como yo? Soy un don nadie. 

—No, no lo eres. Tu linaje te convierte en un blanco. No sólo es eso, sino que todo el mundo sabe lo que el oráculo predijo en tu nacimiento.

—Estúpida Oráculo, no podría mantener la maldita boca cerrada —se quejó Saeng.

—Bueno, ese es su trabajo, lo sabes, decirle a los otros lo que ella ve en el futuro.

—Quizás, pero podría haber sido un poco más discreta. Ella seguro como el infierno que no debería haber comenzado una bitácora que llevara la cuenta de sus profecías.

—Ella protege eso así que sólo paranormales y Protectores pueden verlo —señaló Sunhwa.

Saeng resopló. —Sí, y eso es justo por lo que sucederá que mucha gente vendrá conmigo a dispararme. Bueno, no los Protectores, pero seguro como el infierno que las criaturas paranormales lo harán. —Señaló con la cabeza la dirección a su dormitorio—. Vamos, tenemos que decirle a Jun todo esto. Él va a saltar de la emoción.

—¿Se supone que eso fue algo sarcástico? —ella preguntó mientras lo seguía, sus botas de tacón alto haciendo clic sobre el pavimento.

—Sí, sin duda lo era.

—Cool, entonces me parece un comentario divertido —dijo ella en una inexpresiva voz.

Saeng rodó los ojos. Incluso después de conocerla desde hace años, algunas de las reacciones de Sunwha aún lo confundían.

Entraron y encontraron a Jun justo donde Saeng sabían que estaría —sentado en el centro de su cama, con la nariz casi pegada a la pantalla de su laptop.

Jun era un muchacho que era un par de años menor y de la misma constitución que Saeng y siempre parecía tener una vibra de peligro a su alrededor. Lo que no era sorprendente, dado el pasado del chico. Jun todavía tenía que usar camisas de cuello alto para ocultar las horribles cicatrices en su cuello. Un recuerdo de pasar un par de años como un esclavo de sangre. Aunque el Protector nunca hablaba de su experiencia, algunas de las cosas que gritaba en medio de sus pesadillas le decía a Saeng que no había sido un viaje a Disney World.

Jun levantó la cabeza y les dio la más elemental de las sonrisas en señal de saludo. —¿Es hora de la cena?

Saeng intercambió miradas con Sunhwa. —No, desayunamos sólo hace un par de horas. ¿Te acuerdas?

Jun se encogió de hombros. —Supongo que me metí tanto en esta investigación que he perdido la noción del tiempo. 

—¿Es para una clase? —Saeng preguntó mientras cerraba la puerta.
Cuando entregara la mala noticia, quería asegurarse de que no hubiera ninguna posibilidad de que alguien de la población civil pudiera oír. 

Jun sacudió ligeramente la cabeza. —No, estaba navegando en internet y me encontré con algo interesante.

—¿Qué? —Saeng sintió que se le hundía el estómago. A juzgar por la expresión de molestia en los ojos de su amigo, no podía ser bueno.

—Parece que una sala de bingo en Linden fue atacada. Todas las personas en el interior fueron asesinadas. 

—Oh, mi Dios, qué horrible. —Saeng se sentó en su cama, Sunhwa se sentó junto a él.

—Esa no es la peor parte. Quien lo hizo, se comió también todas las fichas de bingo. Ahora, la sala va a tener que comprar nuevas antes de poder tener más juegos.

Saeng hizo una pausa con la boca abierta. 

Sí, así era Jun. 

Solamente en su mundo las fichas de juego eran más importantes que las ancianas. Era triste, Saeng había conocido a Jun antes de la captura. Una vez, Junnie había sido muy cariñoso y atento. Era como si los vampiros se hubieran chupado toda la empatía de Jun junto con su sangre.

—¿Saben quién lo hizo? —Saeng preguntó.

—No, pero conseguí esto. —Saeng levantó la mirada y vio una sonrisa de triunfo en su rostro—. La noticia informa que todo el lugar estaba cubierto por algún tipo de extraña baba marrón. 

—Tiene que ser demonios slug —Saeng conjeturó—. Pero, ¿cómo es eso posible? Pensé que Lucifer los mantenía bajo estricto control. 

Los demonios slug no eran conocidos por ser capaces de controlar sus impulsos o por ser discretos. Dado que ni siquiera Satanás quería que la población general conociera el verdadero alcance de la sociedad sobrenatural, había encerrado a los demonios slug hace siglos.

—El infierno no es diferente al resto del mundo paranormal y ahora mismo hay una enorme lucha por el poder que se extiende también ahí —interrumpió Sunhwa.

—¿Que tan grave es? —Saeng demandó. 

—¿Sabes acerca de lo que siempre se predijo que habría una bestia tan grande que podría apoderarse del Cielo y el Infierno?

—Seguro, pero pensaba que era sólo un mito.

—Nosotros, también, hasta que realmente sucedió. Ahora la pequeña mierda se ha hecho cargo del infierno y comenzó a liberar las riendas a la peor-de-la-peor. —Sunwha hizo un pequeño sonido de disgusto—. Aun así, ni siquiera puedo creer que cayera tan bajo como para trabajar con los demonios slug.

Saeng ni siquiera se molestó en pedirle que explique eso. Cualquier persona, incluso con los conocimientos más elementales del mundo paranormal, sabía que los demonios slug se consideraban lo más bajo en la escala de la jerarquía del demonio. Pronto las cosas podrían ser muy difíciles, también eran tan tontos como un poodle en una grieta.

—Podrán no gustarnos mucho los Demonios Slug, pero aun así son capaces de destrozar al más fuerte civil —intervino Jun.

Regresó su atención a la computadora y comenzó a teclear, sus dedos se movían tan rápido que estaban cerca de verse como un borrón.

—Entonces, si existe peligro, ¿por qué el consejo de los Protectores aun no nos han llamado? —Saeng preguntó—. Sin ánimo de ofenderte, Sunwha, pero ¿por qué en el infierno te estamos oyendo a ti en lugar de a ellos? 

Los colmillos de Sunwha molestaban a su labio inferior. —Porque piensan que por el momento el lugar más seguro para ustedes dos es aquí. Tu tío no quiere que te involucres a menos que sea necesario a causa de tu madre, y en cuanto a Jun...

Cuando se interrumpió, Jun continuó: —Ellos no saben si seré estable en una pelea. Tienen miedo de que me congele o enloquezca.

—Sí —admitió, arrepentimiento llenaban sus oscuros ojos.

La ira recorrió a Saeng por su amigo. Está bien, quizás Jun estaba un poco fuera en ocasiones, pero ¿quién infiernos no lo estaría, teniendo en cuenta todo lo que había pasado? En opinión de Saeng, eran afortunados de que Jun no estuviera babeando y meciéndose en posición fetal.

—Entonces, ¿por qué estás aquí para advertirnos? —Saeng presionó.

—Porque si bien el Consejo no quiere entrar en esta lucha ahora…

—No son los únicos. Y estoy dentro de esta mierda —Saeng interrumpió.

Sunwha continuó como si no hubiera hablado. —Tengo la sensación de que los demonios van a venir por ti. Siendo solo un novato y no activo, tus poderes de Protector pueden llamarlos.

—¿Estás seguro de eso? Si ese fuera el caso, entonces problemas o no, el consejo nos arrastraría a entrar — argumentó Jun.

Sunwha inclinó la cabeza hacia un lado mientras parecía estar considerando cuidadosamente sus palabras. —Digamos que algunos de los miembros del consejo tienden a dejar que sus sentimientos personales afectan su mejor juicio.

Saeng sacudió la cabeza. Demonios slug o no, no había manera en el infierno que regresara a la vida de un Protector. Cuando había alcanzado la mayoría de edad y el testamento de su madre lo había liberado de esa vida, Saeng nunca había sido más feliz. Seguro, él podría ser considerado un freak en el mundo civil, pero seguro como la mierda que no quería regresar a una vida de sangre derramada y miedo. 

Quizás, no era precisamente feliz en la universidad, pero seguro que encontraría una lejana isla, donde podría deslizarse en la oscuridad o algo así después de graduarse. Cualquier cosa era mejor que terminar hastiado como Jun, o peor aún, muerto, como sus padres.

—Yo no voy a ninguna parte —respondió con firmeza Saeng.

Una oleada de alivio lo recorrió, cuando vio a Jun asentir, estando de acuerdo.

Sunwha alzó las manos con disgusto. —¿Por qué no? ¿Qué es tan maravilloso aquí que no quieres irte?

Arrugó la nariz ante la pequeña habitación, el dormitorio estaba demasiado desordenado. Ella incluso fue
tan lejos como para recoger un arrugado calcetín y lo olió, un pequeño sonido de arcadas salió de ella mientras lo arrojaba a un lado. Luego se acercó a la enorme colección de posters de Saeng del Señor de los Anillos.

—Amor, sé que te gusta el cine, pero esto es llevar las cosas demasiado lejos. Eso demuestra que necesitas el tipo de disciplina y estructura que la vida del complejo te dará. 

—Eso ya no es parte de mi futuro.

Ella se giró hacia él, entrecerrando los ojos en una conocedora manera. —Unas simples palabras en un testamento no puede quitarte lo que hay en tu sangre. Estás destinado a ser un Protector desde el momento en que tomaste tu primer aliento. Por mucho que tu madre pudo haberlo querido, nada puede cambiar eso.

Un escalofrío de terror recorrió la columna de Saeng, porque una molesta parte de él se dio cuenta de que tenía razón. Porque no importaba lo duro que él y Jun trataran, este realmente no era su mundo ni lo sería nunca. Después de todo, ¿no había tenido el mismo pensamiento un momento antes, mientras estaba sentado en su clase de latín?

Entonces pensó en su madre, todo lo que sacrificó por él, y Saeng sacudió la cabeza. —Puede que tengas razón, pero por lo menos le debo a ella intentarlo.

—¿Chicos, podría convencerlos de que me dejen quedarme aquí un tiempo? Por lo menos hasta que sepa con certeza que no están en peligro —sugirió Sunwha.

—Lo siento, no se nos permite tener visitas que pasen la noche en la habitación —dijo Jun.

Sunwha rodó los ojos. —Vamos, ¿no saben que ambos son gays? El único peligro que puede suceder es una pelea por algún lindo chico de la fraternidad.

—Hablando de eso, mantén tus colmillos en ti misma cuando estés en el campus —ordenó Saeng—. Lo último que necesitamos es tener que limpiar tu desastre si te dejas llevar y chupas a un humano hasta dejarlo seco.

—Por lo menos moriría feliz. — Sunwha sonrió mostrando los colmillos.

Saeng no podría argumentar eso, puesto que se trataba de un hecho bien documentado que una mordida de súcubo era considerada uno de los más fuertes afrodisíacos que se sabía que existían. Ni siquiera la mordida de un vampiro podría compararse.

Ella dejó escapar un resoplido, cuando se levantó y se dirigió a la puerta. —Está bien, ya que no dejan que me quede a jugar, me voy a buscar un agradable bar para paranormales.

—¿Agradable bar para paranormales? —Jun gruñó—. ¿Existe tal cosa?

—No, pero al menos voy a ser capaz de encontrar unos cálidos y dispuestos donantes. Que incluso me joda después de que termine de beber de ellos.

Con esas dulces palabras de despedida, ella saludó y se fue. Jun y Saeng se quedaron sentados en silencio durante un momento antes de que Saeng preguntara: —¿Crees que ella hablaba en serio?

—¿Acerca de la búsqueda de compañeros para joder? Uh, sí, después de todo ella es una súcubo.

Saeng hizo un gesto con la mano. —No eso, acerca de los demonios slug apareciéndose aquí.

Jun rodó los ojos antes de volver su atención a su computadora. —Por favor, ¿por qué infiernos ellos va a querer molestarse con un par de novatos Protectores? Estamos tan abajo en su radar que ni siquiera vale la pena preocuparse.

Está bien, tal vez Jun tenían un punto ahí. Aun así eso no aliviaba el ligero cosquilleo de preocupación detrás de su cuello. Sabía que no dormiría profundamente hasta que el problema de los demonios slug fuera resuelto.



Continuara............................. 

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