martes, 26 de agosto de 2014

Un orgasmo perverso. Completo


Hey, Tortuguita, ¿me puedes servir otra?
Kim Hyung Jun sacó una botella helada de la nevera. Con la cerveza en su mano, se acercó a donde Kim Hyun Joong se acurrucaba al otro extremo de la barra pegada a los baños. El hombre había sido un habitual en aquel sitio, por esa sola razón, Jun ignoró el apodo que había odiado desde su infancia y le mostró al hombre una sonrisa mientras se deslizaba la longneck a través de la brillante superficie de madera de caoba de la barra.


-Es casi la hora de cerrar, amigo. Usted tiene que volver a casa andando esta noche?
-Tú eres un buen chico, Hyung Jun. Es una pena que tú seas una de esas personas. Deberías encontrar una buena chica que te enderezara y te hiciera sentar la cabeza. Pasar el nombre de la familia, como tu padre hubiera querido.


Jun suspiró. Parecía como si tuvieran la misma conversación cada noche.

-Gracias por el apunte. Lo tomare en consideración. Tan pronto como el infierno se congele, y a mí me deje de gustar las pollas.

Hyun Joong tomó un largo trago de su bebida y se sentó, sus manos rodearon la botella de vidrio.

-Eres un poco mandón, ¿no?
-No… Usted puede hacer lo que quiera, pero no voy a dejarte seguir bebiendo para que luego conduzcas y te des un golpe. Eso pondría a mi culo al descubierto, y es demasiado bonito para ser lanzado a los lobos detrás de las rejas.

Hyun Joong resopló cuando la campana encima de la puerta sonó. Jun se volvió hacia el sonido, esperando ver a la hija del hombre cruzar el umbral. En cambio, vislumbro la imagen de sus húmedos sueños entrando en su pequeño y humilde establecimiento. Con sus rectos y anchos hombros y su cabeza bien alta, el recién llegado se dirigió hacia el lado opuesto donde estaba sentado y se sentó en uno de los taburetes cercano a la puerta.

Había pasado más de una década desde que había puesto los ojos en Park Jung Min. El otro hombre se había ido a la universidad con una beca de fútbol americano, mientras que él se había quedado al cuidado de su padre enfermo. Después de que su padre falleció, había tomado clases nocturnas en gestión empresarial y abierto de nuevo otra vez el bar de la familia como sabía que su padre hubiera querido.

Desde que él y el deportista habían sido en los extremos opuestos de la cadena alimentaria en la escuela, fingió no reconocer al otro hombre. Mejor eso que hacer un culo de sí mismo, señalando a cabo su afiliación sólo para que Jung Min fingiera recordarlo.

A decir verdad, esperaba que él no recordara al flaco paria que solía ser. La escuela secundaria fue muy dura para casi todo el mundo, pero había sido una montaña rusa en particular para un escuálido, bocón niño. Su pésima actitud había conseguido que le dieran más de una patada en el culo. Min por otra parte, había sido el típico atleta corpulento. Con su cuerpo robusto, musculoso; había sido el sueño húmedo de cada chica y de un solitario chico gay. Gracias a Dios que nadie había encontrado la foto de Min sacada del anuario que había escondido bajo su colchón. Hubiera muerto de vergüenza.

Jun salió de su ataque de nostalgia y se acercó donde Min estaba sentado Él adecuó sus facciones dentro de una educada mascara de alguien que estaba acostumbrado a trabajar con el público.

-Bienvenido. En que puedo ayudarte?

Min sonrió, mostrando su hermosa sonrisa y esos dientes perfectos.

-Escuché que aquí se toman los mejores orgasmos Kinky de este lado de la ruta.
-¿Es cierto?.

Jun quería pavonearse en respuesta al cumplido, pero se contuvo. Al parecer los actuales cursos de coctelería vale la pena por el precio que cuestan, después de todo.

-Supongo que si no son los mejores dependerá de cómo te gustan tomártelos. ¿Prefieres que la bebida esté mezclada con fresas o cremoso helado de vainilla?
-Oh, definitivamente lo quiero cremoso.
-Está bien.

Jun tragó el nudo que tenía en la garganta. Su imaginación creó de una idea lujuriosa de cómo lo miraba Jung Min. El hombre era tan recto como una flecha... él se había acostado con la mitad del equipo de animadoras, cuando estaban en la escuela.

-Marchando un orgasmo perverso sin fresas.

Podía sentir la mirada de su ex compañero sobre su espalda mientras él se dedicaba a conseguir los ingredientes que necesitaba. La situación no ayudó convencer a su polla de que Jung Min fuera hetero. Una fuerte punzada no le hizo conectar cosas como hetero o gay. Él Sabía lo que le gustaba, y él entraba dentro de sus gustos.

Los años se habían comportado con Min; parecía estar mejor que nunca. Lo confirmó cuando el miró furtivamente al otro hombre fijándose en la bebida, vertiendo la misma cantidad de crema de amaretto, licor de café, y whisky irlandés en una copa. El hombre se había formado en todos los lugares correctos, sus amplios hombros se extendían por los límites de la camisa tipo polo de color salmón.

Aunque la mitad inferior del hombre no era visible, imaginó que era tan impresionante como la parte superior. Por su altura, probablemente, sus piernas eran largas y musculosas. Fácilmente podía imaginar la forma del trasero de Min y como los muslos se flexionan y se liberaban cuando el bombeara su carga en alguna mujer con suerte. Hablando de mujeres, no hay anillo de boda en su mano izquierda. Pero eso no significa que el hombre no estuviera casado... un montón de hombres se niegan a llevar anillos.

Tras encabezar la bebida con una cucharada de abundante crema de vainilla, se deslizó por el mostrador hacia Min.

-Esto va a ser siete con cincuenta.
-Maldita sea, está muy bueno. Quédate con el cambio, chico!...No esta esto muy concurrida por aquí, ¿verdad?.
-Nah, los días entre semana son flojos, y es casi la hora de cierre.
-¿En serio?-, Preguntó Min , mirando hacia abajo a su espeso reloj de pulsera en tonos dorados.-Pero si son sólo las diez.
-No sirve de mucho estar abierto cuando esto está muerto.

Aunque el negocio lo había heredado y nunca lo haría rico, estaba orgulloso de él y de los cambios que había implementado en los últimos años. Él había actualizado el menú, añadiendo comida rápida, y bebidas especiales para la amplia multitud universitaria.

-Entiendo por qué no querría estar más tiempo abierto. Usted no quiere trabajar de forma gratuita.-dio un sorbo a su bebida, dejando un bigote de leche adorable aferrado a su labio superior.

La campana de la puerta sonó una vez más, alejando a Jun de la atención de Min. La hija de Joong , entro al interior con un gesto y una sonrisa, la cálida mirada se tornó preocupada cuando vio a su padre. Jun salió al encuentro de la chica y ayudó a sacar al hombre.

Min caminó hacia Jun , capturando su atención. Los presionados pantalones de color caqui que el otro llevaba abrazaban sus fuertes caderas y hacían de su paquete como parte de un amante. Incluso después de una breve visión al bulto se preguntaban si el otro hombre rellenaba sus boxers. La hinchazón detrás del pantalón de Min parecía demasiado grande para ser real.

Hyung Jun volvió la cabeza para seguir el progreso de Min hacia el cuarto de baño, queriendo echar un vistazo a la espalda del otro hombre. Se humedeció los labios, pasando por los firmes montículos de su boca. Su culo tampoco está nada mal.

Despertó de su sueño… volvió el cartel en la puerta de ABIERTO a CERRADO. Apagó todo, dejando las luces exteriores, bajó las persianas, y regresó a la barra a esperar a su último cliente. Suprimiendo un bostezo, recogió el trapo que había descartado antes y empezó a limpiar el mostrador. Ya que había sido un día largo, y estaba más que listo para terminar la noche.

Tan pronto como Min se fuera, iba a cerrar la caja y se retirarse a su pequeño apartamento que estaba situado encima del bar. Por lo menos esta noche voy a tener nuevo material almacenado en mi banco de recuerdos. Él y su mano iban a pasar un buen rato antes de quedarse dormido.

Por el contrario, se preguntó si su mano derecha se había convertido en una norma en lugar de reservarse para ligar en clubs después de cerrar el bar. Ahora, se sentía más cómodo con la pornografía y los sueños de su encuentro con el escurridizo hombre perfecto.



-Una moneda por tus pensamientos, dijo Min, deslizándose sobre un taburete a través de Jun.  

-No creo que estuviera interesado en conocer la lista del inventario que estaba pasando por mi mente en este momento.

Claro que era una mentira, pero era mucho menos embarazoso de lo que realmente estaba pensando. ¿Qué iba a hacer? Admitir que había estado fantaseando con echar un polvo, ya que Min le recordaba lo que le hacía falta? De ninguna jodida manera.

-Así que... estamos nosotros solos ya que el viejo borracho se ha ido, ¿verdad?

Jun vio a Min lamerse los labios, la sonrosada, húmeda lengua deslizándose por la boca del hombre, se estremeció en respuesta. El tono de las palabras sonaron a un “vámonos”.

-Um, sí. Sólo tú y yo.

-me lo calculé. No pude dejar de notar que habías cambiado el letrero en la puerta.
- Bueno, llegando este momento, ya sabes… ¿Estás a punto de terminar, o hay algo más que necesites antes de que cierre?.

La sonrisa de Min se ensanchó.

-Supongo que dependerá de lo que me ofrezcas.

Jun quiso patearse a si mismo debido a las insinuaciones no deseadas que había detrás de sus palabras.

-Yo, eh...

Eludió sus palabras. Estaba realmente flirteando con él? Había pasado un tiempo desde que Jun hubiera estado con alguien, pero no había pasado tanto tiempo como para olvidar lo que parecían decir. La mirada de Min estaba describiendo al culo Jun algo que podría hacerlo más feliz que pagar al contado. Trató de decir algo ingenioso pero falló. ¿Por qué mi cerebro se ha bloqueado, precisamente ahora?

-¿El silencio significa que estas tratando de darme largas de una forma sutil, ya que te he dejado sin palabras con mis suaves habilidades?.
-Bueno, definitivamente no es un plan B.

Jung Min puso una mano sobre su corazón. “Ouch”.

-Ah, tú eres un niño grande. Estoy seguro de que vas a recuperarte. Yo todavía no le había dado excusas a nadie que juega en mi equipo.
-Sí, tengo mucho de eso.
-Así que... ¿me quieres, ¿eh?- No había nada de malo en una pequeña broma y, lo más importante, le había traído un buen momento para comprobar la realidad. ¿Puede estar sucediendo esto realmente?
-¿Podrías decirme si he estado muy borde desde que he entrado aquí al bar? Si no, ¿qué tal una invitación por escrito?
-Tal vez.
-Está bien. Yo puedo hacer eso. ¿Tienes un lápiz?

Jun le entregó un bolígrafo. Sus dedos se deslizaron juntos, enviándole pequeños choques eléctricos hasta la muñeca. La forma en que el pelo se levantó en el antebrazo de Jung Min le comunicó que había química entre ellos.

Min escribió algo en servilleta, la mente de Jun se aceleró con las implicaciones de lo que iba a suceder. Lo quería a él, ---el flaco intelectual, de la escuela secundaria que había pasado todo su tiempo soñando con las tórridas situaciones que él quería hacer con el inalcanzable capitán del equipo de fútbol.

En el momento en que Min le tendió la servilleta, estaba listo para vender su alma al diablo si eso significaba tenerlo una noche entre sus brazos. Aceptó la nota, la curiosidad de ver lo que había escrito. Una carcajada salió volando de su boca al leer:

“Chúpame. Cabálgame toda la noche. Soy tuyo para lo que quieras, siempre y cuando dejes que te toque. “

-Esta es la mejor idea que tienes para entrar en mis pantalones?
-Bueno, me gusta ser directo. ¿Qué dices? ¿Eres tú al que quiero conectar, o estoy perdiendo mi tiempo aquí?
-Yo podría ser persuadido para jugar, si tengo la motivación correcta.
-Creo que puedo manejar eso. ¿Hay algo que necesites hacer antes de empezar?
-Nada de lo que no pueda esperar.

Hyung Jun saltó sobre la barra y se movió entre las piernas de Min. Besar a este hombre no iba a ser una dificultad. Él inclinó la cabeza hacia la derecha y se movió en los labios ya hormigueantes. Min se reunió con él a mitad de camino, tocando la boca hacia abajo una vez y luego otra vez antes de que Jung Min tomara el control.

Sus manos se movían desde los hombros de Jun a la parte baja de la espalda, atrayendo más cerca, paso su lengua por la sensible piel debajo de su labio inferior. Jun gimió y se abrió contra el hombre sexy.

No podía creer lo que estaba sucediendo. Él estaba besando a Park Jung Min, el mariscal de campo de su adolescencia la mayoría de las febriles fantasías y un buen maldito hombre de buen aspecto. La parte de infantil de su cerebro estaba haciendo un infierno de una danza feliz. No podía esperar para averiguar cómo estaría Min desnudo y si prefería ser activo o pasivo.

Por favor, por favor, que sea activo. Porque a él le gustaba que lo follaran. Las manos de Min se deslizaron por su espalda y la junto en un el culo del otro hombre en un agarre firme. Su lengua se deslizó entre los labios de Min una última vez antes de alejarlo.

-Mmm... me encanta tu boca. No puedo esperar a sentirla envuelta alrededor de mi polla.
-Me quitaste el pensamiento correcto de la mente.

Hyung Jun cayó de rodillas delante de Min. Desabrochó los pantalones del hombre y bajó la cremallera, revelando un blanco inmaculado suspensorio debajo. Los pantalones se deslizaron por sus muslos y se agruparon alrededor de sus tobillos.

Un estremecimiento recorrió en silencio a Jun, acelerando su pulso en la visión del pene de su fantasía de adolescente, atrapado bajo el algodón ceñido. Se inclinó hacia delante y se frotó la mejilla sobre la bonita tela, inhalando el olor picante del cuerpo de Min. Pasó la lengua por el material, arrastrando el momento y elaborando un sentimiento de anticipación.

La polla de Min creció, ampliando al alza hacia la banda elástica, la sonrosada cabeza empezaba a asomarse por encima. Le acarició el costado de la cara de Jun, con los dedos deteniéndose en la esquina de la boca.

-No seas calientapollas.
-Tú lo quieres.

Jun corrió su lengua a lo largo de la ranura entre el muslo y la ingle. 
Jung Min respiró profundo.

-Me puede gustar un poco.
-Oh, yo diría que más que un poco.
-Tal vez

Min sonrió y en poco tiempo la risa se convirtió en un gemido ahogado cuando Jun lamió sus testículos a través de la ingle, mojando el algodón. Min se resistió a sus caderas, empujando la ingle cerca de la cara de Jun.

-Oh, sí. Se siente tan bueno.
-Mm hmm

Jun tiró a un lado el suspensorio para dejar libre la polla desnuda de Min junto con sus testículos. Hundió la cara en los escasos, oscuros rizos castaños e inhalo, llenando sus pulmones con el olor de su piel. Utilizando la palma de la lengua, lamió una larga línea desde el fondo del saco de Min a la base de su erección. Una vez allí, apretó los labios alrededor de la parte inferior del miembro, creando una succión y acariciando la fragilidad de la piel con la saliva como moviéndose hacia la cabeza. El pulso de Min tronó contra los labios de Jun cuando él se movió hacia arriba.

Envolvió sus dedos alrededor de la base de la polla apunto la hinchada corona hacia su boca. Sosteniendo el rígido eje de forma constante, Jun besó la punta. Miró hacia arriba, haciendo contacto visual con el hombre, y extendió la lengua, deslizándola a través del carnoso miembro. La esencia salada de Min irrumpió en las papilas gustativas de Jun, haciéndole añorar más. Lamiendo arriba y abajo la longitud de ese pene, Jun humedeció la carne desde la base hasta la punta.

Prestó especial atención a los sensibles pliegues del casco, mojándolas repetidas veces provocando que las caderas de Jung Min se resistieran. Por último, sin poder esperar ni un segundo, tomó la corona esponjosa entre los labios y lo chupó con la palma de la mano para acariciar las bolas pesadas del otro hombre al mismo tiempo.

Después de relajar la mandíbula, se esforzaba por tener la mayor cantidad de polla como pudo, amó la sensación de la dura carne deslizándose sobre la lengua. Él asintió con la cabeza, teniendo la polla de Min más adentro por pequeños incrementos hasta que comenzó a empujar al fondo de la garganta y no pudo avanzar más.

-Así es…- dijo Min, su voz profunda y ronca…-Cómeme la polla.

Hyung Jun habría respondido, pero él sabía que no debía hablar con la boca llena. En lugar de tomar el tiempo para responder, torció la lengua por encima y alrededor de la punta, jugando y saboreándola. Apretó los dedos. Un gemido ronco, recompensó a sus esfuerzos.

En una amplia mancha de saliva, los dedos de Jun acariciaban la polla al ritmo de su boca, que se balanceaba arriba y abajo para cumplir con el anillo de sus dedos alrededor de la base. El aroma embriagador de la necesidad de Min creció con cada minuto que pasaba, instando a Jun a succionar con más fuerza, para empujar el hombre más grande a renunciar su completo control.

Los sensuales gemidos que se extendieron de la boca de Min causaron que Jun terminara de forma dolorosa. El húmedo sonido de su boca sorbiendo, deslizándose hacia arriba y abajo la erección, anhelando que lo chuparan duro, Jun deseaba que le prestaran la misma atención. En lugar de ceder a su necesidad, se centró en Min. Haciendo uso de su lengua, el bañó los sensibles pliegues por debajo de la corona hinchada y luego la lengua le folló la pequeña raja, saboreando de lejos el sabor salado del deseo de su amante.

-Basta.

Las apretadas manos de Min se sostenían en el pelo de Jun, mientras rodaba sus caderas hacia atrás y sacó la polla de la boca del pequeño conejo…con un pop húmedo. Atrapó la barbilla de Jun y lo inclinó para arriba, inclinándose sobre sus labios, en un beso corto e intenso.

-Tan bueno como eres en esto, yo no quiero acabar en tu boca.

Jun, se mantuvo gimiendo tratando de liberarse y se elevó a sus pies.

-¿Qué quieres?
-Voy a coger tu culo, si está en el menú.

Amaba a un hombre que sabía cuando coquetear y cuando a ir directo al grano.

-Está bien, pero no aquí. El lubricante y esas cosas están arriba.
-Me parece bien.

Jung Min metió su polla húmeda en los pantalones.



-Muéstrame el camino.



Con Min detrás de él, subió las escaleras a su apartamento. A medio camino, Min se estrelló contra él por detrás y lo tiró contra la pared. Jun se volvió, temblando de emoción, los labios ásperos del ex mariscal de campo capturaron los suyos una vez más. Una mera insinuación del cremoso y dulce coctel que le había servido se quedó en los labios de Min, envuelto en la oculta esencia que era el sabor propio de Jung Min . Se zambulló en el beso, buscando un entusiasmo difícil de alcanzar.


Ellos rebotaron desde una escalera a otra, rozándose y besándose entre sí. No estaba seguro de quien estaba más desesperado por llegar a la casa y deshacerse de su ropa, pero él estaba en peligro de hacerse daño a si algo no salía de sus pantalones antes.


Unas manos fuertes pasaron rozando hasta la espalda, quitándole la camisa con ellas. La prenda se detuvo por encima de su cabeza, y luego sintió los labios de Min volver a los suyos, acariciando, saqueando su boca con una desesperación que aceleró la libido Jun enfebreciéndolo.


Él le devolvió el favor, despojándolo de la camisa la primera vez que arrancó su boca lejos de Min resistiéndose del aire en sus pulmones. Desnudo de cintura para arriba, era un espectáculo. Los contornos de su musculoso pecho subía y bajaba sin problemas a un ritmo rápido, sus pectorales hincharon a la vez.


La mirada de Jun se clavó en los carnosos pezones rosados de Min. Su mano rozó a mitad de camino en el pecho del hombre antes de que él se diera cuenta de su propia intención. Min pasó, con el torso cada vez más cerca de los extendidos dedos del rosado.


No podía perderse esta oportunidad de oro una vez que se le había presentado, ajusto el pezón derecho de Min, lo miró, acercando sus miradas, para luego trasladarse al otro pequeño pezón y le daba el mismo tratamiento. Las fosas nasales de Jung Min estallaron, como si fuera un toro que advertía su arranque.


Jung Min lanzó un gruñido y se presionó contra Hyung Jun en la pared, una vez más inclinándose sobre sus labios y abriéndose paso en el interior. Mientras se besaban, Min encerró la larga y dura longitud de su polla en la superficie plana del abdomen de Jun. Él nunca había maldecido su baja estatura más que en ese mismo instante. Si hubiera sido un poco más alto, sus herramientas se hubieran alineado y podía haber sentido rozándose juntas.


En el momento en que ellos entraron en el pequeño acogedor apartamento, ambos hombres estaban tan duros como el acero y jadeando. Por una vez, Jun se alegró de su casa consistiera en una habitación grande. No estaba seguro de que pudiera tener que viajar más lejos que a través de la puerta e ir derecho a la cama. Sus caras le dolían del número de veces que se habían golpeado contra una pared u otra sólo para llegar hasta aquí. Se le formarían moretones en todo su torso al día siguiente, pero no pudo reunir la voluntad para prestar atención.


Toda su energía se centró en el hombre que tenía en sus brazos y las cosas malas que pensaba hacer y que le hicieran a él.


La piel de Jung Min se sentía húmeda, como la seda caliente por debajo de las yemas merodeadoras de los dedos de Jun. La flexibilidad y el juego de los músculos de la ancha espalda de hizo anhelar al rosado hasta que lo volteó hacia la pared y luego lo lamió de pies a cabeza.


Min pateó la puerta cerrada y luchó a través de la habitación de Jun, liberándolo sólo una vez que se acercaron a la cama de matrimonial.


-Toma asiento mientras yo pierdo estos pantalones.


Hyung Jun se tambaleó hacia atrás y se dejó caer en el extremo del colchón. Todavía rebotando en él, extendió un brazo detrás de él para encender una lámpara de noche, con una mirada ávida se concentró en los dedos de Min que ágilmente desabrochaban sus pantalones. Se humedeció los labios, el sabor de él persistía en la lengua.


-Oh, sí. Quítatelo todo, niño grande. Yo quiero ver todo lo que tienes… y entonces tocare y lameré y...


Min se desabrochó la bragueta. Se sacó los pantalones caqui de sus ajustadas caderas, por la gran longitud de sus piernas y los largó fuera. De pie en alto y orgulloso a través de la luz suave, con una mano dura en la base de su erección le dio un apretón, por lo que el eje se hinchó volviéndose más grande.


-Ves algo que te gusta?


Jun tragó el exceso de humedad en su boca. Su mirada recorrió las líneas de carnosas del cuerpo, volviendo el brillo travieso en los ojos del hombre.


-Diablos sí. Traelo para acá, y te mostraré lo mucho que me gusta eso.


Min se acercó a la cama, su sonrisa abriéndose cada vez más grande con cada paso. Su erección sobresalía de su cuerpo, moviéndose hacia arriba y conforme a su propio peso. Jun miraba, absorto, como una perlada gota de semen apareció en la pequeña ranura y se deslizó por el carnoso eje.


Las rodillas de Min toparon entre el colchón y los muslos de Jun. Se inclinó hacia delante y le dio un suave empujón hacia atrás.


-Aunque me gusta la idea de tus manos sobre mí, es mi turno de jugar, y todavía tienes mucha ropa. Tenemos que hacer algo al respecto.


Tiró de la cintura de Jun, abriendo el cierre con un movimiento de su muñeca.


-De acuerdo. Ahora.
-Sí, señor.


Hyung Jun voluntariamente yacía de espaldas y levantó las caderas para ayudar a Min a quitarle los pantalones. Cuando finalmente estuvo desnudo, Min se abalanzó sobre él y lo cubrió con su boca.


El sinuoso deslizamiento de la lengua hizo que la mente de Jun se quedara en blanco. No podía pensar en nada, que no fueran los deliciosos labios de Min, y cuánta razón de peso que el otro hombre había sentido encima de su cuerpo. Un beso caliente, con la boca abierta le llevó a otro y otro. Sus lenguas enredadas, jugando.


Min luchaba por algo para atraparlo. Una mano se reunió con el grueso pelo grueso de la nuca de Jun, mientras que la otra acariciaba la espalda y cogiendo el sólido culo. Él apretó las firmes nalgas, el miembro de acero del otro se movía bajo sus manos.


Min no pudo evitar preguntarse cómo seria de apretado el agujero de Hyung Jun sería si sus nalgas estaban así de ajustadas. Lo que le hizo volver a preguntárselo que se estaba muriendo por preguntar... 


-Tengo que preguntarte, eres activo o pasivo?


Jun enterró su cara en la curva del cuello de Min, besándole el contorno desde la garganta al oído.


-Pasivo. ¿Y tú?


Ah, hombre, que era la respuesta que él quería oír.


-Activo.


Dientes afilados rasgaron el lóbulo de la oreja de Min.


-sabes tan bien. Yo No puedo esperar a probar el resto de ti.


Jun se retorcía debajo de Min, su anticipación iba en aumento.


-¿Qué estás esperando?


Hyung Jun se arrastró de nuevo y se arrodilló a los pies de la cama.


-¿Tiene condones aquí?
-Sí.


Metió la mano en el cajón de la mesilla de noche y sacó una tira de preservativos.


-Aquí tienes.
-Gracias.


Tomó Min el condón y lo hizo rodar por encima de su eje, acariciando su polla un par de veces más de lo necesario para hacer el trabajo. Cuando terminó, miró de reojo a Jun.


-Ahora ponte sobre tus manos y rodillas.


Jun se apresuró a hacer precisamente eso, a pesar de que estaba un poco decepcionado. Él había estado esperando para los juegos previos un poco más, para saborear la carne de Min antes de llegar a la gran final. Oh, bueno. Tal vez habrá tiempo suficiente para un segundo round antes de que se fuera. La mano de Min se deslizó entre sus piernas y juntó sus bolas.


-Se siente como que alguien tiene ganas de venirse.
-Dios, sí.


Él quería acabar de cualquier manera que le dolía.


-Por favor.


Jun bajó la cabeza y miró hacia abajo su cuerpo, viendo como sus testículos eran tocados y acariciados. Al ver como sucedía el acto hizo que el placer creciera a pasos agigantados. Las manos de Min eran tan condenadamente grandes. Si se sentían tan bien en sus bolas, se sentirían cada vez mejor en su polla.


Casi antes de que terminara el pensamiento, los dedos de Jung Min estaban en movimiento. El aliento húmedo flotó sobre la nalga derecha de Jun.


-Muy bueno…- respiró Min.
-Gracias.


La palabra terminó en un astuto chillido, la húmeda lengua se deslizó a través de su aumento. La mano alrededor de su erección desapareció y reapareció en el culo. Los dedos de Min separaron poco a poco las nalgas de Jun. Su boca caliente y húmeda lamió de arriba hacia abajo, una vez y luego otra vez, antes de que se estableciera la boca alrededor del agujero Jun y comenzara a chupar. La sonda de humedad de la lengua de Min se establecía en cada terminación nerviosa llevándolo a una ardiente vida plena, haciéndoles cantar.


-Ah, diablos, sí. Cómeme el culo.


Hyung Jun apretó los ojos cerrándolos, luchando contra la tentación de terminar. Apretando y relajando sus músculos, para luego poco a poco relajarlos por la íntima intromisión.


-Mmm...


La boca de Min vibró en contra del sensible anillo del ano de Jun, puso un dedo junto a la lengua, moviendo a través del flexible músculo resbaladizo.


-¿Te gusta?
-Uh huh... - Jun asintió con la cabeza, sin pensar en si podía ver su movimiento con la cabeza.
-¿Quieres otro dedo?
-Dos... dos es suficiente.
-Ya lo tienes, bebe.


Los dedos en el culo se retiraron. Min regresó con dos dígitos fuertemente estriados y se hundió profundamente con poca fanfarria.


-Oh, Dios.


Los dedos de Jung Min eran gruesos; les bombeaba dentro y fuera.


-te sientes bien?
-Sí, todo bien…Por favor. Hazme terminar.


El calor de la boca de Min y las manos desapareció, remplazándose por el calor del cuerpo más grande presionando por detrás contra de Jun 


-Oh, voy a hacer que termines pero no de esta manera. Cuando termine vas a estar revoloteando alrededor de mi polla.
-Ah, sí. Házmelo.


El extremo romo de la polla de Min se topó contra el agujero de Hyung Jun y se frotó dando vueltas y vueltas en círculos.


-¿Estás listo para mi?
-Diablos, sí. Fóllame.


Jun tomo aire y trató de convencer a su cuerpo a entregarse. Su culo se relajó cuando había sido lamido, pero no había manera de que algo tan grande como la barra de Min no fuera a arder como el infierno. El malestar se desvanecerá. Sólo tenía que esperar a que se adormeciera la mente en un momento de placer para que todo fuera bien, y mejor que bien si Min sabía cómo trabajar con el monstruo que tenía entre las piernas.


Un latido se aceleró, luego dos, sin embargo, Jung Min no se movió. Jun apenas comenzaba a retorcerse, a punto de demandar a Min hacer algo, cuando el otro hombre cayó hacia adelante, ahondando tan profundamente como le fue posible fundiéndose los dos en un solo cuerpo. Sus bolas golpearon el fondo de Jun, haciendo cosquillas en la franja sensible de la piel entre el culo y el saco.


Jun enterró su cara contra la almohada, avergonzado por los gemidos impropios de un hombre que se derramaban fuera de él. Había perdido el control de sus cuerdas vocales, pero eso no significa que no podía hacer todo lo posible para amortiguar el sonido. Las manos de Min acariciaron sus nalgas.


-¿Estás bien?
-Por favor... sacúdemela, azótame, fóllame... sólo haz algo.


Los dedos de Min se clavaron en las nalgas de Jun. Agarró a Jun por la cintura y lo golpeó con un empujón brutal tras otro.


-Maldita sea, Jun, te sientes tan bien... tan caliente y apretado, eres mio lo sabes?
-Claro que soy tuyo, cógeme con más fuerza.
-Sabía que iba a ser bueno entre nosotros. Yo quería montarte desde el momento en que te vi detrás de la barra. Eres tan maldita sexy.
-Entonces hazlo; empuja en mí con tanta fuerza que no puede sentarme mañana.


Quería sentirse obsesionado por el recuerdo de la gruesa polla de Min dentro de él. Si esto iba a ser una cosa de una sola vez, no quería olvidarse nunca.


-Dios, Min, no te detengas.


Colgando grueso y pesado entre sus muslos, el pene de Jun rebotó con cada duro y penetrante envite. Él puso su mano en la base apretando para bombear desde la base hasta la punta.


-me voy a correr.


La gruesa vara golpeó su próstata hasta dejarla vacía y listo para pedir limosna. Antes que las palabras pudieran escapar de su boca, unas manos fuertes se cerraron sobre sus caderas y se volcó sobre él parando de un solo golpe. Jun parpadeó hacia el hombre que había pasado tanto tiempo soñando, confundido sobre por qué había parado.


-¿Qué es lo que te pasa?
-No me pasa nada… tengo que ver la expresión de tu su cara cuando. Quiero ver como disparas sobre nosotros.
-Dios, sí. Hazlo. Hazme llegar.


En ese punto Jun habría dicho cualquier cosa para conseguir la polla de Min en su interior. Sus bolas le dolían con la necesidad, y nada iba a satisfacer nada que no fuera la espesa longitud del otro extendiéndose a lo largo.


Min cogió las piernas de Jun por debajo de cada rodilla y las puso sobre sus hombros. Liberando las piernas cogió su objetivo deslizándose dentro de Jun larga y duramente. Hyung Jun gritó, tensando sus músculos debido a la invasión profunda y soportándolo de mejor manera posible. A través de una respiración lenta tras otra, obligó a sus músculos a relajarse.


El ex mariscal dejó caer encima del rosado sus brazos apoyadas a cada lado de él. Sus miradas se encontraron, comenzó a empujar, utilizando cada centímetro largo y duro que poseía para un devastador efecto. Jun se sintió lleno y reclamado, su cuerpo había tomado casi todos sus niveles normales de resistencia. Su cabeza le daba vueltas por la sensación de placer que inundaba su cuerpo.


Min se quedó mirando a Jun, con el rostro enrojecido, las venas de cuello sobresaliendo. Su musculoso pecho y sus bíceps abultados con la tensión. El ritmo de sus embestidas aumentaron el ritmo en sus caderas, con un ritmo de sacudidas cortas y rápidas.


-Ah... joder, diablos... estoy cerca.


No queriendo quedarse atrás, Jun agarró su polla y bombeó frenéticamente. Su orgasmo estaba allí, flotando a cerca de su alcance. Sólo necesitaba un poco de algo más para llegar allí. Apretó los músculos alrededor del pinchazo de Kyu, disfrutando de la mordida y dolorosa fuente de placer que acompañaba al pequeño movimiento.


-Vamos. Dámelo, bebe. Dispara a todo mi cuerpo…- le decía Min
-Uh huh…- jadeó Jun
-Pronto.


La sensación de los dedos acariciando era todo lo que Jun necesitaba. Golpeó su cabeza contra la almohada y gritó su alegría hasta el techo. Cada músculo de su cuerpo apretado vibró con la fuerza de su liberación. El semen se expandió a través de sus dedos entrelazados, salpicando su pecho y los abdominales. El ano se contrajo, apretando a su vez con cada brote.


Min lanzó un gruñido y se balanceó hacia delante, enterrándose a sí mismo profundamente dentro de Jun. Su polla se hinchó, y palpitó con entusiasmo.


-Oh, joder. Junnie… 


Jun se envolvió con sus brazos alrededor de Min y se mantuvo a través de los temblores, más contento de lo que podía esperarse. Tan pronto como Min se relajara, él se iría y se quedaría a dormir solo. A pesar de que eso era lo que normalmente preferiría que sucediera, se sorprendió al descubrir que no quería que esta cita terminara en un orgasmo mutuo.


Aunque le pudiera parecer tonto, él quería más. Aunque apenas conocía al otro hombre, ni siquiera le había visto en años, pero si estaba allí era porque entre ellos había algo que desafiaba la explicación.


-Dios, ha sido increíble… - le susurró Min



-Ha sido fantástico. ¿Quieres volver a hacerlo en la ducha?



Después de unas intensas mamadas por parte de los dos en la ducha , Jun se quedo a solas con sus pensamientos, Min había saludo de la ducha poniéndose una pequeña toalla. Al momentos salio del cuarto de baño encontrándose a un Min de pie junto a su cómoda. El otro hombre sostenía un retrato enmarcado de Jun y su padre tomados durante la graduación de secundaria. Se aclaro la garganta para advertirlo de su presencia. Con la foto en la mano , Min se dio la vuelta y lo miro.

-tu tienes un aspecto tan diferente ahora.

Algo dentro del pecho de Jun se apretó. Le había estallado remordimiento a Min por haber torturado a el y sus amigotes al pequeño Freaky?

-¡Me reconoces ahora?. Me di cuenta quien eras desde el momento que entraste por la puerta

Min dejo la foto 


-Yo ya sabia quien eras. Es algo difícil de olvidar, un nombre como el tuyo, Kim Hyung Jun 
-Oh 
Jun se sintió extrañamente decepcionado . No estaba seguro de por que exactamente, a menos que hubiera esperado hacer borrón y cuenta nueva con el otro hombre. Aunque la mayoría de la gente podrida mirar con humor hacia atrás en su adolescencia o con cariño , Jun no era uno de ellos. Su pasado fue una vergüenza ya que le declaraba que Min estaba fuera de su mundo.

-Yo siempre te admire, cuando estábamos en la escuela...- Dijo Jung Min-¡Que?.... eso fue sin duda lo ultimo que había esperado oír.
-Parecías tan seguro de si mismo, sabiendo quien eras y no importándote una mierda lo que pensaran los demás acerca de ti. La verdad es que yo te envidiaba.
-me envidiabas?... Resoplo sentado al lado de la cama...- Ese es un sentimiento agradable , pero yo no lo creo ni por un minuto. Tu fuiste una polla andante en aquel enotnces. Yo era el pequeño extraño del que todo mundo hacia blanco en sus bromas.

Min se arrimo a el, posicionándose contra muslo al lado de Jun.

-Elijas creerme o no, es la verdad .Para la mayor parte de esos años aterrorizado por si se enteraban de que era homosexual y provocaba que el equipo me acosara. Asi que hice el papel de que me interesaban las chicas. Diablos , hasta dormí con unas pocas cuando no pude sacarme esta mierda encima.Yo sabia que tenia que conseguir una beca si yo quería ir a la universidad y di salia del armario se habrían arruinado mus posibilidades. No estoy orgulloso de la forma en que me comporte en aquel entonces , pero yo estaba convencido que era lo único que podía hacer si quería hacer algo de mi vida.
-No me digas?

El mundo de Hyung Jun cayo fuera de su eje dando un salto mortal. Habia pasado todo ese año celoso de los chicos populares y una de las personas que el había querido emular la mayoría había tenido envidia de el, a su vez-.Su mente se vació. Se supone que las personas estaban en lo cierto cuando afirmaban que la hierba no siempre mas verde al otro lado.

-yo creí que el lo tenia jodido. Nunca se me ocurrió fingir ser otra persona en ese entonces , aunque termina pagando por ello a muy largo plazo.Yo he dado mi huevo izquierdo para poder encajar , aunque estoy casi agradecido por las pruebas y tribulaciones. Todos esos años en la escuela , me hicieron muchísimo mas fuerte.
.-Como he dicho... Min respondió con una sonrisa tensa...- Siempre te he tenido envidia.,

Jun de forma tímida agacho la cabeza, sintiéndose mas vulnerable y expuesto que nunca... el cual en un mismo nivel le hizo no sentir consideración a lo que el y Min había estado desnudos y en la intimidad de dos hombrees juntos.

-Hey...- dijo Min capturando la barbilla de Jun, haciendo que levantara la cara y luego lo miro atraves de sus ojos... Lo siento si te he avergonzado, pero yo no pensé que deberías saberlo. Si hubiera alguna , en la remota pequeña posibilidad de que pudiera pasar algo real entre nosotros, no quiero empezar con mentiras, incluso una tan pequeña como que entre al bar.No me detuve a tomar una copa.He venido POR TI.

La respiración de Jun se quedo atrapada con la mención de comenzar una relación con Min. No sabia si podía confiar en si mismo de si tomar las palabras que había dicho el otro hombre.No me han avergonzado.

Min se puso un brazo sobre el pecho de Jun y lo derribo sobre la cama.Mientras se cernía sobre el , se inclino y lo e beso la punta de la nariz.

.entonces creo que ahora seria un mal momento para decirte lo mucho que me encanto tu culo?...Jun puso los ojos blancos, apesar de que se estaba riendo.
.-Nunca es un mal momento para decirme lo guapo que esta mi culo.
-Es bueno saberlo.... dijo Min , con una sonrisa....-Con toda seriedad me gustaría volver a verte
-No se , cuanto tiempo te vas a quedar en la ciudad?

Jun se inquieto mientras esperaba que respondiera, incluso si el otro hombre de verdad quería volver a verlo, seria si , una aventura acorto plazo con Min. , tendría que volver a su casa con el tiempo, siempre hay una. No estaba seguro de querer arriesgara enamorarse del hombre mas de lo que ya estaba cuando el sabia muy bien que se iria mas pronto que tarde

-Voy a estar aquí por tiempo indefinido.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que casi se pierde la respuesta de Min. El parpadeo al otro hombre , su corazón pulsaba a las implicaciones de tenerlo alrededor de el por un previsible futuro.

¡Eso significa que te estas moviendo de nuevo?
-Si acabo de aceptar un puesto de profeso de educación física en la escuela secundaria.
sin embargo Jun seguía sin estar seguro, el hombre bien podría pasar a pastos mas verdes con el tiempo, hombres como el solían hacerlo.Si se colgara de el y dejara que esto sucediera , no tendría a quien culpar de su corazón roto mas que a asimismo.

-Puedo preguntarte por que crees que seria buena idea estar conmigo?---- Min frunció el seo
-¡estas saliendo con alguien?
... Jun resople
-No estaría aquí si estuviera viendo a alguien mas
Eso es una alivio, pero todavía no explicas por que no crees que debamos vernos el uno al otro.
Solo que ... me he vuelto un bastardo inseguro que no quiero que so corazón sea pisoteado y que encuentres a alguien mas joven , alguien de tu estilo
-No creo que puedas saberlo si no lo intentamos
-Dudo que tengamos algo en común y realmente no voy a ingresar en la gran lista de tus amantes
-¡Persona?, quien dice que es eso lo que quiero?

Jun se inquieto , incapaz de cumplir con la mirada penetrante de Min 

-Jun yo... - Min hizo una pausa y respiro profundamente- Mira , tu eres la primera persona que quiera ver cuando volví a la ciudad.Joder ni siquiera he visto a mis padres todavía, es tan difícil creer que estoy interesado en algo mas que tu culo?
-No pero.... no es facil para mi confiar en eso


*Seis meses mas tarde*



Vero, estoy en casa, tienes algunas explicaciones que darme- Grito Jun-


Jun cerro la puerta detrás de el, riéndose de la cursilada que acababa de hacer. Bromas aparte Min tenia una buena razón para explicarle, por que el colchón estaba tirado en la acera enfrente de su nueva casa

-Estoy aquí .... Le grito Min desde la cocina

Camino por la sala que había decorado con tonos bronceados y azul, entre a la canino que dividía entre dos salas.La casa la habían comprado juntos, no era enorme pero era suya

-Quiero que me digas por que esta mi cama en el patio delantero?
-Esa cosa vieja?
Min se encogió de hombros sin complejos

-Yo la tire
-Es obvio, Jun suspiro... Creo que hablamos de eso.Nosotros íbamos a usar mi cama en la habitación extra ¡recuerdas?

Una sonrisa lenta y perversa se propago en el rostro de Jung Min 
-Yo tenia una idea diferente de lo que podría hacer con ese lugar.Hablando de ellos te tengo una sorpresa, Min condujo a Jun por la casa tapándole los ojos, hasta que llegaron a su destino


-Que te parece?
-Creo que un gimnasio en la casa es una gran idea, me muero por probarlo 
Min dio un pasa detrás de Jun y envolvió con sus grandes y musculosos brazos rodeándolo.

-Me alegro .Tengo que admitirlo, estaba un poco preocupado por si seguías prefiriendo tener el cuarto de huéspedes del que hablamos
-No...- Jun se volvio a Min y le acaricio el cuello-
-Bueno , yo quería la habitación de huéspedes, pero vamos a usar mucho mas esta habitación de esta manera
-Ah si? ¡ quiero mas detalles de eso? ... susurro Jung Min agarro la mano de Jun y la bajo a su entrepierna

-Si . Alguien sin duda se siente feliz
-¡No has dicho algo acerca de hacer uso de esta habitación?
-Yo creo que si....

Atravez de todos los ajustes que había hecho en su relación , una cosa se había mantenido sin cambios. Al final del día , lo que querían era volver a cada a estar juntos.La química que compraran solo se intensificaba a medida que crecía su amor, eclipsando cualquier cosa que Jun hubiera soñado

Mientras estuviera con Park Jung Min a su lado , en su vida, lo demás era trivial


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Nunca es demasiado tarde ... Para luchar por aquello que es importante en tu vida .•*¨`*•..¸¸.•*¨`*•.♫ 

................................Fin............................

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