miércoles, 27 de abril de 2016

La Evolución del Amor Capitulo 27


Jun y Min tomaron libre la semana antes de su ceremonia e handfasting, y sus días estaban llenos de placenteras horas de planeación. El tiempo pasó volando y sin embargo al mismo tiempo era lento. Para cuando el día antes de la ceremonia llego, Min estaba prácticamente vibrando de la emoción. Jun, que en primer lugar nunca había sido una persona calmada, no podía permanecer sentado más de unos segundos. Min había empezado a preguntarse si colocar tranquilizantes en la comida de Jun podría ayudar.


―Mañana, ¡Min! ―Jun exclamo moviéndose en la sala y agarrando con ambas manos el trasero de Min―. Maldición, estoy ¡tan jodidamente emocionado!

Min giro la cabeza y recibió un beso de Jun. ―Yo también, amor. Ahora siéntate, toma algo de café.

Jun obedientemente se sentó ante la mesa de la cocina estaba moviendo una rodilla y tamborileaba los dedos en la mesa. ―Solo piensa. Dentro de dos días, estaremos desayunando de nuevo. Solo
que estaremos casados.

Min sirvió dos tazas de café. Negro para él, y con crema y un poco de azúcar para Jun. ―Es difícil creerlo, ¿no es así?

―Sí. ―Jun tomo la taza de la mano de Min. Su expresión era melancólica―. Desearía que fuera legal sin embargo. Creo que merecemos eso.

Min coloco una mano sobre la de Jun. ―Si, mi amor. Lo merecemos.

Una esquina de la boca de Jun se levantó en una traviesa sonrisa. ―En ocasiones esto me molesta, ¿sabes?

―Lo sé. A mí también me molesta. ―Min apretó los dedos de Jun―. Pero nuestra ceremonia de handfasting va a ser hermosa.

Y seremos uno del otro, incluso aunque la ley no lo reconozca.

Jun acuno la mejilla de Min con su mano libre. ―Nosotros siempre lo hemos sido, bebé. Esto solo lo hace oficial.

―Tienes razón, claro. ―Min sonrió y se inclinó hasta casi tocar los labios de Jun―. No puedo esperar a ser oficialmente tuyo.

Jun hizo un pequeño sonido con su garganta. Cerrando el espacio entre ellos, capturo la boca de Min en un elocuente beso.

Ellos seguían besándose y Jun estaba haciendo esos pequeños ruidos de necesidad que usualmente significaba que estaría desgarrando la ropa de Min en cualquier minuto, cuando el teléfono timbro. Min quebró el beso con algo de dificultad se inclinó en la silla y tomo el teléfono del mostrador.

― ¿Hola? ―él dijo, tratando de no sonar tan excitado como se sentía. Que Jun insistentemente mordiera su cuello en ese momento no ayudaba.

― ¿Min? Hey, soy Hyo.

Jung Min sonrió ante el sonido de la voz de su vecina de al lado.―Hi Hyo, ¿cómo estás?

―Estoy genial, ¿cómo estás? ¿Emocionado por mañana?

―Mucho, sí. Creo que Jun está cerca de explotar.

Hyo se rio. ―Puedo imaginarlo. Hablando de Jun ¿está ahí?

Necesito hablar con él un minuto.

―Esta justo aquí, te lo paso. ―Min palmeo la mano de Jun alejándola de su entrepierna y le dio el teléfono―. Es para ti, es Hyo.

Los ojos de Jun se iluminaron. ―Gracias, bebé. ―Tomó el teléfono de la mano de Min―. Hi, Deb, ¿está ahí? Fantástico. Ellos trajeron, lo que-tu-ya-sabes, ¿verdad? Perfecto… Si… Está bien, Estaré ahí en un segundo. Adiós.

Min levanto una ceja. ― ¿Que fue todo eso?

―Llegaron mis cosas de Sensual Desiré. ―Colgando el teléfono se sentó en el regazo de Chris―. Justo a tiempo. Temí que no llegarían antes de la boda.

―Sensual Desiré. ―Min envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Jun―. Es esa fiesta que tuvo el mes pasado Hyo, ¿verdad? ¿Dónde ellos vendían productos de sexo?

―Si, yo compre un montón de cosas salvajes, espera a que las veas. ―Jun enmarco la cara de Min entre sus manos y lo beso―. Voy corriendo a la casa de Hyo por ellas, ahora regreso.

Jun se puso de pie y salió antes de que Min pudiera decir otra palabra. Se rio mientras bebía su taza de café recordando la noche en que Jun había ido a la Fiesta de Sensual Desiré en casa de Hyori. Jun 'era el único hombre en el evento, como supo después' había llegado a casa justo antes de la media noche con muchos recibos en la tarjeta de crédito y una traviesa sonrisa. Se rehusó a decirle a Chris lo que había comprado, diciendo que todo era para la boda y la luna de miel. Chris se había estado quemando
de la curiosidad desde entonces. Ahora, parecía que finalmente descubriría lo que Jun había comprado.



Cuarenta y cinco minutos y dos tazas de café después, Jun aun no regresaba. Probablemente estaba hablando de la ceremonia con Hyo, Min pensó con una sonrisa. Hyo y su ahora marido, Hyun, se habían casado en una ceremonia Wiccan handfasting, dos meses antes. Ellos habían ayudado tremendamente a Jun y Min a planear su propia ceremonia.

Imaginando que Jun se quedaría en la casa de Hyo y Hyun por más tiempo, Min subió las escaleras. Él podría revisar sus email, entonces volvería a revisar la lista de lo que ‘debería de hacer’ para la boda y empezaría a hacer su maleta para la luna de miel. Ellos habían planeado pasar una noche en el hotel local en donde se llevaría a cabo la ceremonia, seguido de un viaje a Jamaica de dos semanas.

Min acababa de encender su laptop cuando se oyeron fuertesgolpes en la puerta del frente. Suspiro. ―Voy, ―grito, y se apresuró a bajar las escaleras.

Hyun estaba de pie en la puerta del frente, sin camisa y sonriendo. ―Chico, vas a pasar un par de semanas interesantes, ―le dijo limpiándose la hierba de los tenis y empujando a Min para entrar.

―Entra ―Min ofreció divertido―. ¿Te gustaría un baso de té de frambuesa? hice algo anoche.

―Claro, eso sería genial. ―Secándose el sudor de la frente con su no demasiado limpio antebrazo, Hyun siguió a Min a la cocina―. Estaba trabajando en el patio, Estoy asado.

―Entonces, Hyun . ―Min sacó una jarra de té y sirvió un vaso con hielo―. ¿Puedes explicarme tu comentario anterior?

Hyun se rio. ―Realmente no. Jun me mataría si le robo su sorpresa. ―El tomo el vaso de la mano de Min ―. Gracias. Solo te digo que recordaras tu luna de miel.

―Estoy seguro de eso ―Min dijo secamente, más curioso pero resignado a esperar―. Entonces, ¿qué es lo que están haciendo ahí nuestras mitades?

―Planeando, ¿qué más? ―Hyun sacudió la cabeza, sus ojos café brillando con alegría―. Esos dos son mala influencia para el otro.

―Cierto. Aprecio tremendamente la ayuda de Hyo en esto. Y la tuya. Jun y yo hubiéramos estado perdidos sin ustedes.

―Oye, estamos felices de ayudar en esto. Especialmente Hyo.

―Hyun apoyo su codo en la mesa y bajo la voz pero no tanto para que no lo oyera―. Creo que ella no ha superado completamente lo del accidente de Jun. Se oye extraño, lo sé, pero sabes lo sensible que ella es, y ella vio todo. Ella tuvo pesadillas por semanas.

―No creo que su reacción sea inusual. Debió de haber sido terrible para ella. ―Min trago saliva, luchando con la opresión en su pecho que siempre lo acompañaba cuando recordaba ese horrible día―. Nunca olvidare el día más largo de mi vida. Ver a Jun tan lleno de moretones, y sangre, y tan malditamente inmóvil. Estaba aterrado de perderlo.

La gran mano de Hyun tomo la de Min. ―Lo siento hombre. No quise traerte todos esos recuerdos.

Min sonrió. ―No, todo está bien. El parece estar recuperado completamente. Y el accidente fue el catalizador para lograr que todo esto sucediera.

Hyun le sonrió a Min. ―Ellos dicen que hay una razón para todo.

―Nunca creí en eso. Pero ahora tengo que preguntármelo.

―Sí. ―Hyun se acabó su té en varios largos tragos y dejo el vaso vacío en la mesa―. ¿Todo está listo para mañana?

―Eso creo ―dijo Min, feliz por el cambio de tema―. El Azalea Inn tiene el jardín de rosas reservado para nosotros desde las diez a las dos. La ceremonia en si misma será en el jardín si el tiempo lo permite, claro, y la recepción en el gazebo.

―Es ese enorme, ¿verdad?

―Ese es. ―Min se rio―. Creo que la mayoría de la ciudad son invitados de Jun. Es bueno que el Inn tenga lugar para acomodarnos.

―No bromees. ¿Tienes la suite de luna de miel?

―Oh, sí. Balcón privado, jacuzzi, champagne, todo.

Hyun sonrió. ―Ahora que conozco a Jun no creo que pidiera todo eso.

―No, realmente. Pero él lo merece.

―Lo malcrías, eres muy consentidor. ―Los ojos de Hyun brillaban.

―Disfruto malcriándolo, y no intento dejar de hacerlo.

―Bien.

La puerta del frente se abrió de golpe, haciendo que ambos se sobresaltaran. ― ¡Min! ―Jun grito―. ¿Estás aquí bebe?

―En la cocina, ―grito Min.

Jun entro saltando, y llevando dos grandes bolsas negras con un estilizado corazón rojo. Con una sonrisa en su cara que invariablemente significaba que era algo travieso. Podría ser algo bueno o malo. Min trago saliva.

―Hola, amor ―le dijo―. ¿Trajiste tus cosas?

―Nuestras cosas ―Jun corrigió, sus ojos  brillaban con travesura―. Te dije que eran para la boda y la luna de miel. Bueno, principalmente para la luna de miel.

―Supongo, que es mejor que regrese al trabajo. ―Hyun se puso de pie―. Gracias por el té, Min. Los veré en la mañana. Oh, ¿Jun? ¿A qué hora llega tu hermano de Inglaterra? Hyo y yo queremos conocerlo.

―Su vuelo llega a las seis de la tarde. Les llamaremos cuando lleguen, a ellas no les molestara visitarlos antes de dormir por el jet lag. ―Jun se lanzó hacia Hyun, y le dio un abrazo tan fuerte que él gruño―. Adiós, Hyun. Nos vemos después.

―Sí. ―Hyun se salió del agarre de Jun arqueando una ceja hacia él―. Toma un Valium o algo así, ¿huh? No quiero que te agotes antes del vuelo a Jamaica. Jun se rio y palmeo el trasero de Hyun cuando él se dirigía a la puerta del frente.

Min espero hasta que Hyun se había ido para preguntar,

―Jun, amor, ¿me vas a mostrar lo que tienes en esas bolsas?

―Algo de eso.

― ¿No todo?

―No. Ahí hay dos cosas que son sorpresa. ―Deslizo sus manos alrededor de los hombros de Min desde detrás de la silla, Jun se inclinó y lamio la oreja de Min―. Y será mejor que no
curiosees.

―Cariño, te prometo que no arruinare tu sorpresa. ―Min levanto la cara para aceptar un beso―. ¿Pero me vas a mostrar el resto de las cosas?

―Seguro. ―Los labios de Jun se movieron provocadoramente por el cuello de Min, haciendo que su piel se rizara―. Subamos las escaleras, bebé. No puedo tratar con esto aqui y ahora.

―Mmmmm ―Min gimio mientras Jun chubana el area de la unión de su cuello con su hombro―. Suena maravilloso.Junse aparto y tomo la mano de Min, jalandola para que sepusiera de pie. Ellos se dirigieron a la recamara con los dedos
entrelazados juntos, las bolsas con sorpresas de Jun colgando de su
otra mano.



Min siempre había creído que él había probado la mayoría de las cosas por lo menos una vez. Y era perfectamente falso, la mayoría de los objetos en las bolsas negras de Jun eran desconocidos para él. 

Lubricante sabor menta, pintura de chocolate para el cuerpo, cuentas anales de varios tamaños, un al parecer complicado arnés para pene y bolas con una cadena para conectarse con el piercing de Jun. Había incluso en una pequeña bolsa de terciopelo antifaces de satín, cuatro restricciones de tela y un pequeño látigo. Todo parecía juguetón divertido y muy de Jun.

La cosa que realmente asombro a Min era un estuche de piel conteniendo diez sondas inmaculadas de acero. A pesar de que él conocía acerca de las sondas, era la primera vez que veía una de ellas. Eran más pesadas de lo que pensaba e incluso la más pequeña se veía enorme para él.

Jun lo impacto profundamente al anunciar que él las había probado antes y que le gustaron.

―Me estás diciendo, ―dijo Min , frunciendo el ceño ante el largo y delgado metal que rodaba en su palma―, ¿qué, tu realmente insertaste algo como esto en tu pene y lo disfrutaste?

―Infiernos sí. ―Jun tomo la sonda de su mano y la giro entre los dedos. La punta con forma de capullo de rosa brillaba con la luz―. Se siente asombroso.

―Santo Dios. ―Min se sentó en el borde de la cama viendo el objeto en la mano de Jun con un tipo de horrorosa fascinación―. Dulce corazón, no sé si pueda hacer esto.

Jun puso la sonda de nuevo en la caja, se sentó a lado de Min, y se apoyó en su hombro. ―Nunca pensé que quisieras usarlo, bebé. Ese no es tu estilo. Pero amaría que la usaras en mí.

Min se quedó sin aliento ante la repentina imagen mental. Su pene comenzó a moverse. ―Tengo que admitir, que lo encuentro bastante intrigante. ―Giro la cara y acaricio con su nariz la mejilla de Jun―. ¿Te molestaría si esperamos hasta la luna de miel? Me gustaría algo de tiempo para acostumbrarme a la idea.

―No hay problema. ―Jun presiono un ligero beso en los labios de Min―. Oye, me has dado una idea.

― ¿Cuál? ―Min deslizo su brazo alrededor de la cintura de Jun y lo acerco.

Los labios de Jun rosaron los de Min, la lengua tanteando fuera. ―Vamos a esperar, ―le murmuro.

― ¿Hm? ¿Esperar? ―Min beso de nuevo a Jun, profundo esta vez―. ¿Qué quieres decir?

―Quiero decir, que no vamos a joder hasta después de la boda. ―Jun gimió, contradiciendo sus palabras su cuerpo se arqueo hacia el toque de Min―. Eso va a ser alucinante.

Min se apartó sorprendido. ― ¿No quieres hacer el amor ahora? Pensé que querías jugar con algunos de los nuevos juguetes.

―Lo quiero. Ese no es el punto. ―Jun vio la boca de Min su mirada era caliente y anhelante―. Lo quiero tanto que no puedo esperar. Como siempre. Pero si nosotros esperamos ¿imaginas la salvaje jodida que tendremos después de la boda?

―Veo el punto. ―Min tomo una profunda respiración, permitiendo que su erección se perdiera―. Correcto, haremos eso. Esperaremos hasta después de la boda para hacer el amor.

Jun vio a Min, con expresión tierna. ―La siguiente vez que estemos juntos, estaremos casados. No puedo ni siquiera explicar lo que eso me hace sentir, Min.

Min sonrió y beso la palma de la mano de Jun.

―Probablemente de la misma manera en que yo me siento, dulce corazón.

Jun sonrió. ― ¿Que acerca de empacar toda esa frustración de energía-sexual?

―Una excelente idea.

Jun se puso de pie y guardo las bolsas en el armario, tarareando algo entre dientes. Min lo vio con una sonrisa. Un día más.




Continuara...................... 


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