viernes, 12 de diciembre de 2014

La evolución del amor Capitulo 11


Música de Otoño
¿Dónde están las canciones de primavera? Ay, ¿Dónde están?
¿No pienses en ellas, tú eres nuestra música también?

John Keats, “To Autumn”

Estaba ahí. Justo al frente, tan obvio como lo sería un drag queen en un cuarto lleno de monjas.

Un cabello blanco

Jung Min se inclinó hacia adelante ante su reflejo en el espejo del cuarto de baño. ―Dos ―murmuro―. Hay dos de ellos. Querido Dios.
Abrió el gabinete de las medicinas y busco en el hasta que encontró unas pinzas, entonces separo su brillante cabello oscuro con su mano izquierda. Sus ojos entrecerrándose en concentración, el tomo con las pinzas cuidadosamente uno de los cabellos blancos de la raíz y lo jalo.

― ¿Qué estás haciendo?

Min se sobresaltó al oír la voz de Jun detrás de él. Las pinzas escarbaron entre su cabello y dejo salir un grito.

―Jesús, Junnie, no te aparezcas de ese modo. Me asustaste.

Min se giró y vio a su joven amante. Jun se cubría la boca con una mano y trataba de verse compungido, pero el brillo en sus grandes ojos estaba lejos de eso.

Min tenso una sonrisa. ―Adelante ríete. Sé que lo quieres.

―No, no quiero ―Jun protesto, el tono divertido de su voz contradecía sus palabras. Paso sus brazos alrededor de la cintura de Min y beso su mentón―. Siento si te asuste, amor. ¿Estás bien?

―Sí. Solo un pequeño raspón, eso es todo. ―Min jalo a Jun más cerca. Froto su mejilla contra el cabello de Jun, que ahora estaba teñido de un castaño brillante. Pasarían muchos años antes de que el blanco apareciera en ese salvaje y abundante cabello.

― ¿Lo encontraste? ―Jun preguntó.

― ¿Encontré qué?

― ¿Cómo infiernos voy a saberlo? Lo que sea que estabas buscando aquí. ―Jun cepillo el cabello de Min con sus dedos―. ¿Tienes piojos o algo así?

Min palmeo la mano de Jun alejándola. ―Muy divertido. Encontré dos cabellos blancos.
― ¿Y eso qué?

―Así que estoy poniéndome viejo.

―No estas viejo.

―Lo soy comparado contigo.

―Bien, tienes razón. Eres viejo. Más viejo que la tierra. Anciano, incluso un verdadero fósil.

Min trato de verlo seriamente. Eso no era fácil cuando Jun sonreía de esa forma, mostrando los dientes que se había astillado esquiando en la nieve el año pasado y sus lindas mejillas.

―Está bien, ya marcaste el punto. ―Min beso la punta de la nariz de Jun.

Jun siguió como si Min no hubiera hablado. ―Me gustan los hombres viejos. El cabello blanco y las arrugas me encienden. No puedo esperar a que pierdas los dientes, vas a hacerme sexo oral todo el tiempo.

Min se rio. ―Ya lo hago.

― ¿Por qué no empiezas a usar pañales en la cama? Eso es caliente.

―Cuida tu boca, jovencito. No soy tan viejo para no ponerte en mis rodillas y castigarte.

―Si, correcto. Sé que eres mucho hablar y poca acción. ―Jun mordió el cuello de Min―. Ahora vamos, llegaremos tarde a mi cita.

Min hizo gestos. ―Aun no entiendo por qué quieres tener un piercing…tu sabes, ahí. ¿No es eso terriblemente doloroso?

―Solo por un segundo. Eso se sentirá genial después. ―se apartó de Min y le frunció el ceño―. ¿No vas a acobardarte, verdad? Prometiste acompañarme y sostener mi mano.

Jung Min suspiro. Cuando Jun le había dicho la semana pasada, en una típica conversación sobre moda, ‘Voy a conseguir un piercing para mi pene,’ Min había estado impactado. Pensó que él podría lograr acostumbrarse a la idea de que Jun tuviera un pedazo de metal incrustado en su pene. Jun ya tenía un anillo en su pezón y ciertamente nunca le molesto. Pero el pensar en ver que se lo hacían lo mareaba. Sin embargo, él lo había prometido e iba a ir, no tenía intención de romper una promesa.

―Te das cuenta, que no lo estaría haciendo si no fuera tú cumpleaños ―dijo Min.

―Pero lo es. Afortunadamente para mí, supongo. ―Jun le mostro la lengua y se giró para dirigirse a la puerta del cuarto de baño.

Min sonrío a su espalda. ―Está bien, vamos, no queremos hacer esperar a Kelly.

Jun sonrió mientras bajaban la escalera de la mano. ―Kelly no lo hará. Ella se fue a Jamaica con su esposo por un par de semanas.

―Oh, ¿Si? Bueno, bien por ella. La chica trabaja muy duro.

―Mira quién habla.
Min ignoro eso. ―Entonces ¿quién te hará el piercing? ¿Eso significa que en la Cueva del Dragón tienen una segunda persona para hacer piercing y Kelly no necesitara trabajar tiempo extra?

―Eso es exactamente lo que significa. ―Jun tomo las llaves del carro de Min de la mesa del vestíbulo y se las lanzo. ―Kelly lo contrato hace un mes. Lo conociste en la fiesta que ella ofreció hace dos semanas, ¿no lo recuerdas?

Min frunció el ceño mientras le quitaba la llave a la puerta del frente y se dirigía al porche y al calor de Julio. ―Oh, sí, ahora lo recuerdo. Hyun Joong, ¿verdad? Ese alto hombre con el cabello largo. Tú le hiciste un tatuaje con un diseño tribal.

―Sí. Lo termine ayer. Podrás verlo hoy si quieres.

Ellos subieron al BMW de Min y se colocaron los cinturones de seguridad. Jun le sonrió a Min, y ,Min se inclinó a besarlo.

―Feliz cumpleaños, dulce corazón ―le dijo―. Te amo.
Jun acuno la cara de Min en sus manos y lo beso. ―También te amo, abuelo.
Min se rio, pero el casual comentario se alojó en su cerebro y lo hizo preguntarse.

Continuara............

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