domingo, 2 de noviembre de 2014

La evolución del amor Capitulo 9

Las clases de Cocina

― ¿Realmente tienes que ir?

―Lo siento, pero, si, tengo que hacerlo.

― ¿No puedes llamar y decir que estás enfermo o algo así?

Uno de los otros chef, puede dar las clases, solo por una vez, vamos. Min se enderezo el nudo de su corbata de seda, girándose y sonriéndole a su amante, quien estaba desnudo entre las enredadas sabanas. Jun saco su labio y abrió más sus ojos. Min tenía que admitir que él era una tentación. Se acercó y beso la cima de la cabeza de Jun. ―Nada me gustaría más que quedarme en la cama contigo ―le dijo―. Pero sabes que no puedo faltar a mis clases. Estoy siendo grabado para un especial ‘Cuando tengas tiempo’ que se Hace en Seul.

―Estúpido programa de televisión ―Jun gruño. Se rodó sobre su abdomen y apoyo su mentón en sus manos―. ¿Que van a hacer hoy?

―Pastel de Ángel con frutas, y fondue de chocolate oscuro al vino tinto.

―Mm. Suena bueno. ¿Puedo ir a ver?

Min le sonrió cariñosamente. Jun era un pedazo de culo caliente, acostado con sus tobillos al aire la dulce curva de su trasero brillando a la luz del sol. Siempre lograba verse inocente y sexy como el infierno, con sus delicados rasgos y su salvajemente parado cabello, se lo había teñido hacia dos días, Algunas veces Min se preguntaba como en la tierra un caballero culto y correcto como el, había terminado con un gato salvaje como Jun.

―Tierra a Minnie―dijo Jun, picando las costillas de Min.

Riéndose, Min se sentó en la cama. ―Lo siento. Solo estaba pensando.

―Maldición, ¿En qué? ―Jun se arrodillo y paso su lengua por la oreja de Min.

Min le dio un juguetón empujón. ―En ti. En nosotros. ¿Cómo en el mundo terminamos juntos?

―Te lave el cerebro para que creyeras que estabas enamorado de mí.

―Divertido, no recuerdo eso.

―Se supone que no lo hagas, caballo estúpido. ―Jun desnudo se acomodó en el regazo de Min y pasó sus manos por el saco verde oscuro de su traje―. Me gusta ese color en ti. Hace que resalten tus
hermosos ojos. 

Min envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Jun.
―Gracias, estoy feliz de que lo hayas notado. Quizás después de todo no eres un completo desastre de la moda.

― ¿Qué quieres decir? ¡Yo visto bien!

Min rodo los ojos. ―Para alguien de Los Sex Pistols, tal vez. (Pff su admi ama ese grupo, es de mis favoritos y sin duda Sid *Q* lo amo, aunque lleve no se cuantos años de muerto xD me sigue encantando, Sex Pistols es una banda de punk formada en Londres en 1975, considerada la responsable de haber iniciado el movimiento punk en el Reino Unido y de inspirar a muchos músicos de punk y rock alternativo. Aunque su primera etapa apenas duró dos años y medio y en ella produjo únicamente cuatro sencillos y un álbum de estudio —Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols—, se la reconoce como una de las bandas más influyentes de la historia de la música popular.) .

― ¿Qué no te gusta la piel? ―Jun presiono un ligero beso en los labios de Min.

―Tienen su utilidad. ―Min lo beso y jalo el anillo de plata en el pezón izquierdo de Jun―. Pero en los pantalones, no, en mi opinión, no es uno de esos usos. Especialmente no cuando esos pantalones son purpura.

―Me gusta el purpura.

―Lo sé. ―Acunando la parte de atrás de la cabeza en una mano, Min le dio un largo beso. Cuando se apartaron los ojos de Jun estaban nublados de deseo.

―Me tengo que ir ―dijo Min.

―Bromeas. Me tienes todo excitado y entonces me dejas.―Jun pasó su mano por la entrepierna de Min.

Jung Min apretó los ojos y trato de pensar en cosas nada sexys.―Jun , por favor esto es importante para mí.

―Lo sé. ―Deslizándose fuera del regazo de Min, Jun separo las rodillas de Min y se arrodillo en el suelo entre ellas.―Tu primera aparición en la televisión. Muy emocionante.

Jun desabrocho los pantalones de Min en segundos. Min no trato de detenerlo, a pesar de que sabía que debería. ―Sin mencionar que es una enorme publicidad para The Falls.

―Tú eres la estrella. ―Jun sonrió mientras bajaba el cierre de Min diente por diente―. Soy tu fan.

―Duro y estirado. Tú ya actúas como uno. ―Min gruño mientras Jun estaba determinado a meter su mano al frente sus pantalones sacando su pene medio-duro―. ¿Que estás haciendo? Ya voy tarde.

―No, no vas tarde. ―La mano libre de Jun bajo los pantalones y ropa interior para tener mejor acceso a las partes privadas de Min―. Quiero que te corras.

―No puedo hacerlo ahora ―Min se quejó, su cuerpo lo contradijo cuando levantó las caderas para que Jun pudiera bajar sus pantalones―. Estoy tan tenso. En todo lo que puedo pensar es en la clase y estar en televisión.

Jun lo saboreo con una provocadora mirada. ―Si, estas nervioso y necesitas relajarte un poco. ¿Por qué infiernos crees que estoy haciendo esto? ¿Por mi salud?

―Bueno…―Min había definido opciones de porque Jun quería chuparlo todo el tiempo y ninguna de ellas consideraba que Jun repentinamente hubiera desarrollado tendencias altruistas.

Con un irritado huff, Jun envolvió una mano alrededor del pene de Min y acuno sus bolas con la otra. ―Solo cállate y no trates de ser obsesivo durante cinco minutos.

Min estaba a punto de hacer una indignante declaración acerca de que el dudaba mucho que los efectos duraran cinco minutos. Entonces la boca de Jun lo envolvió, valiente y húmeda y muy, muy determinada, y Min ya no estaba seguro de nada. Suspirando, el dejo que sus nervios se hundieran en el pasado y se preparó para lo inevitable.

Min tenía que admitirlo, si chupar el pene fuera considerado una terapia aceptable contra la ansiedad, Jun podría tener una brillante nueva carrera. Claro, no era exactamente noticias de última hora que Jun tuviera unas impresionantes habilidades orales que nunca serian cuestionadas, hasta donde a Min concernía. Ni su innegable talento natural para distraerlo con sexo. Pero estando ahí medio vestido con sus piernas separadas y su pene siendo entusiastamente devorado, Min se dio cuenta que nunca había apreciado antes el gran poder que una mamada tenía para aclarar su mente y relajar su cuerpo.

Nunca es demasiado tarde para aprender algo nuevo, Min reflexiono, y disparo en la garganta de Jun con un sincero gruñido.

Jun trago, entonces sonrió aun con el pene de Min en su boca, acariciándolo con su lengua, El parecía no tener prisa.

Sinceramente Min tampoco. Le gustaría más que nada, quedarse ahí todo el día, con sus pantalones abajo y con Jun desnudo arrodillado entre sus piernas Pero el tiempo pasaba y él tenía un programa de televisión que hacer.

Por primera vez en semanas, esa idea no le tenía la boca secadel miedo a Min.

―Junnie, cariño ―dijo Min, acariciando el cabello de Jun―. Tienes razón, me siento mucho mejor ahora. Gracias.

Dejando que el pene de Min se deslizara de su boca, Jun apoyo su mejilla en el muslo de Min y sonrió. ―Las cosas que hago por tu carrera.

―Oh sí. Cuanto sacrificio. ―Min levanto el mentón de Jun, y se inclinó para darle un beso saboreando el amargo y salado semen de sus labios―. Ahora realmente necesito irme.

― ¿No me lo vas a hacer a mí?―Jun se puso de pie, sus ojos más abiertos, una mano alrededor de su eje.

Min arqueo una ceja mientras se acomodaba el pantalón.

―Pensé que solo me chupabas para relajarme para mi programa.

―Sí. Imagine que estarías tan agradecido que también me corresponderías. ―Moviendo sus caderas en lentos círculos, Jun le dio a Min una gran sonrisa―. Vamos, ¿no quieres esto?

Min vio la goteante erección de Jun, y se decidió que lo quería. Vio el reloj. ―Dios sí. Creo que tenemos tiempo.

Riéndose, Jun aparto la mano de Min. ―No, solo bromeaba. No tienes tiempo.

―Lo quiero. ―Min trato de alcanzarlo de nuevo, mientras Jun danzaba fuera de su alcance―. Dulce corazón, actúas muy extraño.

―Que, ¿por qué no dejo que chupes mi pene ahora? ―Jun se detuvo y pareció pensar acerca de lo que acababa de decir―. Está bien, puedo ver eso.

―Solo déjame.

―Después.

― ¿Por qué no ahora? ―Min oyó el lloriqueo en su voz y deseaba que no estuviera así, pero no pudo detenerlo.

―Te lo reservare. ―Con esa misteriosa declaración, Jun rápidamente abrocho los pantalones de Min y beso su mejilla―. Ahora ya estás listo. No quiero que llegues tarde.

Ahora suspicaz, Min entrecerró los ojos, pero no dijo nada. Él se dirigió a la cómoda, tomo el cepillo y se cepilló el cabello. ―No contestaste mi pregunta, ―dijo Jun después de un momento.

Min lo vio a través del espejo. 
Jun había regresado a la cama, acostado sobre su abdomen en diagonal sobre el colchón. ― ¿Cual pregunta?

―Te pregunte si podía ir a verte. Sabes, ver tu clase de cocina. Min dejo el cepillo y se dirigió hacia él. ―No lo creo. Sabes que sucedió la última vez. Y ahora está la televisión.

―Aw, vamos. Honestamente, seré bueno.

Min se rio. La última vez que Jun había ido a una de las clases de cocina de Min, el paso todo el tiempo, dejando caer ‘accidentalmente’ utensilios al suelo e inclinándose a levantarlos, dándole a Min una vista que le hacía agua la boca de su perfecto trasero. El que había sido calculado para volver loco a Min y no se quedó ahí. Min finalmente se había disculpado ante la clase justo a la mitad de caramelizar cebollas y jodío a Jun contra la pared de la despensa. No creía que los estudiantes se hubieran creído la explicación de que los ruidos que oyeron fueron causados por los gatos en la calle, aunque Jun había dado una excelente impresión de uno ese día.

―Junnie, mi amor, ‘bueno’ es un término relativo para ti. No quiero correr el riesgo de lo que sucedió la última vez mientras las cámaras estén grabando. ‘Cuando tengas tiempo’ es el programa más popular sobre vacaciones en el país, y quiero dar una buena impresión. De cualquier modo, ¿no tienes trabajo hoy?

―Si, pero no por un tiempo. Son solo las nueve y media, La cueva del Dragón, abre a las dos.

―Lo sé, solo que pensé que quizás tenías algún diseño que terminar o algo así. ¿No ibas a trabajar en la gloriosa enredadera esta mañana para esa mujer que vi el otro día? La Cueva del Dragón era uno de los más populares negocios de tatuajes y piercing en la ciudad, y Jun, era el artista más joven ahí. 

Cada tatuaje que él hacía era un diseño personalizado, trabajaba junto con el cliente, y en las últimas
semanas había estado trabajando en una enredadera entre otros diseños.

―Lo termine anoche. Ella vendrá a las dos y media a darle la última revisada. ―Jun salió de la cama y deslizo sus brazos alrededor de Min por detrás―. Ella también es mi primer cliente, así que tengo mucho tiempo. ―Mordió la parte de atrás del cuello de Min―. Vamos, cielo. Me lo debes.

Min se giró en los brazos de Jun y le dio un beso en la frente. ―Si realmente pensara que te comportaras, amaría tenerte ahí. Pero te conozco bien, y tú debes de saber que me culparía si te
permito venir conmigo.

―Vivirás para lamentarlo, ―Jun prometió solemnemente, girando un imaginario bigote entre sus dedos. Sus ojos brillaban con travesura.

―Estoy seguro, ―Min contesto, eligiendo ignorar la amenaza de Jun. Él no iba a destruir la calma que le había dado el sexo oral preocupándose sobre lo que tendría Jun bajo la manga―. Bien, me tengo que ir. La clase comienza en una hora y me gustaría asegurarme de que todo esté bien antes de que la gente de la televisión llegue.

Él se salió de los brazos de Jun y se dirigió a la puerta de la recamara. Jun lo siguió, bajo las escaleras desnudo, detrás de él.

Min tomo las llaves del carro y su cartera de la mesa, entonces le dio un rápido beso en los labios a Jun.

―Adiós, cariño ―le dijo―. Te amo.

―También te amo ―Jun contesto―. Buena suerte con tu clase.

Min sonrió. ―Gracias. ―El toco la mejilla de Jun y salió.


Continuara................

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