Resultó que Jun no tenía razones para preocuparse de cómo iba a responder ante el retorno de un Min quien miraba fijamente a Jun con ese íntimo calor contenido en sus ojos. El día terminó al igual que al principio, con un ardiente sol persistente en el horizonte y nada semejante al deseo apareciendo en los ojos de Min.
De hecho, casi se había desenganchado por completo.
El patio del restaurante rebosaba de motociclistas, y las charlas y las risas y el ruido de los cubiertos llenaron el aire. Jun se había reído cuando Min fingió llorar de alivio cuando olieron la barbacoa que se les servía a los participantes —la primera fugaz muestra del humor de Min desde la mañana.
Su equipo de cinco hombres había comido la cena mientras debatían cuál había sido la mejor motocicleta que habían visto durante el día. Curiosamente, Min se había quedado fuera de la discusión amistosa, silencioso y centrándose sólo en su comida. Y había algo obsceno en la forma como Min devoró su barbacoa.
Ver a Min lamer la salsa de sus labios y dedos constituyó una forma de tortura.
Afortunadamente, con los platos de la cena en su mayoría despejados, todos ellos se sentaron alrededor de la mesa a beber cerveza mientras los amigos de Min contaban historias acerca de las últimas carreras de póker. La conversación fue una distracción bienvenida del dedo porno y la mirada casi retraída en el rostro de Min.
—Jun—dijo Heechul, el hombre hizo que Jun saliera de su estupor con un sobresalto—. ¿Has pensado en comprar una motocicleta de verdad?
Al ser el novato, Jun se había llevado la peor parte de las amistosas bromas del grupo durante todo el día.
Cada hombre tenía su marca favorita de motocicletas. Jun había aprendido rápidamente sus preferencias mientras cada hombre arrojaba sobre cada marca sus insultos favoritos, insultos tales como "pedazo de mierda extranjera", "BMW es sinónimo de grandes cantidades de dinero desperdiciado" (Las iniciales BMW son usadas como sinónimo de Big Money Waster, que significa grandes cantidades de dinero desperdiciado.), y "las Harleys son para las personas que piensan que la lucha libre profesional es real".
—Una mejor pregunta, Heechul—Jun se encontró con la mirada del pelirrojo con una ceja levemente levantada— es ¿cuándo va a crecerte una barba real?
La explosión de carcajadas en la mesa era muy fuerte, pero Min simplemente miró hacia el otro lado del patio cubierto, sin ni siquiera un atisbo de sonrisa en su rostro.
Cuando su sonrisa se desvaneció, Heechul frotó sus parches de barba que cubrían sus mejillas. —De todos modos ¿cuánto tiempo has estado montando?
—Un poco más de un mes —dijo Jun.
—Santo cielo, eres un neófito —dijo Heechul.
Min de repente se inclinó hacia adelante interesado. —Pero el hombre tiene una mente como una jodida trampa de acero. Yo creo que tiene una memoria fotográfica. —Se giró hacia Jun—y Dios bendito, Jun debería sentirse avergonzado por la oleada de placer causado por la simple atención.
—¿En qué año Honda introdujo el CB750 al mercado de EE.UU.? —preguntó Min.
—1969 —respondió Jun.
—¿Hace cuántos años la Harley Davidson hizo el motor Knucklehead?
—Once.
—¿Cuándo produjo Indian su primer V-twin? —Heechul disparó.
—1907 —dijo Jun—. Pero existe cierto debate acerca de la fecha.
El hermano de Heecul, Sungmin, dejó escapar un silbido. —Es como una Wikipedia andante.
—Quizás —dijo Jun con una sonrisa—. Pero no me pidas que te ayude con una afinación.
Min inclinó la cabeza en dirección de Jun. —Es cierto —dijo—. No sabe la diferencia entre un Phillips y un destornillador de punta plana.
Sungmin ladró —¿Estas tomándonos el pelo? —al mismo tiempo, llegaron varios gemidos incrédulos del resto de los hombres. Jun sonrió, divertido porque sus amigables bromas ahora se extendieron hacia sus habilidades mecánicas abismales, pero sobre todo aliviado porque las burlas de Min hacia Jun no se habían sentido tan mal.
—Tiempo para el tradicional brindis de cumpleaños. —Sungmin levantó su cerveza—. Por Kyu Jong.
Con un murmullo general de acuerdo, el pequeño grupo de hombres levantaron sus jarras, y Jun miró a Min. El estado de ánimo en el que había estado repentinamente hizo clic, y Jun mentalmente se dio una patada en el culo.
Por Dios, ¿cómo pudo ser tan ciego?
Jun bajó lentamente su bebida. Hoy era el cumpleaños de Kyu, el amigo que Min cada año homenajeaba organizando un evento masivo de recaudación de fondos. El que hacía que las ganancias fueran donadas en su honor. El nombre extendido a un costado del taller de Min.
Al mirarlo de reojo, Min le envió una pequeña sonrisa, pero su brillo habitual de buen humor había desaparecido.
La mesa comenzó a discutir la ruta de mañana, y Jun se inclinó más cerca de Min, su voz baja. —¿Estás bien?
Encorvado en su silla, con las piernas abiertas en una posición relajada, Min se encogió de hombros. —Tan bien como se puede esperar.
Por primera vez en semanas, Min le sostuvo la mirada por un largo rato, dilatándose más allá de un período de tiempo respetable. Y lo que comenzó como un sentimiento de preocupación de parte de Jun se fue deslizando larga y lentamente hacia otra cosa...
Pasaron varios segundos durante los cuales Jun sabía que tenía que llevar su atención hacia otra parte. A cualquier otro lugar. Pero Min saboteó el intento cuando sus ojos cayeron en la boca de Jun y se tornaron de un color más oscuro. Un tono con el cual Jun estaba muy familiarizado.
Era un pequeño vistazo de lo que él había estado esperando ver todo el día.
A pesar de la brisa fresca, el calor enrojeció hasta el cuello de Jun. Tomó un sorbo de cerveza y se removió en su asiento. Por desgracia, al reposicionarse en su silla levantó su rodilla contra la de Min, y el contacto envió electricidad a través del cuerpo de Jun.
De repente sintió su garganta tostada y carente de humedad. Colocó con cuidado su jarra en la mesa, lamiendo la espuma de sus labios y muy consciente de que Min observaba el procedimiento con intenso interés.
«Mierda»
Ahora que su cerveza estaba en la mesa, Jun no sabía qué hacer con sus manos, por lo que se metió el cabello detrás de las orejas. La mirada de Min parecía seguir todos sus movimientos, y el pulso de Jun tomó velocidad, la conversación en torno a ellos decolorándose.
Había llegado el momento de dejar de fingir. Nada era lo mismo desde que habían reanudado su amistad.
Ahora el contacto aparentemente inocente de rodilla contra rodilla distrajo a Jun hasta el punto que no podía seguir la conversación, no cuando la mirada de Min se mantenía forzosamente estrellada contra la de Jun.
Haciéndole preguntas que Jun no podía contestar.
Haciéndole oscuras promesas que Jun no debería querer que Min mantuviera.
La expresión de Min se quedó con Jun mientras pagaban la cuenta y se dirigieron de vuelta al hotel con el resto del grupo. Cuando Jun entró en su habitación, solo, tiró las llaves en la cómoda, inquieto. Arrastró la mirada a través de la aburrida decoración color beige y la cama king-size le hizo sentir a Jun... soledad.
Y estaba tan cansado de estar solo.
Jun estaba de pie en el mismo lugar, contemplando tomar una ducha cuando un fuerte golpe en la puerta lo sobresaltó. El sonido hizo eco en la habitación de hotel y, sin duda, por el pasillo. Por un momento, Jun se quedó mirando la puerta, un profundo sentimiento de expectación, temor e inevitabilidad brotó en su pecho.
Sabía quién estaba del otro lado.
Él sabía lo que Min quería.
Pero, ¿realmente Min deseaba a Jun, o era simplemente una manera conveniente para Min de lidiar con un día difícil?
Tan pronto como ese pensamiento llegó a la cabeza de Jun, se puso tenso.
Un segundo golpe vino. Con la mente confundida, Jun cruzó sobre la alfombra y abrió la puerta, todavía sin saber qué hacer cuando miró al hombre.
Min estaba ahí de pie con las manos en las caderas, su camiseta ajustada firmemente sobre sus hombros, sus pies descalzos asomando desde el fondo de sus jeans deshilachados. Por alguna razón, Min parecía enojado.
Tres latidos sordos más tarde, dijo Jun: —Min, ¿no crees que…?
Como si hubiese liberado el freno en una motocicleta a toda velocidad, Min cerró los puños en la camiseta de Jun y lo apiñó contra el marco de la puerta.
Jun luchó para terminar con su pregunta, confuso, pero las intenciones de Min se hicieron evidentes cuando sus labios se posaron en los de Jun.
Min presionó la boca bien abierta de Jun. Varios húmedos, hambrientos besos siguieron dejándole a Jun poco espacio para reflexionar. En algún lugar en el fondo de su cerebro, se dio cuenta de que este era el primer beso real que se daban. Uno que no había comenzado al fingirlo o deslucido por los efectos del alcohol.
Min inclinó la cabeza para tomar más. Su lengua acarició la de Jun y envió una punzada de puro placer directamente hacia su ingle, y cada pensamiento racional en el cerebro de Jun entró en año sabático permanentemente.
Continuara..........
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