Sull estaba despotricando por algo de nuevo, pero Saeng se volteó para mirar alrededor del salón.
Aunque, nunca admitiría que estaba buscando a Hyun. Nop. No estaba en absoluto buscando a Hyun. Y debería haberlo sabido en vez de desconectar la voz de Sull. La última vez que pasó, había accedido a usar unos apretados pantalones de cuero que eran dos tallas demasiado pequeños, los cuales desafortunadamente resaltaban la talla de su entrepierna a la audiencia.
—… y este es Saeng. ¡Saeng! —le siseó Sull.
Volviéndose, Saeng le frunció el ceño a Sull por romper su concentración en jugar el juego de ¿Dónde está Hyun?
—¿Qué?
Kyu se rio al lado de él y Jun resopló. Y alguien más se rio suavemente. La muchedumbre se movió, revelando a la persona que se rio.
—Hola, Saeng. Encantado de conocerte. Soy Hyun. —Hyun le sonrió, un brillo burlón en sus ojos mientras estiraba su mano.
Saeng se las arregló para ocultar su ceño fruncido antes de murmurar: —Sí, hola. —Sacudió la mano ofrecida de Hyun y trató de ocultar la sacudida que sintió cuando sus dedos se tocaron.
—De verdad lo sentimos por Saeng, Hyun. Deberíamos haberle enseñado mejor. —Jun se burló de él frunciendo el ceño antes de volverse hacia Hyun y sonreírle con su cegadora marca, una sonrisa de un megavatio—. A propósito, soy Jun.
Hyun tomó la mano de Jun y se detuvo antes de besarla ligeramente. —Encantado —dijo Hyun arrastrando las palabras.
—Oh, Dios mío —murmuró Jun mientras se abanicaba, su cara volviéndose ligeramente roja.
—Esta no es una maldita telenovela sureña —dijo Saeng apretando los dientes, echándoles fuego por los ojos a ambos antes de marcharse con paso majestuoso.
Todos se veían ligeramente sorprendidos mientras Saeng se alejaba, después Pete trató de calmar las cosas.
—Lo siento por eso, Hyun. Nuestro Saeng tuvo un poco de demasiada cafeína hoy. Por cierto, soy Kyu.
—Oh, demonios —Saeng se murmuró a sí mismo cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
Hundiéndose en una de las sillas del salón, que se alineaban en el aislado balcón, colocó su cara en sus palmas. Podía sentir como sus mejillas se estaban calentando con vergüenza por lo que acababa de hacer. Pensó que ya había superado a Hyun, de verdad lo creía. O tal vez se había estado engañando a sí mismo todo este tiempo.
Especialmente cuando se había mantenido informado con la carrera de Logan durante los años e incluso compró la última película lanzada en DVD, solamente para que Hyun ver esa escena donde Hyun caminaba fuera del océano usando solamente unos pantalones cortos, su ligeramente musculoso cuerpo todo mojado y…
—¿Ahora qué fue eso? —preguntó Jun silenciosamente mientras se sentaba en la silla al lado de Saeng.
—Nada —dijo Saeng en un tono que transmitía que quería que la conversación terminara.
Pero por supuesto, Jun seguía siendo Jun…
—Es algo. Dime.
—Te dije, no es nada. Estaba solamente enojado porque fuimos todos ataviados y desfilados como si fuéramos malditas vacas para este estúpido evento.
—Ganado de primera. Somos ganado de primera calidad. Si fuéramos a ser vacas, por lo menos déjanos ser las mejores —dijo Jun secamente.
—¿De qué jodidos estás hablando?
—Pero no importa —siguió Jun como si Saeng no hubiera hablado—, ese no es el punto. Algo está pasando. Y tú vas a decirme que es—. Jun estudió a Saeng intensamente.
Y esa era otra cosa acerca de Jun. Se negaba a dejar las cosas hasta que estaba satisfecho, como un maldito perro con un hueso. Saeng suspiró, pero aun así no dijo nada.
—Bien. No me digas. Pero te voy a fastidiar hasta que lo hagas. Sabes que lo haré —Jun se detuvo antes de decir—, ¿no soy yo verdad?
—¿Qué? —pregunto Saeng, perplejo.
—Quiero decir, hemos terminado ¿verdad? Nunca has estado celoso de mis otras aventuras. —dijo Jun pensativo.
Saeng no pudo evitar reírse. —¡Hombre! Oh, Dios mío. ¿Eso es lo que pensaste que era? ¡No, hombre! Nunca estuvimos juntos como pareja, Jun. Bien, si dormimos juntos un par de veces, pero…
—¿Así que es Hyun? —Jun miró fijamente a Saeng, y Saeng trató duro de no encogerse con lo que había revelado. A veces olvidaba que su buen amigo no era solamente un cantante talentoso con bonita apariencia, aunque los años con el hombre le habían enseñado a no subestimar a Jun nunca.
—Mira, Junnie, ¿podemos solamente dejarlo, por favor? —imploró Saeng.
—Uh huh. Está bien. Mira, Saeng, no voy a ligar con él, ¿está bien? No mientras tengas este enamoramiento con el chico. Podría coquetear con él…
—¡No tengo un enamoramiento con el chico!
—Está bien. Claro, tú no lo tienes, Saeng. Compras revistas sensacionalistas con él en la portada y has visto su ultimo DVD como, oh, no sé, ¡tres malditas veces a la semana por un mes! Tienes un enamoramiento con el chico. ¡Y ahora tú podrías tener una oportunidad con él! —Jun aplaudió con júbilo.
Oh, querido Dios, Saeng pensó para sí mismo mientras un casi maniático destello aparecía en los ojos de Jun. —¡No! ¡Nada de casamentero, por favor, Junnie! —Saeng regresó al tiempo donde Jun trató de juntarlo con una mujer que resultó ser lesbiana; o al tiempo donde le presentó a un jovencito que en realidad era un Dom dentro de juegos de sangre. Saeng se estremeció con el pensamiento de su cita con el Sr. Quiero-cortar-rayas-de-sangre-en-tu-piel-y-luego-lamerlas—. Sé que tienes buenas intenciones —dijo—, pero no… espera, ¿Qué quieres decir con una oportunidad?
—Bien, si te hubieras quedado, te hubieras enterado que el Sr. Kim Hyun Joong quiere que nuestra banda ideé una canción para la próxima película que está produciendo.
Los ojos de Saeng se ampliaron con horror.
—¿Aceptaron?
—Por supuesto que lo hicimos, Saeng. Sull dijo que sería una buena exhibición y Kyu estaba muy excitado. ¿Sabías que era un fan de closet de Hyun Joon? Deberías haberlo visto después de que te fuiste.
Él…
La voz de Jun se desvaneció mientras lo que le dijo a Saeng finalmente se hundía en él.
Kim Hyun Joong quería una canción de la banda, de Saeng. E iba a pasar tiempo con ellos para discutir exactamente lo que quería. La cara de Saeng palideció con el pensamiento. ¿Cómo iba a ser capaz de esconder su continua atracción por el hombre?
—Hey, Saeng, ¿estás escuchándome? Hey… —Jun tocó su hombro—. ¿Estás bien? ¿Es Hyun? ¿No quieres trabajar con él?
—No. No. Todo está bien, Jun, de verdad. —Saeng forzó una sonrisa en su cara. Sabía que era una gran oportunidad para la banda para forzarse dentro del mercado mundial. Ahora si tan solo pudiera superar sus problemas con Hyun.
Podía,
¿verdad?
Hyun quería trabajar en la producción de la canción tan pronto como fuera posible, así que llamó a Sull para programar una fecha con la banda. Y así era como Saeng se encontraba, con Kyu y Jun, tomando el desayuno en la casa de Hyun, un miércoles a la mañana a las nueve malditas horas.
Saeng había arreglado que Jun lo recogiera, citando problemas de coche; sabía que Jun le daría el beneficio de la duda, ya que el carro de Saeng se había roto al menos tres veces por año. Aún así se negaba a deshacerse de la maldita cosa. Lo había comprado con el dinero que cuidadosamente guardó a través de los años.
Muy dentro, Saeng era en realidad un chico sentimental, no es que alguna vez lo fuera admitir a alguien. Saeng no le quería decir a Jun que su carro en realidad estaba trabajando bien para variar y que la verdadera razón que quería un aventón era porque no quería terminar en la casa de Hyun solo antes de que Kyu o Jun llegarán. Sí, Saeng tampoco quería admitir que era un cobarde, en lo que se refería a Hyun.
—Bueno, bueno, bueno… quien sabía que consumados actores de Hollywood pudieran cocinar, y cocinar bien —dijo Jun mientras masticaba un bocado de panqueques.
Saeng a regañadientes admitió para sí mismo que los panqueques que Hyun había hecho eran suaves y esponjosos, no como los que venían en una mezcla de panqueques. Hyun hizo sus panqueques desde cero.
Cuando había llegado, Saeng había estado sorprendido de descubrir que Hyun vivía en un departamento. Seguro, estaba situado en uno de los mejores distritos de la ciudad, pero había esperado que Hyun fuera dueño de una extensa mansión.
Tal vez era por el traje caro de Hyun.
Si un chico podía gastar extravagantemente en sus ropas, usualmente lo haría en otras áreas de su vida. En su lugar, Hyun sesgó su evaluación viviendo en un departamento de tamaño moderado, decorado con pinturas abstractas y fotografías de sus amigos y familia. Era casi normal, si no fuera por el hecho de que el costo de todas las pinturas podía ascender a un millón y más, o así sospechaba Saeng.
—Sí, tan esponjados como los que mi mamá acostumbraba a hacer —dijo Kyu mientras alcanzaba otra pieza de panqueque—. Gracias por hacer el desayuno, Hyun. Seguro que no lo esperábamos.
—Era lo menos que podía hacer, de verdad, viendo como los hice venir aquí chicos, tan temprano en la mañana. Si no fuera por mi apretada agenda esta semana… —La voz de Hyun se apagó mientras veía a Saeng colocando un bocado de panqueques en su boca.
Saeng trató de no bufar mientras terminaba su desayuno. Comió silenciosamente, tratando de ignorar las miradas de Hyun y esperando que el desayuno terminara pronto así ellos podrían empezar con el proyecto.
—Aquí, tengo la sinopsis de la historia impresa para que ustedes puedan tener una idea aproximada de cómo debería de ser la canción. Si lo necesitan, podría enseñarles un borrador de la historia, pero ustedes deberán tener que firmar un acuerdo de confidencialidad. Lo siento por eso. —Hyun pasó las hojas alrededor y esperó, observando sus reacciones de cerca.
—Sin problemas, entendemos. Vamos a echar un vistazo a estas antes de decidir —murmuró Jun mientras miraba la página en su mano. Jun siempre había sido el portavoz del grupo. Nunca le había molestado a Saeng antes que él hablara en nombre de todos. Usualmente Saeng lo prefería de ese modo, así la atención no estaba en él. Pero esta vez sintió una chispa de molestia. Echó lejos el sentimiento no familiar y leyó las palabras frente a él.
Es una historia de amor gay, pensó con sorpresa.
—Sí, lo es —dijo Hyun suavemente, su mirada en Saeng—, ¿tienes un problema con eso?
Saeng se encontró con los ojos de Hyun. No se dio cuenta que había dicho las palabras en voz alta. —No, no lo tengo. —Se negó a ser el primero en desviar la mirada; fue con el fuerte tosido de Kyu con el que ambos rompieron sus miradas.
—Así que, ¿no te estás sacando a ti mismo al hacer esto? —preguntó francamente Jun.
Hyun se rió. —¿Esa es la única pregunta que tienes?
—Solamente soy curioso, ¿esto no dañará tu estado de galán? —preguntó Jun. Eso era lo que le gustaba a Saeng de Jun , siempre decía lo que estaba en su mente.
La única vez que a Saeng no le gustaba era cuando Jun volvía esa veta de honestidad hacia Saeng.
—Tal vez. —Hyun se encogió de hombros—. Pero prefiero producir y dirigir ahora en lugar de actuar. Así que no importaría tanto, supongo. ¿Quieren estar en esto chicos? Sé que Sull dijo sí, pero si tienen recelos sobre el proyecto… —Hyun miró hacia Saeng, y Saeng trató de no retorcerse.
—SS301 no perderá nada por escribir una canción para un potencial éxito —dijo. Ambos Kyu y Jun lo miraron intensamente, sabiendo que tenía segundos pensamientos sobre la colaboración, antes de asentir con sus cabezas en acuerdo.
Hyun sonrió ampliamente, y el mundo pareció más brillante por unos pocos momentos para los ojos de Saeng. —¿Un potencial éxito, eh? Tienes fe en mí. Gracias, Saeng.
—Es la verdad —murmuró Saeng en respuesta mientras miraba hacia abajo rápidamente, sintiendo un caliente sonrojo esparcirse por sus mejillas. Pretendió escrutar la sinopsis una vez más.
—¿Sin embargo, cómo termina esto? —habló Kyu—. Pregunto porque nuestro compositor de canciones probablemente necesitará infundirle un humor particular a la canción.
—¿Su compositor? Pensé que ustedes escribían como un grupo —dijo Hyun con sorpresa.
—Lo hacemos… eventualmente. Saeng aquí, escribe los borradores primero y luego nosotros trabajamos juntos en las armonías y cosas como esas. Pero Saeng es el de la musa escritora.
Kyu asintió hacia Saeng, quien estaba tratando fuerte de hundirse en el sofá de felpa en el que estaba sentado. Sería su suerte, por supuesto, que el normalmente callado Kyu escogería este momento para ser hablador.
—Tenemos mucha suerte de tenerlo —agregó Jun, colocando su cálida mano en el muslo de Saeng y apretándolo gentilmente, su toque una consoladora, familiar presencia.
Hyun miró la mano de Jun aún descansando en la pierna de Saeng, una rara expresión en su cara antes de sacudir su cabeza minuciosamente. —Ya veo… así que Saeng, ¿qué tienes para mí?
—Kyu tiene razón. Necesitaríamos saber cómo va la historia para escribir una canción que le haga justicia —admitió Saeng.
—Tengo los guiones y los acuerdos de confidencialidad listos —dijo Hyun sonriendo.
—Por supuesto que los tienes. —Saeng le devolvió la sonrisa. Era una pequeña sonrisa, pero era el primer paso de Saeng para poner su leve resentimiento hacia Hyun a descansar.
Continuara..................

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