martes, 26 de agosto de 2014

Complaciendo a Kyu Jong. Completa

                              




—Él te está mirando otra vez.

—Déjalo.

—Es espeluznante—insistió Saeng.


Kyu Jong rodó sus ojos cuando se inclinó sobre el fieltro verde de la mesa de billar y se acomodó para otro tiro.

—Él solamente mira, Saeng. No causa ningún daño.


Kyu levantó la cabeza y miró al hombre de cabello oscuro mirándolo desde el otro lado de la habitación. —Además, él es algo sexy.


—Pero, él sólo... mira. Es misterioso, el tipo.

Kyu se rió entre dientes. —Seang, ellos siempre me miran fijamente. —Los hombres y las mujeres tenían la costumbre de mirarlo. Kyu estaba acostumbrado a ello.

Él aún, no le prestó ni la más mínima atención.

Saeng negó con la cabeza. —No como este, hombre. Este tipo esta, seriamente obsesionado contigo. Lo hemos visto por aquí todos los viernes por la noche durante más de dos meses, y cada vez él sólo se sienta allí en su rincón y te mira fijamente todo el tiempo.

Kyu le dio al hombre otra mirada rápida a través de sus pestañas.

El hombre seguía mirándolo tranquila y fijamente. Esto era una mirada centrada en él, centrada directamente en Kyu y no en ninguna otra parte. El hombre había estado mirándolo con esa misma mirada intensa cada vez que Kyu lo había visto en el bar. Saeng estaba en lo cierto. Era un poco espeluznante. A Kyu no le importaban esos hombres que lo miraban. Él tenía un buen cuerpo, una estatura mayor que el promedio, el culo apretado y había un montón de hombres buscándolo.

Una mezcla natural de piel bronceada y pelo claro como la luz del sol, además de unos ojos hermosos como, y Kyu siempre había escuchado que él era el sueño húmedo de todo hombre gay. Él no estaba tan seguro. Si se suponía que él era el sueño húmedo de todo hombre homosexual,

¿Qué estaba haciendo en un bar el viernes por la noche jugando al billar con su mejor amigo en lugar de en su casa, en la cama, echando un polvo?.

Kyu deseaba poder entenderlo. Él sería un hombre mucho más feliz. Siendo así las cosas, estaba cansado de tenerse que encontrar una vez más frente a una cama vacía cuando llegara a casa esa noche, que era como más o menos era así su vida cada noche.

Él debía estar acostumbrado a estas alturas. Pero él no lo estaba. Kyu miró al hombre de nuevo. Sí, él estaba tranquilamente mirándolo. Kyu se enderezó y le dio su taco de billar a Saeng.

Estaba harto de esto.

Sin decir una palabra a Saeng, Kyu se alejó, cruzando la habitación hasta que se paró justo en frente del bien vestido hombre. Kyu cruzó los brazos sobre el pecho y

miró hacia el hombre. Kyu utilizaba su tamaño y comportamiento para intimidar a otras personas. Se sorprendió cuando el hombre se limitó a levantar una ceja color marrón oscuro luego tomó un sorbo lentamente de su bebida. El hombre no dijo nada. Simplemente siguió mirándolo.

Miró a Kyu de arriba a abajo, con una emoción que brilló en sus ojos y que Kyu no pudo identificar. Esto puso nervioso a Kyu de una forma en la que muy pocas cosas podrían. Se sentía como si ese desconocido pudiera ver directamente en su alma y elegir de lo más profundo de él, sus secretos más oscuros.

—¿Hay alguna razón por la cual me mires a mí? —Kyu preguntó a través de sus dientes apretados.

El hombre solo sonrió. —Si no quieres que la gente te mire fijamente, no deberías pasar tanto tiempo en el gimnasio SS trabajando en ese sexy físico tuyo, ¿verdad?.

El tono fresco y oxidado de la voz del hombre envió escalofríos por la espalda de Kyu. —¿Cómo sabes que yo voy al Gimnasio SS —Preguntó Kyu, empezándose a sentir cada vez más nervioso. Era un tipo algo raro, ¿sería un acosador?.

El hombre se rió entre dientes —Se mucho sobre ti.

—¿Cómo qué? —lo desafío Kyu

El hombre sonrió. —Yo sé que te gusta hacer ejercicio. También pasar todos los viernes por la noche en este lugar jugando billar con tu amigo, Saeng. Sólo beben cerveza ligera y nunca más de tres. Y siempre se van antes de la medianoche, para poder llegar a tu trabajo en la mañana lavando platos en el café.

—¿Has estado espiándome? —Preguntó Kyu, sintiéndose parte indignado y parte intrigado.

—No te he espiado —respondió simplemente el hombre. —No tengo necesidad.

Las cejas de Kyu se arrugaron junto a su ceño fruncido. —¿Quién eres tú?.

Kyu estaba confundido al ver que el hombre tomaba lo último de su bebida y ponía el vaso vacio sobre la mesa. Tendría que haber estado intimidado por la altura y la masa corporal de Kyu. Pero él no lo estaba. Él de alguna manera parecía encontrar gracioso a Kyu. El hombre cogió su chaqueta marrón oscuro y se la puso sobre la pulcra camisa blanca almidonada. Tiro unos cuantos dólares sobre la mesa, entonces se volvió para mirar a Kyu. Kyu casi saltó cuando el hombre se acercó y corrió suavemente el dedo en los labios de Kyu.

— Kyu Jong—comenzó el hombre mientras daba un paso hacia Kyu.


—¿Eh? Qué… —¿Cómo es que este hombre, sabia su nombre?.



El hombre se inclinó hacia arriba, poniendo sus labios cerca del oído de Kyu, su olor profundamente masculino flotaba sobre Kyu. — Tú sabes quién son yo, lindo gorilita. —Las palabras en una voz baja casi susurrada pusieron a temblar de deseo todo el cuerpo de Kyu.

Kyu se quedó aturdido cuando el hombre sonrió, dio media vuelta y se alejó. Kyu miró hasta que el hombre se marchó del bar y desapareció en la noche. Kyu sabía que algo profundo acababa de suceder, para su vida, pero él no podía entender qué.

Un simple toque del pulgar del hombre a través de sus labios, siete palabras simples, y todo el cuerpo de Kyu fue colocado al borde de un orgasmo que hubiera hecho temblar la tierra.

Kyu nunca había llegado a estar tan rápidamente excitado en toda su vida.

Kyu podía sentir su polla latiendo dentro de sus pantalones vaqueros. Cerró los ojos y apretó los puños. Trató de mandar lejos el deseo, pero lo único que podía ver era al extraño hombre de ojos profundos, color cobre, como ellos miraban fijamente detrás de él. Kyu gimió cuando otra ola de deseo cruzó por él. Girando alrededor, él  abrió sus ojos y se apresuro a los servicios de caballeros. Agradecido de que estuviera vacio. Entró en uno de los cubículos, Kyu cerró la puerta y le puso llave.

Se recostó contra la pared del servicio y alcanzó la cremallera de sus pantalones tirando de su polla para liberarla, Kyu se acaricio con fiereza. Podía sentir correr el fuego en su sangre hirviendo que subía por su espina. Él jadeaba, su polla palpitaba en su mano. Estaba en el borde, pero no importaba lo rápido que se acariciara, no podía llegar al borde de la dicha orgásmica. De repente, la imagen del hombre se deslizó en su mente. Kyu gritó y se vino al instante, con chorros sobre su mano y el puesto del cuarto de baño. Sus rodillas temblaron, y amenazaron con dejarlo caer. Kyu rápidamente se sentó en el inodoro, tenía el pecho agitado por la intensidad de su liberación. Kyu se miró e hizo una mueca. Estaba cubierto de esperma.

Se había hecho una paja en el baño de hombres de un bar con la imagen mental de un completo extraño. Estaba loco. Había perdido el control de su siempre confiable mente.

De repente no se sentía tan bien. De hecho, se sentía muy mareado. Su estomago estaba revuelto y el maravilloso orgasmo que había experimentado momentos antes, ahora se sentía de alguna manera insuficiente. Oh, este había sido uno de los mejores orgasmos que Kyu había sentido en mucho tiempo, incluso mejor que las últimas veces que había estado con un compañero. Y si eso no confundía a

Kyu, él no sabía lo que podría hacerlo.

Bien, además del hecho de que él se había llevado al borde con la imagen de un desconocido... un desconocido que lo había estado mirando a él durante semanas y lo llamó ―mi lindo gorilita con la más profunda y sexy voz de whisky que Kyu hubiera oído nunca.

Kyu sabía que tenía buen aspecto. Había tenido otros hombres en su vida. Sin embargo, nadie le había dicho lindo gorilita, sonaba como la forma en que el hombre se expresaba. Le habló casi con cariño, y con solo pensar en ello la polla de Kyu comenzó a endurecerse de nuevo. Kyu gruñó y tomó un poco de papel higiénico para limpiarse. Dentro del baño se limpió, empujó su semidura polla dentro de sus vaqueros y subió su cremallera. Era tan jodidamente patético.

Sacudiendo la cabeza con disgusto, Kyu abrió la puerta doble y se acercó al lavabo. Se lavó las manos y limpió un poco su camiseta donde se había salpicado por su orgasmo. Luego, tomó una servilleta húmeda y la paso por encima de su cara. Él se sintió enrojecer.

Kyu tiró la servilleta en la basura y se miró en el espejo. Tenía un buen aspecto , pelo claro, y hermosos ojos. Él era todo un paquete, y a veces él deseaba no serlo.

No podía contar el número de veces que había encontrado un tipo agradable y lo había llevado a su casa sólo para descubrir a la mañana siguiente que el chico estaba durmiendo con él porque quería presumir a sus amigos que él se había embolsado al chico caliente.

Ninguno de ellos parecía querer quedarse para ver qué tipo de persona era más allá de su aspecto. Ninguno de ellos quería conocerlo de verdad. Él era mucho más que un cuerpo perfecto. También tenía mente, corazón y un alma. Oh, al infierno con él.

Kyu se iba a casa.

¡Solo!.









Kyu no podía impedir que su mirada vagara buscando alrededor de la habitación. Él se estaría engañando a sí mismo si negara que estuviera esperando que el extraño viniera.

Kyu había salido corriendo del bar la pasada noche del viernes, diciéndose que no había sido real y evitando a cualquier persona. Él solamente estaba cansado. Él lo había lamentado desde entonces.

Kyu quería escuchar de nuevo su nombre en los labios del hombre, quería sentir los dedos del hombre en su rostro. Él quería escuchar al hombre llamarlo mi lindo gorilita otra vez y todo lo que significaba aquello. Había hecho de todo para no llegar muy temprano esa noche al bar.

Ahora Kyu, se estaba volviendo loco.

Eran treinta minutos antes de la media noche y el hombre aún no había llegado. Kyu no sabía si el hombre ya no estaba interesado o si lo estaba castigando por no haberse presentado la semana pasada.


—Oye amigo, ¿vas a disparar?. 





Kyu levanto la vista para ver a Saeng sosteniendo un palo de billar frente a él. Kyu frunció el ceño y tomó el largo palo de madera. Estaba siendo patético de nuevo.

Estaba obsesionado con un hombre con el cual no había hablado más de unas pocas palabras. Era evidente que él estaba loco. Kyu se inclinó sobre la mesa de billar y enfiló su disparo.


Bola rayada, en el bolsillo de la esquina derecha, era un tiro fácil. O al menos eso fue lo que pensó hasta que levantó la vista en el último segundo y su mirada se encontró con unos profundos ojos color cobre, mirando fijamente hacia él.

El taco de billar se sacudió en la mano de Kyu, cuando él lo empujaba hacia adelante, con el último aliento de aire que escapaba de sus pulmones, de repente no había suficiente aire. El taco se disparó a través de la mesa de billar y rebotó en el borde de la pelota de rayas rojas. La pelota rodó por el fieltro verde hacia arriba y golpeo la pared antes de llegar unas pulgadas de su objetivo.

Kyu gimió y dejó que sus ojos se cerraran cuando oyó a Saeng cerca del fondo con una risa histérica. Cuando volvió a abrirlos, unos tranquilos ojos color cobre se le quedaron mirando, pero estaban unidos a una leve sonrisa que tenía el hombre en la cara.

De repente, Kyu se llenó de rabia.

¿Quién era ese hombre?

¿Qué derecho tenia de entrar en su bar y burlarse de él?.

Él nunca había pedido que el tipo lo mirara fijamente. Él nunca pidió ninguna atención en absoluto. Este extraño no tenía derecho a meterse en la vida de Kyu.

Kyu se levantó y dio su taco de billar a Sean. Él podía sentir como su ira se iba construyendo con cada paso que daba hacia el hombre sonriente. Hizo sus pasos muy pesados, y apretó los puños a su lado.


Se detuvo frente al hombre y lo señaló con un dedo. —Tu.

El hombre levantó una ceja y le dio un momento a Kyu. De repente él sentía como si hubiera hecho algo horriblemente mal. ¿Pero cómo podía ser?, en todo caso era el hombre el que había hecho algo malo, Kyu no. Envolviéndose en un manto de ira, respiró hondo, y luego comenzó de nuevo.


—Tu, no…


—Kyu Jong —Dijo el hombre quien se levantó y cogió su chaqueta, —Me sentí muy decepcionado con tu exhibición de la semana pasada, no lo dejaré pasar otra vez.

Kyu dejó caer sus manos de nuevo a sus lados, su boca se quedó abierta al ver que el hombre arrojaba algo de dinero en la mesa y se ponía en pie. Una vez más, se quedó allí, desconcertado, cuando el hombre desapareció de su vista.


¿Por qué sentía como si hubiera sido reprendido?

¿Y por qué esto lo hacía sentir peor que la mierda?.

Kyu se sentó en la silla que el hombre había dejado vacía. Él se paso la mano por la cara mientras trataba de averiguar qué mierda acababa de suceder.

—Hey Kyu, ¿estás bien, hombre?.


Kyu levantó la cabeza para encontrar a Saeng de pie junto a él. Él asintió con la cabeza. —Si, estoy bien. —Pero realmente no lo estaba.


Estaba más confundido de lo que había estado alguna vez en su vida.

Estaba caliente y cachondo y al mismo tiempo se sentía como si tuviera catorce años, siendo sorprendido conduciendo el coche de su padre sin licencia.


—¿Quien es ese hombre, Kyu? —Saeng preguntó, señalando hacia la puerta.


Kyu se encogió de hombros. —No lo sé.





Kyu se despertó mientras gritaba. Su cuerpo le dolía, cada movimiento era muy doloroso. Incluso la brisa que soplaba sobre su piel desnuda dolía. Él empujó su cabeza hacia atrás en la almohada y apretó los dientes mientras bombeaba su polla palpitante con su mano.

Él había estado masturbándose durante casi veinte minutos, y lo único que había conseguido era sentirse dolorido y desgastado. Ya lo había intentado todo, lubricante, un vibrador, incluso un plug anal. Nada funcionaba. No importaba lo mucho que se esforzara, Kyu no se podía correr…

Esto había sido así durante días, desde la noche del viernes cuando ese hombre lo había reprendido Kyu había intentado olvidarlo todo, minutos después que había llegado a su pequeño departamento.

Pero él no había llegado a ninguna parte, ni las siguientes cinco noches.





Que cada vez fuera más difícil no era el problema. Kyu estaba seguro de que había sido muy difícil durante todos estos días. No podía seguir sin hacer nada al respecto. Kyu había pensado en traer a alguien a casa para joder, pero aquel pensamiento le había enviado corriendo para el baño, donde él había perdido su almuerzo. Ni siquiera imaginar al hombre sexy del bar le daba alivio. Eso solo lo  hacía ponerse más caliente.  

Y si Kyu no conseguía alivio pronto en sus bolas, estaba bastante seguro de que su polla se iba a caer… o a explotar… o algo igual de desastroso.

—¡Mierda! —gritó Kyu en el silencio de la habitación. Dejó caer la mano de su polla dura y oró porque un meteoro bajara del cielo a la tierra y cayera encima de él. Él necesitaba de eso para poner fin a su sufrimiento.

¡Cielos!, no podía concentrarse en nada más que en la decepción que vio en el estúpido hombre del bar, y ni siquiera sabía el nombre del hombre. Kyu solo podía pensar en la mirada de disgusto del hombre de profundos ojos color cobre.

Kyu miró el reloj. Eran apenas las dos de la mañana. Él no tenía que estar en su trabajo hasta dentro de cinco horas. Dudaba poder dormir esa noche. Kyu rodo al otro lado de la cama y se levantó.

Caminó al cuarto de baño.

Él había comenzado su ducha, cuando sonó el teléfono. ¿Quién diablos podría estar llamándole a las dos de la mañana?, Kyu se preguntaba mientras corría hacia el teléfono que estaba en la mesita de noche. Solo podía imaginarse que se trataba de una emergencia.

—¿Hola? —Preguntó mientras agarraba el teléfono y lo sostenía junto a su oreja.

—¿Te desperté, Kyu Joong?.


La respiración de Kyu se quedó atrapada en su garganta. ¡Era él!

—¿Kyu Jong? ¿No me vas a contestar? Eso es muy grosero, y no voy a permitirte ninguna grosería.

—Yo, uh, lo siento. Yo estaba en la ducha —contestó Kyu provisionalmente. Cerró los ojos… Él no podía creer lo débil y patética que su voz sonaba. —Yo no esperaba que nadie me llamara a esta hora de la noche.

—¿No esperabas mi llamada? —El hombre se rió entre dientes. —Kyu Jong, estoy decepcionado.

Kyu apretó los dientes. —¿Quién demonios eres?. —Le preguntó entre dientes.

—Jurar no volverá a ser tolerado, Kyu Jong —Dijo el hombre antes de colgar.

Kyu se quedó mirando el teléfono como si fuera una serpiente a la espera de morderlo, luego lo dejó caer sobre el soporte del teléfono.

Él se recostó en la cama y se frotó la cara con las manos, antes de dejar caer los brazos al lado de su cuerpo.

No sabía cuánto más de esto, podría soportar. Entre el profundo resentimiento que él sentía, sabiendo que estaba decepcionando a alguien, aunque no entendía por qué debía importarle a él, y el constante estado de excitación en el que estaba, Kyu estaba perdido.

Rodó sobre su costado y se quedó mirando el teléfono, listo por si volvía a sonar.

Necesitaba respuestas, y el único que parecía tenerlas era el hombre sin nombre del otro lado del teléfono.

Cuando el teléfono volvió a sonar de repente, Kyu casi saltó de su piel. Cogió el teléfono, dudando por un instante antes de levantar el auricular y ponerlo en su oreja. —¿Hola? —Pregunto él. A pesar incluso de que estaba muy seguro de quien se encontraba al otro lado de la línea.


—Kyu Jong. —La voz era áspera y profunda.


—Lo… lo siento. —Rodó sobre su espalda y apretó sus ojos cerrados. Él era un perdedor.


—Estas perdonado, Kyu.


La sensación de alivio que fluyó a través de Kyu, por las simples palabras de ese hombre, era lo más cercano a lo que había llegado a un orgasmo en la última semana.

Kyu tomó varias respiraciones profundas, por la sensación de cosquilleo de lágrimas en las esquinas de sus ojos.


—¿Qué quieres de mi? —Preguntó Kyu en voz baja.


—Sabes lo que quiero, Kyu Jong, y no me voy a conformar con nada menos.


—No, yo no lo sé. Te lo juro que no lo sé —Grito Kyu cuando la desesperación se le presentó.


—Te quiero a ti, Kyunnie.





Kyu alisó la tela almidonada de su camisa blanca por una última vez, a continuación, se limpió las manos sudorosas sobre las piernas de sus vaqueros. Él estaba nervioso. Su estomago estaba aplastado, sus manos sudaban, su corazón acelerado.

El hombre le había dicho que lo esperaba afuera de su edificio de apartamentos a las ocho de la noche en punto. Del sábado por la noche. Él se había vestido bien pero informal. Y Kyu no podía entender por qué él estaba de acuerdo con todo esto, excepto que no quería sentir de nuevo la desolación que había sentido cuando había decepcionado al hombre antes. Con cada coche que reducía la velocidad delante de su apartamento, el corazón de Kyu latía más rápido.

Él pensó que en cualquier momento podría hiperventilarse.







Kyu tomó respiraciones profundas, tratando de reducir la velocidad. Pero esto no hizo nada por ayudarlo.

Entonces una larga limosina negra, fue bajando la velocidad y se detuvo. Kyu contuvo la respiración. El conductor se bajó y vino alrededor al lado del pasajero. Él, le inclino un poco la cabeza a Kyu y abrió la puerta de atrás para él.

—¿Señor? —Preguntó el conductor. Al menos, Kyu pensó que él conductor le preguntaba. Tal vez el conductor solo lo decía. Kyu frunció el ceño. Dio un paso más cerca del largo vehículo y se inclinó para mirar dentro. Allí estaba la respuesta a todo lo que le había ocurrido a Kyu en el último par de semanas. 

—Sube, Kyu Jong, —ordenó el hombre. —No quiero llegar tarde. 

Kyu miró por última vez a su apartamento antes de subir a la limusina. Él se acomodó en el asiento frente al hombre. Cuando la puerta se cerró detrás de él, Kyu se quedó mirando las manos, torciéndolas nerviosamente en su regazo.

—¿No vas a decirme hola, Kyu? 

Los hombros de Kyu cayeron. ¿Por qué esa voz tenía el poder de hacer que sus rodillas se sintieran débiles? —Hola. 

—Prefiero que me mires a los ojos al hablar, Kyu Jong.
Kyu se sentía tan fuera de lugar que tuvo que tomar cada pedacito de coraje que él tenía para levantar la cabeza y mirar al hombre sentado frente a él. Nunca se había sentido tan inepto en su vida. —Ho… ho… hola —Dijo Kyu en voz baja. 

El hombre lo miró por un momento. —Necesitamos trabajar un poco más en esto, pero supongo que puedo dejarlo pasar por esta vez —Dijo el hombre. —Yo sé que has tenido una semana muy dura, ¿No es así, lindo gorilita?. 

JKyu se derritió. Allí mismo, en el asiento trasero de una limusina con un extraño sin nombre quedó embrujado, por completo, igual que en sus sueños. Kyu se derritió. Se llenó de placer cuando el hombre lo llamó lindo gorilita, que casi no escuchó cuando el hombre le volvió a hablar.

—¡Kyu Jong! —El hombre le gritó, Kyu se sintió idiota. —Te he llamado dos veces ahora. No me gusta tener que repetir las cosas.

—Lo siento —Kyu se apresuró a decir. —Yo esta… yo… uh, lo siento. —Kyu se mordió los labios para no sonar como un completo idiota. No creía que importara ya. De todas formas no importaba lo que dijera, el iba a sonar como un idiota. Miró hacia abajo a sus manos otra vez, mordiéndose el labio.

—Yo no te permitiré que marques tu hermoso cuerpo. —Dijo el hombre mientras él se acercaba y pasaba el pulgar sobre los labios de Kyu. —Solo yo tengo el privilegio de marcarlo. ¿Entendido?. 

Kyu miró al hombre a través de sus pestañas. Él asintió con la cabeza. —¿Por qué?. 

—¿Por qué, qué, Kyu? 

—¿Por qué yo?.

—Porque yo soy lo que tú necesitas, Kyu Jong. —El hombre respondió. —Y creo que, después de recibir una formación adecuada, tu puedes ser lo que yo necesito.
Kyu miró al hombre con asombro. El hombre suspiró. 

—Tu nombre es Kim Kyu Jong. Tú naciste el 24 de febrero de 1987, tu tienes Padre, Madre y una hermana menor.. No tienes hermanos. Tu primer encuentro sexual fue cuando tenías diecinueve años, con un chico que conociste en el colegio. Ustedes salieron durante tres meses, rompieron porque él no te hacia feliz.

La boca de Kim se abrió en estado de shock. Este hombre sabía mucho sobre él. Kim debió de estar asustado de todo lo que el hombre sabia, pero la adrenalina lo ayudó cuando el hombre siguió hablando.

—Desde entonces, has ido a través de una serie de relaciones. Ninguna de ellas ha durado más de tres meses. Tú has tenido varios rollos de una sola noche, pero nadie que se haya tomado el suficiente tiempo para darte lo que tú realmente necesitas. 

—¿Y qué necesito? —Preguntó Kyu. 

—A mi.

—¿A ti?.

—Si, Kyu Jong a mí.

—Que…

El hombre cruzó las manos en su regazo mientras él consideraba a Kyu. —¿Te has corrido esta semana, Kyu? Y no me mientas, porque sabré si lo haces.

Kyu sintió como su cara llameaba. Él negó lentamente con la cabeza.

—¿Estas duro ahora?.
Kyu asintió con la cabeza. 

—Baja tus pantalones, Kyunnie. —Kyu creyó notar que la voz del hombre sonaba un poco más profunda que antes. Pero no podía estar seguro. —Quiero verte.

—¿Aquí?. —Kyu pregunto con ansiedad, agitando sus manos en torno al interior de la limusina.

—Si, Kyu aquí. —El hombre respondió con voz suave. —Ya te dije que no me gusta repetir las cosas. No me hagas volver a hacerlo.

Kyu dudó. ¿Debería hacer esto? ¿Podría hacerlo?, él ni siquiera sabía el nombre del tipo y se suponía que debía bajar sus pantalones y mostrarle su polla.
Kyu sintió como el aire se volvía pesado a su alrededor. Eso era todo. Se estaba volviendo loco.

—Kyu Jong.

Kyu desabrochó sus pantalones vaqueros. Los empujó hacia abajo por sus piernas y sus pies. Y los coloco en el asiento al lado de él.
Él respiró hondo para tomar valor. A continuación, tomó sus bóxers y los bajó por sus piernas hasta tenerlos fuera de su cuerpo, y los colocó arriba de sus pantalones.

—Oh, cielos, eso se ve doloroso. 

Kyu suspiró cuando una mano rozó la parte superior de su polla.
Él clavó los dedos a un lado de sus piernas para impedir mover sus caderas. El hombre tenía razón. Era doloroso. A Kyu le dolía. —Por favor —susurró.

Una mano lo rozó de nuevo. Fue más difícil de soportar el contacto esta vez. Kyu sintió una descarga hasta los dedos de los pies. 

Él gimió y hundió sus dedos más fuerte a los lados de sus muslos. De repente, sintió una mano dándole una bofetada. Los ojos de Kyu lo miraron en estado de shock. 

—Ya te dije que no puedes marcar tu hermoso cuerpo, solo yo puedo, Kyu Jong. No quiero ver que haces eso de nuevo. ¿Entendido?.

Kyu asintió con la cabeza. Cerró sus ojos, tratando de ocultar las lágrimas que los habían llenado. —Lo siento. 

—Date la vuelta, Kyu… quiero ver tu culo.

Kyu ni siquiera se lo cuestionó esta vez. Él solo se arrodilló en el piso y se acomodó de tal modo que la parte superior descansara sobre el asiento del coche, y apoyó su parte inferior en sus rodillas. Se sentía tan humillado ahora, que no podía importarle menos que un completo extraño le estuviera mirando el culo.

—Abre las piernas, Kyu. 
Kyu abrió sus piernas. Enterró la cabeza en sus brazos, tratando de contener sus lágrimas. Quería morderse el brazo para mantener el ruido dentro de su garganta, pero se acordó de lo que el hombre le había dicho. No marcar su cuerpo. Solo el hombre lo podía hacer.

—Tienes un culo muy lindo, Kyu —El hombre le dijo. Kyu se estremeció cuando un dedo se arrastró hacia abajo entre sus nalgas. 

Su cuerpo se quemaba con el suave toque. —¿Te quieres venir, Kyunnie?. 

—Como tú quieras —Murmuró Kyu. Un momento después, gritó cuando sintió la mano del hombre dándole una palmada en el culo. Volvió la cabeza y miró al hombre con confusión. ¿Había respondido mal?. 

Kyu vio la mano bajar por su culo de nuevo en cámara lenta. No podía creer lo que estaba sucediendo. La mano golpeó una y otra vez, hasta que su culo le quemaba y su polla palpitaba. Pensó que se caería en el piso, cuando el hombre dejo de azotarlo finalmente. Excepto que su pene estaba tan duro que tenía miedo que
se rompiera. Su pene chorreaba pre semen, manchando el borde del asiento.

—Has sido un chico muy bueno, Kyu —El hombre murmuró en el oído de Kyu. A Kyu le dio un vuelco el corazón. —Ya te he recompensado con los azotes, pero creo que tienes que tener un orgasmo antes de llegar a la fiesta.

¿La paliza fue una recompensa?. Kyu no sabía qué pensar, por lo que decidió que, no. Le parecía más fácil de esa manera. Ese pensamiento solo trajo confusión. La confusión trajo preguntas. Y Kyu no sabía qué preguntas hacer. 

Kyu sintió un liquido frio goteando entre la grieta de su culo. Él siseó por el contacto y hundió de nuevo la cara entre sus brazos. Un momento después, un objeto frio apretó contra su agujero. Fue empujado lentamente hasta que pareció pasar el primer anillo de músculos, y después, mas lejos. Kyu se quedo sin aliento cuando se deslizó dentro. 

Fue solo entonces que Kyu se dio cuenta de que el hombre le había puesto un plug en el culo. No era grande ni pesado como algunos plugs, no estaba tan adentro, solo lo suficiente para que Kyu supiera que estaba allí y volverlo loco con cada movimiento. 

—Voy a joderte con este plug ahora, Kyunnie. —El hombre le dijo —Pero tú no te puedes venir hasta que yo te lo ordene. ¿Entendido?.

Kyu asintió con la cabeza, aunque él no pensaba que eso sería un problema. Él no había sido capaz de tener un orgasmo en una semana, y él también había usado un plug. Nada lo podía hacer tener un orgasmo, nada.

Kyu sintió como el hombre empezó a torcer el tapón alrededor de su culo. Tomó un par de respiraciones profundas. Y sintió más profundo el plug, empujándose hacia adentro y afuera. Kyu empezó a gemir y de nuevo a empujar sus caderas contra el objeto intruso. 

Estaba sorprendió de lo bien que se sentía que alguien más lo hiciera por él. Esto parecía hacer un infierno de diferencia. A pesar de que todavía no pensaba que pudiera tener un orgasmo, Kyu sintió el calor de la pasión fluir por su cuerpo como un incendio forestal. 

—¿Te gusta esto, Kyu? —La voz del hombre sonaba ronca. 

—¡Si, oh cielos, Sí! —Se quejó Kyu.

—¿Quieres correrte, Kyunnie? —El hombre jodió más rápido a Kyu. 

—¡Por favor! —Se lamentó.

—Puedes correrte para mí, lindo gorilita —El hombre gruñó. 

El mundo entero de Kyu explotó al rojo vivo por el éxtasis que sintió. Su culo apretó aun más el plug. Su pene se hincho de nuevo, la sangre corrió hacia él, incluso cuando el semen caliente brotaba de él, Kyu oyó a alguien llorando, entonces se dio cuenta que era él mientras colapsaba en el suelo de la limusina. Unos brazos fuertes se envolvieron alrededor de su cuerpo, meciéndolo suavemente. Unas tranquilizadoras manos acariciaron la piel temblorosa de Kyu. Palabras tranquilizadoras se murmuraron en sus oídos. 

—Ssshhh. Todo está bien, lindo. —El hombre dijo en voz baja. —Todo termino. Yo te tengo. 

Kyu estaba enroscado en los brazos que lo sostenían, tenía el rostro enterrado en el cuello del hombre. Lloró hasta que no tuvo más lágrimas para derramar. Su cuerpo solo dejaba escapar un hipo de vez en cuando. Kyu se sentía físicamente y emocionalmente agotado, y sexualmente más satisfecho de lo que nunca se había sentido. 

—Vamos, Kyu. —Le dijo el hombre mientras se deslizaba de nuevo hacia el asiento… —Hay que vestirte. Casi hemos llegado a nuestro destino.

Kyu se arrodilló en el suelo, y llevó su mano alrededor del plug anal, solo para que una mano le diera una palmada para que quitara su mano. Otro golpe le fue dado en el culo. Kyu miro al hombre, sorprendido. 

—No recuerdo haberte dicho que te lo quitaras, Kyu.

Kyu lo dejó en su lugar. Tomó su ropa del asiento y empezó a ponérsela de nuevo. Detectó restos de su orgasmo en el borde del asiento, Kyu sintió arder su cara. —Yo, eh, ¿Tienes una servilleta o algo con lo que pueda limpiar eso?.

El hombre entrego a Kyu varias servilletas. Kyu evitó la mirada del hombre mientras limpiaba su esperma. Después tiró las servilletas a la basura, y empezó a moverse para sentarse en el banco cuando la voz del hombre lo detuvo.

—Yo preferiría que te sentaras a mis pies, Kyu.
Kyu se deslizó hacia abajo y se sentó en el suelo a los pies del hombre. Un momento después, sintió el golpe de unos dedos sobre su pelo. Kyu cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la rodilla del hombre. 

—No entiendo nada de esto. —Le susurró. 

—Yo sé que no, Kyu, pero con el tiempo. 

—Ni siquiera sé tu nombre.

—¿Necesitas saber mi nombre?.

Kyu levantó la mirada hacia el hombre, esperando encontrar un poco de diversión en el rostro del hombre. Pero no la encontró. El hombre lo miraba con preocupación. —Pienso que lo necesito. —Dijo Kyu El hombre sonrió. 

—Mi nombre es Geun Suk. 






Cuando llegaron a las puertas grandes de hierro forjado que conducían a una finca, fueron recibidos por un guardia que pidió su invitación, a continuación, los dejó entrar. Kyu estaba un poco asombrado en que fácil ellos lo habían hecho. El chofer solo ofreció la invitación al guardia y eso fue todo. El patio de la inmensa mansión estaba muy bien decorado con flores y un estanque con rocas.

Pero fue la mansión lo que realmente atrapó la atención de Kyu. Tenía por lo menos tres pisos de altura, con enormes columnas en las puertas delanteras y dobles en la entrada principal. Y todo el lugar estaba iluminado como un árbol de navidad blanco.

Kyu siguió a Suk fuera de la limusina.

Miró a su alrededor.

Él se sorprendió al encontrarse a sí mismo de pie fuera de una de las más elegantes propiedades que él había visto en su vida. De las haciendas más elegantes que jamás hubiera visto. Él solo había visto lugares como este en la televisión o en películas.






—Vamos, Kyu.

Kyu caminó atrás de Suk. Él no podía impedir que sus ojos se agrandaran a cada paso que daban. Parecía haber gente por todas partes, pero Kyu no tuvo problemas para distinguir al personal de los invitados. El personal vestía de blanco, los invitados con sus mejores galas.

Kyu se sintió mal vestido, inadecuado… dejó caer su cabeza para mirar sus pies hasta que sintió una mano bajo la barbilla. Él miró la cara sonriente de Suk.

—Nunca te avergüences de lo que eres, Kyu Jong. Tú no tienes que impresionar a nadie, excepto a mí, y yo estoy muy complacido contigo en este momento.

Kyu no pudo ocultar la sonrisa que apareció por la alabanza que le había dado Suk. Se sentía bien, le hacía sentir más ligero y apacible en el interior. También hizo que su polla se pusiera dura de nuevo.

Kyu gimió. Él cerró sus ojos para ocultar su vergüenza hasta que escuchó una risa suave.

Esta vez, cuando abrió los ojos, Kyu vio una mirada de diversión en el rostro de Suk. No estaba seguro de si Suk se reía de él o no. Kyu frunció el ceño. No le gustaba no saber.

—Eres tan lindo cuando estas nervioso —Suk le dijo, sonriendo. Así que, ahora Kyu lo sabía.Suk se estaba riendo de él.

A él no le gustó la forma en que lo hizo sentir. Kyu se erizó por el resentimiento.


—Oh, ahora no, Kyu, no te enojes —dijo Suk. —No me estaba burlando de ti, te lo juro. —Suk alisó la camisa de Kyu. — Ahora, si tu eres muy bueno, yo te permitiré chuparme la polla antes de irnos a la cama esta noche.

Kyu se sintió como un cachorrito perdido cuando pensó en lo que le había dicho Suk.

¿Eso sería su recompensa por ser bueno?

¿Chuparle la polla a Suk?


En realidad, la idea no le sonaba nada mal a Kyu. No le importaría recibir un buen pedazo del cuerpo de ese hombre sexy, cualquier pedazo… se detuvieron aquí y allá, mientras que Suk hablaba con las personas. Kyu se quedó allí, tratando de parecer interesado, cuando en realidad no lo estaba. Él no conocía a ninguna de estas personas. Probablemente nunca lo haría. Ellos, obviamente tenían dinero, y Kyu trabajaba en un café lavando platos.

Además, su mente estaba en otra parte. No podía dejar de pensar en el comentario que Suk le había hecho. Y mientras más pensaba en ello, mas difícil se le hacía, hasta que casi gimió de frustración. Era como si el orgasmo de la limusina nunca hubiera sucedido.

—¿Kyu Jong? Me gustaría que me acompañaras al baño.

—¿Qué? ¿Eh? —Kyu miró a Suk. —Sí, claro.





Una vez más Kyu caminó detrás de Suk, esta vez para ir al baño. Se sintió un poco confundido cuando Suk lo empujó dentro y cerró la puerta, poniéndole seguro detrás de ellos. 

—Quítate la ropa, Kyu. —Suk le ordenó cuando se volvió hacia él.

Kyu comenzó a oponerse a quitarse la ropa dentro del cuarto de baño de alguien, pero la ceja levantada en su dirección, tuvo el efecto de ponerle fin a cualquier protesta que él podría haberle dado. Rápidamente se deshizo de su ropa.

Kyu se sintió expuesto, como si todos sus secretos quedaran al descubierto por la intensa mirada en los ojos de Suk. 

Cruzó los brazos sobre su pecho y se frotó las manos arriba y debajo de sus brazos para protegerse del frio repentino en el ambiente.




Entonces Suk comenzó a desabrochar sus pantalones, y el cuarto pasó del frio al calor abrasador en un palpitar de su corazón. Kyu se quedó sin aliento cuando la piel desnuda y una polla dura se revelaron ante sus ojos hambrientos.

No podía apartar la mirada, aunque su vida dependiera de ello.

Suk era glorioso. 

—Chúpame, Kyu —Le ordenó Suk después de bajar sus pantalones. Suk uso su voz profunda, esa voz áspera que usaba cuando llamaba a Kyu, lindo gorilita, e hizo que las piernas de Kyu temblaran. —Quiero ver tus lindos labios sobre mi polla.

Kyu se dejó caer de rodillas ante Suk. Tomó la polla de Suk en su boca, gimiendo cuando el sabor fuerte y masculino del hombre abrumó sus sentidos. Esto lo atrajo, lo tentó. Le hizo perder todo el control. Kyu trató de ingerir la mayor cantidad de la polla de Suk en cuanto se lo puso en la boca. Quería enterrar su nariz y oler el perfume de Suk. Cuando por fin le llegó el fuerte aroma, la sangre bajó directamente a la polla de Kyu. Su respiracion se hizo más difícil. Las manos de Suk se retorcieron en el pelo de Kyu. 

Kyu gimió alrededor de la polla que estaba en su boca. Se sentía tan caliente y
necesitado. Su polla latía. Sus bolas le dolían. Kyu bajó una de sus manos para poder tocarse, hasta que Suk le tiro del cabello. 

—Uh – uh, lindo gorilita, no hasta que yo te lo diga. 

Kyu gimió en respuesta, pero dejó caer su mano. Él estaba tan desesperado, sabía que con un solo toque él explotaría. Tratando de sacar su mente de su dolorida polla, Kyu concentro todas sus fuerzas en chupar a Suk. 

Pasó su lengua por las venas gruesas, después chupó la parte superior de la polla, prestando especial atención a la pequeña hendidura en la cabeza. Él se movió para poder chupar la polla de Suk hacia abajo y sintió que le golpeaba la parte trasera de la garganta.

Suk gimió. 

Tenía los puños cerrados en el pelo de Kyu y levantaba sus caderas para joderle la boca. Kyu se sintió como un dios cuando Suk gritó y le llenó la boca. 

Kyu necesitaba tragar todo lo que le daba, luego lo lamió hasta dejarlo limpio , no se le escapó ninguna gota. Sacó la polla de Suk de su boca, Kyu miró hacia arriba. 

Se quedó atónito ante la mirada de pura felicidad en el rostro de Suk. Parecía tan sereno, pacifico, satisfecho.

Kyu solo podía sentarse allí sobre sus rodillas, entre las piernas de Suk y admirarlo. Entonces Suk abrió los ojos y lo miró. — Sobre tu espalda, Kyu. —ordenó Suk. —Pon tus manos sobre tu cabeza.

Confuso, Kyu se deslizó hacia atrás, hasta que estuvo acostado en el suelo. Puso sus brazos sobre su cabeza, sintió el frio de la porcelana del inodoro. Suk rodó un preservativo hacia abajo sobre la polla de Kyu. Él se sentó a horcajadas sobre Kyu y lentamente bajo su cuerpo, empalándose a si mismo en la pulsante polla de Kyu. 

—¡Ohcielosohcielosohcielos!. —Kyu gimió cuando Suk empezó a marcar el ritmo. Kyu puso sus ojos en blanco cuando sintió una mano fuerte que se movía por su cuerpo, enviándolo en picada hacia el deseo. Uñas rasguñaron por su estomago. 

Dientes mordieron su pecho y labios tiraron de sus pezones.

—¡Su… Sukkie, por favor! —Kyu suplicó, se sentía aturdido.

Suk era un hombre salvaje. 

A Kyu le encantó. 

Él quería bajar los brazos de su cabeza y tocarlo, pero él sabía que no podía. Suk le había ordenado a él que subiera sus brazos.

Los ojos de Kyu se ensancharon cuando sintió que el plug en su ano era sacado un poco y luego enterrado de golpe hacia atrás. No podía contener su grito de éxtasis. 

Kyu nunca había sentido nada igual. 

Él iba a morir esta vez. Él solo lo sabía. 

Suk sacó el tapón y lo enterró de nuevo hacia atrás en el culo de Kyu. Mientras tanto Kyu machacaba sus caderas hacia arriba, manejando su polla en el culo apretado de Suk. Sintió que los músculos internos se apretaban a su alrededor. 

—Córrete conmigo, lindo gorilita. —Fue como Suk lo dijo, y Kyu llegó al instante, calentando el culo de Suk con su liberación abrasadora. Kyu rugió. Levantó sus caderas, moliéndose a sí mismo en el culo de Suk, no queriendo salir de él. 

Al final, la respiración de Kyu volvió a la normalidad y él sintió que su polla se ablandaba y se deslizaba del cuerpo de Suk, cuando él rodo a su lado. Kyu se agachó rápidamente para quitarse el preservativo y tirarlo en la papelera al lado del inodoro.

Cuando Kyu levanto la vista, se encontró con la mirada fija de Suk en él. Suk tenía un brillo peculiar en los ojos, que Kyu ya había visto antes, pero que nunca había sido capaz de identificar. Eso confundió a Kyu e hizo que la boca de su estomago se apretara. 

—¿Suk?. 

—Estoy muy complacido contigo Kyu—Le dijo, esto calentó a Kyu de adentro hacia afuera. Kyu gruñó. No podía evitarlo. Las palabras de Suk lo hacían sentir como si se hubiera ganado la lotería. Él solo quería averiguar qué había hecho para complacer a Suk, para él poder hacerlo de nuevo. Él quería que Suk estuviera complacido con él. 

—Vamos tenemos que vestirnos —Dijo Suk cuando se puso de pie y tomó sus pantalones. —Nos estamos perdiendo la fiesta. 

A Kyu no podría importarle menos.




Una vez más Kyu caminó detrás de Suk, esta vez para ir al baño. Se sintió un poco confundido cuando Suk lo empujó dentro y cerró la puerta, poniéndole seguro detrás de ellos. 

—Quítate la ropa, Kyu. —Suk le ordenó cuando se volvió hacia él.

Kyu comenzó a oponerse a quitarse la ropa dentro del cuarto de baño de alguien, pero la ceja levantada en su dirección, tuvo el efecto de ponerle fin a cualquier protesta que él podría haberle dado. Rápidamente se deshizo de su ropa.

Kyu se sintió expuesto, como si todos sus secretos quedaran al descubierto por la intensa mirada en los ojos de Suk. 

Cruzó los brazos sobre su pecho y se frotó las manos arriba y debajo de sus brazos para protegerse del frio repentino en el ambiente.




Entonces Suk comenzó a desabrochar sus pantalones, y el cuarto pasó del frio al calor abrasador en un palpitar de su corazón. Kyu se quedó sin aliento cuando la piel desnuda y una polla dura se revelaron ante sus ojos hambrientos.

No podía apartar la mirada, aunque su vida dependiera de ello.

Suk era glorioso. 

—Chúpame, Kyu —Le ordenó Suk después de bajar sus pantalones. Suk uso su voz profunda, esa voz áspera que usaba cuando llamaba a Kyu, lindo gorilita, e hizo que las piernas de Kyu temblaran. —Quiero ver tus lindos labios sobre mi polla.

Kyu se dejó caer de rodillas ante Suk. Tomó la polla de Suk en su boca, gimiendo cuando el sabor fuerte y masculino del hombre abrumó sus sentidos. Esto lo atrajo, lo tentó. Le hizo perder todo el control. Kyu trató de ingerir la mayor cantidad de la polla de Suk en cuanto se lo puso en la boca. Quería enterrar su nariz y oler el perfume de Suk. Cuando por fin le llegó el fuerte aroma, la sangre bajó directamente a la polla de Kyu. Su respiracion se hizo más difícil. Las manos de Suk se retorcieron en el pelo de Kyu. 

Kyu gimió alrededor de la polla que estaba en su boca. Se sentía tan caliente y
necesitado. Su polla latía. Sus bolas le dolían. Kyu bajó una de sus manos para poder tocarse, hasta que Suk le tiro del cabello. 

—Uh – uh, lindo gorilita, no hasta que yo te lo diga. 

Kyu gimió en respuesta, pero dejó caer su mano. Él estaba tan desesperado, sabía que con un solo toque él explotaría. Tratando de sacar su mente de su dolorida polla, Kyu concentro todas sus fuerzas en chupar a Suk. 

Pasó su lengua por las venas gruesas, después chupó la parte superior de la polla, prestando especial atención a la pequeña hendidura en la cabeza. Él se movió para poder chupar la polla de Suk hacia abajo y sintió que le golpeaba la parte trasera de la garganta.

Suk gimió. 

Tenía los puños cerrados en el pelo de Kyu y levantaba sus caderas para joderle la boca. Kyu se sintió como un dios cuando Suk gritó y le llenó la boca. 

Kyu necesitaba tragar todo lo que le daba, luego lo lamió hasta dejarlo limpio , no se le escapó ninguna gota. Sacó la polla de Suk de su boca, Kyu miró hacia arriba. 

Se quedó atónito ante la mirada de pura felicidad en el rostro de Suk. Parecía tan sereno, pacifico, satisfecho.

Kyu solo podía sentarse allí sobre sus rodillas, entre las piernas de Suk y admirarlo. Entonces Suk abrió los ojos y lo miró. — Sobre tu espalda, Kyu. —ordenó Suk. —Pon tus manos sobre tu cabeza.

Confuso, Kyu se deslizó hacia atrás, hasta que estuvo acostado en el suelo. Puso sus brazos sobre su cabeza, sintió el frio de la porcelana del inodoro. Suk rodó un preservativo hacia abajo sobre la polla de Kyu. Él se sentó a horcajadas sobre Kyu y lentamente bajo su cuerpo, empalándose a si mismo en la pulsante polla de Kyu. 

—¡Ohcielosohcielosohcielos!. —Kyu gimió cuando Suk empezó a marcar el ritmo. Kyu puso sus ojos en blanco cuando sintió una mano fuerte que se movía por su cuerpo, enviándolo en picada hacia el deseo. Uñas rasguñaron por su estomago. 

Dientes mordieron su pecho y labios tiraron de sus pezones.

—¡Su… Sukkie, por favor! —Kyu suplicó, se sentía aturdido.

Suk era un hombre salvaje. 

A Kyu le encantó. 

Él quería bajar los brazos de su cabeza y tocarlo, pero él sabía que no podía. Suk le había ordenado a él que subiera sus brazos.

Los ojos de Kyu se ensancharon cuando sintió que el plug en su ano era sacado un poco y luego enterrado de golpe hacia atrás. No podía contener su grito de éxtasis. 

Kyu nunca había sentido nada igual. 

Él iba a morir esta vez. Él solo lo sabía. 

Suk sacó el tapón y lo enterró de nuevo hacia atrás en el culo de Kyu. Mientras tanto Kyu machacaba sus caderas hacia arriba, manejando su polla en el culo apretado de Suk. Sintió que los músculos internos se apretaban a su alrededor. 

—Córrete conmigo, lindo gorilita. —Fue como Suk lo dijo, y Kyu llegó al instante, calentando el culo de Suk con su liberación abrasadora. Kyu rugió. Levantó sus caderas, moliéndose a sí mismo en el culo de Suk, no queriendo salir de él. 

Al final, la respiración de Kyu volvió a la normalidad y él sintió que su polla se ablandaba y se deslizaba del cuerpo de Suk, cuando él rodo a su lado. Kyu se agachó rápidamente para quitarse el preservativo y tirarlo en la papelera al lado del inodoro.

Cuando Kyu levanto la vista, se encontró con la mirada fija de Suk en él. Suk tenía un brillo peculiar en los ojos, que Kyu ya había visto antes, pero que nunca había sido capaz de identificar. Eso confundió a Kyu e hizo que la boca de su estomago se apretara. 

—¿Suk?. 

—Estoy muy complacido contigo Kyu—Le dijo, esto calentó a Kyu de adentro hacia afuera. Kyu gruñó. No podía evitarlo. Las palabras de Suk lo hacían sentir como si se hubiera ganado la lotería. Él solo quería averiguar qué había hecho para complacer a Suk, para él poder hacerlo de nuevo. Él quería que Suk estuviera complacido con él. 

—Vamos tenemos que vestirnos —Dijo Suk cuando se puso de pie y tomó sus pantalones. —Nos estamos perdiendo la fiesta. 

A Kyu no podría importarle menos. 





—Es hora de despertarse, Kyu … Tenemos que tomar el desayuno, y luego tenemos trabajo qué hacer.

Kyu gimió y empujó su cabeza bajo una almohada cercana. Él tiró y rodó cuando la almohada fue sacada de su cabeza y una bofetada fue dada a su culo. Él miro a Suk con confusión.

—¿Qué?.

—Ya te dije una vez que te levantaras, Kyu Jong, y ahora he tenido que repetirlo de nuevo. —Suk le dejó ver a Kyu un poco de desaprobación. —Esta no es una buena forma de comenzar nuestro día.

—Lo siento. No te oí.

—Eso está muy bien, Kyu , pero llega un punto en que decirme, ―lo siento, no te hará salir de problemas. —Suk apuntó hacia el cuarto de baño.

—Ahora, ve a darte una rápida ducha mientras pienso en tu castigo.

Las cejas de Kyu se juntaron mientras hacia una mueca, pero se deslizó hacia un lado de la cama de todos modos. Lanzó una última mirada a Suk, y a continuación entró en el cuarto de baño para limpiarse. No entendía por qué él estaba siendo castigado o incluso por qué Suk se sentía adecuado para castigarlo.

Simplemente no tenía sentido. 



Kyu era un hombre completamente crecido, y aquí él estaba dejando a otro hombre que le dictara, practicara y le administrará castigos y al finalizar le diera una palmadita en la cabeza. Tenía que estar loco.

Cinco minutos después, Kyu volvió a entrar en el dormitorio. Kyu no sabía muy bien qué hacer, así que él alcanzó su ropa.

Suk lo detuvo.

—Uh- uh, Kyu . —Le dijo Suk mientras agarraba a Kyu del brazo. —He decidido tu castigo para hoy.

Kyu ladeó la cabeza hacia un lado confundido. ¿Su castigo? Era real que él iba a dejar que alguien lo castigara ¿o había percibido mal? Suk tenía un infierno de cuerpo mucho más ligero. Kyu lo podía vencer sin siquiera sudar.

Pero él no lo hizo. Él se recostó en la cama como Suk le había ordenado y esperó. Cuando Suk alcanzó su polla y comenzó a acariciarla, Kyu en toda una vida no podría averiguar cómo esto podría ser un castigo.


Se sentía muy bien.

Entonces Suk levantó el pequeño objeto que tenía en sus manos. Los ojos de Kyu se agrandaron. Su aliento quedo atrapado en su garganta al ver a Suk colocar una correa de cuero alrededor de su polla y sus bolas, apretándolas hasta quedar muy ajustadas.

Suk hizo girar su dedo en el aire. Kyu rodó sobre su estomago y extendió sus piernas. Se mordió los labios para no gemir cuando un extremo del plug bien lubricado fue colocado en su culo, entonces rápidamente recordó que él no debía hacerlo.

—Levántate,Kyu Jong —le ordenó Suk. —Quiero verte.

Kyu lentamente se puso de pie. Era muy difícil. Cada movimiento sacudía el tapón en su culo. Cada aliento recordaba a Kyu que su pene estaba atado como un pavo de navidad. Se sentía ridículo. Se sentía caliente.

Una vez más, Kyu se preguntó por qué le permitía a una persona hacerle esto a él. ¿Había algo mal con él? ¿Habría algo que faltaba en su personalidad que le hacía anhelar lo que Suk podía hacerle? ¿Estaba realmente loco?.

Suk acarició el pene de Kyu un par de veces. Kyu gimió. Él sabía que la correa de pene lo mantendría duro hasta que se le cayera.

Añadiendo el plug que con facilidad Suk podía empujar con la mano, y Kyu estaría en constante estado de excitación. Así que este era su castigo. Suk asintió con la cabeza. —Si esto va a ser muy bueno. —Él le dio unas palmaditas en el culo a Kyu y se dirigió a la puerta. Miro por encima del hombro. —Vístete y me encuentras en la planta baja Kyu . Tenemos cosas por hacer y tenemos que ponernos en ello.

Sintiendo todo tipo de confusión, Kyu alcanzó su ropa y se la puso. Tenía que parar cada pocos minutos y tomar una respiración profunda porque el dolor de culo y de ingle, era demasiado para él.

Kyu rio para sus adentros mientras se dirigía hacia las escaleras… poco a poco.

Sip, esto era un castigo. Era una lenta tortura. Kyu no estaba muy seguro de poder hacer esto a través de todo el día sin perder lo que le quedaba de su cordura mental.

Cada pequeño pasó que daba, cada movimiento, mandaban escalofríos de placer a su columna vertebral. Kyu gimió mientras llegaba a la parte inferior de la escalera. Se agarró de la barandilla con la mano y cerró los ojos, tomó unas cuantas respiraciones profundas.

¡Él iba a morir!.

—¿Kyu ? —Gritó una voz a su izquierda. —El desayuno está listo.






Kyu siguió el sonido de la voz de Suk, hasta que encontró en un rincón el desayunador. Se encontraba justo al lado de una muy grande, cocina gourmet. Miró a su alrededor con una sensación de temor. La cocina era el sueño de todo cocinero. Había hermosos armarios de madera blanca a lo largo de un mostrador y una línea de aparatos eléctricos de primera calidad. Kyu se imaginó que en la cocina había cada aparato conocido por el hombre. Incluso había una gran isla con un fregadero que separaba la cocina del desayunador. Él podría perderse en esta cocina.

—Ven y siéntate, Kyu.

Kyu se trasladó más allá de la isla. Suk se sentó en la pequeña mesa, apenas lo suficientemente grande para dos personas.

Estaba situada en un pequeño rincón con ventanas en dos lados. Más allá de las ventanas había un gran patio que hablaba de las barbacoas de verano y los días jugando en el sol. Kyu estaba empezando a sentarse cuando se detuvo. Él miro a Suk. La mirada en el rostro de Kyu no era de decepción, pero no parecía muy contento, por instinto, Kyu se movió y se sentó en el suelo a los pies de Suk.



Kyu sintió una palmadita en la cabeza. Sus ojos cayeron al suelo.

Se sintió como la mascota favorita de alguien. Esto era degradante. Él era un hombre, maldita sea. No debería permitirle a nadie hacerle esto a él. Ni seguir órdenes a ciegas y sentarse en el suelo como un animal.

—Estoy muy contento contigo, Kyu Jong.
Bueno, tal vez él podría sentarse en el suelo un poco más.

—Abre, Kyu.

Kyu levantó la vista para ver a Suk sostener un pedazo de fruta. Kyu abrió la boca y aceptó la fruta que Suk le ofrecía. Suk siguió alimentándolo cada vez que masticaba le daba más, Kyu se preguntaba si él iba a ser capaz de mantener todo abajo. Sintió nauseas en su estomago. Kyu sintió otra palmadita en la cabeza. —Con excepción de antes en la recamara, tú has hecho todo muy bien esta mañana, Kyu. Estoy bastante satisfecho con tu progreso.

¿Progreso?

¿Qué progreso?

¿Y progreso en qué?

Kyu estaba muy confundido.

—Tu puedes chupar mi polla como tu recompensa.

¿Eh? Kyu miró como Suk desabrochaba sus pantalones, y su polla dura saltaba libre. Realmente era una polla hermosa y con varias pulgadas de largo, la cabeza de bulbo purpura chorreaba pre- semen.

Kyu se lamió los labios.

—Estoy esperando, Kyu Jong.

Kyu se arrastró hacia delante hasta que estuvo entre las piernas de Suk , y la polla de Suk justo enfrente de él. Saco su lengua y la paso sobre una vena gruesa. Un tinte de sabor fue disparado a través de él. Kyu gimió. El gusto de Suk era bueno realmente, realmente muy bueno. Kyu ya había dado su parte justa de mamadas, pero nadie alguna vez había sabido tan bien como Suk lo hacía. Kyu quería más.

Chupaba la cabeza con la boca, pasándole la lengua alrededor del borde. Las gotas de semilla nacarada explotaron sobre su lengua. Kyu sintió palpitar su propia polla con una necesidad abrumadora en él. Se agacho y se tocó a sí mismo, solo entonces recordó la correa de polla que lo atrapaba, y que le impedía llegar. Kyu gruñó su frustración.

¿Chupar la polla de Suk era otra forma de castigarlo y no una recompensa? Él comenzaba a mirarlo así. Kyu no sabía si él podía renunciar a la polla en su boca a favor del ultraje. El sabor de Suk estaba empezando a convertirse en una dicción.

—Se siente muy bien, Kyu —Suk murmuró, con las manos apretando el pelo de Kyu. —Pero es necesario que te des prisa. Tenemos cosas que hacer. Si eres bueno, te permitiré jugar con él mas tarde.

Kyu aumentó sus movimientos, chupando la polla entera de Suk en su boca hasta que golpeó la parte trasera de su garganta.

Una parte de él se concentró en darle a Suk la mejor mamada que él podría hacer. La otra parte se peguntó por las palabras de Suk.

Si Kyu era bueno, ¿en verdad él podría jugar con la polla de Suk más tarde? ¿Y qué se suponía que significaba ser bueno?. Claro, a él le gustaba la polla de Suk. Era una hermosa polla mucho más que otras pollas, sin embargo ¿a él le gustaba tanto?.

Kyu suspiró para sí mismo, mientras le daba otro golpe a la cabeza con su lengua. Si, lo hacía. Se sentía como seda duro como el acero en su boca y tenía el tamaño perfecto. No era enorme, bueno pero no era pequeña, solo perfecta. Encajaba perfectamente en su boca. Y ni siquiera podía describir el sabor, pero era increíble.

—Me voy a correr, gorilita. —Suk susurró desde arriba de él, pero Kyu ya lo sabía. Él podía sentirlo hinchándose contra su lengua, el sabor de su pre-semen aumentando mientras lamía la cabeza.

—Quiero que te tragues mi semilla, hasta la última gota, Kyu—Suk ordenó. —Si se te escapa algo, tú no podrás chuparme hasta mañana.

Kyu gimió, decidido a no perder ni una gota. Sintió las caderas de Suk joder contra él. Sintió tirar de su pelo. Un fuerte grito sonó por encima de él cuando el semen caliente llenó su boca.

Kyu debió tragar y tragar y a continuación tragar un poco más. Sostuvo la polla de Suk en su boca hasta que nada mas salió, a continuación lamió a Suk para limpiarlo.

Finalmente Suk dejó caer la polla de su boca, Kyu levantó la mano y con cuidado metió la polla en los pantalones de Suk y subió su cremallera. Él se sentó sobre sus rodillas y apoyó la cabeza sobre el muslo de Suk.

Kyu contuvo la respiración, esperando la alabanza de Suk.

Por lo menos, él esperaba que fuera una alabanza. Él la necesitaba.
Necesitaba oír de los labios de Suk que él había satisfecho al hombre. Kyu estaba muy seguro de que él necesitaba más de esto, de lo que necesitaba correrse.

Dedos acariciaron su pelo. —lo hiciste muy bien, Kyunnie. Me complaces.

La respiración de Kyu se quedó atrapada en su garganta y un sollozo escapó de sus labios. Sintió que las lágrimas se reunían en las esquinas de sus ojos. ¿Por qué la aprobación de este hombre significaba tanto para él?. Él no sabía nada de Suk, solo su nombre.

Kyu se sentía tan perdido. Él no entendía nada de esto. Lo único que parecía tener sentido para él era el hombre que acariciaba su pelo. Kyu sabía que era feliz con el placer de Suk. Todo lo demás lo confundía.

—Suk. —Kyu susurró con desesperación, tratando de entender las emociones que lo inundaban. Suk podía explicarle a él. Kyu lo sabía. Suk era la respuesta.

—Todo está bien, lindo. —Dijo Suk. —No dejaré que nada malo te suceda.

—¿Por… Por qué? —Graznó Kyu.

—¿Por qué te sientes tan confuso? —Si, Suk le había dado al clavo sobre los pensamientos de su cabeza.

Kyu asintió con la cabeza.

—Estas empezando a comprender lo que yo ya sé, Kyu.

Kyu levantó la vista para buscar a Suk. El estaba sonriendo. Sus ojos color marrón tenían aquel brillo peculiar en ellos de nuevo. Kyu no sabía lo que significaba ese brillo y tal vez nunca lo sabría. Él solo sabía que lo calentaba y le hacía sentir que era algo especial.

—Tú eres mio, Kyu. Tú me perteneces a mí. Cuando tu finalmente aceptes eso y no tengo duda de que es así, entenderás que estábamos destinado a estar juntos.

Kyu no estaba seguro de si las palabras de Suk exactamente habían respondió a su pregunta o simplemente lo habían dejado más confuso.

—De lo único que debes preocuparte es en complacerme, Kyu. No hay nada más importante.

Eso parecía bastante simple. A Kyu le gustaba complacer a Suk. —Voy a intentarlo. —Prometió Kyu.

—Se que lo harás, Kyunnie. Tú eres un bebe muy bueno, aunque sospecho que hay una vena obstinada en ti. Sin embargo, no tienes de qué preocuparte, me gustas obstinado. —Suk se inclinó para besar la frente de Kyu. —Obediencia ciega no es lo que quiero de ti.

—¿Qué quieres de mi?.

—Tu única obligación es complacerme a mí, y eso puedes hacerlo de muchas formas.

—¿Por ejemplo? —Preguntó Kyu, la curiosidad lo carcomía.

—Bueno, te daré una lista de deberes que has de cumplir todos los días, comenzando con cocinar el desayuno todas las mañanas. Cociné esta mañana porque no estás acostumbrado a las cosas. Te voy a dar hasta mañana para ponerte al corriente, pero después espero que el desayuno esté hecho en el momento en que me levanto. Hay un menú en la nevera para que lo puedas seguir.

Kyu echó un vistazo a la nevera. ¿Un menú?.

—Voy a hacer un menú semanal para ti, incluyendo la lista de las compras. Yo prefiero que la compra se realice una vez a la semana, Kyu. Por mucho que me guste la comida fresca, no me gusta que estés lejos de mí por mucho tiempo.

—¿Se supone que debo hacer las compras? —Preguntó Kyu mientras él se preguntaba cuanto comería Suk. ¿Podría darse el lujo de alimentar a los dos?. Él no ganaba mucho en su trabajo. Era apenas suficiente para pagar su propia comida y vivienda.

—Suk. —Kyu comenzó vacilante. —Yo no gano mucho dinero. No sé si puedo pagar la comida de los dos.

—Oh, Kyunnie, yo nunca quise darte a entender que tu tendrías que pagar por nada. —Suk dijo —Yo voy a pagar por todo. Cada semana, se te dará una asignación para tus gastos y los de la casa. Debe cubrir todo lo que necesites comprar.

—¿Vas a pagar por todo? —Preguntó Kyu con sorpresa.

—Por supuesto Kyu. —Suk suspiró profundamente. — Mira, los dos tenemos deberes. Tu deber es cuidar de mí, complacerme. Mi deber es cuidar de ti, para asegurarme de que tu tienes todo lo que necesites, ya sea comida, ropa, o un techo sobre tu cabeza.

Kyu frunció el ceño con la confusión. —Yo. Yo no lo entiendo.

—Es muy simple, Kyu. —Suk respondió, con una pequeña sonrisa cruzando por sus labios. —Solo te he convertido en mi ama de casa.






Kyu estaba doblando la última pieza de la ropa y la puso en la cesta de la ropa. Cogió la cesta y salió de la sala de lavado, subió las escaleras para guardarla. Era su última carga de ropa por el día. Estaba muy satisfecho hoy con su trabajo. Él había completado todas las tareas de la lista que Suk le había dado. Él había hecho las compras, y la cena estaba descongelándose.

Kyu debería tener todo cocido y sobre la mesa a tiempo de que Suk llegara a casa. Y Suk llegaría a casa pronto. Era su costumbre trabajar desde casa, pero hoy había tenido que asistir a una reunión en la ciudad. Kyu no había comprendido bien lo que hacía Suk, algún tipo de planificación financiera o algo así, lo único que sabía era que ganaba bien. Suk proveía a Kyu con una asignación semanal que era casi
igual a lo que ganaba en el café en un mes. No es que importara mucho. Suk le había dicho a Kyu que avisara y renunciara a su trabajo.

Suk sentía que él debía proporcionarle todo el dinero que Kyu necesitara. Kyu se había preocupado en un principio de que él no tenía ningún ahorro, nada a lo cual recurrir si esta cosa entre él y Suk, o lo que fuera que tuvieran, no funcionaba. Suk resolvió el problema diciéndole a Kyu que todo el dinero que le sobrara de su asignación semanal, podía quedárselo. Incluso ahora, Kyu tenía un agradable pequeño colchón de ahorros.



A pesar de todo, el último par de semanas habían sido bastante buenas. Kyu estaba tratando de aprender lo que le gustaba y lo que no le gustaba a Suk. Había sido sancionado en más de una ocasión, pero con el tiempo era cada vez menos con cada día que pasaba. Kyu todavía no disfrutaba de sus castigos. Suk podía ser
muy inventivo. Él lo ataría, lo mantendría en vilo, y estimularía su cuerpo hasta que Kyu estuviera listo para gritar.

Suk solía dejar que Kyu se corriera en algún momento, pero el tiempo antes de que él pudiera era insoportable. Kyu todavía no podía entender por que él le permitía a Suk ordenarle. Geun Suk parecía preocuparse por Kyu.

Suk indudablemente era bueno con él. Kyu no tenía ni una sola queja. Pero ningunas palabras de preocupación habían sido habladas entre ellos.

Mientras que Kyu estuviera confundido, no era algo que estuviera listo para enfrentar todavía. Sobre todo porque no estaba seguro de cómo se sentía acerca de Suk.

Sabía que no le gustaba cuando Suk estaba molesto con él o cuando tenía que salir al trabajo. Lo hacía feliz complacerlo. Y él complacía a Suk si todas las tareas se realizaban y si la cena estaba lista cuando él llegara a casa. Kyu aceleró sus pasos, entró en la habitación para guardar la última ropa limpia. Cuando terminó, regresó la cesta al cuarto de lavado. Kyu acababa de salir de la lavandería, cuando sonó el teléfono. Se apresuró a contestar. —¿Hola? —Preguntó cuando levantó el auricular.

—Kyu.

—Suk. —Kyu canturreó. Sus manos se apretaron alrededor del teléfono, él podía sentir la alegría en la voz de Suk.

—¿Ya has comenzado a hacer la cena, Kyu?.

Kyu miro los salmones descongelándose sobre el mostrador. — No, se está descongelando. Yo estaba a punto de comenzar a prepárala.

—Estoy llevando a la casa compañía para la cena, Kyu. Tú necesitas poner dos lugares extras.

—¿Compañía? —Kyu susurró, con un temor llenándolo. Ellos no habían tenido ninguna visita desde que Kyu había llegado allí. Empezó a sentirse nervioso. Su estomago comenzó a sufrir calambres. Se sentía mareado. —¿Aquí?.

—Si, Kyu, compañía.

—Uh, está bien —Respondió, con la esperanza de sonar mucho más seguro de lo que se sentía. —¿Cuándo llegaran a casa?.

—Estaremos allí en una hora.

—Ah entonces tengo que irme, Suk.

Suk se rio entre dientes. —Está bien, lindo. Te veré cuando llegue a casa.

Kyu colgó el teléfono y miró el salmón que estaba sobre el mostrador. Simplemente no sería suficiente. Kyu había esperado cocinar la cena para Suk y él, no para dos personas más. Tenía que averiguar qué añadir para estirar la comida un poco. Kyu se apresuró a ir a la cocina y se puso a trabajar. Sacó más salmón del congelador y los puso a descongelar en el microondas. El siguiente paso en su lista era una ensalada fresca y palitos de pan. Después se puso a trabajar en el arroz pilaf.

Una vez que todo estuvo cocinado Kyu decidió hacer algunos entremeses. No le tomó más de unos minutos para hacer algunos y los puso sobre el mostrador para servirlos cuando Suk y sus invitados llegaran.

Habitualmente Suk y él comían en el desayunador. Kyu prefería un ambiente más íntimo. Pero era una pequeña mesa, solo con suficiente espacio para dos personas.
Kyu puso la mesa en el comedor formal y se aseguró que todo estuviera en su lugar. Checó el salmón, luego miró el reloj de pared de la cocina. Tenía el tiempo justo para correr escaleras arriba y ponerse una camisa limpia.

Kyu estaba terminando de abotonar su camisa limpia cuando escucho la puerta principal abrirse y a Suk llamarlo.

—¿Kyu?, Estoy en casa.
Kyu rápidamente metió los bordes de su camisa en sus pantalones y se pasó la mano por el pelo un par de veces antes de dirigirse a la puerta. Él estaba nervioso acerca de obedecer a Suk delante de sus amigos.

Llegó al pie de la escalera, frente a Suk que conducía a sus dos invitados a través de la casa. Kyu les sonrió a ellos, pero sus ojos fueron directamente a Suk. Parecía reservado, pero feliz de verle.

—Ya casi esta la cena. Hice hors d'oeuvres (Tipos de canapés, bocadillos, aperitivos.) —Kyu quería tocar a Suk desesperadamente y tranquilizarse a sí mismo. Tenía miedo de hacer ese tipo proposición frente de otras personas. Suk y él nunca habían discutido ese tipo de exhibiciones públicas.

—Muy amable, Kyu. —Suk dijo, asintiendo con la cabeza. —¿Por qué no llevas a nuestros huéspedes a la sala de estar y les preparas algo de beber mientras yo voy a dejar mis cosas?.

Kyu asintió con la cabeza. Él puso una sonrisa en su rostro, esperando no mostrar lo mucho que él preferiría ir con Suk en lugar de mostrarles a sus invitados los alrededores. —Por aquí, señores. —Kyu les llevó a la sala, luego tomó sus abrigos y los sombreros y los colocó en el armario de la ropa. Antes de regresar a la sala de estar, hizo una pequeña parada en la cocina y cogió los bocadillos que había hecho. Ofreció algunos a los invitados, y a continuación dejó la bandeja en la mesa del café. —¿Qué puedo ofrecerles para beber? ¿Soda? ¿Vino? ¿Algo más fuerte?.

—¿Estas tu en el menú? —Preguntó uno de los hombres, mientras una sonrisa lasciva cruzaba por sus labios.

Kyu juntó sus manos para no agarrar al tipo. Él sonrió en su lugar. —Me temo que no, señor. ¿Hay algo más que yo pueda hacer por usted?.

—Bueno, infiernos, Sukkie siempre estuvo dispuesto a compartir a sus mascotas en el pasado —Se quejó el hombre. —¿Qué te hace tan especial?.


Kyu estaba doblando la última pieza de la ropa y la puso en la cesta de la ropa. Cogió la cesta y salió de la sala de lavado, subió las escaleras para guardarla. Era su última carga de ropa por el día. Estaba muy satisfecho hoy con su trabajo. Él había completado todas las tareas de la lista que Suk le había dado. Él había hecho las compras, y la cena estaba descongelándose.

Kyu debería tener todo cocido y sobre la mesa a tiempo de que Suk llegara a casa. Y Suk llegaría a casa pronto. Era su costumbre trabajar desde casa, pero hoy había tenido que asistir a una reunión en la ciudad. Kyu no había comprendido bien lo que hacía Suk, algún tipo de planificación financiera o algo así, lo único que sabía era que ganaba bien. Suk proveía a Kyu con una asignación semanal que era casi
igual a lo que ganaba en el café en un mes. No es que importara mucho. Suk le había dicho a Kyu que avisara y renunciara a su trabajo.

Suk sentía que él debía proporcionarle todo el dinero que Kyu necesitara. Kyu se había preocupado en un principio de que él no tenía ningún ahorro, nada a lo cual recurrir si esta cosa entre él y Suk, o lo que fuera que tuvieran, no funcionaba. Suk resolvió el problema diciéndole a Kyu que todo el dinero que le sobrara de su asignación semanal, podía quedárselo. Incluso ahora, Kyu tenía un agradable pequeño colchón de ahorros.



A pesar de todo, el último par de semanas habían sido bastante buenas. Kyu estaba tratando de aprender lo que le gustaba y lo que no le gustaba a Suk. Había sido sancionado en más de una ocasión, pero con el tiempo era cada vez menos con cada día que pasaba. Kyu todavía no disfrutaba de sus castigos. Suk podía ser
muy inventivo. Él lo ataría, lo mantendría en vilo, y estimularía su cuerpo hasta que Kyu estuviera listo para gritar.

Suk solía dejar que Kyu se corriera en algún momento, pero el tiempo antes de que él pudiera era insoportable. Kyu todavía no podía entender por que él le permitía a Suk ordenarle. Geun Suk parecía preocuparse por Kyu.

Suk indudablemente era bueno con él. Kyu no tenía ni una sola queja. Pero ningunas palabras de preocupación habían sido habladas entre ellos.

Mientras que Kyu estuviera confundido, no era algo que estuviera listo para enfrentar todavía. Sobre todo porque no estaba seguro de cómo se sentía acerca de Suk.

Sabía que no le gustaba cuando Suk estaba molesto con él o cuando tenía que salir al trabajo. Lo hacía feliz complacerlo. Y él complacía a Suk si todas las tareas se realizaban y si la cena estaba lista cuando él llegara a casa. Kyu aceleró sus pasos, entró en la habitación para guardar la última ropa limpia. Cuando terminó, regresó la cesta al cuarto de lavado. Kyu acababa de salir de la lavandería, cuando sonó el teléfono. Se apresuró a contestar. —¿Hola? —Preguntó cuando levantó el auricular.

—Kyu.

—Suk. —Kyu canturreó. Sus manos se apretaron alrededor del teléfono, él podía sentir la alegría en la voz de Suk.

—¿Ya has comenzado a hacer la cena, Kyu?.

Kyu miro los salmones descongelándose sobre el mostrador. — No, se está descongelando. Yo estaba a punto de comenzar a prepárala.

—Estoy llevando a la casa compañía para la cena, Kyu. Tú necesitas poner dos lugares extras.

—¿Compañía? —Kyu susurró, con un temor llenándolo. Ellos no habían tenido ninguna visita desde que Kyu había llegado allí. Empezó a sentirse nervioso. Su estomago comenzó a sufrir calambres. Se sentía mareado. —¿Aquí?.

—Si, Kyu, compañía.

—Uh, está bien —Respondió, con la esperanza de sonar mucho más seguro de lo que se sentía. —¿Cuándo llegaran a casa?.

—Estaremos allí en una hora.

—Ah entonces tengo que irme, Suk.

Suk se rio entre dientes. —Está bien, lindo. Te veré cuando llegue a casa.

Kyu colgó el teléfono y miró el salmón que estaba sobre el mostrador. Simplemente no sería suficiente. Kyu había esperado cocinar la cena para Suk y él, no para dos personas más. Tenía que averiguar qué añadir para estirar la comida un poco. Kyu se apresuró a ir a la cocina y se puso a trabajar. Sacó más salmón del congelador y los puso a descongelar en el microondas. El siguiente paso en su lista era una ensalada fresca y palitos de pan. Después se puso a trabajar en el arroz pilaf.

Una vez que todo estuvo cocinado Kyu decidió hacer algunos entremeses. No le tomó más de unos minutos para hacer algunos y los puso sobre el mostrador para servirlos cuando Suk y sus invitados llegaran.

Habitualmente Suk y él comían en el desayunador. Kyu prefería un ambiente más íntimo. Pero era una pequeña mesa, solo con suficiente espacio para dos personas.
Kyu puso la mesa en el comedor formal y se aseguró que todo estuviera en su lugar. Checó el salmón, luego miró el reloj de pared de la cocina. Tenía el tiempo justo para correr escaleras arriba y ponerse una camisa limpia.

Kyu estaba terminando de abotonar su camisa limpia cuando escucho la puerta principal abrirse y a Suk llamarlo.

—¿Kyu?, Estoy en casa.
Kyu rápidamente metió los bordes de su camisa en sus pantalones y se pasó la mano por el pelo un par de veces antes de dirigirse a la puerta. Él estaba nervioso acerca de obedecer a Suk delante de sus amigos.

Llegó al pie de la escalera, frente a Suk que conducía a sus dos invitados a través de la casa. Kyu les sonrió a ellos, pero sus ojos fueron directamente a Suk. Parecía reservado, pero feliz de verle.

—Ya casi esta la cena. Hice hors d'oeuvres (Tipos de canapés, bocadillos, aperitivos.) —Kyu quería tocar a Suk desesperadamente y tranquilizarse a sí mismo. Tenía miedo de hacer ese tipo proposición frente de otras personas. Suk y él nunca habían discutido ese tipo de exhibiciones públicas.

—Muy amable, Kyu. —Suk dijo, asintiendo con la cabeza. —¿Por qué no llevas a nuestros huéspedes a la sala de estar y les preparas algo de beber mientras yo voy a dejar mis cosas?.

Kyu asintió con la cabeza. Él puso una sonrisa en su rostro, esperando no mostrar lo mucho que él preferiría ir con Suk en lugar de mostrarles a sus invitados los alrededores. —Por aquí, señores. —Kyu les llevó a la sala, luego tomó sus abrigos y los sombreros y los colocó en el armario de la ropa. Antes de regresar a la sala de estar, hizo una pequeña parada en la cocina y cogió los bocadillos que había hecho. Ofreció algunos a los invitados, y a continuación dejó la bandeja en la mesa del café. —¿Qué puedo ofrecerles para beber? ¿Soda? ¿Vino? ¿Algo más fuerte?.

—¿Estas tu en el menú? —Preguntó uno de los hombres, mientras una sonrisa lasciva cruzaba por sus labios.

Kyu juntó sus manos para no agarrar al tipo. Él sonrió en su lugar. —Me temo que no, señor. ¿Hay algo más que yo pueda hacer por usted?.

—Bueno, infiernos, Sukkie siempre estuvo dispuesto a compartir a sus mascotas en el pasado —Se quejó el hombre. —¿Qué te hace tan especial?.





Kyu juntó sus manos para no agarrar al tipo. Él sonrió en su lugar. —Me temo que no, señor. ¿Hay algo más que yo pueda hacer por usted?.

—Bueno, infiernos, Sukkie siempre estuvo dispuesto a compartir a sus mascotas en el pasado —Se quejó el hombre. —¿Qué te hace tan especial?.

—Min —El otro hombre protestó.

Min lo rechazó. —No, yo quiero saber, Jun. ¿Qué te hace tan diferente de cualquier otro juguete que Sukkie tenía alrededor, chico? Porque tengo que decirte, que he conocido a Suk por mucho tiempo, y él nunca mantiene a sus mascotas durante mucho tiempo. Él se cansara de ti y tu culo saldrá por la puerta. Entonces, ¿Qué vas a hacer?.





Kyu apretó los dientes, pero siguió sonriendo. Él no avergonzaría a Suk. —¿Hay algo más que pueda hacer por usted?.

Min se rio entre dientes. Era un sonido desagradable. —Sí, ¿Puedes hacerme una mamada?.

—¡ Park Jung Min! —Jun exclamó.

Kyu tornó su atención hacia Jun, haciendo caso omiso de Min. —¿Qué puedo hacer por usted, señor?.

La sonrisa de Jun se tambaleó. —Puedes darme un vaso de vino.

Kyu asintió con la cabeza y se volvió para encontrar a Suk parado detrás de él, con los brazos cruzados sobre el pecho. Sus ojos ardían con la furia. —Suk— Kyu susurró, con miedo de que la ira en los ojos de Suk estuviera dirigida a él.

—Me gustaría una copa de vino también, Kyu Jong.

—Si por supuesto. —Kyu pasó a un lado de Suk, porque el no parecía querer moverse de donde él estaba. Kyu se apresuró a la cocina, tratando de ignorar el ruido sordo que provenía de su corazón. ¿Estaba Suk enojado con él?.

Las manos de Kyu temblaban cuando sirvió las dos copas con vino y las llevó de vuelta a la sala de estar. Él le entrego una a Jun y otra a Suk. Se podía sentir la tensión en el aire, pero no sabía hacia dónde estaba destinada.

—Siéntate, Kyu.

Kyu se sentó a los pies de Suk. Él de inmediato sintió la mano de Suk abrirse paso por su pelo. El toque lo tranquilizó como nada más podría hacerlo. Suk no estaba enojado con él. Todavía podía sentir los ojos de Min en él, pero sabía que Suk lo mantendría a salvo. La mente de Kyu vagaba mientras Suk y sus invitados discutían diferentes transacciones de negocios, política y otras cosas que a Kyu realmente ni le importaban y ni se preocupaba por ello. Él solo estaba interesado en la forma que el tacto de Suk lo tranquilizaba y lo hacía sentir mejor.

—¿Kyu? ¿Me escuchaste?.
Kyu levantó la vista para encontrar a Suk mirándolo. Él realmente odiaba hacer que Suk repitiera las cosas, pero no había oído lo que Suk le había dicho. Kyu negó con la cabeza. —Lo siento, yo estaba pensando. No he oído lo que me has dicho.

—Hay una campanilla sonando en la cocina.

—Oh —Dijo Kyu cuando se puso en pie, —Es probable que la cena esté lista. Si ustedes quieren seguir en el comedor, yo llevaré la cena allí.

Una vez que Suk asintió con la cabeza, Kyu se apresuro a la cocina a preparar la cena. Le tomó unos pocos minutos sacar el salmón del horno y pasarlo a un platón junto con el arroz. Llevó la comida al comedor, encontrando a todo mundo ya allí.

—Solo me falta traer la ensalada y los palitos de pan. —Kyu le dijo a Suk antes de regresar a la cocina. Kyu tomó la ensalada y la cesta de pan y se apresuro a regresar. Puso todo sobre la mesa y se acerco a su habitual lugar junto a Suk. En ese momento, sus pasos se tambalearon. ¿Qué tenía que hacer, sentarse a los pies de Suk como siempre hacía o en la mesa? —¿Suk?— Dijo Kyu en voz baja.

Su corazón le dio un vuelco en el pecho cuando Suklo miró.
—En la mesa, Kyunnie.

Kyu inmediatamente se sentó al lado de Suk. Esperó hasta que todos se hubieran servido, y a continuación, empezó a poner comida en su propio plato. Bajando los ojos a su plato, Kyu empezó a comer. Escuchó sin hacer nada mientras la conversación a su alrededor continuaba.

Él trató de no aturdirse de nuevo por si Suk lo llamaba. A lo mejor mas tarde, después de considerar las circunstancias, Suk podría estar dispuesto a perdonarlo.

En dos ocasiones, y todas las apuestas estaban canceladas.

—¿A qué te dedicas, Kyunnie?.

Kyu levantó la cabeza para encontrar a Min mirándolo fijamente. —Kyu Jong, mi nombre es Kyu Jong.

—De acuerdo, Kyu Jong, entonces. —Min se echó a reír. — Entonces, ¿A qué te dedicas, Kyu Jong?.

—Me ocupo de Suk.

Min se burló. —Yo apuesto a que tú lo haces.

Jun gimió en voz baja. Suk se quedo en silencio. —¿Tu te encargas de todas sus necesidades?

Kyu suspiró. —Me ocupo de lo que Suk me pide.

—uh-huh. A Kyu no le gustaba Min. Él sabía por conversaciones anteriores que Min era un socio de negocios de Suk, pero él no podía entender por qué Suk quería tener algo que ver con alguien que era tan grosero.

—¿Te gusta cuidar de las necesidades de Suk?.

—Si, me gusta.

—Apuesto a que te ocupas de todas sus necesidades, ¿No?. Min miró de reojo a Kyu de nuevo.

Min no era un hombre agradable. Ni siquiera era un hombre bien parecido. Su cabello estaba peinado hacia atrás con una gran cantidad de gel, y su estomago sobresalía sobre la hebilla de su cinturón. Del todo, Kyu lo encontró desagradable. Colocó el tenedor en la mesa, luego cruzó las manos en su regazo y volvió a mirar a Min. —¿Usted tiene una pregunta concreta que desee hacerme, Min? —Min lo miró un poco sorprendido. Kyu pensó que Min no esperaba que fuera a confrontarlo. Kyu sabía que era el ama de casa de Suk, pero eso no lo hacía menos hombre. Él podía hacerse cargo de sí mismo. Sin embargo, no le gustó la burla que cruzó por la cara de Min.

—¿Te gusta chupar pollas, chico?.

Kyu sonrió. —Si, me gusta, mucho de hecho. ¿A usted?.

La cara de Min se ensombreció por la ira. —Yo no chupo ninguna polla, chico, y tampoco beso culos. Yo no soy esclavo de nadie.

Como si una bombilla de repente se encendiera en la cabeza de Kyu, la vida que había llevado en las últimas semanas de repente quedó muy clara para él. Kyu entendió todo lo que Suk le había mostrado y tratado de enseñar.
Kyu se acercó y estrechó la mano de Suk, dándole un pequeño apretón. Él le dio una gran sonrisa a Suk, luego se volvió para mirar a Min. —Yo tampoco lo soy.

—Yo no lo veo de esa manera, chico. Tú haces su limpieza, le cocinas, le permites mandarte a la mierda cada vez que él quiere. Tu incluso puedes dejarlo que te castigue. —Min sonrió. —A mí me parece que tú eres su esclavo, Kyunnie.

—Oh, cielos —Jun juró en voz baja. Kyu se limitó a sonreír.

—Hago todas esas cosas porque me preocupo por Suk, no porque él me obligue. Soy libre de decir no o de irme en cualquier momento que lo desee.

El corazón de Kyu se aceleró cuando sintió que Suk le apretaba la mano. Se volvió para mirarlo y vio una gran sonrisa en Suk. Los ojos de Suktenían un destello que apuntaba directamente a Kyu.

—Estoy muy feliz contigo, lindo.

—¿Ya hemos terminado, entonces? —Min le preguntó.

Kyu miró a Min confundido. —¿Terminado con qué?.

—Si, hemos terminado —dijo Suk. —Gracias Jun, Min.

La cabeza de Kyu empezó a girar de un lado a otro, la incertidumbre lo empezaba a llenar. Se quedó con la boca abierta cuando Min se levantó y se desabrocho la camisa. Por un momento, Kyu contemplaba lo que Min estaba haciendo, hasta que vio a Min sacar una almohada de debajo de su camisa. Luego vino la peluca.

Min arrojo tanto la almohada como la peluca en el suelo, y luego volvió a sentarse. Apoyo un codo en la mesa mientras su otra mano se dirigio a la de Jun entrelazándolas. Él le sonrió a Kyu. —Ahora sí, tomare aquella bebida, Kyu.

Kyu miro a Suk en busca de respuestas. —¿GeunSuk?.

—Kyu, me gustaría presentarte a Jung Min y a su pareja Hyung Jun. Hemos sido mejores amigos desde la universidad y compañeros de trabajo casi por la misma cantidad de tiempo. Y, contrariamente a la creencia popular, Min no es el idiota que aparenta ser.

—¿Entonces por qué…?.

—¿Por qué las preguntas y las insinuaciones sexuales de Min? —Suk preguntó.
Kyu asintió con la cabeza.

—Es muy sencillo, lindo bebé. Cuando entré en tu vida, yo casi tomé todo el control. Te hice hacer cosas que iban en contra de tu naturaleza. Te he dominado, disciplinado, y básicamente eh vuelto tu vida de cabeza.

Exactamente Kyu no podía discutir con las palabras de Suk.
Suk había entrado en su vida como un tren de vapor y él solamente lo había aceptado. Pero Kyu no había protestado mucho. Él había aceptado las cosas que Suk le hizo y las órdenes que le dio.

—Todavía no lo entiendo, Suk.

—Tu aceptaste todo lo que te hice, Kyu.

Kyu sintió que se ruborizaba. —si, pero, bueno, no fue tan malo.

—Necesitabas entender que, independientemente de lo que te pida, de lo que yo te diga que hagas, tú tienes la capacidad de decirme que no, no por tu tamaño, no porque fácilmente me podrías dominar, sino porque tú tienes ese derecho.

La mano de Suk ahuecó un lado de la cara de Kyu. —Yo te exijo mucho Kyu, pero en realidad, yo estoy a tu merced. Tu solo eres mi lindo gorilita, porque tú me lo permites. Mientras el mundo exterior puede pensar que yo tengo el poder en nuestra relación, ellos se equivocan. Tú tienes todo el poder.

Suk se rio ligeramente. Su pulgar acaricio los labios de Kyu. —Yo necesito dominarte, controlarte. Yo necesito probarme a mí mismo y al mundo que tú me perteneces a mí, solo a mí. Pero tú tienes la capacidad de ponerme en mi lugar en cualquier momento, con solo decirme que no, Kyunnie.

—Pensé… Pensé que te permitía hacerme todas aquellas cosas que me hiciste... —Kyu se encogió de hombros, demasiado avergonzado para continuar. Suk negó con la cabeza. —No, lindo, se necesita ser un hombre muy fuerte para rendirse a alguien más. Yo puedo castigarte y darte órdenes, pero yo no soy lo suficientemente fuerte como para aceptar a alguien haciéndome eso a mí.

La mano de Suk acariciaba de arriba abajo el brazo de Kyu.

—Tu eres alguien tan fuerte y poderoso como para aceptar las cosas que te hago, las ordenes que te doy, la disciplina… Kyu, eso ante mis ojos te convierte en un mucho mejor hombre de lo que yo soy.

—Suk. —Kyu susurró, vencido por todas las cosas que Suk le estaba diciendo. Kyu había estado confundido por mucho tiempo acerca de por qué dejaba que Suk le hiciera las cosas que él le hacía. Kyu se había sentido como si esas cosas lo hicieran menos hombre por ansiar el dominio de Suk.

Suk se rió entre dientes.—Recuerdo la primera vez que te vi. Yo había ido a ese bar solo para conseguir una bebida, salir de la rutina, y allí estabas jugando al billar con Saeng. Pensé que eras la más maldita sexy cosa que jamás había visto. Te miré hasta que te fuiste, entonces yo le pagué al camarero para que me dijera tu nombre.

Kyu abrió los ojos. —¿En serio?. Se sintió casi mareado.

Suk asintió. —Volví cada noche después de eso, a la espera de verte de nuevo. Casi había renunciado cuando entraste por la puerta. Me tomó tres semanas darme cuenta de que solo ibas los viernes en la noche.

—¿Cómo te enteraste de las otras cosas acerca de mi? — Preguntó Kyu. Él siembre se lo había preguntado. Él se sorprendió cuando las mejillas de Suk se sonrojaron.

—Contraté un investigador privado. —Dijo Suk en un susurro, dándole una mirada vergonzosa que cruzó por sus facciones.

Kyu estaba aturdido. Él se echo a reír. —Apuesto a que te costó un dineral.

—Tú vales cada centavo, Kyunnie…

Kyu sonrió y frotó su cabeza contra el brazo de Suk.

—Muy bien, suficiente de cosas empalagosas, Suk — Dijo Min. —¿puedo tener mi bebida ahora?.

Kyu y Suk se volvieron y miraron a Min. —Cállate Min. Tu siempre estas así en el trabajo con Jun cuando piensas que nadie los mira— le contesto Suk




Kyu se retorció ante el tacto de la mano de Suk rozándole el culo. Suk estaba algo raro esta noche. Tuvo que disciplinar a Kyu por no haber hecho las tareas al momento en que Suk llegó a casa.

Kyu nunca le diría a Suk que se había sentado a propósito frente a la televisión todo el día, a pesar de que sospechaba que Suk ya lo sabía. La mirada en la cara de Suk cuando le había ordenado a Kyu ir al dormitorio tenía un montón de anticipación en ella.

Suk había estado asistiendo a muchas reuniones en las últimas dos semanas, algo de una gran fusión, le dijo. Si no se encontraba en una reunión, Suk estaba en su oficina. Kyu se sentía un poco ignorado y quería un poco de atención. Y la estaba consiguiendo.



Desde el momento en que Kyu entró en el dormitorio hacia ya una hora, Suk había hecho todo lo posible por torturarlo poco a poco y Kyu lo sabía. Entre los juguetes que Suk había empleado y la dulce tortura de sus manos y labios, Kyu estaba a punto de volverse loco.

—Suk—Suplicó Kyu. Kyu estaba a su merced. Él haría lo que Suk quisiera.

GeunSuk se echo a reír. Era una risa malvada llena de deseo y las promesas de lo que estaba por venir. Kyu sintió el aliento de Suk en el cuello.

—¿Sabes lo que voy a hacer esta noche, lindo?. —Suk le susurró al odio. —Has sido un niño muy malo, Kyunnie. Esta noche, no has conseguido chuparme. Esta noche, te voy a joder.

Kyu gimió. Habían hecho muchas cosas sexuales juntos, pero Suk nunca había jodido a Kyu antes. De hecho, nunca nadie lo había hecho. La idea lo hizo ponerse nervioso, pero también lo intrigaba. Kyu movió su trasero.

Escuchó reír de nuevo a Suk , mientras unos fríos dedos lubricados presionaban entre las mejillas de su culo. Suaves dedos presionaron contra el agujero de Kyu, empujando un poco y luego sacándolos. Suk lo hizo una y otra vez hasta que Kyu comenzó a levantar sus caderas para seguir el movimiento de los dedos. Suk
comenzó a temblar. Podía sentir el sudor goteando de su cuerpo. Los sentimientos que tenía estaban empezando a ser bastante intensos.

Cada toque de las manos de Suk era como una carga eléctrica para su cuerpo, enviándole una corriente de deseo directamente a su polla dolorida.

—Sukkie, por favor —Suplicó Kyu. —Más.

La respiración de Kyu se quedó atrapada en su garganta cuando Suk hundió un dedo en él. Tuvo un estremecimiento completo y…

Oh, sí, allí mismo. Kyu no podía creer el éxtasis que se disparo a través de su cuerpo cuando Suk encontró su próstata. Fue increíble.

—Oh, por favor, Suk —Kyu grito mientras se retorcía. —No puedo… me voy… aahhh.

—No hasta que yo te lo diga, Kyu Jong. —Gruñó Suk en su oído. —¿Entiendes?.

Kyu asintió con la cabeza rápidamente. —Te necesito, Sukkie.

—Lo sé, lindo gorilita —Suk canturreó —Yo voy a darte lo que necesitas.

¡Oh, cielos! Kyu lo esperaba así, aunque no estaba muy seguro de lo que él necesitaba. Solo sabía que estaba muy necesitado. Kyu gimió cuando Suk dejo libres los dedos. Sus gemidos pronto se convirtieron en un largo y necesitado gruñido, cuando algo más grande, más fuerte, presionó en su culo. Kyu se preparó, a la espera del dolor que estaba seguro que vendría cuando Suk lo llenara. Pero
nunca llegó. Lo único que sentía era la polla de Suk , que empujaba los últimos centímetros. Esto era puro placer. Esto irradio fuego por cada pulgada del cuerpo de Kyu . Un simple susurro de la brisa haría explotarlo.

—Suk, Suk—Se quejó Kyu mientras Suk empujaba en él una y otra vez, con tal ferocidad que el cuerpo de Kyu fue empujado en toda la extensión de la cama.

—Suk, te amo, Sukkie.

Los empujes de Suk umentaron el ritmo, pero perdieron el rumbo y se hicieron más salvajes por la intensidad. Suk tenía las manos clavadas en las caderas de Kyu.

Kyu escuchó a Suk tomar bocanadas grandes de aire.

—Mierda —Suk gritó. —Te amo, lindo gorilita.

Kyu se emocionó. A pesar de no haberle dado permiso para correrse, Kyu no pudo controlar su reacción por las palabras de Suk. Gritó el nombre de Suk con la sensación de su polla explotando y brotando semen por todas partes en la cama debajo de él.

—Kyu. —Gritó Suk sacudiéndose contra Suk.

Kyu sintió cada vibración de la liberación de Suk llenándolo.
Con cada pequeño chorro, los músculos de Kyu se contraían hasta que él había chupado cada gota de Suk. Kyu se derrumbó sobre la cama, con el cuerpo de Suk siguiéndolo a él.

Kyu solamente intentó respirar. El aire en los pulmones y el latido del pulso en su garganta le dijeron que él todavía estaba vivo. El alucinante orgasmo que había experimentado sólo le dijo que él había muerto y había ido al cielo.

Kyu sintió cuando Suk se salió de él, y darse la vuelta. Un momento después sintió el golpe fuerte de un trapo caliente abajo entre sus muslos, cuando Suk lo limpió.

Entonces Suk lo hizo retroceder y se acurruco contra el cuerpo de Kyu, mientras la cabeza de Kyu se apoyó contra su pecho. Kyu sonrió cuando Suk tomó su mano y entrelazó sus dedos. Kyu se echó hacia atrás y miro a Suk.

—Quise decir lo que dije, Sukkie. No fue por el calor del momento. —Insistió Kyu. —Yo te amo.

La mano libre de Suk acaricio la parte posterior de la cabeza de Kyu. —Lo sé, Kyunie. También lo dije en serio. Es por eso que yo quería tenerte tan desesperadamente. Porque yo sabía que te amaba.

—¿Tu me amas? ¿Todo este tiempo?.

Suk se rió entre dientes. —No hace tanto tiempo, Kyu, apenas unos seis meses. Pero yo lo supe desde el primer momento en que te vi. Había algo acerca de ti.

Sabía que eras el hombre para mí.
Yo tenía que tenerte.

Kyu metió la cabeza debajo de la barbilla de Suk. Podía oír el estable latido del corazón de Suk bajo su cabeza. Lo hacía sentir vivo y feliz. —Me alegro.

—Todavía espero que todas tus tareas sean hechas mañana, Kyu. —Suk se rió entre dientes. —Y no puedes ver la televisión hasta que todas tus tareas sean hechas. Para la próxima vez que me necesites, Kyu, solamente pregunta.

—¿No estás enojado conmigo por lo que hice?. —Kyu preguntó vacilante. Sabía que deliberadamente no había completado sus tareas. Ese fue un gran no–no. Kyu solo esperaba que Suk entendiera por qué lo había hecho.

—No, lindo gorilita. Tú me complaces.

..............................Fin...............................


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