jueves, 28 de agosto de 2014

Aqui Saengie, Saengie Capitulo 1 - 21


El Dr. Hyun Joong se rascó la cabeza mientras miraba a la gran pizarra blanca colgada en la pared. Eso no se veía bien. Si él aumentaba las enzimas de las proteínas en un factor de seis, sería... los hombros de Hyun se desplomaron.
Estaba atascado en el barro. 

En un ataque de frustración, Hyun lanzó su marcador en el tablero. Esto no iba a ninguna parte. Había trabajado y vuelto a trabajar la fórmula tantas veces que estaba viéndola en sus sueños. 

Simplemente no estaba saliendo bien. 


Cuando toda una vida de pequeñas mutaciones en el código genético se acumulaban, las células comenzaban a morir. Estas muertes llevaban a cambios en el pelo y peso, deficiencias auditivas y de visión, pérdida de masa muscular y debilitamiento de los huesos. 

Hyun sabía que la clave de lo que ocurría en las etapas anteriores del 
envejecimiento eran las mutaciones genéticas o daño en el ADN acumulándose, y por ello las células críticas comenzaban a morir. Si pudiera aislar las células que reparan el ADN mitocondrial y averiguar una forma para que no murieran, entonces tal vez podría encontrar una cura para el envejecimiento. 

Si su fórmula funcionaba, podría empezar a pensar acerca de las intervenciones farmacéuticas para retardar el envejecimiento mediante la preservación de la función mitocondrial. Tantas vidas podrían salvarse o alargarse. Así que muchas personas podrían recibir ayuda. 

Sólo tenía que conseguir la fórmula para trabajar. 

—Dr. Kim, ¿me oye? 

—¿Eh? —Hyun dio la vuelta para mirar a su asistente. Se había olvidado de que el interno estaba allí. Deseó que no estuviera. Hyun siempre funcionaba mejor solo. 

Odiaba tener gente en el laboratorio con él—. ¿Qué has dicho, Seung? 

La mandíbula del hombre se apretó. —Mi nombre es Soo.

—Soo. Correcto. Lo sabía. —Hyun comenzó a girar de nuevo a sus notas cuando el hombre chasqueó los dedos. Hyun frunció el ceño ante la interrupción mientras giraba de nuevo, mirando al hombre que tan groseramente lo interrumpía—. ¿Qué? 

—Su hermano está en la línea tres.

—Toma el mensaje.
El oscuro rostro del hombre cambió a una expresión de viscosa, su mandíbula apretada. —Yo ya he tomado sus mensajes, Dr. Kim, tres veces. Su hermano me amenazó con despedirme si no lo ponía al teléfono en este momento. 

—Oh. —Hyun torció los labios mientras levantaba libros y papeles a un lado, buscando alrededor de su escritorio el teléfono. Tal vez lo que necesitaba era limpiar un poco. Su laboratorio era una especie de lío—. Suk, ¿ves... 

—Soo —el hombre gruñó mientras sostenía el teléfono—. Mi nombre es Soo. 

—Soo, claro. Lo sabía. —Hyun parpadeó ante el hombre mientras tomaba el teléfono y se preguntaba por qué el interno era tan condenadamente molesto. No era como que Charles tuviera alguna fórmula que no estaba funcionando. Hyun no estaba muy seguro de lo que el hombre hacia en el laboratorio además de molestarlo y aparentemente contestar el teléfono. Hyun dio la espalda a Sook y le dijo: —¿Hola? 

—Hyun, ¿olvidaste nuestra reunión para el almuerzo? 

—¿El almuerzo? —¿Tenía una reunión de almuerzo con su hermano? Hyun miró al calendario en la pared cerca de la puerta. Su hermano había insistido en que él pusiera uno con grandes letras en negrita para que pudiera leerlo desde cualquier lugar en el laboratorio. 

Ups. 

Él tenía un almuerzo de trabajo con su hermano hacia veinte minutos. El estómago de Hyun se apretó con pavor. Jun iba a estar molesto con él. —Lo siento, Jun. Me dejé llevar por esta fórmula y... 

—Hyun, sólo llega hasta aquí.
Hyun hizo una mueca de resignación por la voz de su hermano. Odiaba preguntar a su hermano sobre todo cuando estaba molesto, pero... —¿Aquí?

Jun suspiró. —Arriba, en la sala de conferencias, Hyun. Estoy teniendo un almuerzo especial. 

—Oh. Okay. —Arriba era bueno. Podía ir a tomar un bocado con su hermano y luego venir de nuevo a su laboratorio. Tal vez sólo podía tomar algo y volver. Eso sería aún mejor. Podía volver a su fórmula—. Subiré ahora. 

—Quítate la bata de laboratorio, Hyun.

—¿Bata de laboratorio? —Hyun miró la bata blanca que llevaba. —Cierto. Yo sabía eso. 

—Sólo date prisa. Hemos estado esperando el tiempo suficiente, Hyun. 

Hyun se quedó mirando el teléfono después de que su hermano colgó. ¿Nosotros qué? Rápidamente miró el tablero de calendario, una vez más. No, simplemente decía que tenía una cita para almorzar con Jun. Nadie más era mencionado. 

—Sook, ¿has visto a mi... 

—¡Soo! —Hyun se echó hacia atrás cuando el hombre de pelo oscuro comenzó a despotricar, agitando sus manos en el aire como un loco—. Mi nombre es Soo, maldita sea. ¡Soo! —Gritó mientras él pisoteaba su pie contra el suelo de baldosas blancas. 

—Así es. —Hyun retrocedió lejos del loco mientras asentía—. Ya lo sabía. 

—Entonces, ¿por qué no decirlo? ¡Mierda! —Gritó el hombre mientras se volvía a Hyun, en movimiento, un paso más amenazante a la vez—. Nunca utiliza mi nombre. Nunca. Siempre diciendo Seung o Suk o algún otro nombre estúpido que comienza con una S. Nunca solo Carl. 

Hyun parpadeó. —¿Quieres ser solo Soo? 

Los ojos marrones de Soo parecían sobresalir fuera de las órbitas de los ojos por un momento y luego se pusieron vidriosos como si el hombre hubiera dejado mentalmente el edificio. Hyun estaba bastante seguro de que no era una buena cosa. Miró hacia la puerta por el rabillo del ojo, preguntándose si él tendría tiempo para llegar antes de que Seung lo alcanzara. 

No se veía bien.

Había un largo mostrador entre él y la puerta. Para sortearlo, tendría que acercarse a Yesung, y que parecía más peligroso de lo que parecía. ¿Por qué no podría el chico solo responder el teléfono o hacer... lo que fuera que hiciera? ¿Por qué tenía que estar allí mirando como si estuviera teniendo una fusión nuclear?

Esto era la razón por la que Hyun odiaba a los pasantes. Deseó que su hermano dejara de enviarlos a su laboratorio. Trabajaba mucho mejor solo. Los internos sólo se interponían en su camino. Eran tan susceptibles con las cosas. 

Como con sus nombres.

—Mira… —Hyun buscó en su cerebro el nombre correcto, sabiendo que si llamaba de otra forma equivocada a su pasante se volvería más loco, él probablemente se llamaba… Hyun, eso era—. Mira, Soo, sé que estás molesto, pero tengo que ir a almorzar con mi hermano. Lo recuerdas, ¿verdad? Es el director general de KHJ Pharmaceuticals. ¿Tu jefe? 

Los ojos de Soo se crisparon.

Hyun dio un paso atrás de nuevo, apoyándose en la vitrina detrás de él. 

Soo gritó, tirando de su pelo oscuro. Empezó a gritar, agitando los brazos en el aire y luego tirando de su pelo de nuevo. Cuando corrió hacia la puerta, Hyun se agachó detrás de un mostrador, esperando que el loco se olvidara de él si no podía verlo. 

Se abrió la puerta y los gritos de Sook se desvanecieron. Hyun alcanzó su punto máximo a lo largo del borde de la encimera al mismo tiempo que la puerta comenzó a abrirse de nuevo. Rápidamente se agachó hacia abajo en cuclillas, esperando que no fuera Seung. 

—¿Dr. Kim?
Hyun tragó saliva y miró por encima del borde de la encimera de nuevo. Cuando vio al agente de seguridad uniformado parado en la puerta, dejó escapar un suspiro de alivio y se paró, mirando más allá del hombre. 

—Yesung, ¿no? —Por favor, Dios, no dejes que cague un nombre de nuevo. 

El guardia de seguridad le sonrió. —Sí, señor.

Hyun casi se desplomó de alivio contra el mostrador. En cambio, se subió las gafas en la nariz y luego movió su largo cabello lejos de su cara. —Creo que hay algo malo con mi interno. Él se molestó muchísimo, empezó a gritar, tirando de su cabello. Es posible que desee ver si está bien. 

El guardia de seguridad dio a Hyun una mirada especulativa luego sonrió. —Ya está siendo atendido, doctor. 

—Bueno. —Yesung parecía un buen tipo. Hyun recordaba vagamente al hombre—. ¿Tu madre estuvo en el hospital recientemente, no?— 

La sonrisa de Yesung se hizo más amplia. —Sí, señor.

—¿Está bien? 

—Oh, sí, señor. Ella está bien. 

—Bien, bien. —Hyun asintió distraídamente los ojos empezando a desviarse hacia su pizarra de borrado en seco. Si pudiera solo... 

—Amó las flores que le envió.
Hyun ladeó la cabeza con curiosidad mientras él rápidamente volvió a mirar al guardia de seguridad. —¿Envié flores? 

Yesung se rió entre dientes. —Sí, señor. Rosas amarillas. 

—¿Y a ella le gustaron? —A las mujeres les gustaba rosas, ¿no es así? Su madre siempre estaba tan emocionada cuando recibía flores. Tal vez fue sólo era una cosa de las madres. 

—Oh, sí, señor. Las amó.

—Bien, bien.

—¿Quiere que lo acompañe a la sala de conferencias, Dr. Kim? — Yesung agarró la chaqueta del traje de Hyun fuera el perchero junto a la puerta y se la ofreció a él

—. Su hermano le espera. 

—Cierto. Yo sabía eso.
Hyun se sacó su bata de laboratorio y se la entregó a Yesung, tomando la chaqueta del traje de tweed a medida que el hombre le tendía y tirando hacia adelante. Jun le aseguró que la chaqueta se veía muy bien en él, pero Hyun la odiaba porque hacía que su piel picara. 

¡Ding!

Hyun se detuvo con la chaqueta a medio camino de sus brazos. Miró hacia atrás y hacia adelante, se dio la vuelta, en busca de una hoja de papel o una servilleta, cualquier cosa en la que pudiera escribir. Sólo pensó en el comienzo de una fórmula que podría ser tejida en tweed pero que no picara. —Oh, ya sabes, si yo tomara... 



—Aquí, doctor. 




Hyun parpadeó hacia abajo en la tableta electrónica que Yesung empujó debajo de su nariz. Había visto estas en la televisión y en Internet, pero... —¿Cómo funciona esto? 

—Permítame. —Yesung tomó la tableta por un momento. Hyun se inclinó y observó al hombre tocar la pantalla hasta que un lienzo en blanco como su pizarra blanca apareció. Un pequeño teclado se deslizó hacia arriba desde la parte inferior de la pantalla con todas las figuras especiales y letras que necesitaba para escribir una fórmula. 

—¿Dónde la encontraste? —Los dedos de Hyun temblaban mientras tomaba la tableta de Yesung y se quedó mirando con asombro. Sus dedos volaban sobre la pantalla, no era muy difícil aun cuando le dolían los dedos al empezar a escribir. 


Esa fórmula aún necesitaba ser resuelta y el programa de Yesung que había abierto para él le permitiría también hacer conjeturas sobre la marcha. 

¡Esto era jodidamente fantástico! 

Yesung se rió entre dientes. —Su hermano me pidió que se la diera. Estaba en camino hasta aquí cuando vi a su interno irse gritando saliendo de aquí . 

—Sí. Es un tipo raro, muy tenso y nervioso. 
Yesung se echó a reír de nuevo, completamente divertido por lo que dijo Hyun, aunque Hyun no tenía idea de por qué. Saltó cuando sintió algo en su hombro sólo para darse cuenta de que Yesung estaba tirando de la chaqueta del traje el resto del camino. 

—Gracias.

—No hay problema, doctor.
Hyun se quedó mirando la tableta de nuevo, haciéndole reverencia casi sin palabras, casi. —¿Mi hermano realmente te ha enviado aquí a darme esto? — Hyun estaba empezando a vibrar por la contención que le tomó no empezar a teclear de nuevo. 

—Él ciertamente lo hizo.
Su hermano era el hermano más cool de la historia de los hermanos.

—Vamos, Doc, —dijo Yesung mientras agarraba a Hyun por el brazo y empezaba a conducirlo hacia la puerta—. Su hermano está esperando arriba. 

La cabeza de Hyun se inclinó en reconocimiento. —Ya lo sabía.
Hyun se quedó mirando a su nuevo dispositivo de nuevo cuando Yesung lo acompañó hasta el ascensor y luego arriba a la sala de conferencias. Tan pronto como se abrió la puerta, Hyun se precipitó en el interior, en dirección hacia su hermano. 

—Jun, esta tableta es fantástica —comenzó diciendo con emoción—. ¿Sabías que tiene un teclado emergente que tiene todas las llaves de mi fórmula en él? Puedo llevar esto conmigo dondequiera que vaya. Es... 

Hyun parpadeó cuando gran parte de Jun cubrió la pantalla de la tablet. Lentamente levantó la cabeza y miró a su alrededor, sonrojándose profusamente cuando vio a otros dos hombres en la habitación. 

—Hola. 

—Dr. Kim, —dijo uno de los hombres mientras se levantaba y le tendía la mano—. Es un placer conocerle al fin. He oído cosas maravillosas acerca de usted de su hermano. 

Hyun sintió su rubor profundizarse y agradecia que su piel no fuera tan blanca, como la de Jun muy cremoso, cortesía de su madre. —Él no dijo nada acerca de usted. —Hyun hizo una mueca casi de inmediato, sabiendo que no era la respuesta correcta por las risas que llenaban la sala. Situaciones sociales no eran su punto fuerte. 

—Siéntate, Hyun. 
Hyun rápidamente hizo lo que su hermano dijo, trasladándose a la silla junto a la suya y tomó asiento. Dejó escapar un pequeño gemido de protesta cuando Jun tomó su nueva tableta lejos de él y la puso en el extremo de la mesa… el extremo opuesto a Hyun. 

—Hyun.
Hyun de mala gana apartó los ojos de la tablet y los elevó a la cara de su hermano. 

—¿Sí?

—Estos dos señores han venido todo el camino desde Richmond a conocerte.
Las pestañas de Hyun parpadearon mientras miraba entre los dos hombres. —¿Por qué? 

—El Dr. Yoon y el Dr. Kang trabajan para un laboratorio de investigación y desarrollo en Richmond. Querían venir aquí y hablar contigo acerca de algunas investigaciones que han estado trabajando en su laboratorio. Están teniendo algunos problemas de desarrollo de su fórmula y deseaban que eches un vistazo, tal vez averiguar por qué los componentes permanecen en estado latente. 

Hyun comenzó a sacudir la cabeza casi de inmediato. —Oh, yo no podría. Tengo que conseguir terminar mi fórmula, Jun. Estoy casi ahí y... 

—Es importante, Hyun.
Hyun se mordió el labio inferior cuando sintió la mano de Jun cubrir la suya. No era frecuente que su hermano realmente le pidiera algo a él. Jun generalmente sólo dejaba a Hyun mentalmente vagar donde quiera que quisiera ir. 

—Supongo que podría echar un vistazo rápido. 

—Apreciaría eso, Hyun.

—Está bien.
Hyun se sintió mejor cuando Jun le sonrió. Se sintió mejor cuando Jun estableció la nueva tablet de nuevo frente a él. Hyun miró hacia arriba a través de su flequillo, sus ojos lanzando dardos a los otros dos hombres, cuando empezaron a hablar con su hermano, básicamente, sin hacerle caso. 

¡Yippee!

Hyun comenzó a teclear de nuevo. 

Hyun se sentía como si estuviera arrastrando el culo mientras empujaba la puerta de su casa y entró. El trabajo había durado mucho más tiempo de lo habitual debido a su propio trabajo y la nueva fórmula, y estaba cansado. Rápidamente se dio la vuelta y cerró la puerta, bloqueándola. Su hermano estaba constantemente perforando en su cabeza acerca de asegurarse de que su casa estuviera asegurada. 

Ser cuidadoso tenía sentido teniendo en cuenta que tenía un laboratorio en el sótano. No todo en lo que trabajaba tenía que ver con detener los avances del envejecimiento. Algunas cosas eran una mierda que surgía en su cabeza, como la tela contra la picazón de trajes de tweed. 

Algunas cosas simplemente necesitaban ser resueltas.

Meow. 

Hyun sonrió mientras miraba hacia abajo. —Hey, Saengie. —Se inclinó y acarició la suave piel de su gato—. ¿Me extrañaste? 

Saeng parpadeó hacia él con sus brillantes. 

Más allá de la curiosidad científica, a Hyun no le importaba por qué ocurrió. 

Adoraba a Saeng, que había sido un regalo de su hermano, cinco años antes. Saengie había sido sólo un gatito de apenas seis semanas de edad. Hyun había echado un vistazo a esos ojos y había caído inmediatamente enamorado de su nueva mascota. 

Ellos eran inseparables. Siempre que Hyun tenía que ir a un viaje a una conferencia o simposio, Saeng viajaba con él en una jaula para gatos. Llevaría a Saeng a trabajar con él si pensara que podría colarlo saltándose la seguridad. 

Meow.
—Lo sé, tienes hambre, ¿no es así? Vamos a conseguir dejar todo guardado, y entonces puedes tener comida. 

Hyun sonrió mientras se levantaba. Saeng corriendo detrás de él mientras caminaba hacia la cocina. Dejó el maletín en el mostrador y luego abrió la caja de comida para llevar y sacó el sándwich, colocando el pavo y queso en un plato para Saeng y tirando el resto.

A Saeng no le gustaba la lechuga o tomates y mucho menos las papas. 

Saeng maulló hasta por los codos hasta que Hyun puso el plato en el suelo delante de él. Hyun acarició suavemente la espalda de Saeng mientras veía a su gato bajándose por la comida como si estuviera muriendo de hambre. 

No lo estaba.

—Cálmate, Saengie, —amonestó Hyun— vas a enfermarte si comes tan rápido. Y no te estás muriendo de hambre. Sé que te di a comer antes de salir para el trabajo hoy. 

Saeng simplemente siguió comiendo. 

Hyun se rió suavemente ante el entusiasmo de Saeng mientras negaba con la cabeza y se levantaba. Cogió su maletín de cuero marrón y se lo llevó hacia el laboratorio del sótano. Hyun había heredado la casa después de que su madre falleció. Había estado fuera en la universidad para obtener su licenciatura en ese momento. 

Jun tenía la casa actualizada y reequipada antes de que Hyun se trasladara, incluyendo la construcción de un laboratorio en el sótano y una bañera de hidromasaje en el patio trasero. Había sido un regalo para Hyun cuando se graduó de la universidad. 

Jun siempre estaba haciendo cosas por el estilo. Si no estaba reequipando una antigua casa victoriana y poniendo un laboratorio en el sótano para que Hyun pudiera seguir su pasión por la investigación y el desarrollo en el país, estaba asegurándose de que Hyun estuviera seguro dondequiera que iba. 



Jun era un gran hermano. 




Hyun se detuvo en el teclado y tecleó el código de seguridad que sólo él y Jun sabían. Después de un momento, una luz verde destelló en la plataforma de la mano. Hyun colocó su palma contra la almohadilla y esperó. Otra luz brilló cuando se leyó su impresión de la palma, y luego la puerta sonó y se desbloqueó. 

Hyun la abrió, dejando abierta justo lo suficiente para que Saengie pudiera pasar, y luego caminó por las escaleras de su laboratorio en el sótano. 

Dejó el maletín en el mostrador más cercano y empezó a sacar cosas que él había traído a casa desde el trabajo. El elemento más importante fue la nueva tablet electrónica que Jun había comprado para él. 



Bueno, eso y el tubo de ensayo sellado que el Dr. Yoon y el Dr. Kang le habían suministrado. Tenían una fórmula, pero no estaba funcionando correctamente. Por lo que Hyun entendió, sólo querían que echara un vistazo en ella y ver si podía averiguar donde había salido mal y ponerlos en el camino correcto. Hyun no sabía qué camino estaban esperando viajar, y los dos médicos no se lo habían dicho. 

Dejó el tubo sellado cerca de su microscopio para poder verlo más tarde, y luego regresó a su escritorio y conectó su nueva tablet en su ordenador de la forma que Jun le había mostrado. 

Después de pulsar el botón, los archivos comenzaron a transferirse de inmediato. 

Se quedó asombrado al ver a todas sus notas aparecer en su ordenador portátil desde la tablet. Era un dispositivo impresionante, y Hyun no podía entender cómo había fallado al no tener uno antes. 

Todo el mundo necesita una tablet. 

Mientras observaba las notas que había tomado al principio del día aparecer de una manera muy organizada en la pantalla de su ordenador portátil, Hyun cogió el teléfono, marcando el número de teléfono de su hermano, sin siquiera tener que mirar. 

El hombre era el número uno en su marcación rápida, después de todo. 

—Jun —Hyun comenzó tan pronto como escuchó la otra línea ser atendida— esta tablet es increíble. Funcionó como dijiste que lo haría. Todas mis notas están ahí. Todo lo que tenía que hacer era enchufarlo como me dijiste y pulsar el botón, y ellas acaban de aparecer en mi computadora portátil. 

La profunda risa de Jun flotó a través de la línea telefónica. —Me alegro de que te guste, hermanito. 

—Lo hago.
Hyun empezó a saltar sobre las puntas de sus pies mientras miraba el resto de su carga de notas. Una vez que estuvieran en su computadora portátil, podría transferirlas fácilmente a una de las grandes pantallas de más de su escritorio. Eran pantallas especiales que Jun le había comprado. Se podía utilizar un lápiz óptico sobre ellos, garabatear sobre sus notas, y se guardaban automáticamente en su portátil. 

—¿A Sangie le gustó su comida? 

—Él todavía está pegándose un atracón.
Hyun sonrió cuando escuchó a Jun reír de nuevo. Le gustaba cuando su hermano se reía. No se reía con nadie así, excepto Hyun. Jun parecía contener a todos los demás en a un brazo de distancia. 

—Dile que dije hola.

—Lo haré. —Hyun frunció el ceño cuando oyó una voz femenina en el fondo. Sonaba muy aguda y molesta—. Jun, ¿estás en una cita? 

—No te preocupes por eso, hermano. Ya casi ha terminado de todos modos. Estaba esperando la cuenta. 

—Oh. —Eso fue malo. Si Jun ya estaba pidiendo la cuenta, entonces la cita se había apagado. No sabía quién era la pobre mujer porque Jun rara vez le presentaba sus citas, pero ella no debía haber sido tan genial si Jun estaba dispuesto a llevarla a su casa ya—. ¿Voy a conocer a ésta, Junnie? 

—No, yo no lo creo,Hyun. 

Por un momento, Hyun se olvidó de sus fórmulas y la investigación. Se olvidó de la nueva tablet que había traído a casa del trabajo y las notas que había tomado con tanto esfuerzo. Incluso se olvidó de Sangie. Todo lo que podía pensar era en la tristeza que podía escuchar en la voz profunda de su hermano. 

—Encontrarás a alguien, Jun. Eres un gran hermano, así que sé que tienes que ser un buen tipo. Hay alguien por ahí para ti en alguna parte. —Hyun rezó para que sus palabras no regresaran a morderle en el culo porque Jun realmente necesitaba a alguien que se preocupara por él tanto como Jun se preocupaba por todos los demás. 

Jun parecía cansado cuando respondió, y ligeramente molesto, aunque Hyun no creía que el hombre estuviera molesto con él. —Estoy seguro, hermano. No quiero que te preocupes por ello. Sólo tienes que ir a jugar con tu tablet y conseguir una buena noche de sueño. Nos vemos mañana en el trabajo. 

—Está bien, pero si necesitas hablar, llámame.

Jun se rió entre dientes. —Lo haré. 

—Está bien. Buenas noches, Junnie.

—Buenas noches, Hyunnie. 

Hyun quedó mirando a su teléfono durante un par de segundos después de colgar, todavía preocupado por su hermano. Y entonces su nueva tablet sonó, y Hyun se olvidó de todo excepto las notas que había tomado en el trabajo y lo que tenía que hacer para resolver el resto de su fórmula. 

Hyun cogió su lápiz y se dirigió a la pantalla del ordenador que cubría una gran parte de una de las paredes. Empezó mirando por encima de la fórmula que había estado trabajando, tratando de averiguar exactamente lo que estaba mal con ella. 

Aproximadamente el noventa y seis por ciento de la masa del cuerpo humano estaba compuesta por sólo cuatro elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, y nitrógeno, con una gran cantidad de que estaba en forma de agua. El cuatro por ciento restante era una escasa toma de muestras de la tabla periódica de elementos. 

Algunos de los representantes más destacados eran llamados macronutrientes, mientras que los que aparecen sólo en el nivel de partes por millón o menos se conocen como micronutrientes. Esos nutrientes realizan varias funciones, incluyendo la construcción de los huesos y las estructuras de las células, regulan el equilibrio del pH del cuerpo, llevando la carga, y conduciendo las reacciones químicas. 

Unos sesenta elementos químicos diferentes estaban en el cuerpo, pero lo que todos ellos estaban haciendo allí era aún desconocido. Varios de los elementos, -como el silicio, boro, níquel, vanadio y plomo se cree que desempeñan un papel biológico- pero no se clasificaban como esenciales. 

Hyun estaba bastante seguro de que eso podría no ser el caso. Tenía la teoría de que los elementos no esenciales eran más importantes de lo que se pensaba. 

Hyun estaba tratando de aislar a los elementos que provocaban la acumulación de ADN mutado y que desencadenaban el envejecimiento. 

Hay dos escuelas de pensamiento sobre el envejecimiento. Una teoría dice que la muerte celular era la causa del envejecimiento. La otra teoría, llamada estrés oxidativo, decía que el proceso de envejecimiento es el resultado de la vida útil del oxígeno que reacciona con radicales libres o moléculas que dañan las células que se han producido de forma natural por el cuerpo.

La teoría de Hyun era que los elementos menos esenciales podrían prevenir que se produzcan mutaciones en el ADN mitocondrial -ya sea para todo el cuerpo, o sólo para áreas especializadas, si se aumentaran en las mitocondrias de cada célula. 

Además del hecho de que él no podía entender las últimas ecuaciones para su fórmula, Hyun no podía soportar los ratones, lo que significaba que no habría pruebas. Con lo más cercano que Hyun podría llegar a probar sus teorías sobre un tema en vivo era su hilera de plantas de interior. 

Hyun hizo algunos ajustes a su fórmula luego dio un paso atrás y se quedó mirándola. Empezó por el principio y con cuidado se acercó a cada ecuación, cada elemento que había en la lista, todas las facetas de la fórmula, rodando alrededor en su mente. Poco a poco, una hipótesis concreta se empezó a formar y volver a la vida en su cerebro, y Hyun comenzó a emocionarse. 

Corrió a su mesa de trabajo y encendió su mechero Bunsen. Agarró algunos vasos limpios, un bastidor de tubo de ensayo, y varias placas de Petri. Después de conseguir todo lo que necesitaba lo colocó de la manera que él quería, Hyun se puso su bata de laboratorio luego se lavó y desinfectó las manos. 

Una vez que estaba de vuelta en su banco de trabajo, Hyun utilizó un bisturí y cortó cuidadosamente un pequeño trozo de piel de su brazo, dividiendo en pedazos minúsculos y soltándolos en un par de placas de Petri. Fue sólo la parte superior de las capas de la piel por lo que realmente no había mucha necesidad de un vendaje. Ni siquiera había empezado a sangrar. 

Sólo por si acaso y para fines de comparación, Hyun sacó un poco de sangre de su brazo. Dejó la mitad en la jeringa, y la otra mitad la dividió entre unas pocas placas de Petri. Una vez que tuvo sus muestras humanas, Hyun empezó a añadir productos químicos que había enumerado en su fórmula, uno a la vez.
Algunas de las reacciones químicas que presenció eran las que había visto antes y otras eran nuevas. Hyun tomó buena nota de las reacciones en cada placa de Petri. Después de catalogar lo que había en cada caja de Petri, Hyun transfirió sus resultados a tubos de ensayo. Había seis tubos de ensayo establecido en el bastidor de tubo de ensayo, pero ningún tapón. 

Hyun estaba confundido porque era condenadamente cuidadoso sobre tener todo su equipo configurado antes de empezar un experimento. Dejó que su mirada se desviara hacia el otro lado de la mesa, más allá de la neblina humeante elevándose desde el calentamiento de fluidos en el mechero de Bunsen. Los tapones deberían haber estado con los tubos de ensayo. 

Hyun bajó la cabeza y miró debajo de su mesa de trabajo, buscando en los estantes y luego debajo del suelo. Cuando no se encontró ningún tapón, empezó a caminar lentamente alrededor de la habitación, en busca de los estúpidos pedacitos negros. 

Cuando Saengie entró y saltó sobre su silla, Hyun frotó distraídamente el suave pelaje del gato. —¿Has visto mis tapones, Saengie? 

Meow.

—No puedo verlos en ninguna parte. —Hyun cogió a Saengie y acunó al gato puro en sus brazos. El ronroneo fuerte de Saengie le acompañó mientras seguía mirando alrededor de la habitación. 

Hyun comenzó a girar de nuevo hacia su mesa de trabajo cuando vio un destello de negro escondido atrás en la esquina de la habitación, en el suelo. Rápidamente estableció a Saengie en el mostrador y salió corriendo a comprobarlo. 

Efectivamente, había un montón de tapones negros de sus tubos de ensayo... ubicados sobre una manta con el ratón de hierba gatera de Saengie. 

—¡Maldita sea, Saengie!

Hyun cogió los tapones y se levantó de nuevo a sus pies. Él golpeó su mano sobre el mostrador mientras se dio la vuelta para mirar a Saengie -justo a tiempo para ver el siseo del gato y su salto, derribando algunas de las sustancias químicas que Hyun había estado usando y todos los tubos de ensayo, incluyendo el del Dr. Yoon y el Dr. Kang 

Hyun palideció. Jun iba a estar enojado. 

Saengie maulló y silbó, saltando del mostrador, y Hyun se dio cuenta de que tenía problemas más grandes que Jun enojándose con él. Cuando Saengie había entrado en pánico, todos los tubos de ensayo y recipientes de productos químicos se habían caído y roto. 

Saengie había sido rociado.




Saengie había sido rociado.

Hyun bajó los tapones y persiguió a su gato Saengie agarrándolo justo cuando el peludo felino llegó a la puerta. Hizo una mueca cuando las garras de Saengie se clavaron en su piel mientras lo llevaba al fregadero de acero inoxidable en el lado opuesto de la habitación y lo puso dentro de ella. 

Saengie siseó y escupió cuando Hyun abrió el agua y trató de limpiarlo. En el momento en que tenía al gato enjabonado con el jabón especial que Hyun utilizaba en el laboratorio, Saengie estaba allí sentado mirándolo enojado -tanto como un gato mojado podría verse. 



Hyun estaba muy, muy seguro de que habría una bola de pelo en sus zapatillas mañana. 

—Oh, cariño, lo siento mucho. Sé lo mucho que odias el agua, pero tengo que conseguir estos productos químicos fuera de ti. —Hyun sintió las lágrimas quemar sus ojos, y supo que no sólo provenían de los productos químicos que se lavaban fuera de la suave piel de Saengie. 

Los dolorosos maullidos de Saengie hacían a Hyun sentirse horrible. 

Sabía que Saengie normalmente ni siquiera subía a su mesa de trabajo. Saengie sabía que no podía subir. Hyun había sido el único culpable al poner al gato en el mostrador de metal, y él también era el que había abofeteado al metal, asustando a Saengie y haciéndole saltar. Si algo le sucedía a su amado gato, sería su culpa. 

Una vez que Saengie se lavó y se enjuagó, Hyun le revisó desde la cabeza hasta la cola, en busca de cualquier signo de que los productos químicos que había estado usando podrían haber afectado a Saengie. A excepción de unos pocos parches delgados sobre su piel mojada, Saengie se veía como siempre lo hacía. 

Sólo cabreado.

Hyun llevó a Saengie arriba fuera del laboratorio y por el pasillo hasta el cuarto de baño. Él lo envolvió en la tolla más grande y más mullida de lino que pudo encontrar y luego lo llevó a la cocina. No le gustaba echar a perder a Saengie muy a menudo, pero esta situación llamaba seriamente por un plato de leche. 

Esto incluso podría conseguirle una nueva bola de estambre. 

Después de verter un pequeño plato de leche y establecerlo en el suelo, Hyun se apoyó en el mostrador y miró de vuelta a Saengie. Adoraba a Saengie. El maldito gato era prácticamente su mejor amigo, además de Jun. Hyun no sabía lo que haría si algo le sucedía a su amado gato. 

Una vez que Saengie terminó, simplemente se volvió y miró fijamente a Hyun mientras comenzaba a lamer su piel aún húmeda. Hyun se sintió como un villano. 

Podía sentir el mal fulminante que Saengie seguía enviándole.

—Lo siento mucho, Saengie. —Hyun se inclinó y recogió a Saengie luego lo llevó a la habitación, estableciéndolo abajo en el medio del edredón de felpa azul marino. Saengie tenía su propia cama, pero generalmente terminaba durmiendo con Hyun -a pesar de que sabía que no debería estar en la cama. 

Hacía a los dos sentirse mejor.

Hyun encendió la televisión y lo puso en el canal de cocina, uno de los canales favoritos de Saengie. —Quédate aquí y descansa, Saengie. Voy a ir a limpiar el laboratorio, y luego voy a volver y nosotros podemos acurrucarnos mientras comemos la cena. Estoy pensando en sándwiches de atún. 

Meow.

—Sí, pensé que te gustaría.

Hyun hizo una mueca mientras a regañadientes dio la vuelta y salió de la habitación. Odiaba dejar a Saengie hasta que estuviera seguro de que el gato estaba bien, pero realmente necesitaba conseguir el laboratorio limpió. Productos químicos y tubos de ensayo derramados eran una receta para el desastre. 

Tan pronto como Hyun llegó al laboratorio, entró en el modo de limpieza, incluyendo ponerse un traje limpio y mascarilla facial. Mientras limpiaba las sustancias químicas, Hyun dio cuenta de que los viales que contenían su sangre, unos productos químicos de su propia fórmula y la fórmula que él había traído a casa del Dr. Yoon y el Dr. Kang se habían mezclado. 

La combinación de líquidos se estaba convirtiendo a un muy interesante color naranja dorado. Hyun se inclinó más cerca, arrugando la frente. Rápidamente apartó la máscara y cogió una lupa del mostrador, inclinándose para echar un vistazo más de cerca. 

Su aliento se atascó en su garganta. Él apenas podía verlas, pero estaba seguro de que las pequeñas partículas estaban flotando alrededor en el líquido verde -en realidad nadando. Parecía que estaban nadando de todos modos, cientos de ellas.

Hyun cogió un portaobjetos limpio y un gotero. Succionó la mayor cantidad de líquido que pudo con el gotero y la apretó en un tubo de ensayo, poniendo un tapón en la parte superior y colocando el tubo en el estante de prueba. 

Tomó una gota del líquido y la dejó caer en el portaobjetos limpio, luego puso el portaobjetos bajo el microscopio. La emoción brotaba dentro de Hyun cuando miró a través de la lente y vio que las pequeñas partículas estaban de hecho nadando en el líquido de color naranja por sus propios medios. 

Hyun necesitaría descomponer el líquido y saber exactamente qué productos químicos y materiales biológicos se habían mezclado. Había una gran parte de él que estaba ardiendo de curiosidad por saber lo que estaba viendo y cómo se podría utilizar para ayudar a la gente, pero una parte aún mayor quería saber para poder asegúrese de que Saengie estaba bien. 

Hyun no supo cuánto tiempo pasó tratando de separar todos los componentes diferentes, pero cuando fue a levantarse de su microscopio, se tambaleó hacia atrás, con un dolor profundo enroscado a través de su espalda baja. 

Un rápido vistazo al gran reloj rojo de LED en la pared le dijo que estaba cerca de la madrugada, lo que significaba que tenía que descansar un poco para poder ir a trabajar. Fórmula Loca o no, Jun lo esperaba en el trabajo. 

Hyun cuidadosamente almacenó lejos las muestras que tenía, colocando la fórmula sellada dentro del refrigerador asegurado que Jun había construido en la pared. Era más como un refrigerador a ras de suelo, que enfriaba la temperatura adecuada, pero también tenía protocolos de seguridad y protección en él. Nadie, excepto Hyun y Jun podían entrar. 

Después de asegurarse de que todas sus muestras estaban cerradas con seguridad, Hyun finalizó la limpieza del laboratorio a continuación, asegurando sus notas. Por mucho que él quería aprovechar esta nueva fórmula para su laboratorio en Farmacéutica y trabajar en él, algún instinto le decía que mantuviera su nuevo descubrimiento en secreto. 

Todo lo que Hyun podía hacer era levantar un pie después del otro mientras subía las escaleras a la planta principal de la casa y cerraba la puerta del laboratorio detrás de él. Era aún más difícil subir las escaleras hasta su dormitorio del segundo piso. 

Tal vez llamaría al trabajo para poder ir en un poco tarde. Su hermano comprendería que había estado trabajando en el laboratorio durante toda la noche. No era como si no lo hubiera hecho antes. Unas pocas horas, no harían mucha diferencia. 

—Hey, Saengie—dijo Hyun distraídamente mientras pasaba junto a la cama donde Saengie estaba limpiándose a sí mismo y se dirigió al cuarto de baño. Necesitaba una ducha rápida para conseguir sacar fuera la suciedad del laboratorio, mientras se dirigiría allí, Hyun se quedó inmóvil, mirándose fijamente en el espejo del baño, shock rodando a través de él como una tormenta de truenos. 

Tragó saliva con tanta fuerza que su garganta se lastimó. El corazón le latía tan rápido que pensó que tenía una muy buena oportunidad de golpear a la derecha de su pecho. Hyun se volvió lentamente y dio pequeños pasos vacilantes de nuevo a la puerta del baño. 

Se pasó la lengua por los labios resecos mientras miraba al magnífico hombre -y totalmente desnudo- de pelo castaño sentado en el centro del colchón, una pierna levantada hacia arriba en el aire mientras lentamente lamia la piel de color rosa pálido de su muslo. 

—¿Saengie? 





Saengie empezó a maullar, pero salió más como un gemido ahogado. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo. —Me-me-meo-oh, esto es ridículo. Miau. —Saengie entrecerró los ojos mientras observaba los hermosos ojos de Hyun rodar dentro de su cabeza cuando el hombre cayó al suelo como un ladrillo de dos toneladas. 

Saengie se retorció sobre la cama hasta que hizo su camino hasta el final de la cama. Sus brazos y piernas parecían ser mucho más grandes de lo que solían ser. 
Saengie no estaba seguro de que le gustara eso. También estaba mucho más lejos del suelo, como kilómetros tal vez. 

Saengie gruñó bajo en su garganta cuando vio el cuerpo tendido de su humano en el suelo. Bueno, eso no haría nada. Hyun era peculiar y algo despistado, pero pertenecía a Saengie y era el trabajo de Saengie, asegurarse de que su ser humano estaba bien cuidado. 


—Ouch. 

Quién dijo que los gatos siempre aterrizaban sobre sus pies no debieron tener pies humanos. Saengie sentía como si hubiera perdido el suelo por completo cuando salió de la cama y golpeó una pared de ladrillos en su lugar o para el caso de madera. 

Él se quedó allí por un momento y se quedó mirando los azulejos blancos del techo sobre su cabeza. Los había visto antes. Ellos simplemente no se veían tan... tan cerca antes. 

Con un poco de esfuerzo, Saengie rodó a su lado y luego se empujó a sí mismo en una posición sentada. Agarró a Hyun por los hombros y suavemente puso al hombre sobre su espalda. No fue una tarea fácil, y él estaba jadeando en el momento en que lo hizo. 

Hyun era un hombre mucho más grande que Saengie, incluso en esta nueva forma de dos patas que había asumido. 

Saengie se inclinó y lamió un lado de la mejilla ahora pálida de Hyun. Fue un gesto que había hecho un millón de veces cuando él tenía pelaje y cuatro patas. Mientras que la piel de Hyun tenía el mismo sabor salado, parecía que había sólo una pizca más de almizcle varonil. Saengie se encontró lamiendo cada vez más piel. 

A Saengie no le gustaba la segunda piel restrictiva que su humano usaba durante el día. Esta capa inferior de la piel era mucho más cálida. Saengie jugueteó con los botones de la camisa de Hyun que había visto a su humano colocarse. Una vez que ellos cedieron y el material de algodón blanco, separado, Saengie deslizó su mano en la abertura, ronroneando bajo en su garganta ante la cálida sensación de la piel desnuda de Hyun. 

¡Oh, mírame utilizando pulgares oponibles! 

Ahora, si sólo Hyun despertara. 

Saengie estaba aumentando su preocupación por el científico despistado, y estaba asustado. ¡Y el frío, estaba tan frío, tenía sentido ya que no tenía su maldito pelaje!
Saengie se tendió junto a su ser humano y se acurrucó a su cuerpo más caliente. 

Hyun siempre le daba un poco de calor. Como un gato, eso había sido maravilloso. Abrazar a su ser humano era como estar envuelto en luz del sol. 

Saengie no tenía ni idea de cómo iba a entrar en calor ahora. 

Incluso ahora, pegado a Hyun como estaba, había todo un lado de su cuerpo que estaba helado. Saengie deseó tener una segunda piel como la que Hyun tenía. 

Hyun tenía un armario junto a la pared. 

A Saengie le gustaría algo de color verde. El verde era un color agradable. Le recordaba a Saengie el pasto cuando el sol brillaba. Oh, tal vez de color amarillo, al igual que el sol. Eso estaría bien, también. Si se frotaba alrededor de las piernas de Hyun, podría ser capaz de convencer a su humano para que le comprara una capa externa de piel en amarillo o verde. 

Funcionó para sus golosinas para gatos. 

Hyun gimió. 

El aliento de Saengie se atrapó cuando su humano se movió contra su nuevo cuerpo. No era una sensación desagradable, sólo que Saengie nunca lo había experimentado antes. No estaba seguro de qué pensar de la manera en que su cuerpo se estremecía ante el contacto. Mientras que él siempre había disfrutado frotándose contra Hyun, su piel nunca se había estremecido antes. 

Tal vez era la falta de pelo. 

—Wow. —Los ojos de Hyun revolotearon rápidamente antes de abrirse todo el camino. Levantó una mano y la frotó por su rostro mientras él comenzó a reír—. Oh hombre, Saengie, tuve un sueño muy raro. Nunca vas a creerlo. 

—Oh, sí que lo haría. —Saengie levantó la cabeza para mirar hacia abajo a Hyun—. Yo estaba allí. Te fuiste hacia abajo —Saengie refunfuñó— sigo pensando deberías dejarme tener la maldita cosa. 

—¡Santa mierda! —Los ojos de Hyun dominaban su rostro ya pálido mientras saltaba y se apresuraba hacia atrás hasta que golpeó el borde de la cama—. ¿Quién demonios eres tú? 

—¿En serio? —Saengie ladeó la cabeza—. Hay un hombre totalmente desnudo en tu habitación por primera vez en mucho tiempo, ¿y eso es lo único que vas a decir?
Hyun sólo parpadeó. 

Por un momento, Saengie se preocupó de que su humano estuviera teniendo algún tipo de convulsiones. Las había visto antes cuando vio documentales con Hyun. No eran bonitas, pero tampoco lo eran los documentales. 

Y Hyun se molestó cuando Saengie trató de cambiar el canal. 

Saengie pudo ver que su ser humano necesitaba consuelo. Hyun se estaba pellizcando. Necesitaba un buen roce y tal vez un ronroneo. Saengie se acercó más de la mejor manera que pudo, teniendo en cuenta que su culo sólo había crecido varias veces más grande de lo que había sido antes. 

¡Y su cola había desaparecido! 

Saengie se detuvo y se pasó la mano sobre el lugar en la parte superior de su trasero, donde la cola debería haber estado. Las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando se dio cuenta de que su cola verdaderamente se había ido. Él amaba su cola. 

—Hyun. —Los labios de Saengie temblaron cuando alzó la cabeza y miró a su humano—. Mi cola se ha ido. 

Los hombros de Saengie se desplomaron cuando Hyun cayó al suelo con un ruido sordo. Así que esto no iba bien. Hyun tenía que despertar de una puta vez y pensar en algo para darle a Saengie su cola de nuevo.



Saengie se deslizó por el suelo de madera, hasta que llegó al cuerpo tendido de Hyun. Esta vez, él no iba a esperar hasta que su humano despertara. Quería respuestas, y Hyun podía proporcionarlas. 

Saengie estaba empezando a acostumbrarse a sus extremidades extrañas. Era más fácil esta vez moverlas y hacer que fueran donde él quería que fueran, que era actualmente más cerca de Hyun. 

Saengie se retorció a su manera en la parte superior del hombre, a horcajadas sobre él. 

Y luego se dio una palmada a Hyun en la cara. Era diferente a hacerlo con una pata. La marca roja floreciente en la mejilla de Hyun hizo un nudo en el estómago de Saengie. 


Tal vez no debería haberlo golpeado tan duro. 

—Vamos, Hyun, despierta. Por favor. —Saengie odiaba golpear a su humano. Simplemente no se sentía bien, pero necesitaba que Hyun despertara. Haciendo una mueca, Saengie levantó la mano en el aire para golpear al hombre nuevo, pero entonces los párpados de Hyun empezaron a revolotear. 

Saengie tomó el rostro de Hyun entre sus manos y se inclinó hasta que las puntas de sus narices chocaron. Cuando las pestañas de Hyun se levantaron, el hombre inhaló suavemente, los iris en sus ojos se ampliaron hasta que dominaban su rostro. 

Hyun tragó saliva, sus ojos lanzando hacia atrás y adelante a través de la cara de Saengie. —¿Saengie? 

—Sip.

Hyun comenzó a parpadear rápidamente. —¿Cómo? 

—Tú eres el cerebro de este equipo. Dime tú. 

—Yo... yo... —Hyun tragó de nuevo— ¿el accidente de laboratorio, tal vez? 

—Esa sería mi apuesta.

Los ojos de Hyun se alejaron, y el hombre comenzó a parecer que tenía la mirada perdida en el espacio. Comenzó murmurando para sí como solía hacer cuando él estaba considerando algo. Este era un aspecto que Saengie había visto muchas veces a lo largo de los años. 

—El compuesto que Jun me dio... —La voz de Hyun se fue apagando, sus ojos moviéndose de nuevo a Saengie. Por un momento, Saengie no entendió el rubor que llenó el rostro de su humano, convirtiéndolo de un color rojo intenso. 

Y entonces sintió algo largo empujando con fuerza entre sus muslos. Saengie miró entre su cuerpo y Hyun. Estaba bastante seguro de que sabía lo que era eso. El hombre parecía tener una obsesión con acariciar su cola delantera, pero sólo cuando las luces estaban apagadas. 

Humano estúpido no sabía que los gatos podían ver en la oscuridad. 

—Lo siento —susurró Hyun cuando Saengie se volvió hacia él. Bueno, no directamente hacia él. Un poco hacia un lado, como si Hyun no fuera capaz de mirar a Saengie directamente a los ojos— yo... uh... 

—Hyun, puedes jugar con tu cola más tarde, después de haber descubierto lo que pasó con la mía. 

—Oh hombre. —Los ojos de Hyun se apretaron cerrados—. Eso no es una cola, Saengie. 

—¿En serio? —Las cejas de Saengie se elevaron mientras miraba de nuevo el bulto cubierto de tela, la curiosidad abrumándolo—. ¿Qué es? 

—Um... —Los labios de Hyun se apretaron, su rostro enrojeciendo aún más. 

La vergüenza de Hyun era adorable, pero el rojo infundiendo su rostro no se iba. Rojo no era un buen color en el científico guapo. Se veía mejor en los colores oscuros que mostraban la vitalidad en sus ojos. 

Saengie mentalmente rodó los ojos. Realmente necesitaba conseguir su mente de nuevo en el juego. Hyun había parecido siempre ser uno de los humanos más atractivos que había visto, pero él seguía siendo un ser humano. Por supuesto -Saengie frunció el ceño hacia su cuerpo desnudo- sin pelo, también, parecía que era un ser humano ahora. 

—Bueno, mira, Hyun —Saengie puso la palma sobre el pecho del hombre— eres un buen humano, y me alegro de que seas mi humano. He oído algunas historias procedentes de los otros gatos en el barrio acerca de lo que algunos humanos hacen a sus gatos. No es bonito. ¿Pero esto? —Saengie movió su mano por su cuerpo muy humano—. Esto es demasiado. 

—¿Lo siento? —Definitivamente fue una pregunta. 

—No lo sientas, Hyun. Arréglalo. —A Saengie decididamente no le gustaba no tener pelaje—. Me estoy congelando las pelotas aquí, y yo ni siquiera puedo lamerlas. —Él lo intentaría si pensara que podría hacerlo. Saengie ladeó la cabeza a Hyun—. ¿Cómo demonios se supone que debo lavarme cuando me veo de esta manera? 

—Uh... ¿una ducha?

Saengie se echó hacia atrás. —Oh, diablos, ¡no! —Apuntó con su dedo pulgar en el pecho—. Este gatito no toma duchas.

—Tú no eres más un gatito —le gritó Hyun. 

Saengie cayó hacia atrás, su boca abierta mientras se deslizaba lejos de Hyun. A excepción de cuando se metió en la basura, y esa vez que había dejado un ratón muerto debajo de la mesa de café, Hyun nunca le había gritado. 

A Saengie no le gustaba. 

Apretó la espalda contra la pared y siseó a Hyun, totalmente sorprendido de que todavía pudiera hacer ese sonido. Hyun parecía igual de sorprendido. Su mandíbula cayó. Saengie sólo deseaba poder aplanar las orejas hacia abajo. Hyun sabría a ciencia cierta que estaba enojado entonces. 

Eso fue casi tan decepcionante como no tener una cola. 

Casi. 

Hyun suspiró, mirando distraídamente por la habitación mientras se incorporó y apoyó los brazos sobre las rodillas. —Mira, Saengie, hasta que pueda resolver esto, tienes que actuar como un... —Hyun pasó la mano por su pelo marrón, por lo que lo dejo un poco más desordenado de lo normal, y por lo general era un completo desastre- Dios, no puedo creer que vaya a decir esto, pero tienes que actuar como un ser humano. 

—¿Y cómo demonios se supone que voy a hacer eso? —Saengie olfateó—. Yo sé cómo actuar como un gato, no como un ser humano. 

—Te voy a enseñar.

Saengie se quedó mirando a Hyun. Adoraba a su humano, él realmente lo hacía. Hyun era un buen tipo. Siempre tenía buenas intenciones. Se aseguraba de que Saengie tuviera un montón de comida, cosas de buena calidad también, no esa mierda que la mayoría de los gatos tenían que comer. 

Él siempre daba a Saengie una gran cantidad de juguetes, y Saengie incluso tenía su propia canasta junto a la ventana grande en la parte delantera de la casa para que estuviera cómodo mientras tomaba el sol. En general, Hyun era el hombre perfecto. Sólo había un pequeño problema con el tipo. 

El Dr. Kim Hyun Joong era un completo desastre para caminar. 

—¿Tú vas a enseñarme a ser un humano?

Hyun se encogió de hombros como si el peso del mundo descansara sobre ellos. —No creo que nadie deba saber de esto. Probablemente vendrían y te llevarían lejos de mí. 



Saengie gruñó. 




—¿Cierto? —Hyun lanzó sus manos al aire—. Teniendo en cuenta lo que te ha pasado, es probable que no confíes en mí, pero realmente no era mi intención que esto sucediera. Estoy bastante seguro de que fueron los productos químicos que se derramaron en ti en el laboratorio. 

—¿Qué eran? —Igualmente él no tenía ni una sola idea de lo que eran cuando Hyun los describió en gran detalle. Hyun era el científico. Saengie era el gato. Esa distinción había estado trabajando bien para ellos en los últimos cinco años. No parecía haber ninguna razón para meterse con ella ahora. 

—Hasta donde yo sé, entre los productos químicos que se derramaron en ti había un vial que contenía un poco de mi sangre, unos productos químicos de la fórmula en la que he estado trabajando, y una fórmula de dos doctores que Jun trajo para trabajar ayer. Estaban teniendo problemas con ella y deseaban que echara un vistazo sobre ella. 

Los ojos de Saengie estaban abiertos del todo. —¿Algo más? 


Hyun negó con la cabeza. —Yo no lo creo, pero eran cosas fascinantes. La combinación de líquidos resultó ser de un muy interesante de color naranja dorado. Cuando miré en el microscopio después de darte la leche, podía ver pequeñas partículas flotando entre el líquido de color naranja, cientos de ellas moviéndose a su propio ritmo. Verdaderamente fascinante. 

—Sí, fascinante.

Saengie recordaba a Hyun hablando acerca ese momento. Dudaba de que el hombre ni siquiera supiera que estaba allí cuando iba hablando sobre lo que había visto bajo el microscopio y lo que podría significar para su trabajo si podía averiguar la fórmula. 

Saengie rodó sobre sus manos y rodillas y se arrastró lentamente para salir de la habitación. Hyun se había ido a su propio pequeño mundo nerd. Podrían pasar horas antes de que él levantara la cabeza y se diera cuenta de que había vida fuera de sus fórmulas. 

Saengie podría alejarse hasta entonces. 

Para el momento en que él se había arrastrado fuera de la habitación y a través del salón a la cocina, sus rodillas se sentían como si alguien hubiera usado un rallador de queso en ellas. ¿Cómo diablos hacían los bebés gateando así todo el tiempo? 

Era una mierda. 

Saengie prefería mucho más las patas. 

También prefería la leche fría a calentar la leche, y beber de un cuenco con las manos no se encontraba en la parte superior de su lista de cosas que quería hacer con su día. Derramó más de la mitad de la materia blanca lechosa por su pecho desnudo. 

Y así, él estaba frío de nuevo. 

Él iba a cagar las pantuflas de Hyun por esto. 

—No, Saengie. 

Saengie gimió cuando el tazón de leche fue retirado y se le escapó. —Yo estaba bebiendo eso. 

—Te enfermaras.

Saengie arqueó una ceja. —La he tenido así antes. 

—Eso fue entonces y esto es ahora, y ahora, eres un ser humano, no un gato. —Hyun lavó rápidamente el recipiente y lo puso en el escurridor—. Va a hacer que te enfermes. 

—¿Pero estaba bien para beber cuando era un gato? 

—Sí, sí, por supuesto. —Hyun hizo un ademán desdeñoso a Saengie—. Los seres humanos tienen que tener leche fresca de la nevera. Es mejor para ellos. 

Los ojos de Saengie se estrecharon. 

Sí, estaban condenadas las pantuflas. 

Hyun abrió la nevera y sacó un galón de la materia blanca. Saengie se humedeció los labios, sabiendo qué tipo de nirvana estaba en ese pequeño jarro. Su garganta parecía estar completamente seca al ver a Hyun verterla en un vaso grande y acercar el vaso hacia él. 

—¡Leche! —Saengie cogió el vaso con las dos manos como había visto hacer a Hyun y se la llevó a los labios, inclinándola hacia arriba. Saengie farfulló locamente cuando él terminó con la cara llena de leche. Tampoco ayudó a su serenidad cuando oyó a Hyun reír. El hombre sonaba como si estuviera en peligro de reventar algo. 

Saengie gruñó mientras golpeaba el vaso en el suelo y se volvía para arrastrarse lejos. 

—No, no, Saengie —dijo Hyun, ya no se reía. Saengie silbó mientras se giraba para enfrentar a Hyun cuando sintió que el hombre le agarraba el brazo. Hyun le soltó al instante, levantando la mano en el aire—. Lo siento. No debería haberme reído de ti. Fue simplemente un poco gracioso. 

—No desde mi punto de vista. 

—Lo sé, Saengie. —Hyun cogió la toalla de mano fuera de la barra colgador de la cocina y empezó a limpiar la cara y el pecho de Saengie hacia abajo—. Realmente lo decía en serio cuando dije que lo sentía. 

—Sí, puede ser. —Saengie no se había sentido tan disgustado desde la última vez que había perdido su hierba gatera—. Vamos a ver lo divertido que a ti te resulta cuando te conviertas en un gato. 

—Ahí tienes un punto muy válido. 

Saengie comenzó a perder algo de su enojo, ahora que su rostro estaba limpio y Hyun no se estaba riendo de él más. Por supuesto, ahora, podía ver cómo podría ser divertido, también. Eso no significaba que quería a Hyun riéndose de él otra vez, y su pelaje no estaba. 

—Aquí. —Saengie parpadeó cuando Hyun sostuvo un vaso de leche fresca sobre sus labios. Mantuvo una estrecha vigilancia sobre el cristal, se inclinó y la leche se precipitó hacia su boca. 

Saengie gimió. Oh, esto era bueno. Era un poco distinto beber leche de un vaso a lamer de un tazón con la lengua. No mejor, sólo diferente. Saengie tomaría su leche de cualquier manera que pudiera conseguirla. 

—Está bien, mira. —Saengie vio como Hyun limpiaba rápidamente el vaso y lo ponía en el lavaplatos. Odiaba tener platos sucios por ahí. El hombre era neurótico al respecto—. Estoy exhausto, y apuesto a que tú también. Creo que deberíamos dormir un poco, y luego voy a bajar a mi laboratorio y tratar de ver si podemos resolver esto. —Los ojos de Hyun fijos en Saengie—. ¿Eso funciona para ti? 

—Eso creo. —Saengie no estaba seguro de cómo se sentía acerca de permanecer en forma humana por más tiempo de lo necesario. Por otro lado, estaba agotado y podía ver el cansancio en los ojos de Hyun, y sabía con certeza que no quería a su humano tratando de averiguar los misterios del universo, cuando estaba tan cansado que no podía mantener los ojos abiertos. 

—Vamos, te voy a encontrar algo para dormir.

La frente de Saengie se frunció mientras miraba hacia abajo a su cuerpo. Se dio cuenta de que Hyun hacia un decidido esfuerzo para evitar mirarlo. No entendía por qué. 

Hyun nunca había tenido un problema con mirarlo antes. 

Por supuesto, antes él había tenido un hermoso abrigo de piel cafe... —¿Es la falta de pelaje? 

—¿Es qué, la falta de pelaje? —Preguntó Hyun. 

—Por lo qué no miras hacia a mí. 

Algo que sonaba sospechosamente como un gato siendo estrangulado salió de la garganta de Hyun -y Saengie estaba muy impresionado de que Hyun pudiera hacer ese sonido-. —Estás desnudo, Saengie. 

—Um... sí. —Saengie miró su cuerpo otra vez, observando toda la piel de color rosa pálido—.Yo como que noté eso. 

—Se considera de mala educación mirar a alguien cuando está desnudo. 

—¿Por qué? —Hombre, los seres humanos tenían más reglas que estrellas en el cielo—. Yo te veo desnudo todo el tiempo. 

Las cejas de Hyun se dispararon. —¿En serio? —Y entonces él negó con la cabeza—. No, eso no es lo que quise decir. No importa. Eras un gato entonces. Simplemente no lo hagas cuando estés como un ser humano. Es de mala educación. 

Saengie rodó los ojos. —¿Estoy respirando bien o hay una regla en contra de eso, también? 

—No recuerdo que hubieras sido así cuando eras un gato. 

—¡Ja! —Saengie se rió—. Eso es sólo porque te has ido al trabajo todo el día. 

Hyun se quedó inmóvil, con los ojos entrecerrados en diminutas rendijas. —¿Qué has estado haciendo? 

—Nunca te lo diré. —Si Saengie hubiera sido un gato, su correteo de la cocina habría sido perfecto. Como ser humano, probablemente parecía un poco ridículo gateando lejos en sus manos y rodillas.





Hyun esperó hasta que Saengie se desvaneció en el sueño antes de ir al baño para tomar una ducha. Necesitaba sacar la mugre de encima de él tanto como lo necesitaba Saengie. El traje de laboratorio debería haberle impedido conseguir nada de él, pero siempre había una oportunidad. 

Después de regular el agua, Hyun se desnudó y se metió en la ducha. El calor del rocío le hizo gemir. El agua se sentía tan condenadamente bien golpeando contra sus músculos tensos. Inclinó la cabeza hacia adelante, dejando que ríos de agua cayeran por su cuello mientras su cabello se empapaba.


Dios, esto se sentía tan bien... casi tan bueno como se sentiría... -Hyun gruñó y se pasó la mano por la cara. Su polla saltó a la vida al pensar en el hombre que dormía en su cama. Dios, ¿cuán pervertido era? ¿Lujuria por su gato? 

Pero, maldita sea, que hermoso gato era. Si Hyun pudiera diseñar al hombre perfecto, seria exactamente como el que yacía en su cama. El pelo corto Castaño, los ojos de un hermoso color, la piel pálida. Saengie era un ser humano maravilloso. 

Hyun no debería estar excitado. Él lo sabía. Pero cada vez que pensaba en toda esa piel desnuda, su polla se llenaba y se engrosaba. Sólo quería sentir las manos del hombre en él, con la boca. Quería sentir su polla en el dulce culo de Saengie. 

Maldita sea.

Hyun casi lloró de alivio cuando se encontró con el pequeño tubo de lubricante resistente al agua que había dejado en la ducha. Abrió el envase y se sirvió una buena cantidad llevándolo desde la base hasta la punta, esparciendo el gel fresco alrededor de su pene. 

Apretó el puño alrededor de su eje y comenzó a acariciar desde la raíz hasta la punta. Pasó el pulgar sobre la cabeza húmeda, untando los dedos con el líquido preseminal y apretando ligeramente. Hyun se mordió el labio mientras bombeaba su mano al ritmo que sus caderas estaban estableciendo. 

No pasó mucho antes de que sus bolas se apretaran a su cuerpo. Una línea de excitación girando alrededor de él mientras apretaba su miembro, su pulgar acariciando la cabeza con fugas. Él gruñó cuando sintió el cosquilleo disparando por su columna vertebral. 

—¡Joder! —Hyun gritó cuando cuerdas calientes de semilla salieron disparadas y lo golpearon en el pecho y debajo de su barbilla. Golpeó la pared de la ducha cuando su polla se sacudió violentamente y bombeó cuerdas de esperma en el suelo de la ducha. 

Tomó un par de minutos antes de que fuera capaz de sentir sus piernas otra vez, y terminó su ducha. Después de secarse y ponerse sus pantalones de pijama limpios, Hyun se dirigió de nuevo a la habitación donde Saengie estaba profundamente dormido acurrucado en la cama. 

Hyun se arrastró sobre la cama y arregló la manta entre él y Saengie como la Gran Muralla de China, cualquier cosa para no ceder a su deseo de tocar al hombre. Aún así, una imagen del hermoso cuerpo desnudo de Saengie se acomodó en su cerebro, y Hyun se entretuvo con los pensamientos de sostener al gato en sus brazos hasta que se durmió. 

************

Hyun trató de concentrarse en los microorganismos bajo la diapositiva de su microscopio, pero la visión de Saengie inclinándose para agarrar algo del suelo atrapó su atención. Los pantalones de chándal que Saengie llevaba eran holgados en él, sin embargo, cuando se inclinó, cada delicioso contorno de su culo estaba a la vista en todo su glorioso detalle. 

Hyun se mordió el labio y encontró difícil no gemir. 

Todavía estaba mordiéndose a sí mismo por fantasear sobre el hombre anoche en la ducha... y en sus sueños después de quedarse dormido. Habían sido tan eróticos como uno de sus videos porno. 

Sabía que no tenía nada porque excitarse ante la vista de un hombre que solía ser un gato maldito. Era enfermo, repugnante... y oh dios, Saengie todavía podía doblarse como un gato. 

La mandíbula de Hyun cayó al suelo mientras veía a Saengie sentarse en el suelo y estirar la pierna hacia arriba al costado de la cabeza para mirar algo en la parte posterior de su muslo. 

Hyun apretó sus piernas juntas, su polla dura en sus pantalones amenazando con reventar la cremallera. Si él no se detenía de mirar fijamente a Saengie o fantasear con lo que el pequeño hombre sexy podría hacer en la cama con la destreza que hacía babear a Hyun, nunca conseguiría cualquier trabajo hecho. 

Y él lo había prometido.

El corazón de Hyun se encogió ante el pensamiento de que tan pronto como él descubriera la manera de revertir lo que había sucedido a Saengie, perdería la compañía del hombre. Bueno, algo así. Todavía tendría a Saengie para hacerle compañía, pero no de la misma manera. 

Y tener un gato para acurrucarse con el simplemente no era lo mismo que abrazarse con el hermoso hombre como lo hizo esta mañana cuando se despertó. Por supuesto, sólo se había permitido unos escasos momentos para sostener a Saengie en sus brazos antes de alejarse y fingir que nunca había sucedido. 

Pero esos momentos robados le recordaron a Hyun lo que había estado ausente en su vida durante tantos años. Tal vez realmente era hora de salir un poco y encontrar a alguien para llenar ese espacio vacío en su cama. Se estaba haciendo solitario tratar de hacer todo por sí mismo. 

Lujuria por su gato era una condenadamente buena pista. 

Hyun negó con la cabeza mientras alejaba los ojos de Saengie y volvía a su microscopio. Él todavía estaba fascinado por los movimientos inusuales de los más pequeños partículas en su diapositiva. Parecían estar casi vivas, zigzagueando por todo su diapositiva. 

Después de deslizar los restos del vial que su hermano le había dado, Hyun estaba empezando a creer que las partículas procedían de allí, pero de una manera indirecta. El compuesto en el vial tenía las mismas partículas, inactivas como los Doctores le habían dicho. No había movimiento en ellas. Ellas sólo empezaron a moverse sobre la sangre fresca una vez que, el oxígeno, y la fórmula en la que Hyun había estado trabajando fueron introducidas en la sustancia. 

Por su parte, el compuesto no hacía nada, y esa podría haber sido la razón por la que los dos científicos habían querido que Hyun echara un vistazo sobre él. 

Teniendo en cuenta el resultado de su pequeño accidente de laboratorio, Hyun tenía serias dudas de que fuera a compartir su descubrimiento con los dos hombres que habían traído el compuesto para él. Además del hecho de que no sabía lo que iban a hacer con él, no quería tener que explicar cómo había terminado con su fórmula actual.

Compartir su descubrimiento con Jun estaba todavía en el aire, y esa era la primera vez en toda su vida que Hyun había considerado el no compartir algo con su hermano. Jun era su roca, su protector, su hermano.

Jun era su jefe. 

Él también era un poco inquebrantable cuando se trataba de negocios, y por eso Hyun era el científico y Jun era el hombre de negocios. Jun no era cruel, pero él había firmado un contrato con los hombres que trajeron el compuesto para que Hyun lo mirara. 

La palabra de Jun era su ley. Si no podía cumplir un contrato, admitiría eso, pero si descubría algo -o Hyun lo hacía, en este caso- se sentiría obligado a compartir ese descubrimiento con la gente que firmó el contrato. 

Por mucho que Hyun apreciara lo fuerte que su hermano era, momentos como este le hacían desear a Jun fuera sólo un poco más flexible. Él podría utilizar realmente los consejos del hombre en estos momentos. El cerebro de Hyun le estaba diciendo que resolviera el rompecabezas que había transformado a Saengie. 

Su libido le estaba diciendo algo totalmente diferente.

Hyun pasó su manga por la frente, secándose el sudor que se acumulaba allí. 

Sabía que no estaba tan caliente aquí porque el laboratorio estaba a temperatura controlada. Pero seguro que sentía como las profundidades del infierno estaban soplando en su rostro. 

—¿Algo?
Hyun gritó mientras saltaba y se daba la vuelta para mirar a Saengie. Presionó su mano contra su pecho, tratando de mantener su corazón latiendo rápidamente dentro de su cuerpo. —Por Dios, Saengie, no me asustes así. 

Las cejas de Saengie parpadearon. —¿Me tienes miedo?

—No estoy acostumbrado a tener a alguien en el laboratorio conmigo. —Hyun frunció el ceño al pensar en esa declaración—. No, eso está mal. No estoy acostumbrado a las personas que están en mi laboratorio casero. Jun me sigue enviando asistentes en el laboratorio en el trabajo. Me vuelve loco.

—Siempre estoy en el laboratorio contigo —dijo Saengie mientras lentamente se sentaba sobre sus piernas. No había conseguido absolutamente estar en pie y caminar todo el tiempo todavía, así que todavía estaba subiéndose por todas partes. 

Sus ojos se alejaron en un gesto que perturbó a Hyun. 

Hyun se deslizó del taburete donde estaba sentado y se puso en cuclillas junto a Saengie. No estaba seguro de por qué estaba tan preocupado por la forma en que Saengie se estaba sintiendo, además del hecho de que él sabía que el hombre tenía que estar enloqueciendo. Hyun estaría igual si de repente se encontrara como un gato en vez de un ser humano. 

—Saengie, no quiero que te preocupes por esto. Voy a encontrar una solución. —Confiaba—. Voy a hacer lo que puede para volverte un gato de nuevo. 

—¿Y hasta entonces? —Susurró Saengie. 

Hyun podía oír el titubeo en la voz de saengie y sabía que el hombre estaba empezando a desmoronarse, hilo por hilo de colores. El problema era que no tenía ni una sola idea de cómo mantenerlos atados juntos. 
Y él no sabía tejer.
Pero... 

—¿Quieres tu bola de estambre?
Los ojos de Saengie rodaron dentro de su cabeza y se volvió para mirar a Hyun. —No, — resopló—: Yo no quiero mi estambre. 

—¿Ratón de juguete?

—No.

Los labios de Hyun se apretaron, un destello de humor entrando en su voz. —¿Leche? 

—¡No!

—¿Sándwich de atún?

—No, no quiero un maldito…—Saengie parpadeó—. ¿Atún? 

—Ya es hora de almorzar.

—¿Puedo tener atún? 

Hyun frunció el ceño mientras pensaba en ello porque no estaba muy seguro. Saengie parecía bastante humano, pero no era como si Hyun pudiera llevarlo al doctor local para averiguar. Habrían encerrado a Hyun por estar loco y llevarían a Saengie lejos para ser el próximo gran experimento científico. 

Hyun no podía permitir eso. 

—Sin llevarte a un médico para que te revisen, no puedo prometer nada, Saengie. Pero llevarte a cualquier persona para conocer tu fisiología es sólo... —Hyun hizo una mueca mientras sus intestinos se apretaban— es que no es una buena idea. 

—Está bien, pero si vomito voy a estar apuntando a tus pantuflas.
Hyun se rió entre dientes, divertido. Había estado esperando la caca. —Vamos, vamos a ver cómo te gustan los sándwiches de atún. 

Hyun se puso de pie luego tiró de Saengie para arriba, envolviendo su brazo alrededor de la cintura del hombre más pequeño. Con un poco de ayuda, Saengie fue capaz de caminar a pie, pero necesitaba un brazo fuerte allí en caso de caer, lo que solía hacer a menudo. 

Ellos estaban trabajando en eso. 

—Me gusta el jugo de atún que exprimes sobre mi comida seca para gatos.

—Sí, pero el jugo de atún es un poco diferente que un sándwich de atún.

—¿Cómo es eso?

—Um, bueno... —Hyun tuvo que tomar un momento y pensar en ello. En realidad, nunca lo había considerado antes— bueno, el atún es el atún. Viene en una lata. Sándwiches de atún tienen mayonesa y pepinillos mezclados con el atún, y luego lo extiendes en el pan. Me gusta añadir una rodaja de queso Provolone a mis sándwiches. 

—¿Queso Provolone? —Las cejas de Saengie se juntaron—. ¿He tenido eso antes? 

Un rubor culpable llenó la cara de Hyun. —Puede ser que te haya echado un trozo aquí y allá. 

La cara de Saengie se iluminó. —Siempre fuiste un buen humano. 

Esa declaración particular golpeó Hyun extrañamente. Después de sentar a Saengie en uno de los taburetes en la barra del desayuno, se dirigió hacia el otro lado y empezó a sacar las cosas que necesitaría para preparar el almuerzo de la nevera y los armarios. 

—Saengie, ¿puedo hacerte algunas preguntas? —Preguntó mientras abría una lata de atún, drenando automáticamente el jugo en un vaso. 

—Por supuesto. 

—Cuestiones relacionadas con felinos. —Hyun tenía que asegurarse. No sabía la etiqueta sobre pedir a un gato recién transformado acerca de su peluda vida anterior, y él no quería ofender a Saengie. 

Le gustaban sus zapatillas sin bolas de pelo. 

—Claro —dijo Saengie cuando cruzó los brazos y los apoyó en el mostrador—. ¿Qué quieres saber? 

Hyun hizo una pausa. Había estado tan concentrado para no ofender a Saengie que estaba totalmente separado de lo que quería preguntarle al ex-gato. —Um, bueno, ¿te gusta mucho jugar con el estambre? 

Bueno, esa era una pregunta estúpida, y la mirada en la cara de Saengie le dijo que sí. Hyun no podía pensar en otra cosa para salir de su cerebro. 

—¿Esa es la pregunta que vas hacer?

El rostro de Hyun acababa de regresar a la normalidad, y ahora se estaba 
ruborizando de vuelta otra vez. —Supongo que nunca pensé que estarías de acuerdo. No podía pensar en otra cosa.

—Me parece bien. 

Hyun hizo otra pausa, descansando el cuchillo en la mano sobre el mostrador. —¿Sabes una cosa que me parece extraña? No puedes caminar, pero puedes hablar. Se podría pensar que, después de haber sido un gato hasta ayer, hablar sería algo que tenías que aprender al igual que caminar. 

—Creo que es más fácil porque los gatos pueden entender a los humanos. 

La mandíbula de Hyun cayó. —¿En serio? 






El flequillo de Saengie se dejó caer sobre la frente mientras asentía. —Oh sí, no podemos hablar con vosotros, pero los entendemos muy bien. 

—Eso es increíble. —Tal vez debería haber sido un veterinario. Los animales eran fascinantes.

—Creo que tal vez es por eso fue tan fácil para ese accidente de laboratorio hacerme esto. —Saengie hizo un gesto con la mano por su forma humana—. A pesar del hecho de que la fisiología de los animales y la humana son diferentes, hay otras áreas donde somos muy parecidos. 

—¿Hay otros animales en el reino animal, como los gatos? 


—Oh, por supuesto. Gatos, perros, pájaros, roedores —Saengie se encogió de hombros despreocupadamente— todos más o menos entendemos. Por supuesto, tenemos la tendencia a permanecer con nuestra propia especie en su mayor parte, pero podemos comunicarnos entre sí cuando la necesidad lo exige. 

—¿Cómo puede ser que nadie sepa sobre esto antes de ahora?

—No se supone que lo sepan, Hyun. Es algo así como un gran secreto.

Hyun sintió que su mandíbula comenzará a doler, y entonces volvió a caer. —¿Entonces por qué me lo dices? 

—Um, hola. —Saengie miró su cuerpo muy humano—. Creo que estamos un poco más allá de los secretos en este punto. 

—Así es. —Hyun se sintió como un tonto—. Ya lo sabía. 

Se suponía que debía ser un científico ultra-inteligente y no se había dado cuenta de eso. El maldito gato tenía que decírselo. Saengie nunca iba a creer que él podía arreglar esta situación, si su actual falta de capacidad intelectual continuaba. 

—La mayoría de los animales prefieren mantener esa parte de nuestras vidas separadas de cualquier otra cosa, pero aquellos de nosotros que tenemos nuestros propios seres humanos creemos que... 

—Espera, ¿aquellos de vosotros que tenéis vuestros propios seres humanos? 

Saengie rió. —¿Realmente no crees que eres mi dueño, cierto? 

—Bueno, algo así. —Incluso tenía una licencia de mascotas en su archivador que decía que así era.

—Hyun. —El tono de Saengie era como el de alguien que habla a un niño pequeño—. Después de que me trajiste a casa, me quedé porque decidí mantenerte. Si yo no hubiera querido quedarme, no habría habido nada que pudieras haber hecho para mantenerme alrededor. 

—No, creo que eso es cierto. 

—Una vez que un gato ha llegado a una cierta edad, se nos permite elegir nuestro humano basado en el lugar donde vivimos. Toma tu casa, por ejemplo. No tenías ningún otro animal cuando llegué. Eras prácticamente un juego libre. Pero incluso si no lo fueras, todavía habría luchado por estar aquí. Eres un buen humano, y nos puede decir acerca de los seres humanos. Hasta la fecha, he tenido que defender mi posición como tu propietario cuatro veces. 

Hyun se quedó sin aliento. —¿Eso es lo que sucedió cuando llegaste con ese desgarrón en tu oreja el mes pasado? 

Saengie asintió. —Hay un gato atigrado marrón en el barrio en busca de un hogar. Ha estado yendo de puerta en puerta tratando de asustar a uno de los otros gatos fuera para poder tomar su lugar. 

—¿Él puede hacer eso?

—¿Nunca has oído hablar de alguien recogiendo un gato callejero?

—Por supuesto. 

Una sonrisa pícara en los labios de Saengie. —No estamos perdidos. 

Hyun miró por un momento y luego volvió a cortar los sándwiches de atún en dos. Los colocó en dos platos separados y puso ambos abajo en la barra de desayuno, vertió dos vasos de leche también. Le tomó un momento limpiar antes de unirse a Saengie en el otro lado del mostrador. 

Podía sentir a Saengie observándolo mientras levantaba su bocadillo a la boca y le daba un mordisco. Hyun se aseguró de masticar su comida con cuidado y lentamente para que Saengie supiera cómo comer y esperó que copiara sus movimientos. 

Cuando Saengie cogió su bocadillo de atún y se lo llevó a los labios, Hyun volvió la cabeza lo suficiente para que él pudiera ver al otro hombre por el rabillo del ojo. Una sonrisa curvó sus labios cuando Saengie gimió en el primer bocado. 

—Bueno, ¿no es así? 

—Me encanta el atún —dijo Saengie antes de tomar otro bocado. 

—Espera hasta que te presente a un bistec. —La sonrisa de Hyun se intensificó cuando comenzó a pensar en todas las cosas en las que podía introducir a Saengie, cosas que él había dado por sentado como un ser humano. 

Dioses, había tantas cosas. 

—¿Te gusta vivir aquí, Saengie? —Cuando Saengie le dirigió una mirada divertida, Hyun se apresuró a esclarecer su declaración—. Quiero decir, como un gato, ¿es este un buen hogar? 

Con la boca llena de sándwich de atún, Saengie asintió. 

—¿Hay algo que pueda hacer para mejorar tu calidad de vida? De repente me doy cuenta de que estoy en la posición única de ser capaz de hablar con mi gato y averiguar lo que le gusta o no le gusta, lo que es bueno para él, malo para él, y así sucesivamente. Como dijo el gato, me gustaría saber tu opinión. 

Saengie masticó luego pasó la lengua por los labios, al igual que lo hacía cuando estaba en forma de gato. Poco a poco tomó un trago de su leche y luego dejó el vaso de nuevo en el mostrador. —Esta es una gran casa para vivir, se pone un poco solitaria aquí durante el día cuando estás en el trabajo, pero eso es de esperar. 

Esta conversación era un poco seria para Hyun, pero quería proporcionar el mejor hogar posible para Saengie. —¿Ayudarían más juguetes? 

—Un poste de rasguño sería genial. —Saengie casi gimió con las palabras—. He estado tratando muy duro de no arañar el sofá, porque sé que no te gusta eso, pero estirar mis garras se siente tan bien. 

Hyun sonrió ante el entusiasmo de Saengie. —Te daré uno tan pronto como me sea posible. 

—Gracias.

—¿Algo más? —Preguntó. Era bastante guay ser capaz de hacer este tipo de preguntas a su amado gato—. ¿Más hierba gatera tal vez? 

Saengie gimió, sus pestañas revoloteando salvajemente. —Dios, me encanta la hierba gatera. 

—Lo sé. —Hyun se rió entre dientes—. Siempre te pones más mimoso cuando has estado alrededor de hierba gatera. 

—Eso es porque es como una droga. 

La ceja de Hyun se disparó, la preocupación haciendo un nudo en el estómago. —¿Es adictiva?

—No, si se encuentra en pequeñas cantidades, no, pero cualquier cosa más grande que mi ratón de hierba gatera y yo volaría tan alto como una cometa. 

Hyun se rió ante la imagen de Saengie volando alto como una cometa. Había visto a su gato hacer a algunas cosas bastante locas. Él no estaba seguro de querer verlo bombardeado fuera de su mente. —Creo que voy a mantener la hierba gatera al mínimo. 

Saengie rió. La alegría en el rostro del hombre hizo cosquillear las entrañas de Hyun. Sólo se sentó allí y se quedó mirando, observando los ojos de Saengie chispeando de alegría. 

Saengie empezó a levantar la copa de leche a los labios cuando debió darse cuenta de que Hyun estaba mirando. Se detuvo con el vaso a mitad de camino de los labios. —¿Qué? 

—Nada. —Hyun apartó rápidamente la mirada y mordió su sándwich de atún. Su cara estaba tan roja que podía sentir el calor filtrándose al resto de su cuerpo. Había una razón por la que no hacía compromisos sociales a menos que lo ordenara su hermano. Él se avergonzaba demasiado fácilmente. 

Hyun se congeló cuando oyó el timbre de la puerta sonando. Se quedó sentado allí masticando hasta que el timbre sonó de nuevo. Hyun tragó. —¡Mierda! 

—¿Esperas compañía? —Preguntó Saengie cuando su cabeza se volvió hacia la parte delantera de la casa. 

—¿Alguna vez espero compañía? 

—Bueno, no, pero... —Saengie se encogió de hombros—. Podría suceder.

Hyun casi se rió ante la posibilidad. No fue a la empresa. —Es probablemente Jun viniendo a averiguar por qué no fui a trabajar hoy. 

—Él no va a entender esto, Hyun. 

—Sí, lo sé. ¿Por qué no vas a esconderte en el dormitorio y me desharé de... —Hyun palideció cuando se dio la vuelta y se encontró a Jun pie en la puerta de la cocina—. Oh... um... hola, Junnie. 

Esto no iba a terminar bien. 

—No te ves enfermo para mí —dijo Jun, mientras sus ojos recorrían de arriba abajo el cuerpo de Hyun. El corazón de Hyun subió a su garganta cuando la mirada tormentosa de Jun se trasladó a Saengie— te ves... ocupado. 

—Bueno, me sentía un poco mal esta mañana y...

—¿No vas a presentarnos, Hyun? —Preguntó Jun. 

En realidad no, quiso replicar Hyun, pero sabía que su hermano nunca se conformaría con esa respuesta. Pero la verdad estaba seriamente fuera de la cuestión. Hyun se devanaba los sesos para otra explicación para la presencia de Saengie y se encontró con un espacio por completo en blanco. 

—Soy Sae, —dijo Saengie, mientras sostenía su mano. 

—¿Ah, sí? —Jun miró a Hyun mientras estrechaba la mano de Saengie—. Te ves muy familiar. 

—Soy amigo de Hyun, —dijo Saengie. 

—¿Cómo se conocieron?
Los ojos de Hyun redondeados, entrando en pánico.

—Nos conocimos a través de Saengie, —dijo Saengie.
Hyun no podía respirar. 

—¿Ah, sí? —Jun preguntó de nuevo—. ¿Y dónde está el gatito? 

—Él está alrededor. —Los ojos de Saengie brillaron de alegría—. ¿No es así, cariño? 

—S... —Hyun se aclaró la garganta seca— sí, Saengie está por aquí en alguna parte. 

Un pequeño gesto ensombreció la frente de Jun mientras miraba al suelo. —Por lo general viene corriendo cuando vengo a verle. 

—Le gustas —dijo Saengie. 

¿Estaba sintiendo un mareo precursor de un desmayo? Hyun sentía como que tenía que sentarse y poner la cabeza entre las rodillas. La falta de oxígeno a su cerebro estaba afectando a su patrón de pensamiento. No podía pensar en otra cosa que entrar en pánico. 

—Así que... —los ojos inquisitivos de Jun parpadearon ida y vuelta entre Saengie y Hyun— ¿cuánto tiempo lleváis saliendo? 

—Oh, no estamos... —la boca de Hyun cayó cerrada cuando

Saengie se acercó y le pasó un brazo alrededor de su cintura, acurrucándose tan cerca como otra persona podría conseguir sin quitarse la ropa. 

—No mucho, —respondió Saengie —. Ha sido una especie de romance relámpago.
Hyun iba a matar a Saengie tan pronto como Jun se fuera. Tal vez él no entendía lo tenaz que Jun podría ser cuando tenía curiosidad por algo. Y el brillo en los ojos de color oscuro del hombre dijo que estaba muy curioso. 

—Por lo tanto, ¿es por eso que te reportaste enfermo al trabajo hoy en día? 

Sí, Jun iba a desgarrar su historia hasta que tuviera la verdad. En el mundo de los negocios, esa capacidad lo hizo muy rico y temido por sus competidores. En su vida personal, bueno... él tenía una vida personal muy escasa. Siempre estaba sospechando.

—Llegué ayer por la noche, —dijo Saengie, sorprendiendo a Hyun con la forma en la que estaba siendo sincero. No podía durar— desde que nos levantamos hasta tan tarde... eh... hablamos, nos movimos un poco lento esta mañana. Le rogué a Hyun hasta que acordó llamar para poder pasar el día juntos.

Y allí estaba la mentira.

Hyun vio a su hermano a través de la caída de su flequillo, esperando a ver si el hombre iba a comprar la historia que Saengie le estaba dando. Había un destello de incredulidad en los ojos de Jun, pero la expresión de su rostro, dijo que no estaba seguro de si Saengie estaba diciendo la verdad o no. 

Hyun tomaría lo que pudiera conseguir. 

—Siento haber mentido cuando llamé, Jun, pero... 

—No, eso está bien, Hyun. —Los ojos de Jun se apartaron de Saengie y giraron a Hyun—. Si alguien se merece un día de descanso, eres tú. Me hubiese gustado que me hubieras dicho la verdad. Estaba preocupado por ti. 

Hyun sonrió porque sabía que su hermano estaba preocupado por él. 
Jun siempre estaba preocupado por él. 

—¿Qué haces para ganarte la vida, Sae?

¡Maldita sea! 

—Está en las comunicaciones —dijo Hyun, pensando en todo lo que estaba aprendiendo sobre el mundo de los gatos de Saengie. 

—Soy un especialista gatuno, —dijo Saengie al mismo tiempo.
Jun ni siquiera parpadeó. 

—Saengie se especializa en enseñar a la gente a comunicarse mejor con sus gatos. —Hyun hizo una mueca cuando Jun simplemente siguió mirando hacia él—. Es muy bueno en lo que hace. Ya me ha ayudado a averiguar varias cosas acerca de Saengie. 

Hyun no podía explicarle a su hermano lo que eran esas cosas. 

Jun finalmente se trasladó, apoyándose contra el marco de la puerta y empujando las manos en los bolsillos de sus pantalones grises. —Tal vez debería tener un gato y luego Sae podría venir a ayudarme a comunicarme mejor con él. 

La mandíbula de Hyun cayó ante el coqueteo descarado en la voz de su hermano, y entonces una lenta y ardiente ira empezó a deslizarse a través de su cuerpo justo debajo de su piel. Apenas se contuvo de gruñir a su hermano mientras deslizaba un brazo alrededor de la cintura de Saengie y apretó al hombre más pequeño en el círculo de sus brazos. 



—Saengie no está disponible. Consigue un perro.




Saengie apretó sus labios para ocultar la amplia sonrisa de su cara cuando los brazos de Hyun se apretaron a su alrededor. Siempre le gustaba ser abrazado por Hyun, pero ser humano durante su abrazo con el hombre era mucho mejor. 

—¿Saengie? —Las cejas oscuras de Jun se dispararon—. ¿Tú lo llamas Saengie? 

—Es un apodo cariñoso —dijo Hyun rápidamente—. Él ronronea.

—¿En serio? 


Saengie gimió. —Él no quiso decir eso.

—No pasa nada, Saengie —dijo Hyun—. Estoy seguro de que mi hermano entiende. 

Saengie estaba seguro de que Jun no entendía. ¿Cómo podría? El hombre no tenía idea en lo que acababa de entrar, y Saengie no estaba dispuesto a iluminarlo, no a menos que fuera muy necesario. Y en este momento, no era necesario. 

Cuando Jun se apartó del marco de la puerta y se dirigió a uno de los taburetes, Saengie quiso golpearse la cabeza contra el mostrador. Cuanto más tiempo estuviera Jun aquí, más difícil sería mantener las cosas lejos de él. Alguien estaba destinado a caer en algún momento y después Jun lo sabría todo. 

—Estábamos preparándonos para salir a comer algo —dijo Hyun. 

—Genial. —Jun sonrió como si supiera exactamente lo que Hyun estaba tratando de hacer—. Voy con ustedes. 

—¡Oh! —Saengie empezó a saltar, con baba agrupándose en la boca por el olor que recordaba de esas delicias especiales que Hyun traía a casa—. ¿Podemos ir a ese lugar con la letra del oro en la bolsa? Siempre he querido ir allí. 

El rostro de Jun estaba inexpresivo. —¿McDonald’s?

—¿Ese es el nombre? —Los rebotes de Saengie aumentado, su cuerpo vibraba—. Sus patatas fritas son deliciosas. 

—¿Nunca has estado en McDonald’s? —Preguntó Jun.

—Esa comida no es buena para ti, Saengie —dijo Hyun, exactamente al mismo tiempo. 

Saengie frunció el ceño. —Ustedes comen allí todo el tiempo. Traes bolsas a casa de allí al menos dos veces a la semana. 

Las cejas de Jun se dispararon. —¿Qué quieres decir con que lo conoces? 

Saengie apretó sus labios de nuevo cuando Hyun deliberadamente abrió los ojos mientras miraba hacia abajo, a él. Él entendió el mensaje alto y claro. Si él no conseguía un asimiento de sí mismo... y de su boca... Jun iba a saberlo todo.
Saengie no conocía a Jun, tan bien como conocía a Hyun. Le gustaba el tipo bastante también. Jun siempre lo acariciaba suavemente, y olía bien. No tan bien como Hyun pero Saengie estaba bastante seguro de que nadie en la tierra olía tan bien como Hyun. 

—Oh, yo sólo quería decir que he visto a Hyun con bolsas antes. —Saengie pegó una de esas sonrisas falsas en su cara como las que había visto en Hyun cuando estaba hablando con alguien con quien no tenía ganas de hablar. 

Jun miró a Saengie críticamente. —¿Cuánto tiempo tienen ustedes dos de conocerse? 

—Oh, un tiempo —respondió Saengie fácilmente porque era la verdad. Cinco años es mucho tiempo. 

—¿Cómo es que nunca he oído hablar de ti antes? 

—Um... —Saengie que no tenía una respuesta para eso, por lo menos no una respuesta que no asustara a Jun y no llevara finalmente a Saengie a una jaula. 

—No hablo de todo contigo, Jun, —Hyun insistió con altivez. 

A pesar de que interiormente Saengie reconoció que Hyun estaba mintiendo entre dientes porque él le decía a su hermano todo, vio un destello de dolor en los ojos de Jun antes de que el hombre desviara la mirada.

Saengie no podía tener a los dos hermanos enfrentados. Eran demasiado cercanos para eso. No sabía cómo cerrar la brecha que se extendía entre ellos sin derramar la verdad, y ese puente estaba más ancho cada segundo. 

—Jun—dijo Saengie mientras se alejaba de Hyun y se acercaba al hombre— si Hyun te dijera algo, en la más estricta confidencialidad, algo que está en desacuerdo con otras promesas que hiciste, ¿qué harías? 

—Mantener su confianza, por supuesto. Hyun es mi hermano. Él siempre vendrá primero —dijo Jun sin dudarlo, pero luego sus ojos se estrecharon—. ¿Por qué? 

—Yo…

—¡No! —Gritó Hyun mientras golpeaba una mano sobre la boca de Saengie. 

—¿No quieres darme tu confianza, Hyun? —Preguntó Jun. El hombre se puso de pie lentamente. Apoyó la mano en el mostrador del desayuno, apoyándose pesadamente en él—. ¿No confías en mí? 

Saengie sintió a Hyun suspirar más de lo que lo escuchó. Todo el cuerpo del hombre se desplomó, moviéndose contra Saengie. —No es que no confié en ti, Junnie, —susurró Hyun— eso nunca. Es sólo que... 

Saengie rodó los ojos mientras sacaba la mano de Hyun de su boca y se volvía para mirar hacia arriba al tercero en discordia. —Hyun, te he visto interactuar a ti y a Jun durante más de cinco años. Si hay alguien a quien podemos decirle, yo creo que es él. 

—Espera, —dijo Jun— ¿has estado observándonos desde hace cinco años? Pensé que se conocieron hace poco. 

Ups.

—Bueno, en realidad nos hemos conocido unos a otros desde hace un tiempo, —dijo Saengie mientras deliberadamente chocaba su hombro contra Hyun, esperando que el hombre pudiera mantener la boca cerrada o apoyar a su historia. Si ellos no iban a decirle Jun lo que estaba pasando, Saengie quería darle una explicación que dejara a Hyun en buenos términos con su hermano. 

—No fue hasta hace poco que realmente empezamos a hablar —añadió Hyun, haciendo que Saengie sonriera. 

Casi ronroneó mientras se frotaba contra el cuerpo musculoso de Hyun. Dios, se sentía bien. Para un hombre que pasó la mayoría de su tiempo doblado sobre un microscopio, Hyun estaba en sorprendente buen estado. 

—Saengie, deja de hacer eso —se quejó Hyun en su oído. 

La sonrisa de Saengie se hizo más amplia, ya que podía sentir exactamente por qué Hyun quería que detuviera el roce contra él. La prueba dura como una roca asomaba en la cadera de Saengie. Él amaba poder hacer que Hyun tuviera esa respuesta. 

—Mira. —Jun se frotó la parte posterior de su cuello, los músculos allí estaban obviamente tensos. Jun parecía tenso una gran parte del tiempo—. ¿Por qué no vamos a comer algo y puedes explicarme qué demonios está pasando aquí? 

—¡Oh, sí! —Saengie saltó alrededor y agarró la parte delantera de la camisa de Hyun—. ¿Por favor? ¿Podemos salir? ¿Por favor guapo? Nunca me sacas. 

—Eso es porque tu... —Fue interesante ver que la sangre drenarse del rostro de Hyun. Saengie no estaba seguro de haber visto ese tono exacto de pánico antes—. No podemos, Saengie. Tú no estás listo para salir a la calle, todavía no. 

—¿Hay algo malo con Sae? 

Los ojos de Saengie se cerraron por un momento y el pánico que había visto en Hyun empezaba a crecer dentro de sí mismo. Ellos realmente necesitan ver lo que decían o Jun iba a saberlo todo. 

Por supuesto...

Saengie se dio la vuelta y deliberadamente miró a Jun. —Mira, nosotros tratamos de mantenerte fuera de esto porque sabemos cómo te sientes acerca de mantener tu palabra. Si te decimos nuestro secreto, vas a tener que mantener algunas cosas para ti mismo, y no estoy seguro de si estás listo para eso. 

La mirada de Jun era imposible de identificar, pero la forma en que su mandíbula se apretó era clara como el día. El hombre estaba empezando a ponerse molesto. —¿Qué está pasando aquí, Hyun Joong? ¿Hay alguien amenazándote? 

—No. —Los grandes ojos de Hyun se movían entre Jun y Saengie—. No exactamente. 



—¿Entonces qué? —Jun espetó. Hizo un gesto con la mano hacia Saengie, sus ojos furiosos sin dejar nunca a Hyun—. ¿Quién es este hombre? 




—¿Entonces qué? —Jun espetó. Hizo un gesto con la mano hacia Saengie, sus ojos furiosos sin dejar nunca a Hyun—. ¿Quién es este hombre? 

Hyun tragó saliva, su rostro drenado de todo el color. —Saengie. 

—Tú ya lo has dicho, Hyun.

—No, está bien, Jun, —dijo Saengie mientras lentamente movió su cuerpo de modo que se puso de pie delante de Hyun, poniéndose entre el científico asustado y los posibles daños. Simplemente no había manera fácil de decirle esto a alguien—. Soy Saengie. 


Jun miró por un momento, un rayo llegando a sus ojos los que decían que casi empezó a creer a Saengie, y luego negó con la cabeza. —Mira, Sae, no estoy seguro del porque el nombre cariñoso de mi hermano para ti tenga que ver con... 

—No, Jun, soy Saengie, como en purr purr (haciendo un ronroneo como los gatos xD), bola de pelos en tus zapatillas, arañar los muebles, y acostarse por todo el lugar. 

—No seas ridic… 

—Hubo un accidente en el laboratorio. 

Sí, eso lo hizo. Jun quedo inmóvil como piedra. Saengie había escuchado la frase se puede oír un alfiler caer, pero nunca la entendió hasta ahora. El silencio era tan pesado que Saengie se sentía agobiado. 

Tal vez debería haber mantenido la boca cerrada.

—¿Qué tipo de accidente? —Jun preguntó finalmente. 

Saengie simplemente miró por encima del hombro a Hyun. Ese era su departamento. 

—Um... nosotros-bueno... um... —Hyun tartamudeó— había un co... compuesto con el que yo estaba tra-trabajando, viéndolo, y... bueno... 

Saengie rodó los ojos. —Hyun estaba trabajando en uno de sus compuestos. Buscaba sus tapones para tubos de ensayo y me levantó. Cuando él los vio, me puso en el mostrador y salió corriendo a buscarlos. —Saengie sentía que se ruborizaba mientras admitía su participación en todo el fiasco—. Yo había estado jugando con ellos y les llevé debajo del mostrador. 

—Continua, —dijo Jun cuando Saengie se detuvo. 

—Hyun estaba molesto conmigo y golpeó el mostrador con la mano. El ruido me hizo saltar, y... bueno... —Saengie miró a Hyun, sintiéndose culpable porque estaba bastante seguro de toda esta situación era culpa suya—. Y me lancé a la derecha sobre la fórmula en la que Hyun estaba trabajando. Se cayó encima de mí. Lo siguiente que supe, es que tengo piernas y brazos y no tengo cola. —Saengie hizo una mueca—. Echo de menos mi cola. 

Saengie jugueteaba con el dobladillo de la camisa que Hyun le había prestado y desvió la mirada cuando Jun se limitó a mirarlo. Se sentía como si hubiera quedado atrapado metiéndose en la basura. Hyun realmente odiaba cuando hacía eso. 

—¿Así que, ustedes dos me estan diciendo que hubo algún tipo de accidente en el laboratorio y resultó en Saengie pasando de un gato a un ser humano? —Preguntó Jun. 

Saengie tragó saliva y asintió justo junto con Hyun. 

—¡Mierda! 

Saengie parpadeó rápidamente. De todas las respuestas que esperaba de Jun, la incredulidad no había sido uno de ellos. Él realmente había esperado que Jun se molestara. Bueno, él estaba enojado, pero por una razón diferente. 

—Te estamos diciendo la verdad, Jun, —Saengie insistió. 

—¡Demuéstralo! 

Saengie parpadeó de nuevo. —¿Miau? 

La expresión impasible en el rostro de Jun le dijo que no le hizo gracia. —¿En serio? 

—¿Qué quieres que hagamos, Jun? —Saengie espetó—. ¿Mirar cómo me inclino y lamo mis propias bolas o replicar el accidente y tener dos gatos volviéndose humanos? 

Saengie echó un vistazo a la ceja arqueada Jun hacia él y se dio la vuelta, apuntando con su dedo a Hyun. —Ni siquiera lo pienses. Soy el único gatito permitido en esta maldita casa. 

—Saengie, —empezó Hyun— así demostraríamos a Jun... 

—¡No!

—¿Tienes miedo de que Hyun no sea capaz de duplicar el proceso, desmintiendo así lo que estás intentando de convencerme?

Si Saengie supiera dónde tenía Jun sus zapatillas... 

—Mira, Jun, —dijo Saengie cuando se dio la vuelta de nuevo— esto no es una bola de estambre para mí. Soy un maldito gato. Debería estar tomando el sol en la ventana de ahora mismo, sin tratar de aprender a caminar sobre dos piernas y beber leche de un vaso en lugar de un plato. 

Grandes manos se posaron en los hombros de Saengie y suavemente los amasaron. —Oh, Saengie, estoy tan arrepen... 

—Detente. —Saengie se encontró dando vueltas una vez más. Se iba a marear si esto continuaba. Saengie puso el dedo sobre los labios de Hyun, lejanamente destacando lo suaves que eran—. Esto fue un accidente, así de simple. No quisiste que sucediera, y yo sé que no era tu intención que esto ocurriera. Esto simplemente pasó. Sólo tenemos que encontrar la manera de lidiar con ello. 

—Decirme la verdad sería un buen comienzo —comentó Jun. 

Saengie gruñó, y siendo humano por primera vez en su vida, pensó que era un muy muy buen gruñido. Esto hizo que los ojos de Jun se ensanchan cuando Saengie se dio la vuelta para mirar al hombre—. Mira, Jun, puedes ser un imbécil sobre esto o puedes ser el hermano que cuida a Hyun, que sé que puedes ser. Pero sea cual sea la decisión que decidas tomar, sólo recuerda que tengo amigos peludos por toda esta ciudad. 

Los ojos de Jun pasaron de sorprendidos a resplandeciente rendijas llenas de ira. —¿Me estás amenazando? 

—Sí. —No había absolutamente ninguna duda en la respuesta de Saengie. Si el hombre no empezaba a llegar con el programa, Saengie tendría a algunos de sus amigos animales tras la pista de Jun y haciendo de su vida un infierno viviente. 

Podía hacerlo. Sabía de algunas ardillas que tendrían un día de heno con el hombre obstinado. 

Cuando Jun empezó a reír, Saengie se apartó de él y hacia atrás contra Hyun, el miedo hacía cosquillas en la columna vertebral. Jun nunca había dado la impresión de que era alguien muy divertido. Diablos, ni siquiera parecía ligeramente divertido.
El hombre no tenía sentido del humor. 

—Ustedes dos realmente me engañaron por un minuto —dijo Jun—. La amenaza fue un buen toque. —Los músculos de Jun se relajaron mientras bajaba la mirada hacia Saengie—. ¿Cómo le convenciste de esto? ¿Eres actor o algo así?

Saengie lanzó sus manos al aire. —Está bien. Tú ganas, Jun. No soy un gato. —Se volvió y miró a Hyun—. ¿Puedes ayudarme a llegar a la habitación? Me gustaría tumbarme en la cama. Hay un gran sol que entra por la ventana del este a esta hora del día. 

Hyun frunció el ceño. —Sabes que no debes estar en la cama. 

Como si alguna vez escuchara esa regla. Él siempre dormía en la cama. —Claro, como yo escucho cuando hay una cama mullida grande para dormir. 

—Tienes una cama para gatos. 

Saengie arqueó una ceja. —Tú duermes en ella y luego me dices que no preferirías dormir en la cama. 

Los labios de Hyun temblaron y Saengie sabía que el hombre quería sonreír. —Me parece bien. 

Saengie podía oír a Jun aún riendo cuando Hyun lo ayudó a salir de la cocina y por el pasillo hacia el dormitorio. Caminar parecía estar cada vez un poco más fácil cuanto más lo hacía, pero Saengie estaba todavía agradecido cuando llegaron a la cama y pudo sentarse. 

—Va a salir bien, Hyun, —dijo Saengie cuando notó al hombre inquieto, cerca de la puerta. Le tendió la mano hasta que Hyun se acercó y la tomó, sentándose en el borde de la cama junto a él— incluso si Jun no nos cree, vamos a resolver esto. 

—¿Cómo? —Susurró Hyun— Jun piensa que estamos locos. 

Saengie no estaba tan seguro de que no lo estuvieran. 

Él también quería gritar. Su científico adorable se estaba desmoronando. Saengie envolvió su brazo alrededor del hombro de Hyun y luego tiró de la cabeza del hombre a su hombro, metiendo a Hyun contra el hueco de su cuello.

Era una posición extraña, pero funcionó para ellos. 

—Tu hermano es un hombre de negocios, Hyun, no un científico. No tiene tu nivel de inteligencia, por lo que no importa si tratas de explicarle las cosas a él o no. Simplemente todo iría justo encima de su cabeza de todos modos. 

Saengie sentía como si estuviera un poco en el mismo barco que Jun cuando se trataba de cosas científicas. Hyun empezaba a hablar acerca de algún experimento o de otra, y los ojos de Saengie se volvían vidriosos.

Pero comprendía que Hyun podía formular la hipótesis de compuestos y teorías en su sueño... y probablemente lo hacía. También sabía lo mucho que el hombre amaba su trabajo, por lo que Saengie siempre se sentaba allí con paciencia y complacía al hombre. 

—Creo que tienes que ir a trabajar a tu laboratorio y concentrarte en lo que mejor sabes hacer. Y haré lo que mejor sé hacer. 

Había una pequeña sonrisa de alivio en los labios de Hyun mientras levantaba la cabeza y miraba a Saengie. —¿Qué es eso?

Saengie sonrió maliciosamente. —Perseguir a los ratones fuera. 

Un estallido de risas transformó el rostro de Hyun, haciéndolo parecer joven y desenfadado. —No deberías referirte a mi hermano como una rata. 

—Si la cola se ajusta...

Tanto como Saengie quería estirarse al sol, sabía que tenía que hacer frente a Jun antes de que Hyun se viera obligado a hacerlo. Saengie esperó hasta que Hyun se levantó y salió de la habitación antes de hacer lo mismo. Usando los muebles ubicados por la sala para agarrarse, Saengie se dirigió a la puerta del dormitorio. Salió justo cuando la puerta que iba al laboratorio se cerraba detrás de Hyun.
Bien. Hyun no tenía necesidad de ver esto. A menos que Jun sacara su cabeza fuera de su culo, las cosas se iban a poner feas, y Saengie no quería a Hyun atrapado en el medio. 

Había aprendido muy pronto que Hyun necesitaba a alguien para protegerlo. Saengie se había asegurado de que el hombre estuviera a salvo en casa, manteniendo alejados a los depredadores y rondando la casa por la noche para vigilar al científico olvidadizo. 

Hasta ahora, había pensado que Jun se encargaba de Hyun en el trabajo. Ahora, no estaba tan seguro. Su historia era descabellada, pero Jun parecía no querer siquiera pensarlo. Incluso si ignoraba lo mucho que eso le hacía daño a su científico, él no podía pasar por alto el hecho de que probablemente necesitará la ayuda de Jun. 

Saengie necesitaba convencer a Jun para que los ayudara... o morderlo. 

—Lo que mi hermano te este pagando, —dijo Jun en el segundo que Saengie entró en la sala— lo duplico si te vas y nunca te pones en contacto de nuevo.

—No. 

—Lo triplico.

Saengie suspiró. —No.

Jun silbó. —Él debe estar compensándote bastante bien. 

—La hierba gatera es agradable, —contestó Saengie—. Y él se comprometió a conseguirme un poste de rasguño. 

Jun rodó los ojos.
—Mira, Sae. Yo amo a mi hermano, pero él puede ser un poco distraído en ocasiones. Su cabeza esta generalmente tan arriba en las nubes que no tiene ni idea de lo que está sucediendo a su alrededor. Desde el día que murió nuestra madre, ha sido mi responsabilidad velar por él, y eso significa deshacerse de las personas que tratan de utilizarlo. 

Saengie esperó, manteniendo la boca cerrada. Podía sentir el insulto venir. 

—¿Cuánto me va a costar deshacerme de ti? 

Saengie rió. —No tienes tanto dinero.

—Tengo un valor de miles de millones. Puedo pagar cualquier cantidad que desees.

—Yo no me voy.

—Te voy a dar un millón de dólares.

—Jun... 

—Cinco millones de dólares.

Saengie perdió los estribos, nunca es una buena cosa cuando un gato estaba involucrado. Él pisoteó el pie en vez de arañar al hombre como él realmente quería. Jun era el amado hermano de Hyun, después de todo. Hyunnunca lo perdonaría si hería a Jun. 

—¡Yo no me voy, Jun! 

—¡Quiero que te vayas! —Gritó Jun mientras daba un paso amenazador hacia adelante—. Mi hermano tiene un tiempo bastante duro tratando de funcionar en el mundo real sin algún lunático arrastrándolo a un mundo de fantasía donde gatos se transforman en seres humanos. 

Saengie gruñó, sus ojos brillantes de ira. —Nunca haría daño a Hyun. Él me pertenece. 

Un gesto burlón apareció en el rostro de Jun. —¿Es por eso que no te irás? ¿Debido a que estás en algún tipo de relación maestro-esclavo con mí hermano? 

Saengie parpadeó, shock puro sosteniéndolo inmóvil por un momento. —¿Alguna vez escuchas las cosas que salen de tu boca? —Preguntó finalmente, no estaba seguro de si debía responder la pregunta del hombre o darle un puñetazo en la cara. 

Saengie chilló cuando Jun le agarró por la camisa y lo estrelló contra la pared. Había visto este tipo de cosas en la televisión, pero nunca en la vida real. Era mucho menos emocionante en persona. 

También dolía como el infierno.

—Te voy a dar cinco minutos para conseguir tu mierda y largarte de aquí —dijo Jun, en voz baja con una amenaza—. Si peleas sobre esto aprenderás por qué mis competidores me temen tanto. 

Saengie agarró las manos de Jun y las sacó de su camisa. Él gruñó mientras las empujaba. —Yo no me voy, —Saengie cayó mientras luchaba inútilmente contra el agarre de Jun— y no hay nada que puedas hacer u ofrecerme que vaya a cambiar eso. 

Cuando la boca de Jun tomó un giro desagradable, Saengie debió haber sabido que las cosas iban a ir cuesta abajo bastante rápido. Pero había conocido a Jun durante cinco años y nunca tuvimos al hombre levantando ni un solo dedo contra él. No tenía motivos para temer al hombre, hasta ahora. 

El puño que Jun levantó en el aire fue un shock total para Saengie. Saliendo por puro instinto de auto conservación, Saengie lo golpeó con su mano. Su mandíbula cayó cuando Jun gritó con indignación y lo dejó caer, palmeando un lado de su cara mientras retrocedía de un salto. 

—¡Me rasguñaste! 

Saengie parpadeó a su mano, sorprendió al ver las garras saliendo de sus dedos, y luego frunció el ceño mientras miraba a Jun. —Intentaste pegarme. ¿Estabas simplemente suponiendo que me quedaría allí y lo tomaría? 

—¿Y te preguntas la razón por la que no quiero que rondes a mi hermanito? —Argumentó Jun—. ¿Quién sabe lo que podría hacer con él. Eres una amenaza.



—No, Jun. —Saengie le sonrió mientras sacudía sus garras y Jun se echaba hacia atrás—. Soy un felino cabreado. 



Hyun se retorció los dedos juntos mientras paseaba por su laboratorio. Sus nervios estaban totalmente disparados. Ni siquiera podía concentrarse en sus fórmulas. Podía oír a Jun y Saengie gritándose el uno al otro, y no sabía qué hacer al respecto. 

Hyun no soportaba confrontaciones o situaciones volátiles. Cuando las dos personas más importantes en su mundo estaban luchando entre sí, las cosas eran muy muy volátiles. Y Hyun estaba perdido en lo que debería hacer. 

Hyun casi saltó fuera de su piel cuando escuchó algo golpear en la pared por encima de él. Su corazón latía con fuerza en la garganta. Las lágrimas picaban en sus ojos. Esto no podía estar ocurriendo. 

Veinticuatro horas y su vida se había ido a la mierda. 


Hyun subió lentamente los escalones que conducían a la puerta del laboratorio en la parte superior. Se detuvo en la entrada, ladeando la cabeza hacia un lado para poder escuchar los sonidos de la pelea. El silencio era más aterrador que los gritos.

Hyun lanzó una rápida mirada a la puerta de su laboratorio, con ansiedad masticó la uña del pulgar. El súbito silencio no podía ser una buena cosa. Hyun estaba aterrorizado de que se hubieran matado uno al otro. Estaba demasiado asustado para ir a mirar. 

¿Qué iba a encontrar si subía? 

¿Dos cadáveres?

¿Uno? 

Y, oh dios, ¿qué pasaría si hubiera sangre? 

Hyun podía tomar la manipulación de sangre cuando se trataba de agujas y tubos de ensayo, pero había una razón por la que entró en la investigación en lugar de convertirse en un médico de pleno derecho como su madre quería. Sangre salpicada por todo el suelo de la cocina probablemente lo haría vomitar. 

Pero el no saber qué estaba pasando entre Jun y Saengie era casi tan malo. 

Hyun empujó la puerta del laboratorio abierta y se asomó. Cuando no oyó nada, salió y dejó que la pesada puerta de acero se cerrara. 

El corazón de Hyun estaba atascado en su garganta mientras se arrastró por la habitación hacia la cocina. El silencio no le dijo nada acerca de lo que iba a encontrar cuando llegara allí. Hyun casi deseó que los dos hombres estuvieran discutiendo de nuevo sólo para que supiera que no se habían matado uno al otro. 

—¿Saengie? —Dijo en voz muy baja—. ¿Estás vivo? 

Hyun escuchó una risa desde la esquina de la cocina. —Estoy vivo, Hyun. 

El alivio casi llevó a Hyun al suelo. Rápidamente pasó por la puerta y examinó la habitación, en busca de sangre. Sorprendentemente, no parecía haber ninguna, aunque Jun sostenía un trapo a la mejilla. 

—¿Qué pasó? —Se sintió obligado a preguntar incluso si él no quería saber.

—Jun y yo estábamos conociéndonos el uno al otro —dijo Saengie—. Nada de lo que debas preocuparte, Hyun. 

Sí, como si eso fuera a suceder.

Hyun miró a su hermano a través de su flequillo. Jun no parecía molesto. Estaba viendo a Saengie moverse por la cocina, con la frente arrugada mientras tenía las cejas juntas en un ceño fruncido. 

Parecía... desconcertado, no Hyun nunca asociaría esa emoción con su hermano. Jun era uno de los hombres más seguros de sí mismo que había conocido nunca. Nunca estaba indeciso o endeble. Él sabía lo que quería, e iba tras ello. 

—¿Jun? 

El rostro de Jun se relajó, una sonrisa cruzando sus labios cuando se volvió para mirar a Hyun. —Estoy bien, hermano. 

—¿Qué pasó? —Hyun hizo un gesto hacia la toalla que Jun tenia contra su mejilla. 

Los ojos de Jun inmediatamente cayeron en Saengie. —No fue nada, Hyun. —La sonrisa estaba de vuelta en la cara de Jun cuando se volvió para mirar a Hyun de nuevo, pero era forzada—. Como dijo Sae, sólo estábamos conociéndonos el uno al otro. 

—Está bien. —Hyun cruzó los brazos sobre el pecho, con el pie comenzando a pisotear a medida que la agitación se apoderaba de él. Odiaba cuando la gente no le explicaba las cosas. Lo hacían sentirse como un idiota—. Si no quieren que sepa lo que pasó, sólo voy a volver a mi laboratorio.

—Hyun—dijo Saengie y se apresuró a sujetar su brazo—. No es eso, cariño. Te lo juro. Jun y yo realmente estábamos trabajando las cosas entre nosotros. Él no cree que yo soy un gato, pero creo que entiende que no voy a irme a ninguna parte. 

Hyun procesó cuidadosamente las palabras de Saengie luego se volvió para mirar a su hermano. —¿Has intentado hacer que se vaya? —Por qué la idea de Saengie abandonándolo causaba a Hyun tanto dolor, no lo sabía, pero lo hacía. Y lo hizo enojarse saber que su hermano era quien lo había intentado. 

—Tú no tienes que tomar esa decisión, Jun. —Hyun intentó mantener la hostilidad en su voz mientras hablaba con su hermano, pero pudo ver por la elevación de las cejas de color marrón oscuro del hombre que había fallado—. Sé que tienes buenas intenciones, pero Saengie va a quedarse. 

—Sí. —Los ojos de Jun se desviaron a Saengie una vez más, prudente, vacilante—. Yo como que tengo esa sensación. 

La mirada de Hyun iba y venía entre Jun y Saengie. Ellos no estaban atacándose mutuamente, pero podría haber sucedido antes de que él entrara en la habitación. El paño que Jun sostenía en la mejilla era una gran pista. Hyun no podía encontrar cualquier lastimadura sobre Saengie, pero eso no significaba que no hubiera alguna bajo su ropa. 

—Saengie, ¿puedo hablar un momento contigo en el dormitorio? 

Hyun no esperó que Saengie respondiera. Él simplemente giró sobre sus talones y salió de la cocina, dirigiéndose directamente a la habitación. Abrió la puerta y se volvió para esperar a Saengie, dando golpecitos con el pie con impaciencia. 

Cuando Saengie entró, tenía la misma mirada desconcertada en su rostro que Jun había tenido, Hyun cerró la puerta con el pie y echó un vistazo al ex gato. —¿Estás herido? 

Las pestañas de Saengie revoloteaban locamente mientras parpadeaba. —No. 

—¿Acaso Jun intentó hacerte daño?

—No exactamente.

—¿No exactamente? —Hyun entornó los ojos—. Bueno, eso es tan claro como el barro. 

—Hyun—Saengie parecía horrorizado de que Hyun hablara así.
Bueno, estaba malditamente enojado.

—Dime lo que pasó. 

Saengie suspiró. —Jun sólo estaba buscando lo mejor para ti, Hyun. 

—¿Cómo?

—Él ofreció sobornarme. —Los ojos de Saengie se ampliaron—. Y ofreció mucho, Hyun. Tu hermano realmente quería deshacerse de mí. 

El corazón de Hyun tartamudeó. —¿Qué le dijiste? 

Saengie rió. —Básicamente le dije que cuente la arena del desierto. Esta es mi casa, y tú eres mi hombre. Yo no me voy. 

Su alivio fue tan grande que Hyun casi se derrumbó donde se encontraba. En cambio, sus ojos siguieron con avidez a Saengie mientras el pequeño magnífico hombre se acercaba a la cama, se sentaba, y se extendía sobre un rayo de sol entrando por la ventana. 

—Mmm, —Saengie ronroneó—. Se siente tan bien. 

Hyun casi se tragó la lengua cuando Saengie estiró los brazos sobre su cabeza y se arqueó hacia el sol. Los pantalones de jogging que llevaba eran de Hyun y apenas colgaban de sus delgadas caderas. Cuando se estiro, el dobladillo de la camisa de algodón azul que cubría el estómago se movía hacia arriba, haciendo gala de una buena cantidad de piel dorada por debajo del ombligo de Saengie. 

Hyun se humedeció los labios, con ganas de lamer esa piel dorada. Entonces se dio cuenta de lo que estaba pensando y lo dura que su polla se había puesto simplemente mirando al hombre tendido en su cama. Hyun se dio la vuelta, frotándose la mano por la cara mientras trataba de liberarse de la tentadora imagen. 

Estaba loco. Estaba lujurioso por su maldito gato de nuevo. 
Iba a ir al infierno.

—Hyun, realmente necesitas darle un descanso a Jun. Trata de ver esto desde su punto de vista. Él estaba tratando de velar por ti. Cree que soy un charlatán que está contigo para obtener todo tu dinero. 

Hyun rodó los ojos. —No necesitas ningún dinero. Te compraré lo que quieras. 

Saengie rió y se incorporó sobre sus codos. —Creo que eso era lo que Jun temía, Hyun. 

—No soy un idiota pusilánime, Saengie, —Hyun refunfuñó—. Sé cuándo decir no. 

—Créanme, soy plenamente consciente de ese hecho. —Saengie parecía tan serio que Hyunno pudo evitar reírse—. Sé que no has estado en el laboratorio tanto tiempo, ¿pero has encontrado algo? 

La sonrisa se deslizó de la cara de Hyun. —No, nada todavía. 

—Lo harás, —dijo Saengie con total confianza. 

—Sí. —La perspectiva de descubrir lo que había convertido a Saengie en humano y luego crear una fórmula para convertirlo de nuevo en un gato estaba empezando a ser cada vez menos emocionante. En realidad era cada vez francamente más deprimente. 

A Hyun le gusta ser capaz de hablar con Saengie. A él le gustaba cómo el hombre era divertido, lo adorable que se veía cuando la leche se derramaba por todo el cuerpo, la forma en que a Saengie parecía gustarle simplemente estar cerca de él. 

Le gustaba mirar a Saengie. 

Sip, se iba al infierno.

—Tengo que volver al trabajo, —dijo Hyun mientras apartaba los ojos de la vista seductora tendida en su cama y se volvía hacia la puerta—. ¿Vas a estar bien, o tengo que arbitrar las cosas entre tú y mi hermano? 

—Nah. —Saengie agitó una mano con desdén a Hyun como si no hubiera estado en una pelea con Jun—. Jun y yo vamos a estar bien. 

—¿Estás seguro?

—Ve, Hyun. Estaré bien. Seguramente solo me voy a sentar aquí al sol.

Hyun trató de sacar esa imagen de su mente mientras salía de su habitación y volvía a su laboratorio. Pasó por alto la cocina, porque no quería afrontar la confrontación con Jun que él sabía que venía. Jun exigiría respuestas, y Hyun realmente no tenía ninguna para el hombre. 

Hyun entró en su laboratorio y se volvió a cerrar la puerta, sellándola. Cuando se dio la vuelta, un chillido muy impropio de un hombre salió volando de su boca cuando vio que alguien se movía al otro lado de su laboratorio. 

—¡Maldita sea, Jun! —Hyun presionó su mano contra su pecho, su corazón amenazando con saltar fuera de su cuerpo. Dado que Jun era la única otra persona con el código de acceso, Hyun no estaba acostumbrado a otras personas estando en su laboratorio—. No me asustes así. 

—Háblame de Sae, —dijo Jun mientras caminaba casualmente alrededor del laboratorio, deteniéndose cada pocos metros a inclinarse y mirar un tubo de ensayo o algunas notas que Hyun había dejado fuera. 

—¿Te hizo eso? —Hyun hizo un gesto hacia el arañazo en el lado de la mejilla de Jun. Jun se encogió de hombros, pero Hyun dio cuenta de la cautela en los ojos de su hermano—. Él lo hizo, ¿verdad? 

—Bueno, no tienes que sonar tan malditamente feliz por eso.

Hyun se rió entre dientes mientras se acercaba para limpiar y desinfectar sus manos. Estaba en realidad un poco orgulloso. Por mucho que adorara a su hermano, era plenamente consciente del factor de intimidación que el hombre había usado. Rezumaba de cada célula en el cuerpo de Jun. 

En varias ocasiones, Hyun casi le preguntó a su hermano si podía tener una pequeña muestra de sangre sólo para poder estudiar el ADN del hombre y averiguar por qué Jun era tan condenadamente difícil y Hyun terminó como un ratón. 

Simplemente nunca se armó de valor.

—Me alegro de que Saengie todavía pueda protegerse a sí mismo. 

—En serio, Hyun, ¿Saengie? ¿De verdad crees que este chico es tu gato doméstico? 

Hyun suspiró y se acercó a su ordenador portátil. Pulsó los videos de las diapositivas que había tomado el día anterior y los llevó a sus monitores. —En el primer monitor hay una diapositiva de mi sangre. No hay nada inusual en ella. La sangre es básicamente sangre. En el monitor dos hay una imagen de la sangre de Saengie. ¿Qué es diferente? 

Jun se acercó para estar al lado de Hyun, uno de los brazos se cruzó en su pecho, el otro apuntaba al monitor número dos. —Hay un montón de pequeñas cosas que nadan alrededor en la sangre en el segundo monitor. 

—Así es.



—¿Supongo que no se supone que eso suceda?



—No, no lo es. —Eufemismo del año, tal vez de toda la última década—. Cuando ocurrió el accidente, estaba trabajando en mi fórmula. Para fines de comparación, había sacado algo de mi propia sangre. Dejé la mitad en la jeringa, pero la otra mitad la dividí entre unas pocas placas de Petri. Una vez que tuve mis muestras, empecé a añadir los productos químicos que figuran en esta fórmula, uno a la vez. 

Jun frunció el ceño. —¿Fue esto un nuevo experimento? 

—Algunas de las reacciones químicas que presencié eran las que había visto antes y otras eran nuevas. —Hyun tocó unas cuantas teclas en su teclado y mostró sus notas—. Hice notas detalladas de las reacciones en cada placa de Petri. Después de catalogar lo que había en cada placa de Petri, transferí mis resultados a los tubos de ensayo. 

Hyun tragó saliva. —Y ahí es donde la cosa del tapón se introdujo para conducir al accidente. Saengie se asustó y dio un salto, derribando algunos de los productos químicos que había estado usando y todos los tubos de ensayo, incluyendo el de los doctores.

Los ojos de Jun se agradaron, algo más que Hyun no recordaba haber visto. —¿La fórmula perteneciente a los científicos?— 

Hyun hizo una mueca y asintió. —Sí. 

Jun gruñó algo, pero fue suprimida por la mano que apretaba contra su boca. Hyun se retorció los dedos mientras miraba a Jun como empezaba a caminar. Los hombros de Jun estaban muy rígidos, agitado. Su boca caída y un profundo ceño mientras seguía murmurando para sí. 

—¿Jun? 

—¿Qué había en esa fórmula que te dieron? 

Hyun miró el monitor nuevo. —Si tuviera que adivinar, diría que es una especie de forma de vida o algo así. Es autónoma, incluso sin las otras sustancias químicas añadidas. —Hyun frotó un corto mechón de pelo entre sus dedos mientras su mente comenzaba a correr—. Lo que estaba en esa fórmula tiene algún tipo de composición química que hace que sea capaz de moverse por sí mismo y, o bien tomar la vida de cualquier anfitrión al que se conecte o cambiar el patrón a nivel molecular. Pero algo estaba causando que permaneciese inerte hasta que el resto de los productos químicos y mi sangre se mezclaron con ella.

Hyun cogió el rotulador que le permitía escribir en sus tableros de borrado en seco y transferir la información a su computadora portátil. Empezó a escribir la fórmula sin darse cuenta, sumando y restando productos químicos a su paso. Cuando llegó a la parte donde estaba la nueva fórmula que se añadía, se volvió y miró a su hermano. 

—¿Tienes alguna idea de lo que estaba en esa fórmula que esos dos médicos nos dieron? 

Jun miró por un momento antes de caminar hacia el portátil de Hyun. Escribió algo y un momento después, empezó a leer los productos químicos, la mitad apenas pudo pronunciarlos. 

—Magnesio, ácido nucléico, carbono... 

—Espera. —Hyun levantó la mano—. ¿Has dicho ácido nucléico? 

Jun miró el ordenador portátil de nuevo luego asintió. —Sí.

—¡Mierda!

Jun arqueó una ceja. —¿Es eso un problema?

Una vez más, un eufemismo. (Bueno ya que se repite xD y no se si todos lo sepan ,aquí lo pongo "Palabra o expresión con que se sustituye a otra más grosera, impertinente, violenta o que se considera tabú.") 
Pero al menos esta vez, Hyun sintió que tenía algo más que una pista sobre lo que estaba pasando.
Quizás.

—Nanotecnología de ADN es el diseño y producción de estructuras de ácidos nucleicos artificiales para fines tecnológicos. Por lo general, los ácidos nucleicos se utilizan como materiales de ingeniería no biológicos para la nanotecnología en lugar de portadores de la información genética en las células vivas. Nanotecnología de ADN proporciona una de las pocas formas de crear estructuras complejas diseñadas, con un control preciso sobre las características de nanoescala. Los investigadores en este campo han creado estructuras estáticas tales como máquinas moleculares y computadoras de ADN. La teoría popular dice que se pueden utilizar para infiltrarse en el cuerpo humano en un nivel molecular y...

—Um, Hyun. —Jun parpadeó, viéndose aturdido—. Pequeñas palabras aquí. 

—Ingeniería genética de nanorobots que pueden manipular las células a nivel molecular.

Jun asintió lentamente, como si se preguntara si Hyun iba a estar de acuerdo con la conclusión a la que había llegado a. —Ingeniería genética de nanorobots que pueden manipular las células a nivel molecular y convierten a un gato doméstico en un ser humano porque... 

—Debido a que el material genético que los nanos se convino al proveniente de un ser humano. Una vez que se programaron con el ADN mitocondrial humano, y entraron en contacto con Saengie, siguió su programación y cambió la distribución celular de Saengie, convirtiéndolo humano. 

La boca de Jun cayó abierta mientras él se dejó caer pesadamente en la silla detrás de él. —¿Estás diciendo que la fórmula que los doctores te dieron tenía nanorobots en ella? 

—Nanorobots inertes. 

—¿Inertes?

Hyun asintió. —Piensa en ellos como pequeñas computadoras robóticas microscópicas. En su forma inerte están vacíos, no tienen forma o función, como un equipo que no ha tenido ningún software cargado en él. Ellos son simplemente máquinas que no tienen ningún fin. 

—¿Cómo se hicieron... funcionales? 

—Creo que cuando el accidente de laboratorio pasó, fueron expuestos a mis glóbulos blancos, como así también la fórmula del ADN mitocondrial en el que había estado trabajando. Esto esencialmente los programó. 

—¿Para cambiar a Saengie a humano? 

—Básicamente, sí. —Asintió Hyun—. Una vez que los nanorobots habían sido programados para reparar el ADN mitocondrial humano, ellos simplemente hicieron su trabajo, que de acuerdo a su programación, era reparar lo que estuviera mal en el ADN que encontraron. Desafortunadamente, ese mal ADN era Saengie. 

—¡Oh hombre! —Jun se veía azorado, y confundido. Una mirada que Hyun nunca asoció con su hermano —. Tenemos un problema, Hyun. 

Hyun parpadeó. —Lo sé. 



—No, no lo entiendes, hermanito. Dejé en claro al los doctores que no te permitiría trabajar en cualquier cosa que fuera peligrosa. Juraron que la fórmula que te daban no era nociva de ninguna manera. 



—Técnicamente, no mentían. En su forma inerte, los nanos son inofensivos. No fue hasta que entraron en contacto con la sangre y la fórmula en la que estaba trabajando que se convirtieron en peligrosos. 

Jun frunció el ceño. —Eso no me hace sentir mejor, Hyun. 


—Creo que nuestro mayor problema es cómo se supone que debo explicarles lo que le pasó a su fórmula.

—Tú no lo harás —dijo Jun con firmeza—. Deja que yo me encargue de eso.

—Ellos van a querer hablar conmigo, Jun. No podrías explicarles esto incluso si estuvieras leyendo un trozo de papel. Estas cosas científicas hacen que tu cabeza duela. 

—Así es. —Jun repente se echó a reír—. Pero todavía no voy a dejar que ellos hablen contigo. Eres uno de los hombres más inteligentes que conozco, pero no podrías mentir ni para salvar tu vida.

Las cejas de Hyun levantaron. —¿Vamos a tener que mentir? 

—Oh, sí. —Los ojos de Jun se abrieron considerablemente mientras asentía—. No hay manera de que nadie sepa lo que pasó con tu gato. Esto tiene que quedar entre los dos... er... nosotros tres. Si alguien descubre que el pequeño humano de arriba solía ser su gato, no sólo nos meteremos en problemas con la Comisión, sino que Saengie se convertiría en un experimento de laboratorio. 

Hyun tragó saliva.

La Comisión Nacional para la Protección de Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y Conductual no era un grupo con el que debieras meterte.

No sólo tenían conexiones con las agencias policiales de todo el mundo, además una vez que un científico entraba en la lista negra de la Comisión, no podía conseguir trabajo en ninguna parte del mundo... al menos, no trabajo legítimo y legal. 

Había procedimientos, directrices, códigos de conducta ética, todo lo que debe existir para que las personas no experimentaran con nadie en contra de su voluntad o que participaran en experimentos que fueran perjudiciales para ellas.

El Código de Nüremberg exigía que los sujetos de prueba que participan en los experimentos fueran informados y dieran su consentimiento para la investigación que se llevara a cabo. También colocaba la responsabilidad de adherirse a ese código en cada individuo que lo iniciara, dirigiera o participara en el experimento.

Las organizaciones de base del gobierno federal, como la Academia Nacional de Ciencias, publicaban directrices éticas para los científicos a seguir, y la Oficina de Integridad de la Investigación de Estados Unidos promovía la ética en la investigación mediante el control de las investigaciones institucionales, malas prácticas de investigación y promoción de la educación sobre el tema.

Nada de eso valdría de algo si alguien se enteraba de que Saengie solía ser un gato. No sería considerado humano. Por lo tanto, sería cazado libremente para experimentar con él. Nadie estaría violando el código de ética por experimentar en el gato.

Una cantidad abrumadora de miedo brotó dentro de Hyun mientras consideraba todo lo que podría sucederle a Saengie si se descubría su verdadera naturaleza. Saengie podría ser asesinado, o algo peor.

—¿Qué vamos a hacer, Jun? Si alguien se entera de Saengie, podrían... —Hyun fue silenciado por la expresión oscura y melancólica de Jun. La tensión de la mandíbula de Jun traicionó su profunda frustración—. ¿Jun? 

Jun se frotó la barbilla mientras miraba a Hyun, tenía una mirada intensa, pero ya no parecía enojado. —¿Puedes encontrar la manera de revertir lo que pasó? 

—He estado trabajando en ello. —Hyun se acercó a su computadora portátil, y mostró las notas que había tomado la noche anterior—. He estado trabajando en el aislamiento de esta enzima de aquí. —Hyunseñaló una fórmula que había escrito en sus notas—. Creo que esta podría ser la clave para revertir la programación de los nanos. 

—Hazlo —dijo Jun con severidad —. Iré a hablar con los doctores, para hacerles saber que su fórmula no funcionó. 

—Pero lo hizo. —Hyun frunció el ceño mientras miraba a las notas garabateadas que aparecían en el monitor de su ordenador—. Más o menos. 

—Es cierto, pero no queremos que sepan eso. Querrían ver tus notas para poder duplicar tus métodos para validar los resultados. Eso es lo que no podemos permitir. 

Si puedes venir con algún otro método para probar que su fórmula funciona, bien, pero más allá de eso, nadie excepto nosotros tiene que saber lo que ha pasado aquí. Es demasiado peligroso, Hyun.

Hyun entendió eso, y no le gustó. Jun siempre hacia lo posible para asegurarse de que la vida de Hyun transcurriera sin problemas, incluyendo asegurarse de que estuviera a salvo. Hyun sabía que su hermano iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para asegurarse de que Hyun estuviera a salvo en esta ocasión también. 

Lo que le preocupaba era Saengie.

—¿Qué pasa con Saengie? —Preguntó Hyun sombríamente. 

—Vamos a preocuparnos por entender esa fórmula y deshacernos de los dos médicos en primer lugar, y luego vamos a ver qué podemos hacer acerca de tu gato, ¿de acuerdo?

Hyun suspiró, sus hombros se desplomaron mientras trataba de aceptar el hecho de que no había nada que él pudiera hacer en este momento, además de trabajar en la fórmula como Jun pidió. Hyun empezó a sonreír mientras se inclinaba para estudiar sus notas. 

Si la resolución del misterio de esta fórmula era lo que tenía que hacer para mantener a Saengie a salvo, eso era lo que iba a hacer. 



Por suerte, eso era lo que se le daba mejor.


Le dolía. 

Saengie abrió sus ojos y con cautela miró a su alrededor, tratando de averiguar por qué se sentía tan caliente y adolorido. Todo su cuerpo se sentía como si fuera una bola de fuego grande e hipersensible. Y venía del cuerpo tendido junto a él. 

Saengie rodó para que pudiera tener una mejor visión de Hyun, dándose cuenta de que el hombre debía de haber venido a la cama hacía poco, ya que no había estado allí cuando Saengie se durmió. Hyun estaba tan cerca que Saengie podía sentir el calor intenso que salía del hombre más grande. 

Se mordió el labio para ahogar el clamor de alegría. La temperatura del cuerpo sólido de Hyun era como un horno, y el calor se dirigió directamente a la ingle de Saengie. 

Saengie miró fijamente a Hyun y se humedeció los labios. Llamas eróticas de deseo y placer lo envolvieron. Su verga se puso rígida en sus pantalones, como siempre lo hacía cuando pensaba en su humano.

La hambrienta mirada de Saengie vagaba perezosamente y apreciaba a Hyun, moviéndose sobre su cuerpo lentamente, desde su pecho hasta su rabo frontal. Sus dedos le dolían por alcanzar y tocar a Hyun. Se preguntó cómo se sentiría correr los dedos sobre la piel dorada del hombre, envolver sus brazos alrededor de Hyun mientras lo besaba, duro y profundo.

Había una sensación de hormigueo en la boca de su estómago, un dolor. Un sentido de urgencia condujo a Saengie, instándolo a tomar lo que deseaba tan desesperadamente. Con cuidado, gentilmente, y, definitivamente, poco a poco, Saengie se deslizó bajo las sábanas, arrastrándose sobre la pierna de Hyun para acomodarse entre sus muslos.

Había pasado bastante tiempo viendo a Hyun y a otros humanos para saber exactamente lo que haría al hombre sentirse bien. Sólo esperaba que Hyun quisiera que Saengie le trajera ese tipo de placer. La pornografía que observaba en su computadora portátil decía que le gustaban los humanos del mismo sexo. 

Por lo menos Saengie tenía eso a su favor. Había mirado. Tenía el mismo equipo físico que Hyun tenía, solo no tan grande. Hyun parecía ser más largo y más grueso. Por lo que el gato de la calle le había dicho a Saengie, eso se suponía que era importante. 

A Saengie no le importaba más allá del hecho de que Hyun tenía una hermosa polla. 

Saengie se humedeció los labios y luego agarró la base del pene del hombre. Masajeó con los dedos sobre la cabeza bulbosa, esparciendo el pre-semen, al mismo tiempo. Su uña del pulgar presionó la pequeña ranura en la parte superior de la cabeza y escuchó un gemido bajo retumbar en el pecho de Hyun. 

El aroma de la excitación del hombre llenó los pulmones de Saengie, haciéndole la boca agua por solo una probada. Una gota clara del líquido rezumaba de la rígida erección de Hyun, y Saengie rápidamente se inclinó y la lamió con la punta de su lengua antes de que desapareciera. 

El sabor adictivo irrumpió a través de su lengua, y él quería más. 

Saengie envolvió sus labios sólo alrededor de la cabeza y esperó a que Hyun gritara como había visto hacer a los hombres en los videos. 

Nada.

Saengie levantó su cabeza después de varios momentos y frunció el ceño ante la polla en su mano. Tal vez no estaba haciendo las cosas bien. Se inclinó y envolvió sus labios alrededor de la polla gruesa de Hyun otra vez, empujó la polla de Hyun a la parte posterior de su garganta en la medida que pudo, dejando que sus músculos se relajaran. 

El reflejo le hizo tragar. El sabor del pre-semen explotó en su lengua cuando la polla de Hyun se sacudió en su boca, palpitando. Saengie chupó suavemente mientras movía su boca para prodigar atenciones de nuevo a la sensible cabeza con la lengua, sumergiéndola en la ranura una y otra vez. 

Saengie bombeaba la polla de Hyun con la mano mientras chupaba. Su lengua se arremolinó alrededor de la cabeza esponjosa luego lamió el manojo de nervios por debajo, la otra mano agarrando las bolas de Hyun como había visto que hacían los hombres en los videos, masajeando suavemente con sus dedos. 

Oyó una ingesta rápida de aire y sintió la tensión de los músculos debajo de las palmas de sus manos, y supo que Hyun había despertado. —Saengie—gimió Hyun, sus dedos se apretaron en el pelo de Saengie, pero no protestó por lo que estaba pasando o se alejó. 

Ni siquiera ordenó a Saengie salir de la cama. 

Alentado por la respuesta del sexy científico, Saengie empezó a chupar, su lengua trazando cada lado de la polla gruesa veteada del hombre. Las mejillas de Saengie se ahuecaban mientras movía la gruesa erección de Hyun aún más dentro en su boca, moviendo la cabeza de arriba a abajo. 

Usando la lengua para presionar contra los lados, Saengie se hundió en el eje grueso de Hyun antes de moverse hacia arriba. Lentamente repitió el movimiento una y otra vez, hasta que las caderas de Hyun comenzaron a moverse, empujando hacia arriba y llevando su polla dentro de la boca de Saengie. 

Saengie lamió y chupó con verdadero disfrute, haciendo los más imaginables sonidos descuidados. Por encima de él, Hyun gimió y se estremeció, y Saengie amó cada segundo de ello. Su propio pene se balanceaba entre sus piernas, dolorido con deliciosa necesidad. 

Otro gemido retumbó a través de Hyun justo antes de que sus caderas empujaran hacia delante, conduciendo su polla profundamente en la boca de Saengie. Los dedos de Hyun se apretaron en el pelo de Saengie , sus caderas bombeaban más rápido. El líquido pre-seminal estaba goteando de la cabeza como un río, y Saengie sabía que el científico estaba cerca. Los gemidos de Hyun eran cada vez más frecuentes, su cuerpo estaba temblando. 

Saengie empujó su cabeza hacia abajo, tomando la polla de Hyun tan profundo como pudo en su boca. Hyun gritó mientras se venía, inundando la boca y la garganta Saengie con el líquido amargo y caliente. Saengie tragó con avidez, saboreando el sabor salado de la semilla llenando su boca con grandes borbotones hasta que Hyun se derritió en el colchón. 

Saengie dejó que la polla flácida del hombre se deslizara de su boca y puso su cabeza sobre el muslo de Hyun. Quería escalar el magnífico cuerpo de Hyun y exigir más, pero no estaba seguro de si debía. Ni siquiera estaba seguro de si debió haber hecho lo que acababa de hacer, pero se había sentido bien. 

Los dedos de Hyun continuaron enroscándose sin prisa por el pelo de Saengie casi como si el hombre no fuera consciente de lo que estaba haciendo. Saengie estaba muy consciente de ello, y no estaba haciendo que el rabo duro entre sus piernas se suavizara en absoluto. 

Saengie se tensó cuando las mantas se movieron. Levantó la cabeza y miró hacia arriba para encontrar a Hyun devolviéndole la mirada, con una expresión aturdida y desconcertada en su rostro. 

—Gracias, Saengie.

Saengie sonrió tentativamente. —Eres muy agradable. 

Hyun parpadeó hacia él. —Um... ¿dónde aprendiste a hacer eso?

—En esos vídeos que siempre miras en tu ordenador portátil. 

El rostro de Hyun se sonrojó mientras alejaba la mirada. —¿Me viste viendo vídeos?

Algo en la forma nerviosa de Hyun calmó los nervios de Saengie y le dio el valor para meterse debajo de las sábanas. Oyó a Hyun sisear cuando su todavía dura polla rozó al hombre. Mientras que Hyun había encontrado su liberación, Saengie seguía todavía dolorosamente duro. 

Saengie se acomodó en el colchón junto a Hyun y alargó la mano para arrastrar el dedo por la mejilla caliente del hombre. —No deberías estar avergonzado de que te guste ver a la gente dar placer a otros, Hyun. Me trae placer verte, y no tengo ninguna intención de parar. 

—¡Eres un gato!

—No por el momento, no lo soy.

Un pequeño pliegue se extendió en la frente de Hyun mientras sus ojos se alejaban de Saengie e iban hasta el techo encima de la cama. —Sí, bueno, yo... eh... sí.

Un delicioso estremecimiento atormentó a Saengie cuando sus cuerpos se rozaron entre sí. La cercanía de Hyun era abrumadora. Era tan apuesto y Saengie reaccionaba tan fuertemente a él. Lógicamente, sabía que lo que quería era imposible, pero sus sentimientos por Hyun no tenían nada que ver con la lógica.

Hyun proyectaba una intensidad nerviosa que era innegablemente atractiva para Saengie , atrayéndolo y envolviéndose a su alrededor como una manta cómoda llena de una sobreabundancia de hierba gatera. Saengie quería rodar en todo lo que era su magnífico científico. 

Olía aún mejor. 

La mente de Saengie le decía que resistiera, pero su cuerpo se negaba. Antes de que Hyun pudiera protestar, Saengie se inclinó hacia delante y lamió una línea a través de los labios del hombre. El sabor de algo dulce y amargo explotó a través de su lengua. 

La polla de Saengie se estremeció por el sabor embriagador del hombre y tierra, con un toque de almizcle que permanecía en el aire. Hyun tenía un olor único que lo estaba volviendo absolutamente loco. Quería frotar su cuerpo por todo el hombre para que Hyun llevara su aroma y cada gato en el barrio supiera el científico sexy estaba tomado. 

Saengie cerró los ojos, escalofríos corriendo a lo largo de su cuerpo como un hormigueo de puro deleite repartidos por su piel a partir del calor del cuerpo de Hyun. Le encantaba ser sostenido por Hyun. Era la mejor sensación del mundo junto a probar al hombre. 

Llamas lamieron su carne a su paso mientras las manos de Hyu repentinamente viajaron por los brazos de Saengie, instándolo a acercarse. Su cerebro se había derretido de todos modos, y no podía hablar ni para salvar su vida. Eso habría significado no gemir, y eso no era posible por el momento, no cuando Hyun estaba lamiendo y mordisqueando sus pezones.

¡Hola, punto caliente! 

Saengie se arqueó en el aire, empujando su pecho cerca de la boca de Hyun y la caliente y resbaladiza lengua. Sus manos se abrían y se cerraban en los hombros de Hyun. No sabía si para tirar de Hyun más cerca o empujarlo para detener las sensaciones abrumadoras que atravesaban su cuerpo. 

Saengie comenzó a jadear cuando las manos de Hyun se arrastraron de vuelta a sus brazos, los dedos del científico se encresparon alrededor de las muñecas de Saengie, sosteniéndolas en su lugar mientras él lentamente bajaba por la delgada forma de Saengie. 

¿Iba Hyun a chuparle la polla? 

—Hueles lo suficientemente bueno para comerte, —Hyun murmuró mientras frotaba su mejilla sobre la piel expuesta alrededor del ombligo de Saengie. 

¡Oh dioses, sí, cómeme, por favor! 

Hyun sonrió mientras besaba el vientre de Saengie y luego empujó sus labios más allá de la cintura de sus pantalones de pijama hasta que la cabeza de su polla se estaba mostrando. Saengie tragó saliva y luego siseó cuando Hyun birló la lengua sobre la cabeza de su polla. 

—Sabes aún mejor.

Saengie parpadeó hacia el hombre. —¿Mejor que qué?

Hyun simplemente se rió entre dientes.

Las piernas de Saengie cayeron a un lado mientras la lengua de Hyun estaba atormentando su polla, el científico lamía su miembro dolorido, pasando la lengua por la longitud. Saengie quería pedirle a Hyun que lo pusiera en su boca, pero no fue lo suficientemente valiente.
Pero mendigar estaría bien. 

—Por favor, Hyun. Por favor, por favor, por favor. 

El bastardo no le hizo caso, lamiéndolo como a una maldita golosina.
El aire salió de los pulmones de Saengie cuando el calor húmedo y cálido finalmente se envolvió alrededor de su polla. Gritó, sus caderas golpeando hacia delante ante el contacto. Las manos de Hyun dejaron sus muñecas y presionaron sus caderas, frenándolo de empujar dentro de su boca. 

Hyun le hizo un guiño a Saengie y entonces sus ojos se trabaron con él mientras abría ampliamente y bajaba sobre él. Las piernas de Saengie se estremecieron mientras miraba a su polla desaparecer en la boca de Hyun. 

Oh infierno.

¿Era demasiado pronto para venirse?

¿Cuál era el marco de tiempo en este tipo de cosas?

Saengie se arqueó y gritó cuando Hyun deslizó un dedo en su culo. Su cabeza rodó hacia atrás, con la boca abierta cuando su orgasmo se hizo cargo. Estaba sin sentido cuando sintió como que un rayo atravesaba su cuerpo, el semen salió a borbotones de su polla en chorros de cintas blancas. 

Saengie podía sentir su polla rozándose contra Hyun cuando el hombre se estiró a su lado, y era la sensación más maravillosa del mundo. Hyun estaba duro como una roca y rezumando pre-semen. Se creó suficiente lubricante de modo que pudieran deslizarse fácilmente uno contra el otro. 

—Por favor. —Saengie no sabía exactamente lo que estaba pidiendo. Sólo sabía que lo necesitaba, y lo necesitaba tanto. 
Lo necesitaba ahora.

—Quiero que me montes.

—¿Montarte?
¿De qué demonios Hyun estaba hablando?

—Sí, móntame. —Hyun los hizo rodar, colocando a Saengie sobre sus manos y rodillas—. En primer lugar, sin embargo, tengo que prepararte.

Saengie gimió en protesta cuando Hyun se apartó de él hasta que vio al hombre llegar a la mesita de noche junto a la cama y sacar una botella de lubricante. Saengie se humedeció los labios secos de repente, anticipando lo que iba a venir. Observó a Hyun abrir la botella de lubricante y arrojar una cantidad generosa sobre su pene antes de extenderlo alrededor. Cogió otro poco del lubricante en sus dedos. 

Cuando Hyun se agachó y arrastró los dedos entre las nalgas de Saengie, sus piernas se sacudieron. Hyun estaba volviéndolo loco, con una caricia suave a la vez. Sus ojos se fueron a la deriva cuando las sensaciones se apoderaron de su cuerpo. Todo su mundo se redujo a lo que Hyun le estaba haciendo. 

—Aaahhh, —gritó Saengie cuando dedos lubricados presionaron contra su sensible entrada, entonces empujaron hacia adentro. 

Hyun deslizó su dedo dentro y fuera un par de veces antes de que pudiera encajar un segundo dedo al lado del primero. Saengie no pudo evitar empujar hacia atrás contra los dedos invasores. Se sentía muy bien. 

—Hyun, —Saengie gimió en protesta cuando Hyun sacó sus dedos.

Hyun se tumbó de espaldas. —Ahora, móntame. 

Saengie se sentó a horcajadas sobre la cintura de Hyun, agarró la polla del hombre, y buscaba a tientas mientras intentaba empalarse a sí mismo sobre el eje rígido. 

En realidad no era tan fácil como lo había visto en los videos. Decidido, Saengie plantó sus pies, alcanzó de nuevo la cabeza de la polla de Hyun y la movió a su estrecha entrada. Lentamente se bajó a sí mismo mientras Hyun ponía las manos en sus caderas. Continuó bajándose hasta que tocó fondo. 

—Tan bueno, Saengie, —gimió Hyun.

Saengie se sonrojó. Esta posición le abría, le hacía consciente de sí mismo, mientras que Hyun le miraba con ojos lujuriosos. Poniendo sus manos en el pecho de Hyun, Saengie comenzó a moverse de arriba y hacia abajo, sin coordinación en un principio, hasta que encontró su ritmo.

Oh, Dios, se sentía tan condenadamente bueno.

Esto era incluso mejor que la hierba gatera.

Las manos de Saengie temblaban mientras las colocaba sobre los hombros de Hyun, estabilizando su cuerpo tembloroso. Estaba seguro de que sus rodillas cederían en cualquier momento. Hyun estaba acariciándolo, tocándolo, haciendo que su cuerpo doliera por la necesidad. 

Hyun gimió y agarró sus caderas. —Inclínate hacia atrás.

Saengie lo hizo, y Hyun se hizo cargo, golpeando hacia arriba mientras tiraba de Saengie hacia abajo. Saengie realmente podía sentir la polla de Hyun haciéndose más gruesa, llenándolo. Hyun chocaba sus caderas, su pene estirando el culo de Saengie mientras Saengie perdía el control. 

La mente de Saengie se derritió cuando Hyun se inclinó y agarró sus dos muslos y comenzó a empujar una y otra vez. La habitación se desvaneció alrededor de Saengie, reduciéndose al hombre que lo sostenía y a la conexión de sus cuerpos.

Saengie se inclinó hacia adelante, besando a Hyun descuidadamente mientras era empalado por la polla de Hyun repetidamente. Se enfocó en la electricidad disparándose a través de él. Hyun mordió su labio inferior y tiró de Saengie con más fuerza, más rápido. 

—¿Te vas a venir para mí, Saengie? —Hyun se agachó y agarró el eje de Saengie, bombeando la mano al ritmo que sus caderas estaban estableciendo. Saengie corcoveó cuando la mano de Hyun apretó su polla, gruñendo cuando sintió el primer estremecimiento disparar por su columna vertebral. 

La enorme polla en su culo empezó a engrosarse incluso cuando el hombre debajo de él se puso rígido. La polla de Hyun pulsaba dentro del culo de Saengie, el hombre lo follaba con tanta rapidez que los dientes de Saengie castañeaban. 

La sensación de la semilla caliente de Hyun llenándolo fue suficiente para enviar a Saengie sobre el borde. Dos golpes de la mano del hombre y nacaradas cuerdas salieron disparadas sobre el pecho de Hyun. Antes de que pudiera caer sobre el colchón, fuertes brazos atraparon a Saengie y lentamente lo bajaron, un gran cuerpo se acostó a su lado. Brazos musculosos lo acunaron cerca. 

Saengie puso su cabeza sobre el pecho de Hyun y escuchó el ritmo de su respiración, el pesado golpe del rápido latido de su corazón. Oía su propia respiración pesada y los rápidos y cortos jadeos de Hyun. Pensó que incluso podría haber escuchado los latidos del corazón de Hyun sincronizarse con los suyos.

Saengie sabía que su obsesión por el científico no había disminuido después de ser tomado por el hombre. Sólo se hizo más fuerte. Saengie estaba en éxtasis. 

También estaba condenado.
Era un gato.





Hyun estaba escondiéndose. Se había levantado temprano, dejando a Saengie durmiendo plácidamente en la cama, y se coló fuera de la habitación. Se había detenido el tiempo suficiente en la cocina para comer algo antes de correr hacia su laboratorio, cerrando la puerta detrás de él. 

Saengie no sabía el código de seguridad.

Hyun no podía enfrentar al gato en este momento. Había hecho lo imperdonable anoche y cedió a su deseo por el hombre.
Hyun no podía soportar ver la condena que sabía estaría en la cara de Saengie , o escucharla en su voz.

Hyun cogió otra portaobjetos y lo deslizó debajo de la platina, mirando hacia abajo a través de la lente. Trajo la imagen a foco después de ajustar los lentes del objetivo a medio. Había estado mirando los portaobjetos durante toda la mañana, viendo cómo los diferentes químicos y elementos afectaban a los nanos.
Debía tener cuidado ya que tenía una cantidad muy limitada de nanos, sólo los que los doctores le habían dado. Y no pensaba pedir más, sería en el mejor interés de todos. Tampoco podía ir a su tienda de suministros de laboratorio local y conseguir más. 

¿No sería bonito? 

Por desgracia, los nanos con los que estaba trabajando tenían algún tipo de codificación en ellos que los hacían únicos y no sólo el nano cotidiano promedio. Hyun estaba bastante seguro de eso era significativo. Si utilizaba un tipo diferente de nanos, no obtendría los mismos resultados. 

Y necesitaba replicar las reacciones químicas del accidente o nunca sería capaz de convertir a Saengie nuevo en gato. Hyun tragó saliva, la bilis le subía por la garganta al pensar en volver a Saengie peludo. 

Hyun siempre había sido un poco solitario, sobre todo porque tenía tantas dificultades para relacionarse con la gente. Su amado gato y su hermano eran prácticamente su única familia. Eso significaba que tenía una vida amorosa inexistente -ligues de trastienda y la ocasional aventura de una noche. No había tenido una relación que durara más de un par de semanas desde la universidad. 

Esa era una existencia bastante solitaria. Hyun llenaba su vida con su trabajo, su hermano, y su gato. Adoraba a su gato, pero los sentimientos que estaba empezando a tener para el hombre recién transformado eran mucho más fuertes.
La idea de que sólo tendría la noche anterior con Saengie estaba haciendo a Ambrose resentirse con su trabajo científico, por primera vez en su vida. No quería encontrar la solución a la fórmula. No quería cambiar a Saengie de nuevo a gato.

Quería mantener a Saengie en forma humana. 

Hyun apartó el microscopio y se secó los ojos. Había estado mirando los portaobjetos la mayor parte de la mañana. Era la única explicación para el dolor sospechoso en sus ojos y el latido en su cabeza.
Ciertamente, no era porque tuviera ganas de llorar. Era un científico. No lloraba. Trataba con hechos fríos y duros, y los hechos fríos y duros eran que había cambiado accidentalmente a su gato en un ser humano, y ahora tenía que cambiarlo de nuevo. 

A pesar de que no quería.

Hyun saltó cuando escuchó un choque arriba. Miró hacia el techo, mordiéndose el labio inferior. ¿Qué estaba pasando? ¿Saengie se había caído otra vez? Por mucho que no quisiera enfrentarse a Saengie en este momento, su preocupación por el hombre era más grande. Saengie había sido un gato hace apenas un par de días. 

Todavía estaba aprendiendo lo necesario para vivir como un ser humano.
Él no era muy bueno en eso tampoco.

Hyun dio lentamente un paso a la vez, hasta que llegó al descanso en la parte superior donde se encontraba la puerta de seguridad. Escribió el código de seguridad y abrió la puerta un poco, ladeando la cabeza hacia la puerta para escuchar el ruido. 

La falta de sonido asustó a Hyun más que el fuerte ruido lo había hecho.
Dio un paso hacia fuera y después se aseguró de cerrar la puerta con llave detrás de él. Sin importar lo que estuviera pasando, había inculcado a su cabeza siempre el asegurarse de que su laboratorio estuviera cerrado con llave en todo momento, incluso cuando él estaba dentro de él. Era algo automático ahora simplemente bloquearlo tras él.

—¿Saengie?
Hyun ni siquiera podía oír un chirrido de grillo. Chupó su labio inferior, masticándolo mientras iba de habitación en habitación, en busca de Saengie . La cocina estaba vacía, a pesar de que había un vaso roto en el suelo y leche derramada sobre las baldosas. Quizás Saengie había tratado de beber del vaso y derramó la leche sobre su cuerpo otra vez. 

Había realmente molestado a Saengie la última vez.

Hyun con cuidado recogió los pedazos rotos del vaso y los dejó caer en la basura y luego limpió la leche derramada antes de buscar en el resto de la casa. El salón estaba tan vacío como la cocina y el comedor. Hyun se dirigió a su habitación, rezando para que Saengie estuviera tomando el sol sobre la cama. 

Su corazón comenzó a latir un poco más rápido, el miedo haciendo que sus manos se apretaran cuando encontró su cama pulcramente hecha, ningún hombre magnífico se extendía por todo el edredón. Hyun corrió alrededor, buscando en la planta principal de un extremo al otro y no encontró rastro de Saengie. 

Para el momento en que empezó a subir las escaleras hasta el segundo piso, las lágrimas de desesperación nublaban su vista. Hyun empezó a correr mientras buscaba por todo el segundo piso, gritando el nombre de Saengie cada pocos metros. Para el momento en que había buscado hasta en el último rincón, Hyun tuvo que admitir su derrota. 

Saengie se había ido. 

Hyun corrió hacia la puerta delantera y cogió el pomo para abrirla sólo para darse cuenta de que estaba abierta. Hyun nunca dejaba su puerta de entrada sin llave. Tener las medidas de seguridad clavadas en la cabeza por Jun significaba que bloqueaba automáticamente todo, incluyendo su puerta principal. No debería haber estado abierta a menos que alguien desde adentro la abriera, o por alguien con una llave. 

Sólo Jun y Hyun tenía una llave.

Hyun buscó en su bolsillo y sacó su teléfono móvil. Rápidamente marcó el número de teléfono de Jun y luego comenzó a caminar frente al pasillo mientras esperaba a que su hermano contestara. —Vamos, Jun , date prisa y contesta el maldito teléfono. 

—Hyun, estoy un poco ocupado en este momento, —dijo Jun al instante en que contestó el teléfono—. Tal vez podamos…. 

—¡Saengie ha desaparecido!

—¿Qué?

—Yo estaba en el laboratorio, y escuché un gran estruendo. Cuando llegué arriba, me encontré con un vaso de leche roto en el suelo de la cocina, pero no a Saengie. Busqué en toda la casa, pero él no está aquí, y la puerta principal está abierta. —Hyun sorbió las lágrimas que brotaron de sus ojos—. ¿Abriste la puerta para él, Jun? 

Jun debió haber oído la ansiedad en la voz de Hyun, porque bajó la suya a un tono tranquilizador. —No, Hyun. He estado trabajando toda la mañana. He estado tratando con las consecuencias después de decir a los doctores que estamos cancelando nuestro contrato con ellos. 

—Oh. —Jun tuvo que haber odiado realmente hacer eso. Iba en contra de toda ética de negocios que tenía—. ¿Estaban muy enojados? 

—No estaban contentos, Hyun.
Eso era lo que Hyun había temido.Los doctores parecían bastante firmes en que Hyun siguiera trabajando en su fórmula. No creía que estuvieran felices. No sólo Jun les diría que Hyun no iba a trabajar en su fórmula, sino que no recibirían sus muestras de vuelta tampoco. 

—Lo siento.

Jun suspiró. —Es lo que es, Hyunnie. 

—¿Qué es lo que dicen acerca de la fórmula? ¿La están exigiendo de vuelta? 

—No, en realidad no lo están.

El shock mantuvo a Hyun inmóvil por un momento antes de negar con la cabeza. —No, eso no puede estar bien, Jun . Puedo entender que estén molestos de que estés anulando su contrato, tal vez incluso te lleven a la corte, pero cualquier buen investigador exigiría sus muestras de vuelta. Simplemente no tiene sentido que no lo hicieran. 

—Lo sé, y eso es lo que me ha preocupado, —contestó Jun—. ¿No hay señales de Saengie en ningún lugar? 

—No.

—¿Y la puerta estaba abierta?

Hyun hizo una pausa en su ritmo frenético y miró a la manija de la puerta principal. Era una cerradura de doble cerrojo. Tenía dos cerraduras independientes en ella. La única forma de abrirla era si alguien deliberadamente la abría. 

—Sí.

—Mira afuera, —Jun ordenó, con voz cada vez más intensa—. ¿Qué ves? ¿Cualquier cosa fuera de lugar, nada en absoluto? 

Hyun abrió rápidamente la puerta y salió al porche. A primera vista, todo en el pequeño barrio de clase alta parecía como siempre lo había hecho. Había un par de coches aparcados junto a la acera, unos pocos Hyun los reconocía, unos pocos no






Había un coche de color azul marino oscuro detenido en la señal de alto al final de la manzana. Parecía salir del barrio. Hyun miró hasta que se dio la vuelta y desapareció por la esquina y luego volvió su atención de nuevo a la calle en donde había vivido toda su vida. 

El señor Price estaba regando sus magníficos rosales en la puerta de al lado, la señora Carter estaba paseando a su caniche en la misma, y dos chicos de la casa de la esquina estaban montando sus bicicletas por la calle. 

—Jun, no hay... —La voz de Hyun se desvaneció cuando vio a un gato atigrado caminar por la acera y girar por su camino de entrada. Llegó hasta el porche y subió las escaleras, sentándose en el porche de madera en la parte superior de la escalera. 


Y entonces, sólo se quedó mirando a Hyun. 

Había algo en la mirada del gato que envió un escalofrío de aprensión a través de Hyun. —Um, tengo que irme, Jun. Te volveré a llamar. —Hyun podía oír gritando a Jun mientras él colgaba el teléfono.

Hyun mantuvo sus ojos pegados al atigrado mientras extendía la mano hacia el sofá de dos plazas de mimbre que estaba colocado en frente de la gran ventana doble que daba de su sala de estar. Una vez que lo sintió bajo su mano, dio un paso atrás hasta que pudo sentarse luego se escabulló hacia un lado. 

El gato saltó en el otro lado.

—Soy Hyun. —Algo estúpido para decir a un gato, pero Hyun no sabía qué más decir—. Pertenezco a Saengie. 

El gato se limitó a mirarlo.
—¿Puedes... —Hyun tragó saliva— ¿Puedes entenderme?
Los ojos de Hyun se redondearon cuando la cabeza del gato se fue de arriba a abajo. 

—Oh hombre, esto es tan malditamente extraño. —Hyun se frotó las manos por la cara, necesitaba un momento para ordenar sus pensamientos—. De acuerdo... —Hyun volvió a mirar al gato, que seguía mirándolo fijamente—. ¿Sabes lo del accidente que cambió a Saengie en un ser humano?

Una vez más, el gato asintió.
—Bien, bien. —Hyun se frotó la parte posterior de su cuello, con los músculos en tensión—. Algo pasó con Saengie. No sé si se fue o si alguien se lo llevó, pero se ha ido. ¿Viste lo que pasó con él? 

El gato asintió y luego saltó fuera del sofá de dos plazas. Hyun se levantó y siguió detrás del extraño felino mientras bajaba las escaleras y se dirigía hacia la calle. Cuando llegaron a la orilla de la acera, el gato sólo se detuvo y se sentó.
Él comenzó a limpiar sus patas. 

Hyun miró hacia arriba y hacia abajo de la calle, pensando en lo que se suponía que tenía que estar viendo porque todo parecía más o menos normal. También se preguntó si estaba perdiendo la cabeza, hablando con el gato y siguiéndolo como si la maldita cosa pudiera entender cada palabra que salía de su boca. 

—¿Qué se supone que debo ver aquí? —Hyun preguntó mientras miraba al gato. Hizo un gesto con la mano hacia arriba y hacia abajo de la calle—. Siempre se ve así. 

Hyun juraría hasta el día de su muerte que el gato lo miró y luego puso los ojos en blanco antes de bajarse de la acera. Se acercó a un montón de basura en el suelo y se sentó, volviendo a lamerse las patas. 
Hyun hizo una mueca, su estómago revolviéndose, con el conocimiento de que había estado engañándose al creer que podía comunicarse con un gato de verdad. Había estado escuchando a Saengie demasiado.
Hyun comenzó a girar para volver a su casa, pero un destello de algo en el pequeño montón de basura al lado de donde el gato se sentó le llamó la atención. Rápidamente miró hacia ambos lados de la calle para ver la cantidad de atención que estaba atrayendo. 

Cuando su vecino simplemente saludó y luego volvió a regar sus rosas, Hyun se agachó y cogió el montón de basura, sosteniéndolo en sus manos como si planeara tirarlo a la basura. 

—Qué vergüenza.

Hyun casi saltó fuera de su piel cuando alguien empezó a hablar a sus espaldas. Tragó saliva y se volvió para ver a la señora Price y a su caniche de pie allí. —Buenas tardes, señora Price. 

La mujer sonrió. —Buenas tardes, Hyun.

Hyun sonrió, realmente deseando que ella siguiera su camino para que así el pudiera buscar en la basura que tenía en su mano lo que le había llamado la atención. Por desgracia, la mujer parecía estar de humor para charlar. 

—Es muy amable de tu parte recoger la basura, —dijo mientras asentía hacia las cosas en las manos de Hyun—. En mis tiempos, no lanzábamos la basura de nuestros coches y luego la dejábamos para que todo el barrio la recogiera. 

—Oh, yo estaba... —¿Buscando a mi gato que se convirtió en un ser humano?
Sí, eso funcionaría. —Yo estaba buscando a mi gato y vi esto en la calle, —dijo Hyun en su lugar—. Pensé que había que recogerlo ya que estaba aquí de todos modos. 

La señora Price señaló con el bastón de madera hacia la basura. —Debes hacer que ese amigo tuyo vuelva y lo recoja. 

—¿Amigo mío? —Hyun sintió una gota de sudor correr por su sien—. ¿Qué amigo, señora Price? 

—El que estaba en ese gran coche azul consumidor de gasolina que estaba estacionado aquí hace diez minutos. Herbert y yo lo vimos detenido aquí cuando salimos para nuestro paseo matutino. —Señaló al lugar en la calle donde Hyun había recogido la basura, donde el gato atigrado seguía sentado—. Estaba aparcado allí mismo.

Oh hombre, oh hombre, oh hombre. 

—¿Vio quien estaba dentro, señora Parker? 

—Un par de hombres, —respondió la señora Parker— salieron y se dirigieron a la puerta principal y llamaron. Tu amigo la abrió. No sé lo que estaban hablando, pero tu amigo no parecía muy feliz. Él comenzó a gritar hasta que uno de los otros hombres le dijo algo, y luego simplemente se calló y caminó hacia el coche con ellos. 

La señora Price carraspeó, sus mejillas enrojeciendo, aunque Hyun no creía que ella estuviera avergonzada lo más que estaba era irritada. La mujer había vivido en el barrio más tiempo que Hyun. No le gustaban los extraños o personas que destruyeran el lugar. 

—Fue entonces cuando patearon la basura fuera de su coche y se fueron. 

—¿Puede describir el coche, señora Price? —Preguntó Hyun mientras sacaba su teléfono móvil y marcaba de nuevo a su hermano. 

—Hyun… —la mujer comenzó, obviamente sorprendida por el tono cortante de Hyun.
A él simplemente no le importaba. 

—No eran amigos míos, señora Price, —explicó Hyun—. Y no creo que ellos fueran amigos de Sae tampoco. —No a menos que el accidente de laboratorio hubiera sucedido antes y los gatos aprendieran a conducir. 

Los ojos de la señora Price se redondearon. Su mano arrugada presionada contra su clavícula. —Oh. 

Hyun escuchó su teléfono conectarse, y Jun comenzó a gritarle por colgar el teléfono. Hyun puso los ojos mientras sostenía su dedo levantado para la señora Price. —Discúlpeme por un momento, señora Price. Es mi hermano. 

—Oh, ¿cómo está Jun? 

—Está bien, señora Price. —Hyun sonrió a la mujer mientras empezaba a darse la vuelta. Él realmente tenía que irse—. Stefan, te necesito. 

Jun dejó de gritar al instante. —¿Qué necesitas?



—Alguien secuestró a Saengie. 




Saengie rodó sobre su costado y apretó la espalda contra la pared transparente y fría detrás de él. Tal como las jaulas eran, está en realidad no era tan mala. Era lo suficientemente alta que podía levantarse y estirar las piernas si lo necesitaba. Las paredes parecían estar hechas de vidrio transparente o tal vez de plástico con agujeros simétricos para el aire perforados en ella cada treinta centímetros.
Sus habitaciones lúgubres estaban completas con una almohada y una manta verde que picaba. 

Saengie había pasado un fin de semana en una jaula en la sociedad humana una vez cuando la perrera lo agarró afuera. Para el momento en que Hyun llegó a recogerlo, dos días después, Saengie había estado más que listo para salir. Las jaulas entonces habían olido a otros gatos y a miedo -un montón y un montón de miedo. 

Está apenas olía a miedo. 


Saengie estaba lleno de su propio miedo, suficiente para llenar veinte jaulas. Los hombres que habían llegado a la puerta principal de la casa de Hyun habían amenazado con lastimar al científico despistado de Saengie si no iba con ellos. Saengie sabía que eran matones, así de simple. 

Ellos ni siquiera fingían que no lo eran. 

Saengie no tenía ninguna duda de que si no hacía exactamente lo que querían, seguirían con sus amenazas. 

No podía permitir eso.

A Saengie siempre le había gustado Hyun. Incluso estaba orgulloso del hecho de que el hombre era tan condenadamente inteligente. Muchas de las otras mascotas en el vecindario estaban envidiosos de Saengie por tener tan buen humano.

Era una de las razones por las que Saengie tenía que luchar a menudo para mantener su posición como propietario de Hyun. Pelearía esta vez, también... tan pronto como descubriera la manera de salir de esta maldita jaula transparente.

Saengie comprobó rápidamente la habitación, agradecido por encontrarla vacía. No había tenido mucho tiempo cuando fue arrastrado dentro para conseguir una buena mirada del lugar. Ahora que lo hizo, estaba deseando un poco no haberlo hecho.
La habitación le recordó a Saengie el laboratorio en el sótano de Hyun. Había mostradores alineados con vasos de precipitados y cajas de Petri, microscopios y tablas de fórmulas. Había tubos de ensayo llenos de líquido y matraces burbujeantes sobre los quemadores Bunsen. 

Parecía casi exactamente igual que el laboratorio de Hyun, con una excepción. Hyun no mantenía animales vivos en jaulas. En el otro extremo de la amplia sala de Saengie había una fila de jaulas más pequeñas. Algunas estaban vacías. Algunas estaban llenas. Saengie contó dos gatos, un perro y un conejito blanco. 

El nivel de miedo de Saengie saltó rápidamente cuando obtuvo un buen vistazo de los animales enjaulados. Ellos no se veían tan bien. Un par de ellos tenían expresiones aturdidas en sus ojos, como si no estuvieran completamente allí. 

O tenían una sobredosis de hierba gatera.

Uno de los gatos, el marrón, tenía parches de su piel faltante. Había señales evidentes de incisiones en la piel expuesta. El conejito estaba claramente aterrorizado, presionado hacia atrás en la jaula tanto como podía, sus ojos bordeados rosas tan amplios como podían estar. El perro solo estaba acostado allí con su cabeza apoyada entre las patas, la mirada triste en sus ojos, como si él no pudiera entender por qué estaba siendo tratado de la manera en que lo estaba.

Saengie miró alrededor de la habitación de nuevo, asegurándose de que estaban solos antes de sentarse y moverse a la parte delantera de su jaula, presionando sus manos contra la pared de plástico transparente. —Oye, — llamó, tratando de mantener su voz baja, pero lo suficientemente fuerte como para atraer la atención de aquellos en las jaulas— mi nombre es Saengie. Vamos a salir de aquí de alguna manera. Lo prometo. 

Ni una sola oreja se movía. Los animales sólo siguieron mirando a Saengie como aterrorizados por su sola presencia. Saengie no podía culparlos. Era obvio que habían sido horriblemente abusados por quienes los tenían. Eso se sumaba al hecho de que cada animal sabía guardar su verdadera naturaleza en secreto de los seres humanos, y Saengie dudaba de que lo fueran a reconocer en absoluto, porque él parecía humano. 

No sabía cómo explicarles su situación. 

Y entonces cualquier explicación ya no importaba cuando la puerta se abrió y tres hombres entraron. Dos estaban vestidos con uniformes negros, sus perneras metidas dentro de las botas de estilo de combate negras. El tercer hombre estaba vestido con una bata blanca de laboratorio. 

Saengie se estremeció, sabiendo exactamente quién era el hombre. Puede que no supiera su nombre, por sí mismo, pero sabía lo que el hombre era. Y la mirada calculadora en los ojos del hombre cuando miró hacia la jaula de Saengie no podía significar nada bueno. 

—Tráelo, —ordenó el doctor— y ponlo sobre la mesa. 

—Sí, Dr. Kang, —respondió uno de los guardias. 

El miedo inmovilizó a Saengie, especialmente cuando los animales en las jaulas en toda la sala comenzaron a retroceder, y hacer ruidos que Saengie reconoció como advertencias. Sabía que si los guardias conseguían agarrarlo y lo sacaban de la jaula en que estaba, no podría sobrevivir a lo que iban a hacer con él. 

Cuando la puerta de la jaula se abrió y los guardias comenzaron a entrar, Saengie corrió y se estrelló contra uno de ellos lo suficiente como para hacerle perder el equilibrio al hombre. El corazón de Saengie retumbó en su pecho mientras corría hacia la puerta. 

Sólo unos pasos más...

Saengie gritó cuando algo afilado y doloroso se incrustó en su espalda. Antes de que pudiera dar un paso más, se estrelló contra el suelo, su cuerpo no era suyo ya. Sus brazos y piernas no hacían lo que él quería que hicieran. Ellos no hacían nada. Simplemente se quedaron allí inertes, como si fueran sólo para aparentar. 

Saengie gimió cuando ásperas manos lo agarraron y lo levantaron, un par agarrándolo un poco más fuerte que el otro. Cuando la cabeza del Saengie rodó hacia un lado, el guardia que había derribado se mofaba hacia él. 

—¡Vas a pagar por eso, pedazo de mierda! 

Saengie averiguó exactamente lo que el hombre quería decir cuando sus dedos mordieron dolorosamente la carne de Saengie cuando fue levantado sobre una mesa fría de metal. Saengie no podía alejarlo o incluso pedirle que se detuviera. Lo único que podía hacer era esperar a ver lo que el destino le aguardaba. 

El Dr. Kang se acercó con un sujetapapeles y una pluma, tomando notas mientras observaba a los guardias sosteniendo a Saengie a la mesa. — Atenlo. 

Todo en Saengie luchaba por escapar, y sin embargo, ni un solo músculo de su cuerpo se crispó. Las lágrimas brotaron y se deslizaron de sus ojos mientras sus piernas y brazos eran atados a la mesa. Otra correa se colocó sobre su frente, asegurando que no pudiera mover la cabeza si sus miembros dejaban de estar paralizados. No podía hacer otra cosa que mirar hacia los azulejos del techo de color blanco. 

Saengie quería tensarse cuando oyó la puerta abrirse de nuevo, pero incluso eso le fue negado. Sólo tenía que estar allí como un pavo atado hasta que un hombre mayor apareció a la vista. Su cabello castaño era ralo, y llevaba gafas de montura metálica. Nada emocionante allí, pero Saengie reconoció el brillo en sus ojos y sabía que estaba tratando con un científico como Hyun. 

Sólo que los ojos de Hyun nunca habían sido tan fríos. 

—El sujeto intentó escapar, Dr. Yoon, —explicó el primer médico—. Tuvo que ser tranquilizado.

Saengie quería gritar que él no era el sujeto.
¡Era Saengie! 
Su voz no funcionaría. Lo único que podía hacer era gemir. 

—Muy bien, Dr. Kang. —El científico más viejo tomó el portapapeles que el primer hombre le tendía, escaneando la página antes de asentir y devolvérselo—. Extrae un poco de sangre y compruébala bajo el microscopio. Si el Dr. Kim resolvió la fórmula como sospechamos, entonces podemos proceder con el experimento de esta noche. 

—¿Esta noche, señor? 

—Nuestros inversores están esperando resultados, Dr. Kang. No van a esperar mucho tiempo antes de exigir el retorno de sus inversiones. Y no sé tú, pero yo no tengo ese tipo de dinero. 

—No, señor.

Saengie rogó al hombre con los ojos cuando el Dr. Kang se inclinó sobre él para extraer la sangre de su brazo. Él no quería ser un sujeto de prueba para estos extraños científicos. Él sólo quería ir a casa y acurrucarse con su científico. 

Quería a Hyun.

Saengie hizo una mueca cuando la sangre fue extraída sin miramientos de su brazo. Por lo menos el hombre limpió su piel con un algodón empapado en alcohol primero. Pero teniendo en cuenta que era el sujeto, Saengie estaba sorprendido de que tomaran tal cuidado.

No se dijo mucho después de eso. Saengie oía tintinear metal de vez en cuando, los sonidos de vasos siendo colocados pesadamente sobre algo, y respiración -montones y montones de respiraciones. 

Justo en el momento en que Saengie empezó a sentir un hormigueo en la punta de sus dedos, uno de los científicos dejó escapar un grito. 

—Dr. Yoon tiene que ver esto.



—¿Qué es, Dr. Kang 





♛Especial 1/3♛

—Es mejor de lo que podríamos haber predicho. El Dr. Kim realmente lo hizo.

—Déjame ver. 

—Esto es asombroso, —dijo  después de unos minutos—. En realidad lo hizo.
Estaba volviendo loco a Saengie no ser capaz de ver lo que estaba pasando o de que en el infierno los dos hombres estaban tan entusiasmados. Pero supo exactamente lo que sucedió cuando el doctor se acercó con un puñado de jeringas. Las dejó en una bandeja de metal junto a la mesa y cogió unos guantes, ajustándolos en sus manos. 


—Tu propietario es un prodigio, —dijo el hombre mientras limpiaba con otro algodón con alcohol el brazo de Saengie—. No sólo descubrió el ingrediente que faltaba en nuestra fórmula original, la mejoró. Si los nanos funcionan como se espera, nuestros inversores estarán muy contentos. 

¿Cómo se suponía que iba decir —vete a la mierda— cuando sus labios no se movían?

Más lágrimas picaban los ojos de Saengie cuando el médico retiró varios viales de sangre de su brazo. Para el momento en que el médico le dio la espalda, Saengie estaba mareado por la pérdida de sangre. Incluso si tuviera el control total de su cuerpo, no podría haber hecho nada al respecto. Su cabeza le daba vueltas y su estómago estaba revuelto, amenazando con rebelarse. 

—Devuélvelo a su jaula y tráeme al sujeto de prueba A43. 

Saengie fue liberado de sus ataduras y una vez más recogido por el guardia que lo había lastimado antes. Una vez más, el hombre no era ni un poco gentil, sus dedos se clavaban en la carne tierna de Saengie. Él prácticamente arrojó a Saengie en su jaula.
Bastardo.
Lo suficiente de las funciones corporales de Saengie habían regresado ya que fue capaz de detenerse de estrellarse completamente contra el suelo de cemento frío y duro, pero aún así dejó escapar un grito de dolor cuando aterrizó.

El guardia se rió y cerró la puerta antes de inclinarse contra el cristal. —Volveré por ti.

Saengie no quería ni considerar por qué el guardia estaría de regreso por él. El hombre era completamente malvado. Saengie podía verlo en sus ojos, olía la maldad permeando su piel. Se colaba por cada poro.
Algunas personas eran consideradas personas animales porque los animales parecían amarlos, acudían a ellos. Otros no lo eran, los animales los evitaban como a la peste. Todo era debido a su olor. Un animal podía oler la bondad o la maldad en la piel de un ser humano. Su verdadera naturaleza se filtraba fuera de ellos, como el olor. 

El Dr. Yoon y el Dr. Kang, así como el otro guardia no eran personas realmente malas. No eran hombres buenos, pero no eran negros hasta en sus almas como el guardia que había maltratado a Saengie.
Ese hombre olía a verdadera maldad.

Saengie sintió lo suficiente de su rango de movimiento regresar que fue capaz de sentarse y empujarse contra los barrotes de su celda. Vio cómo el guardia se acercaba a una de las jaulas y sacaba al perro por la piel del cuello, el perro gimoteando todo el tiempo. 

El guardia llevó al perro a la mesa de metal en la que Saengie apenas había estado y lo sentó. El Dr. Yoon utilizó una pistola de inyección en la pata trasera del animal. No más de un minuto más tarde, el perro se desplomó contra la superficie de la mesa, obviamente drogado con algún tipo de tranquilizante como le habían dado a Saengie. 

—¿Está listo, Dr. Kang? 

—Un momento, Doctor.
Saengie frunció el ceño mientras observaba al Dr. Kang mezclar su sangre con algún tipo de sustancia naranja. La agitó a su alrededor en una probeta larga y delgada luego clavó una aguja en el líquido y retiró una jeringa llena de las cosas. 

—Hecho, Dr. Yoon. —El Dr. Kang llevó la jeringa y se la entregó al Dr. Yoon.

El corazón de Saengie tartamudeaba mientras miraba al Dr. Yoon insertar la aguja en la pata del perro, entonces empujó el émbolo. Saengie no sabía lo que estaban inyectando en el perro, pero el pobre comenzó a aullar como si agujas calientes estuvieran siendo empujadas bajo su piel. 

Era el sonido más horrible que Saengie había oído en su vida. Quería escapar de su jaula y darles una paliza a los hombres por torturar al pobre perrito. Ningún animal merecía que experimentaran así con él. La injusticia tenía a Saengie hirviendo. 

—Ponlo en la otra jaula, —el Dr. Yoon ordenó después de que retiró la jeringa vacía—. Quiero que lo monitorees en todo momento, su análisis de sangre cada dos horas. 

—Sí, doctor.

El perro fue levantado y llevado a la jaula trasparente unida a la de Saengie por el guardia silencioso. Saengie se sorprendió cuando el guardia acomodó al perro con cuidado sobre la manta doblada en la esquina de la pequeña habitación de cristal.

—Tengo una cita con algunos de nuestros inversores en una hora. Mantenme actualizado de cualquier cambio. No debería estar ausente más de un par de horas. —El Dr. Kang se quitó los guantes de goma y los arrojó en la basura. Tenía un brillo astuto en sus ojos cuando miró hacia las dos jaulas—. Llámame inmediatamente si hay algún cambio. 

—Sí, doctor.
El Dr. Yoon no había estado fuera de la puerta más de un minuto antes de que el Dr. Kang se volviera hacia el guardia malvado y agitara una mano hacia las jaulas a lo largo de la pared trasera. —Tráeme a los otros, uno a la vez. El conejo primero. 

El guardia que Saengie preferiría no ver nunca otra vez inmediatamente se dirigió hacia la jaula sosteniendo a los otros animales. El guardia restante, el silencioso, volvió la vista entonces, para mirar al doctor. —¿Qué está haciendo? El Dr. Yoon no ordenó esto. 

—El Dr. Yoon es un idiota, —el Dr. Kang gruñó—. No reconocería una oportunidad si lo alcanzara y lo mordiera.

Saengie quería morderlo. Le gustaría morderlos a todos.

—No puedo permitir esto.
El guardia malvado puso al conejito en la mesa de metal, esperó a que el Dr. Kang lo dopara, y luego simplemente sacó la pistola de su funda y le disparó al otro guardia justo entre los ojos. Saengie  gritó y se revolvió de nuevo sobre sus manos, para ponerse tan lejos de la puerta de su jaula como podía. 

—Lo mataste, —susurró Saengie con horror al ver el charco de sangre alrededor de la cabeza del guardia muerto. Había visto a los humanos hacer cosas bastante despreciables, pero nunca había visto a un humano matar a otro a sangre fría a excepción de en la televisión. Saengie estaba tan aterrorizado que estaba a punto de llorar. Pero no quería darle al guardia malvado la satisfacción. 

Echaba de menos a Hyun, y lo único que Saengie quería hacer era ir a casa. El miedo era como una pesada manta que estaba puesta sobre él. ¿Qué pasaba si el guardia malvado le disparaba? ¿Y si él enojaba al hombre y apuntaba el arma a la cabeza de Saengie?

Saengie tragó y deseó no haber abierto la puerta.
—Se estaba volviendo una molestia.

Saengie parpadeó hacia el guardia mientras el hombre se echaba a reír. Era un sonido frío, tan contrario de las voces suaves a las que Saengie estaba acostumbrado. Si pasaba el resto de su vida sin escuchar esa voz de nuevo, Saengie podía morir como un gato feliz.

—Lee, pon al conejo en una de las jaulas. 

Saengie se giró hacia el doctor Kang, sólo para darse cuenta que el hombre ya había inyectado al conejo blanco con su fórmula cuando el hombre sacó una jeringa vacía de la pata del conejo y la arrojó a un cubo de basura médica. —Tráeme el gato que sigue. 

—¿En qué jaula, Doctor? —Preguntó el guardia mientras recogía al conejo drogado en sus brazos. 

—No importa, —respondió el doctor—. Todos van a ser trasladados a otras jaulas tan pronto como el camión llegue.
Eso no era bueno.

Saengie estaba realmente agradecido de que el guardia eligiera su jaula cuando el horrible hombre abrió la puerta y lanzó al conejito dentro como a un saco de patatas. Saengie se revolvió hacia adelante y cogió al conejito inerte en sus brazos justo antes de que hubiera golpeado el suelo. 

Saengie acunó al pobre en su pecho mientras miraba hacia el guardia. Quería decir algo, cualquier cosa, pero las malvadas intenciones en los ojos oscuros del guardia le advirtieron que mantuviera la boca cerrada. Probablemente no le gustaría la respuesta del guardia a un comentario de listillo. 

Un grito espeluznante desde la jaula junto a él llamó la atención de Saengie. Su boca se abrió cuando se dio vuelta para ver al perro retorciéndose como si atravesara algún tipo de convulsión. 

—Rápido, —ordenó el Dr. Kang— consigue la cámara para que podamos documentar esto. 

—Pero... —Lee sostenía al gato en sus brazos. 

—Pon al maldito gato de nuevo en su jaula, —el Dr. Kang espetó—. Esto es más importante. Si podemos conseguir la prueba de que el suero funciona en cámara, eso respaldará nuestros hallazgos científicos. Vamos a hacer billones en lugar de sólo millones. 

¿Esto era todo sobre dinero? 

Saengie no sabía por qué estaba sorprendido, pero lo estaba. Hyun tenía una muy buena vida como científico en investigación y desarrollo, tal vez incluso millones de dólares teniendo en cuenta todas sus patentes farmacéuticas. Pero él no lo hacía por dinero. Lo hacía porque quería ayudar a la gente. El dinero era secundario. 

Saengie no estaba muy seguro de lo que estaba pasando con el doctor y el guardia, pero sabía que el perro en la jaula junto a la suya tenía más dolor de lo que nadie debería sufrir -a excepción quizá del guardia y los doctores. 

Saengie tenía que hacer algo.

Colocó suavemente al conejo en sus brazos sobre la manta verde que había estado en su celda cuando llegó, y luego se arrastró hasta la pared de vidrio entre él y el perro pasando por un infierno.

—Hey, —Saengie murmuró, con la esperanza de que sus palabras no fueran recogidas por la cámara de vídeo que el guardia estaba apuntando hacia sus jaulas—. Sé que duele, pero todo habrá terminado en un minuto. 

Saengie oró porque todo terminara en un minuto. No recordaba casi nada de lo que había sucedido cuando él se transformó, pero sabía que no había tomado demasiado tiempo. Simplemente no recordaba que esto lastimara jodidamente tanto. No había sido agradable, pero no había sido insoportable tampoco. Este pobre perro parecía que estaba siendo arrastrado por las entrañas del infierno. 

El tiempo parecía haberse detenido mientras Saengie observaba el cuerpo del perro retorcerse, poco a poco remodelándose a sí mismo mientras su cuerpo se transformaba de un perro a un ser humano. Para el momento en que todo había terminado, el ser humano recién transformado yacía jadeando en el suelo de cemento frío, su cuerpo temblaba mientras una fina capa de sudor brillaba sobre su piel desnuda. 

—Está bien, escúchame, —susurró Saengie cuando se inclinó tan cerca de la pared de cristal entre ellos como pudo—. Mi nombre es Saengie. Yo solía ser un gato igual que tú eras un perro, y al igual que tu, me convertí en un ser humano. Sé lo que estás pasando y no quiero que tengas miedo. Podemos salir de esto juntos. 

Había una fila de agujeros en la pared baja de vidrio cerca del suelo. Saengie metió los dedos a través del agujero, dando golpecitos en el cristal con la otra mano, esperando a que el perro lo reconociera. 

—Vamos a salir de aquí, te lo prometo. Mi humano está buscándome, y cuando venga, nos llevará lejos de este lugar infernal. —Saengie sólo esperaba que Hyun llegara antes de que el camión lo hiciera. No sabía donde sus captores planeaban llevarlo, pero estaba malditamente seguro de que no le iba a gustar. 



Otro grito escalofriante, éste por detrás de Saengie, le recordó que él no era el único en su jaula. También le recordó que el tiempo se estaba acabando. No había habido más de diez minutos entre cada animal siendo inyectado, y sin embargo, sus transformaciones estaban más cerca que eso. Saengie no sabía si eso era importante, pero se sentía como que debería serlo. Tendría que acordarse de mencionárselo a Hyun cuando llegara.




                             ♛Especial 2/3♛


El perro volvió la cabeza lo suficiente como para mirar a Saengie, un ligero asentimiento de reconocimiento a lo que Saengie le estaba diciendo. Saengie asintió en respuesta y luego se volvió para hacer frente a la nueva situación. 

El conejito que había sido retirado de las jaulas era un conejito blanco de pelo corto. El pelaje fue desvaneciéndose rápidamente, sustituido por piel pálida mientras los huesos del conejo crujían y reventaban cuando se ampliaron y se reformaron a sí mismos. 


Lee continuó filmando toda la cosa.

La transformación tuvo apenas el mismo tiempo que la del perro había tenido, y parecía ser igual de dolorosa. En el momento en que todo había terminado, el pobre sólo se quedó allí, jadeando como si hubiera corrido una maratón. 

Saengie estiró y pasó su mano por el brazo del conejito. Sabía que el tacto era importante para la mayoría de los animales. El pequeño estremecimiento que recorrió sobre la piel del humano recién cambiado le dijo que su toque era necesario. 

El conejito estaba temblando de miedo, y Saengie no podía culparlo. Cuando él se transformó, había sido un accidente de laboratorio, no algo que algún científico sádico le hiciera. También tuvo a Hyun allí para cuidar de él. El conejo y el perro sólo tenían a Saengie.

Pobrecitos estaban condenados.

Saengie escuchó un ruido metálico y rápidamente miró hacia arriba. Lee estaba poniendo la cámara de vídeo sobre uno de los mostradores. El Dr. Kang estaba ocupado escribiendo notas en una libreta.

—¿Por qué haces esto? —Preguntó Saengie.

—Dinero, —Lee soltó un bufido—. ¿Por qué más?

—Tienes que saber lo equivocado que es esto. Somos animales. No debemos ser humanos.

El doctor se encogió de hombros. —No es mi problema.

—¡Esto está mal! —Gritó Saengie.

Y gritar probablemente no fue la mejor elección que podía haber hecho teniendo en cuenta que era un prisionero encerrado en una jaula. Cuando Lee se dio vuelta y le gruñó, Saengie sintió un miedo diferente a cualquiera que jamás hubiera sentido, ni siquiera cuando fue secuestrado. 

Lee estaba loco. Le gustaba causar dolor. Las contusiones con forma de dedos que se forman en la piel pálida de Saengie eran prueba de ello. El guardia loco no lo pensaría antes de rasgar a Saengie en pedazos. Probablemente incluso lo disfrutaría. 

Cuando el hombre se dirigió hacia la puerta de la celda de Saengie, Saengie se deslizó hacia atrás. Rezó para que el Dr. Kang interviniera y detuviera a Lee. No lo hizo. El doctor ni siquiera miró en dirección a Saengie . Él sólo siguió escribiendo sus notas.

Lee abrió la puerta de la celda y miró con desprecio a Saengie. —Te dije que estaría de vuelta.

Un grito empezó a rodar hasta la garganta de Saengie. Al mismo tiempo que Lee entró en la jaula y extendió la mano hacia Saengie, la puerta del laboratorio se abrió. Lee maldijo cuando se dio la vuelta, la mano yendo a la funda en su cadera. 

—¿Cuál es el significado de esto? —El Dr. Yoon gritó mientras miraba la escena—. ¿Dr. Kang? ¿Qué está pasando aquí? ¿Quiénes son esos hombres en las jaulas? 

—¡Cierra la maldita boca, charlatán pomposo!
Los ojos de Saengie se redondearon cuando el Dr. Kang estrelló su bloc de notas sobre la mesa y se dio vuelta para mirar al Dr. Yoon. —He tenido suficiente con escucharte hablar sin cesar sobre tu pequeño proyecto estúpido. 

—¿Mi pequeño proyecto estúpido? —El Dr. Yoon se echó hacia atrás como si él nunca hubiera sido tan insultado en su vida—. Tienes que saber que las implicaciones médicas del trabajo que estamos haciendo….

El Dr. Kang puso los ojos y volvió a sus notas. —Lee, ¿harás el favor de velar por que el buen doctor sea relevado de su cargo? Ya no se necesitan sus servicios.

El Dr. Yoon debió de leer entre las líneas lo que estaba diciendo el Dr. Kang, eso o vio la mala intención en el rostro de Lee mientras el guardia avanzaba hacia él. El doctor se puso pálido, y luego giró sobre sus talones y arrancó de la habitación como si el infierno fuera tras él y su nombre era Lee.

El guardia arrancó después del doctor, pistola en mano.
Cuando la puerta se cerró detrás de los dos hombres, los ojos de Saengie fueron al Dr. Kang... y luego a la puerta de la jaula que Lee había dejado abierta. No tenía idea de cuánto tiempo tenía antes de que Lee volviera, y no iba a desperdiciarla.

Saengie llevó el dedo a sus labios mientras miraba al primer humano de pelo blanco en la jaula con él y luego al de pelo marrón claro en la otra jaula. Cuando los dos hombres asintieron que entendían la solicitud de permanecer en silencio, Saengie se deslizó por la puerta de la jaula abierta. 

Miró a su alrededor buscando un arma, sus ojos cayeron en el inyector con el que había visto al doctor inyectar al conejo. No estaba muy seguro de cómo funcionaba, pero había visto suficientes documentales médicos con Hyun para tener una idea básica. Sólo esperaba que hubiera más suero tranquilizante en el. Y el inyector vacío no les traería a ninguno de ellos nada bueno.

Después de haber pasado casi toda su vida como gato, Saengie tenía la cosa del sigilo bajo una forma de arte. Tomaba astucia y sigilo arrastrarse para atrapar a un pájaro o un ratón. Caminar en silencio a través de un suelo de cemento frío no era nada. 

Saengie fácilmente atravesó la habitación y se puso justo detrás del doctor. Ni siquiera esperó el momento perfecto. Sólo pinchó el inyector en la parte posterior del cuello del doctor y apretó el gatillo.

El Dr. Kang gritó y se dio la vuelta. Tan rápido como levantó la mano en el aire para golpear a Saengie, cayó directo hacia atrás. El hombre lo miró por un momento antes de que sus ojos se nublaran y se estrellara contra el suelo.

Los ojos de Saengie se dirigieron hacia la puerta, esperando a que se abriera y Lee se presentara después de escuchar el grito del doctor. Cuando la puerta permaneció cerrada, Saengie supo que tenía que actuar. Corrió hacia las jaulas donde los otros animales estaban encerrados y las abrió. Se negó a dejar a nadie atrás.

A continuación, abrió la puerta de la jaula del perro. —Sé que caminar es casi imposible en estos momentos, así que arrástrense si es necesario. Tenemos que salir de aquí antes de que el guardia regrese o alguien más llegue. 

Ambos hombres asintieron y comenzaron a retorcerse en su camino hacia las puertas de sus jaulas. —Agarrar las mantas y llévarlas con vosotros hasta que podamos encontrar algo de ropa para que se cambien. Los seres humanos no caminan por ahí desnudos. 

Había algo más que Saengie tenía que hacer antes de que corriera para salvar su vida. Una vez más, Saengie escudriñó el cuarto hasta que sus ojos se fijaron en lo que estaba buscando. Sólo que esta vez, no era un arma o un tranquilizante.

Era el bolso del ordenador portátil.

Hyun tenía uno de cuero igual.

Saengie corrió hacia la puerta y agarró la bolsa. Una revisión rápida de los contenidos mostró que un ordenador portátil todavía estaba dentro. Saengie empezó a meter la mano y a sacarlo y luego se lo pensó mejor. Obviamente, uno de los doctores lo había llevado. Hyun podría necesitarlo.

Saengie corrió hacia la mesa de trabajo y cogió los cuadernos en los que el Dr. Kang había estado escribiendo y los metió en la bolsa. No quería dejar nada detrás que pudiera dar a los doctores locos la oportunidad de transformar a alguien más. 


Agradecido de que Hyun le hubiera permitido entrar en el laboratorio y de que hubiera observado cada movimiento del magnífico científico, Saengie cogió los tubos de ensayo restantes que contenían su sangre, así como los que tenían la fórmula verde en ellos, y los colocó todos en el interior de un contenedor para tubos de ensayo como había visto hacer a Hyun. Puso el contenedor dentro de la bolsa del portátil. 

La única cosa que quedaba por hacer era escapar, y los pesados pasos que venían por el pasillo exterior le dijeron a Saengie que podría ser demasiado tarde para eso. Saengie retrocedió con miedo, lanzando su mirada alrededor de la habitación mientras buscaba un lugar para esconderse



Parecía que nunca iba a ver a su científico sexy otra vez.




                         ♛Especial 3/3♛

Hyun se paseaba. Eso es lo que hacía cuando estaba nervioso. Se paseaba y se mordía la uña del pulgar y esperaba que un héroe viniera y arreglara todo lo que estaba mal en su mundo. 

Nadie acudió.


Hyun usualmente recurría a Jun para hacer que su mundo estuviera correcto, pero su hermano ya estaba allí, y la mirada sombría en su rostro no estaba tranquilizando a Hyun de que conseguiría a su gato de vuelta en cualquier momento pronto. 

El mundo de Hyun había sido puesto al revés, hace cuatro días, y no parecía que se asentaría en un futuro próximo. Hyun presionó sus manos contra su cara cuando las lágrimas brotaron de sus ojos y amenazaron con extenderse por sus mejillas. 

Quería a Saengie de vuelta. Incluso lo querría como un gato. Por supuesto, preferiría que Saengie volviera como humano y permaneciera humano, pero él tomaría a Saengie como felino peludo si eso significaba que tuviera a su amado gato de nuevo en su vida, sano y salvo. 

—Vamos a encontrarlo, Hyun.

Hyun dejó caer la mano y se volvió para mirar a su hermano. —No puedes prometer eso, no esta vez. No tenemos ni idea de quién tiene a Saengie. 

Los labios de Jun se apretaron en una enojada línea delgada, sus manos se apretaron alrededor del teléfono en su mano. —Vamos a encontrarlo, Hyun. Me niego a conformarme con menos.

Hyun deseaba tener la confianza de su hermano.
Sólo que no la tenía.
Algunos desconocidos habían venido hasta su puerta y tomado la cosa más importante en el mundo para Hyun. Ni siquiera sentía como que su casa fuera segura ya. Sentía frío sólo de pensar en lo que podría ocurrir si esos hombres regresaban. 

—¿Por qué crees que querían a Saengie? 

Jun se acercó al escritorio y tomó un pase de visitante que había llamado la atención de Hyun antes. Había estado en el montón de basura que recogió en el exterior. El pase de visitante había sido emitido por la seguridad en las instalaciones de  Pharmaceuticals. 
Había sido emitido por el Dr. Yoon. 

—Creo que había algo más en esa fórmula que querían que examinaras de lo que estaban diciendo. —Jun sacudió el pase de visitante frente a Hyun—. Apuesto a que sabían exactamente lo que estaba allí dentro y Saengie es su prueba. 

El corazón de Hyun pareció congelarse en su pecho. —¿Pero prueba de qué?

—La prueba de que sus pequeños nanorobots funcionan.

Hyun sabía que sus emociones abrumadoras estaban haciendo estragos en sus habilidades de razonamiento en este momento, pero estaba totalmente perdido. —Saengie ya se ha transformado, —dijo—. ¿Cómo puede ser la prueba? 

Hyun se mordió el labio inferior mientras se alejaba de Jun cuando el hombre sólo se encogió de hombros. Jun no parecía tener ninguna respuesta más que él. Hyun comenzó a caminar de nuevo, mientras imaginaba cada escenario horrible una y otra vez en su cabeza. Todos y cada uno de ellos terminaban con Saengie saliendo herido de alguna manera. 

Hyun no podía encontrar una manera de salir de esta situación. Si la fórmula era lo que querían Yoon y Kang, Hyun gustosamente se las entregaría tan pronto como le devolvieran a su gato. Su único problema con eso era que no sabía dónde entregarla. Los dos científicos parecían haber desaparecido de la faz de la tierra. Jun había estado llamando y llamando al número de contacto que les dieron pero nadie contestaba.

Hyun saltó cuando el teléfono móvil de Jun sonó. Se dio la vuelta y luego corrió para ponerse delante 
de su hermano, masticando con tanta fuerza su labio inferior que probó la sangre. Tragó saliva mientras miraba a Jun responder la llamada, la cara del hombre se oscurecía de rabia cada segundo que pasaba.

—¡No, eso no está jodidamente bien! —Hyun se estremeció ante la furia en la voz de Jun, agradecido de que no estuviera dirigida a él. Odiaba cuando Jun gritaba—. Me llamaron y confirmaron sus identidades con su empresa, ¿y ahora usted me está diciendo que nunca ha oído hablar de ellos?

Oh, eso no era bueno. 

Hyun apartó la mirada apresuradamente cuando los ojos de Jun se posaron en él, luego se movió nerviosamente. Toda esta situación se estaba poniendo más complicada por momentos. Si el centro de investigación que había dado informes de los dos doctores nunca había escuchado de ellos, entonces, ¿quiénes demonios eran? 

—Si alguna vez esperan hacer negocios con mi compañía de nuevo, entonces más les vale averiguar quién los encubrió. El Dr. Yoon y el Dr. Kang informaron trabajar para ustedes, y cuando llamé, su oficina de seguridad confirmó su relación laboral con su empresa. Quiero saber por qué. 

Hyun saltó de nuevo cuando Jun estrelló su teléfono celular sobre la mesa tan fuerte que temió que la cosa se agrietara. Le estaban empezando a disgustar los ruidos fuertes. Sus nervios estaban destrozados.

—¿Qué han dicho?

Algo palpitó en la mandíbula de Jun. —Ellos dijeron que el Dr. Yoon y el Dr. Kang no trabajan para ellos y nunca han trabajado para ellos. El laboratorio Richmond nunca ha oído hablar de los dos hombres.

Hyun frunció el ceño. — Pero, ¿cómo puede ser eso?

—Eso es lo que me gustaría saber.

—¿Qué podemos hacer?

—Tengo a mi gente averiguando esto, Hyun. Vamos a resolver esto…. 

El timbre sonó enviando el pulso de Hyun hasta el techo. Se dio la vuelta y miró fijamente al frente de la casa. —¿Quién puede ser? —No pensaba que Saengie llamaría a la puerta.

—¿Por qué no solo lo averiguamos? —Jun salió de la habitación como si fuera a una pelea. Apretó los puños mientras rodeaba la esquina y desaparecía de la vista. 

Hyun contuvo el aliento cuando oyó abrirse la puerta principal. Esperaba oír carne golpeando carne cuando Jun cediera a su ira. En cambio, hubo un murmullo de voces y luego la puerta se cerró.
Un momento después, Jun apareció de nuevo, seguido por el hombre.


—Hyun, él es Kyu, y no, no tiene un apellido. Sólo Kyu, —dijo Jun cuando los presentó—. Kyu, él es mi hermano el Dr. Hyun Joong. 

—A menudo me he preguntado si eras real, —el hombre murmuró. Una esquina de su boca se arqueó en lo que Hyun esperaba fuera diversión—. Tú hermano habla de ti como si tuvieras el conocimiento de cómo se abrió el Mar Rojo, y sin embargo ninguno de nosotros te hemos visto nunca. 

—Um, sí, soy real. —Hyun parpadeó rápidamente y volvió su mirada hacia su hermano—. ¿Quién eres tú otra vez?

—Kyu es un solucionador de problemas.

Más como un chico caliente. Hyun casi resopló ante la explicación de su hermano.
Kyu miró hacia la puerta principal y luego hizo un gesto en esa dirección con el dedo pulgar mientras miraba a Jun y a Hyun, un pequeño ceño fruncido se dibujaba en sus oscuras cejas. —¿Saben que tienen un patio lleno de gatos? 

Las cejas de Jun se elevaron. —¿Gatos? 

Esa palabra estimuló a Hyun. Sin decir una palabra, se fue corriendo de la cocina y corrió hacia la puerta principal, abriéndola de golpe en su prisa por llegar al patio delantero. La puerta golpeó con fuerza contra el marco. Hyun la ignoró mientras salía al porche y veía a todos los gatos congregándose en su jardín delantero. 

Tenía que haber al menos una veintena de ellos, de cada forma y tamaño, de todas las razas. Hyun sólo tenía ojos para uno de ellos. Se sentó en el escalón de la entrada al lado del mismo gato atigrado marrón con el que había hablado antes.

—No he encontrado a Saengie todavía, —dijo Hyun, acercándose al gato—. Los hombres que lo tienen han desaparecido, y nadie sabe quiénes son. No sé dónde buscarlo. Necesito ayuda. El tiempo pareció detenerse, algo espeso y empalagoso colgaba en el aire mientras el atigrado se quedó mirando a Hyun, midiéndolo. —Por favor, —Hyun susurró desesperadamente—. La necesito. 

El atigrado comenzó a lamer sus patas.

Tal vez pedirle ayuda a otro gato era estúpido. Saengie había dicho que había mucha competencia en la zona por un buen humano. Tal vez el atigrado no quería ayudarlo porque esperaba un lugar disponible si Saengie desaparecía. 

No ocurriría.

—Tienes que saber que si Saengie no vuelve a casa, no voy a tomar a ningún otro gato. Soy humano de un solo gato, y Saengie es ese gato. 



Continuara.................

No hay comentarios.:

Publicar un comentario