Después de bajar a las nueve Jun corrió a su segundo trabajo como camarero en un bar local, donde estaría sirviendo bebidas y aperitivos hasta las dos de la mañana. No era un trabajo duro, pero estaría agotado para el momento en que tirara el saco. Por ahora estos dos trabajos eran suficientes, pero después de Navidad, habría que encontrar otra cosa.
Habiendo acabado la escuela de formación profesional, con especialización en negocios y contabilidad, Jun había estado devastado cuando llegó la noticia de que su madre tenía una enfermedad del corazón. Abandonó la idea de buscar empleo en su campo y tomó los trabajos más pequeños que le permitieran hacerse cargo de ella. Ella había sido valiente, pero al final había sucumbido a la enfermedad cardíaca, dejando solo a Jun en el mundo. Eso había ocurrido en febrero.
Agarró un paquete de galletas para la cena, se puso el uniforme, que consistía en unos pantalones negros, una camisa blanca y una delgada corbata negra y se dirigió a la barra. El Tango estaba animado cuando llegó ahí a las diez. Después de esconder sus pertenencias y ropa extra en su casillero, porque nunca sabía cuándo alguien accidentalmente lo podía empapar con cerveza, coca cola o lo que fuera, se encontró con el caos en su camino a la cocina. Evidentemente Heechul había salido, de nuevo, amenazando con no volver jamás. ¿Por qué el gerente permitía a la reina del drama volviera una y otra vez? era un misterio para Jun.
No importaba que trabajara en alguna parte o no lo hiciera. Sabía que iba a ser una larga noche dura, cubriendo el doble de la zona y haciendo el doble de trabajo. Oh bien, esperaba que las propinas compensaran eso.
Corrió como un loco toda la noche. Cuando finalmente caminó por las escaleras a su pequeño apartamento en las frías primeras horas de la mañana del sábado, se preguntó por qué no había desarrollado una migraña de las suyas.
Ese pensamiento trajo a la mente la escena en la oficina con el niño y su papá. Joon-no-Jun era un lindo y su amor por su papá tocó a Jun. No sufría del síndrome de ¡ay de mí yo nunca conocí a mi papá y reconoció el amor puro cuando lo vio. Su propio padre había muerto justo después de que él naciera, así que Jun ni siquiera lo había conocido.
Se preguntó ¿por qué el niño se había puesto el traje de duende? él no había sido parte del trabajo de Santa de Jun. Tal vez lo vería hoy o mañana cuando fuera. Ahora, estaba a punto de desmayarse. Bueno, después de una ducha para librarse del olor del cigarrillo y el licor y el sudor.
Durmió hasta casi las once e hizo algunas tareas rápidas antes de ir a trabajar. Joong's era uno de los centros comerciales más grandes en Corea, con varios más distribuidos en el sur. Sin embargo, la cadena había comenzado aquí, así que esta era su base de operaciones.
Era sábado y con sólo dos semanas antes de la Navidad, los padres estarían trayendo a sus hijos en masa a tomarse fotos con Santa. Jun se alistó en el vestuario y salió, con la esperanza de que no tendría que enfrentar a otro sabelotodo como la noche anterior. Se rio con ironía al recordar a la niña que había preguntado —¿Cómo es que si eres un Santa gordo, tienes dedos largos y flacos, huh?
Él había respondido con un —¿Cómo es que eres una niña muy bonita, con sus ojos azules y cabello rizado, ¿huh? — Ella se había reído y le dijo que no quería muñecas. Quería libros, muchos libros. La chica debe haber estado a cuatro patas. Mamá y papá, buen trabajo.
Casi había terminado su segundo turno cuando vislumbró a cierto duende cada vez más cerca de él, de lado a la larga fila de niños y padres. Cuando el chico se acercó lo suficiente, Jun le preguntó —Oye, Joon-no-Jun, ¿cómo está tu papá hoy? ¿El dolor de cabeza se fue?
—Sí. Está en una reunión ahora. Sin embargo probablemente tendrá otro dolor de cabeza. Ha estado teniendo un montón — Joon se sentó en el suelo junto a la rodilla de Jun.
—Entonces ¿trabajas aquí también? Quiero decir, como un duende — Jun mantenía un ojo sobre una madre que estaba tratando de convencer a una niña que estaba llorando, para que subiera con él para una foto. Alejó su atención de Joon por un momento.
—Ven aquí — canturreó, alcanzando a la niña. —¿Qué te tiene tan molesta hoy, ¿huh? Shh. Tu mamá quiere una buena imagen para recordarte a esta edad y no quieres que sea con una cara roja y los ojos todo arrugados, ¿verdad?
Cuando ella dejó de llorar, la levantó en la rodilla donde podía ver su barba nevada y los mechones de cabello blanco en las cejas. —Eso está mejor — dijo. Cuando ella trató de arrebatar las gafas por la nariz, él se agachó. Ella se rio y él supo que mamá obtendría su foto.
Cuando por fin terminó su turno, se puso de pie. Joon, casi olvidado en el suelo a su lado, se puso de pie, también.
—¿Quieres venir conmigo? — Preguntó Joon.
—Depende. ¿A dónde vas? — Jun se preguntó si su padre aún estaba en la reunión.
—Tengo hambre. ¿Quieres venir a cenar conmigo? — Preguntó Joon, alcanzando la mano de Jun.
—¿Nadie te está vigilando? ¿Cómo es que puedes mostrarte aquí y allá por toda la tienda? ¿Sabe tu papá dónde estás? ¿Dónde está tu mamá? — Jun miró a su alrededor buscando al padre del niño.
—Te dije que mi papá está en una reunión y mi madre murió hace mucho tiempo. Estoy supuestamente con la niñera, pero ella es mala, así que me fui y vine a buscarte — Joon dijo como si eso tuviera mucho sentido. Jun inmediatamente se imaginó a una niñera buscando frenética por la tienda. No queriendo molestar a Joon, Jun comenzó con algunas preguntas sencillas.
—Entonces, ¿qué pasa con el traje de duende? Pensé que podrías estar trabajando aquí como yo — dijo Jun.
—Papá me lo dio. —Joon se burló. —Tawna dice que se ve estúpido.
—¿Quién es Tawna?
—Mi nueva niñera. Ella es una perra —dijo Joon seriamente.
—¡Joon! — Jun exclamó. —¿Cuántos años tienes?
—Seis y estoy en primer grado. ¿Por qué?
—Debido a que esa no es una palabra para que la use alguien de seis años de edad. No creo que tu papá lo apruebe.
—Lo siento —Las lágrimas brillaron en los ojos de Joon.
—Hey, no te preocupes. Está bien. Podrías querer deshacerte de esa palabra hasta que seas mayor, ¿verdad? Entonces, deberíamos ir a buscar a esta niñera, así no te meterás en problemas. Además, ella tiene que estar preocupada a estas alturas —. Jun decidió que le entregaría a Joon a esta Tawna y trataría de tomar un aperitivo para pasar a través de su último turno.
Era un trabajo duro ser un Santa alegre para los más pequeños cuando tu estómago rugía.
—No lo creo. Además, no es mi verdadera niñera. Esa es Cindy, pero se fue a casa por la temporada de Navidad y no vive aquí. Bueno, excepto cuando está en la escuela, ya sabes.
Joon lo condujo hasta el ascensor que habían utilizado el día anterior y Jun se encontró delante de la misma puerta de oficina. Esta vez, sin embargo, Joon se volvió hacia la izquierda y entraron en otra oficina en el pasillo.
—Ahí estás, pequeño mocoso. ¿Dónde en el infierno has estado? — Una pechugona sobre inventada rubia frunció el ceño desde atrás del escritorio. No parecía estar muy preocupada al ver al niño llegando con un extraño. Los dedos de Joon se apretaron alrededor de Jun.
Jun le devolvió el apretón. ¡Perra!
—Ha estado conmigo. Lamento que usted no supiera que estaba ayudando a Santa esta noche — mintió Jun.
—Hyun no me dijo nada acerca de él ayudando a ningún Santa. Tú — señaló una uña rojo sangre hacia Jun—se supone que estás en esa habitación mirando dibujos animados como te dije. Ahora ven aquí — Rodeó el escritorio y alcanzó a Joon, sus uñas clavándose en delgado hombro del muchacho. Malicia brilló en sus ojos.
Ella le recordó a Jun a la bruja de Blanca Nieves. Cuando era un niño pequeño, su madre lo llevó a ver la película y había un equipo de rodaje fuera del teatro cuando salieron. Una señora con un micrófono se le acercó y le preguntó qué recordaba más sobre la película. Él había respondió —¡La bruja tiene dedos largos! — Bruja, perra… también funcionaba para Tawna en este caso.
Puso en palabras sus pensamientos —Oh, no lo creo. Joon es parte de la exhibición de Santa en el segundo piso. Voy a tomar la responsabilidad por él. Estoy seguro que usted tiene mucho que hacer aquí — Una lima de cartón y una botella de esmalte de uñas transparente estaban asentados en la mesa. Tomó suavemente la mano de ella y la quitó del cuerpo de Jun. Por el rabillo del ojo, vio a Joon frotarse el lugar en el que las uñas de ella se habían cavado en él.
—Bien. Estaré hablando con Hyun sobre esto. Se supone que tengo que estar vigilando a su hijo. Hyun confía en mí —dijo dándose auto importancia.
—Eso está bien. Joon y yo vamos a comer algo antes de volver a trabajar —dijo Jun . Rápidamente escoltó a Joon fuera de la oficina.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron Jun dijo —Por cierto, estás disculpado por usar esa palabra.
Joon dio una risita. Jun sonrió. Este chico era muy inteligente y no se merecía quedarse con una mujer así. Jun gustosamente asumiría las consecuencias ante Papá Hyun.
—Sólo tengo unos diez minutos antes de tener que volver a trabajar, así que vamos a encontrar algo de comida rápida para que pueda comer un chicle para tener el aliento freso y estar listo para sonreír a más niños.
—Pensé que tu aliento siempre olía bien — Joon dijo sonriéndole.
—Requisito de trabajo. Por cierto, ¿dónde vives? ¿Tú y tu papá tienen una casa o un apartamento en la ciudad? — Jun se había preguntado eso antes.
—Nosotros conseguimos un Pent-house en la parte superior del edificio. Ahí es donde vivimos. Es toda la planta superior — Joon parecía muy entusiasmado con eso y Jun no podía culparlo.
Se empujaron en el pequeño vestuario donde Jun agarró su bolsa de galletas y las compartió con Joon. Se sentaron juntos en el banquillo, comiendo. Entonces Jun le dio a Joon un pedazo de su chicle con sabor a menta y se dirigieron de nuevo al piso de su último turno.
A mitad del turno, las cosas iban muy bien con Joon haciéndose pasar por un duende en muchas de las imágenes. Entonces, los problemas aparecieron como un cañón en la esquina y pisoteando hacia su camino.
—Uh-oh. Papá está enojado —Joon saltó desde el bloque de madera grande, envuelto como un regalo de Navidad, donde había estado posando para las fotos. —Lo siento Santa.
Papá Hyun no se veía impresionado. Jun no pudo salir de su sillón de Santa cuando otra madre dejó caer un conjunto de dos niñas en su regazo.
Trató de observar a Joon y a Hyun por encima del hombro de la mamá, pero no podía ignorar a las niñas tampoco.
Hyun era un hombre magnífico, incluso con el ceño fruncido estropeando su amplia frente bronceada y dibujando sus gruesas cejas hacia abajo. Hyun miró a Jun y su ceño se profundizó mientras continuaba escuchando a Joon. Jun deseaba poder ver esos ojos más de cerca otra vez. Le gustaba que ese muy alto hombre se agachara al nivel de Joon mientras hablaba con él. Con una última mirada hacia Jun, Hyun tomó a Joon levantándolo y se volvió, alejándose. Joon pasó sus brazos alrededor del cuello de su papá y volvió a mirar a Jun.
Jun no tuvo más remedio que entrar de nuevo en modo Santa. Una vez más, tuvo un momento de ¿cuándo habrá algo para Santa? Pero con la misma rapidez, continuó con su ho-ho-ho y las fotos de Navidad y los deseos especiales. Durante el resto de su turno, Jun esperaba ser convocado a la oficina arriba para una seria reprimenda. Tal vez no debería haberse llevado a Joon de la persona que su papá había confiado para que viera por él, pero aún así sentía que había hecho lo correcto.
Estaba cambiando su ropa de calle cuando la puerta del vestuario se abrió y ahí estaba Hyun. Jun se sentía en una situación de desventaja, usando nada más que sus calzoncillos bóxer azul marino.
—Uh, hola — Jun buscó en el armario de su pantalón. Debía estar en el bar en cuarenta y cinco minutos.
—¿Puedo hablar contigo un momento? —Preguntó Hyun.
—Sí señor. Tengo otro trabajo al que tengo que llegar a las diez, así que espero que no le importe hablar mientras me visto.
—Está bien — dijo Hyun y Jun notó que Hyun lo miró con atención mientras se subía los pantalones y los aseguraba. Metió la mano en la camisa blanca y se volvió a Hyun mientras la abrochaba. —Tengo que abordar lo que sucedió con Joon esta noche — comenzó Hyun.
—Sí señor. Lo siento, sé que no tengo derecho a alejarlo de... Tawna, ¿verdad? Sí, Tawna, pero estaba muy descontento con ella y...
—¿Creíste que dependía de ti hacerlo feliz? Hice los arreglos para su cuidado y supuse que estaba a salvo con su niñera...
—Bueno — Jun interrumpió, —¿sabes lo que haces cuando supones, ¿huh?
—¿Cómo dices? —Esas pesadas cejas volaron hacia arriba.
—Conoces el dicho. ¿Eso hace un asno de ti y de mí? Ok, tal vez tu no. De todos modos, Joon apareció justo antes de mi último descanso — Jun deslizó su corbata alrededor de su cuello. —Y cuando le pregunté por qué estaba solo, admitió que se suponía que debía estar con Tawna, pero que ella era una perra — Jun hizo una mueca ante el jadeo de Hyun. —Esa fue mi respuesta exactamente, hasta que la conocí — Jun continuó. —Ella le gritó y lo agarró con sus garras. Apuesto a que si tiras de la camisa a un lado, encontrarás que dejaron marcas sobre él. Dijo que ella era mala y yo le creí, así que le dije que estaba trabajando conmigo. Tienes razón, no era mi lugar hacer eso y me disculpo. Pero francamente, si yo fuera tú y esto ni siquiera es mi lugar, pero no dejaría a un niño que amo al cuidado de alguien que claramente piensa que es él un y cito mocoso —Jun suspiró, sabiendo que se había sobrepasado, pero dispuesto a retractarse de nada de eso.
Hyun estudió Jun en su uniforme un momento y luego dijo muy despacio —¿Ella le hizo daño?
—No lo sé. No lo golpeó en frente de mí, pero cuando se apoderó de su hombro le clavó las uñas y cuando lo aparté, él se frotaba el lugar. Disfrutó estar conmigo y hablar con los niños y posando en algunas de las fotos. Me disculpo si estás molesto con cualquiera de nosotros. Voy a tomar la responsabilidad por eso. No pidió quedarse conmigo, pero después de como ella lo agarró, pensé que podría estar más seguro conmigo. Sin embargo, dijo que confías en ella, así que si eso es cierto, bueno, eso depende de ti. Realmente tengo que ir al Tango ahora. Mi turno empieza pronto.
—¿El Tango? ¿El bar gay en la Decimocuarta?
Uh oh. ¿Hyun tenía algo en contra de los gays? ¿Enloquecería ahora sobre el hecho de que Jun había estado cuidando de Joon?
Tomó aliento. —Sí —.
—Bonito lugar — dijo Hyun.
Ok, entonces. Esta vez fueron las cejas de Jun las que se levantaron con sorpresa.
—No voy detenerte. Sé que tienes que ir a trabajar. ¿Vendrías a mi oficina mañana, digamos una media hora antes de empezar tu turno? — Hyun dio media vuelta para marcharse.
—Sí señor. Uh, ¿estoy siendo despedido? — Jun tenía que empezar a hacer planes si ese era el caso. Pero si ese fuera el caso, ¿por qué estaba regresando mañana?
—No, en absoluto. Te veré en la mañana — Hyun dejó a un Jun desconcertado, apresurándose para salir a su próximo trabajo.
Continuara...........

Jun es un divino a pesar de todo el sufrimiento es una excelente persona y que mujer mas detestable la tal niñera, Hyun apurate y enamorate de mi bebe hermoso :-)
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